miércoles, 13 de mayo de 2020

Los Vedas en la luz de la Doctrina Secreta




 Los Vedas son los cuatro libros sagrados de la India antigua de los cuales se derivan los Upanishads y todas las subsecuentes escuelas de la filosofía hindú. Nos llevan los Vedas a una edad tan remota, que habríamos perdido todo rastro de ellos de no ser por el cuidado con que los brahmanes preservaron sus anales tan valiosos. Transmitidos originalmente por medio de la palabra como la sabiduría de más valor de generación en generación, fueron finalmente fijadas sus enseñanzas por medio de la escritura que, incidentalmente, dieron la clave para el lenguaje védico. 

Existe sin duda controversia entre los estudiantes occidentales, en relación con la edad de los Vedas, no estando de acuerdo con los hindúes (y a este respecto con H.P.B.) quienes les atribuyen alrededor de 20.000 años, mientras que los estudiantes occidentales, tergiversando las fechas en cuanto al Rgveda se refiere, les suponen una antigüedad de entre 1.500 a 2.000 años antes de Cristo. 

 ¿Cuál es la diferencia entre las palabras Veda y Rgveda y entre el Rgveda y los otros Vedas? 

 Rg significa palabra en el sentido del Logos divino, y Veda significa conocimiento en el sentido de la ciencia divina o sabiduría. Por tanto, el Rgveda es la ciencia de la palabra. En lo que se refiere a la palabra en si misma, es decir, Rgveda, tenemos una gran y desconcertante verdad que inmediatamente nos sumerge en el arcano de los misterios védicos. La ciencia de la palabra revela el conocimiento de los sabios y el control del sonido, del efecto de la mezcla correcta de los sonidos en niveles más sutiles, así como su conocimiento y control del pensamiento y su efecto como un cuadro o visión de planos supersensoriales, en otras palabras, su maestría en ocultismo, implicando ambos control sobre los elementos, de ahí el conocimiento de los rishis acerca del sonido creador, de la ciencia de la invocación y de la evocación, una ciencia que hemos olvidado completamente. 

El Yagur Veda es una colección de fórmulas rituales cantadas y usadas en ceremonias. Contiene aproximadamente el 30% de los versos del Rgveda. Yagur significa rito de sacrificio. El Sama Veda se deriva del Rgveda y su propósito principal es para los cantos. Sama significa melodía. 
El Atharvaveda ha sido llamado el Brahma-veda o Veda de la oración. Contiene muchos encantos y posee una cantidad de poemas de carácter místico que están a mitad de camino entre los Vedas y los Upanishads. Es muy revelador en lo que se refiere a la vida y creencias de la gente común. Tiene alrededor del 16% de los versos del Rgveda y es posterior a éste último y completa los datos encontrados en el Rgveda. Proviene su nombre del gran sabio Atharva. El Rgveda es, como los otros tres, una colección de más de 1.000 himnos compuestos en sánscrito védico, una forma mucho más antigua de lo que llegó a conocerse como sánscrito clásico. 

H.P.B. dice claramente que el Rgveda es: La más antigua y respetada de las escrituras hindúes. 
Sus himnos, continúa ella, son los anales escritos por los primeros iniciados de nuestra quinta raza que relatan las enseñanzas primordiales. Si tuviéramos que aportar nuestra mejor evidencia, añade, para testificar los hechos enunciados en la Doctrina Secreta, tendríamos que ir a la verdadera fuente de la información histