domingo, 19 de mayo de 2019

Noúmeno y Fenómeno: Persona Cósmica y Naturaleza Cósmica




El prajapathi Kasyapa, el patriarca que todo lo ve y todo lo observa, lleva la energía del noúmeno, es decir, una actitud completamente neutral. Tan neutral como Brahman, tan neutral como la Persona Cósmica, tan neutral como el cielo azul. Kasyapa tiene una esposa que es de naturaleza cósmica, que posee distintos aspectos de la naturaleza en ella. A veces está muy equilibrada. Otras veces está llena de una luz muy brillante o llena de oscuridad. En otros momentos tiende a un color rojizo, y a veces tiene un color crepuscular, entre luz y oscuridad, tal como vemos el cielo. 

El cielo, a veces, es tan brillante que te ciega. Otras veces es oscuro, rojizo, amarillo dorado, azul claro, anaranjado, etc. Múltiples colores que representan muchas cualidades. Cuando la naturaleza cósmica concibe el noúmeno en ella, según el color que manifiesta en un determinado momento, da nacimiento a diferentes seres. Cuando es oscura como la noche, Diti, da nacimiento a demonios. Cuando es neutral en el color, da nacimiento a yoguis, que también son neutrales. Cuando es de color rojo, da nacimiento a seres agresivos. Cuando lleva energías muy duras, nacen de ella seres duros, y cuando las energías que lleva son suaves, seres suaves nacen de ella. 

Es una sola naturaleza esencial, que según sus diferentes estados, concibe seres de diferente naturaleza de un solo noúmeno. Las escrituras sagradas dicen que “son distintas mujeres que pertenecen a un solo hombre”. Distintas mujeres significa distintas naturalezas. Cuando un hombre es neutral, y las mujeres llevan una naturaleza particular, conciben y paren seres con estas características particulares. Así es como ella dio a luz a los adityas, o seres de luz llamados devas. Hay varias categorías de devas, dependiendo de su grado de brillo. De la misma forma, cuando ella es de naturaleza rojiza puede manifestar una naturaleza agresiva no permanente. Experimentamos estas situaciones en nosotros. A veces tendemos a ser perezosos, otras veces hiperactivos, equilibrados, irritables, depresivos, suaves, duros. Las diferentes cualidades que llevamos en nuestra naturaleza se traducen en diferentes formas de hablar y actuar. 

Cuando llevas una naturaleza agresiva, por ejemplo, tu habla y actuación será agresiva, pero solo pasajeramente. No es una actitud permanente. Es la naturaleza que exhibe distintas variedades de estados anímicos en distintos momentos. Cuando ella es agresiva, se la conoce como Danu, que significa agresivo en sánscrito. De Danu nacen los danavas, un tipo de diablos que son concebidos a partir de la agresividad. Actúan y hablan agresivamente. Cuando la naturaleza concibe en la oscuridad o en la ignorancia, se dice que es Diti, y los seres a los que da nacimiento se llaman daityas. Estamos solamente categorizando lo divino y lo diabólico, pero hay muchas categorías. Los danavas son agresivos, así que si una persona es agresiva, es un danava. Si una persona lleva la luz de la sabiduría, es un deva. La persona que permanece neutral es un yogui. Los danavas son agresivos, los daityas son ignorantes. 

Hay muchos diablos que son ignorantes. Se llaman asuras, que significa que no llevan luz en ellos. Como no llevan luz en su interior, actúan de acuerdo a su naturaleza. Aunque haya luz o neutralidad fuera, actúan consecuentemente. Así que hay una categoría que son los adityas o seres de luz. Son producto de Aditi. Aditi significa la naturaleza primaria, esencial, como luz. Después tenemos a Diti, que es lo contrario, la oscuridad esencial. Cuando la naturaleza es ignorante, concibe seres ignorantes. Son los llamados asuras, que significa que no tienen luz. Cuando la naturaleza es agresiva, que significa cuando la naturaleza es danu, el producto o los seres que salen se llaman danavas o personas agresivas. Así, como resultado de la naturaleza, en la humanidad hay personas agresivas, en la humanidad hay seres ignorantes, en la humanidad hay también seres de luz. Desde la época atlante, los seres de luz han ido disminuyendo, y en la era de Kali, todavía más. Así que adityas, daityas, danavas significan seres de luz, seres de oscuridad y seres agresivos. Cuando la mujer está en un estado de neutralidad, se la llama maha yoguini. En ese momento, en esa naturaleza, ella concibe seres neutrales, que son Maestros para todos los seres nacidos. Los Maestros son neutrales hacia todo. 

Los Kumaras son neutrales. Narada, conocido en Occidente como San Miguel, también es neutral. Los siete Sabios videntes son neutrales. La Jerarquía es neutral. Ellos no condenan a nadie ni nada. Intentan equilibrar y asegurarse de que todo el mundo alcance la neutralidad, y de esta forma, llegue al Padre, que es el noúmeno. Esta es la belleza del yogui. Él no condena. ¿Condenó Jesús a alguien? La condena solo es producto de la oscuridad. Los hombres de la luz siempre tienen como oponentes a los hombres de la oscuridad. El conocimiento siempre se enfrenta a la ignorancia. Siempre hay lucha entre la luz y la oscuridad. Nunca se acaba. La clave estriba en conseguir la neutralidad. Para que un ser alcance la absoluta bienaventuranza, lo que es importante es que consiga la neutralidad. Cuanto más estás con la luz, más condenas la oscuridad. Así es como nos hemos mantenido en continuo conflicto. El conflicto es entre lo llamado bueno y lo llamado malo, entre lo llamado correcto y lo llamado incorrecto. Está en su naturaleza. 

Si demuestras una actitud neutral, los Maestros te toman y te convierten en un ser neutral. Este es el trabajo del yogui. Por esta razón Krishna le dice a Arjuna, que es un ser de luz: “Transfórmate para ser un yogui, entonces no tendrás ningún problema”. Un yogui no lleva enemistad en su interior. Si tú estás con la luz, ves la oscuridad alrededor como el enemigo. Los hombres de conocimiento siempre consideraron que al ignorante había que eliminarlo, excluirlo. Cuando tratas de excluir a alguien, este alguien quiere excluirte a ti. ¿No domina la oscuridad sobre la luz al atardecer?, ¿no prevalece la luz solar sobre la oscuridad al amanecer? Es un proceso continuo. Hay un estado neutral en el cual la oscuridad y la luz se equilibran. Son las horas del crepúsculo. 

En estas horas, la luz y la oscuridad se encuentran. Las oraciones se llevan a cabo en las horas del crepúsculo para neutralizar aquello que es oscuridad y luz en nosotros, para que seamos capaces de aceptar a los hombres de conocimiento y a los ignorantes con igual vibración. Esta es la belleza del yogui. Krishna dice, en el Bhagavad Gita, que para un yogui hay ecuanimidad y neutralidad cuando ve a un gran erudito, un hermoso elefante, un absoluto ignorante, un perro o un hombre que come carne de perro. No hay cambio en la vibración del yogui. El yogui ve cómo es. Tú no decides como debería ser. Si tú dices que debería ser así, la otra persona también dirá que debería ser de esta otra forma. La belleza de la experiencia es poder ver cómo es y cómo se va convirtiendo. El noúmeno, que es neutral, observa a la mujer, la naturaleza, el principio femenino. A veces ve a su mujer con gran luz y ambos se aproximan. Entonces ella concibe seres de luz. 

La mujer se llama Aditi, y da nacimiento a los seres de luz. Después se convierte en Diti, que es la luz de la oscuridad o ignorancia. Puede haber ignorancia en nosotros en algunos momentos. Cuando estás en la ignorancia y tratas de concebir, generas cosas ignorantes. La concepción también es respecto a los pensamientos. Cuando ella concibe seres ignorantes, se llama Diti, y a sus productos se les llama daityas. Algunas veces, la mujer, es decir, la naturaleza, es agresiva. Con esta naturaleza agresiva concibe. La naturaleza agresiva se llama Danu, y su producto, los seres agresivos, se llaman danavas. Cuando la naturaleza es maha yoguini, concibe yoguis. Este es el cuarto. A veces ella tiene las energías elevadas, “por las nubes”. Algunas veces nosotros también nos sentimos con energías elevadas, inspiradas. Entonces tratamos de danzar, cantar y estar gozosos. 

Esto ocurre cuando estamos con una inspiración elevada. Con este talante de “energías elevadas”, cuando ella concibe, nacen seres que vuelan. Así es como llegaron los seres que vuelan. A veces ella es muy venenosa. ¿No nos ocurre, algunas veces, que nuestra actitud es de odio? Decimos: “odio esto”. En este estado de ánimo, cuando concibe, concibe seres venenosos que reptan o que se esconden en los agujeros de la tierra. Los seres que vuelan fueron concebidos por una mujer llamada Vinuta. La otra, la de los seres venenosos, se llama Kadruva. Así, diferentes naturalezas de la misma naturaleza primaria, en distintos momentos, conciben diferentes seres a partir de la Persona Cósmica. Las escrituras sagradas dan diferentes nombres, y generalmente la gente piensa que son distintas mujeres de un solo hombre. Solo los iniciados conocen la pista, la clave. 

Si los humanos trataran de entender todo esto, podrían ver cuántas naturalezas diferentes prevalecen en ellos en distintos momentos y estados de ánimo. La mujer de Kasyapa, la reina de la oscuridad, tenía mucha prisa por concebir. Se acercó velozmente a su marido, que es más grande que los seres de luz, y le dijo: “Necesito concebir a alguien que sea más grande que todos 115 estos seres iluminados”. Si ella hubiera pedido lo mejor, como os decía antes, la historia quizás habría sido distinta. Podría haber dicho: “Concédeme algo como tú, porque eres tan completo, tan neutral, tan pleno”. ¡Pero ella pidió a alguien que dominara todo el tema! La petición estaba llena de celeridad y celos. El hombre, el noúmeno, Kasyapa, dijo: “Que así sea”. “Si quieres a alguien que sea el mejor de los seres creados hasta ese momento, mejor espera”. No era el momento, porque vio en ella una energía llena de fuerza y fuego. Era feroz e ígnea. Pero ella insistió: “No, lo quiero ahora. 
Es el momento. Yo decido, hazlo ahora o nunca”. 

Todas las distintas naturalezas que manifiestan los humanos están conformes con esta naturaleza, la naturaleza cósmica. En diferentes momentos, es diferente. No penséis que la naturaleza siempre es benévola. Puede ser terrorífica y aniquiladora. ¡Así es la naturaleza! En India, puedes ver la forma de la Madre como Kali, que se representa con una lengua protuberante, ojos feroces, aspecto muy negro, y preparada para destruirlo todo. ¡También es una forma de la naturaleza! Por otra parte, tienes la suavidad, la belleza y el esplendor en la forma de Lakshmi. A muchas personas les gusta Lakshmi. Debemos saber que estas son todas distintas presentaciones de la naturaleza primaria esencial y que, por tanto, también están en nosotros.

K. Parvathi Kumar

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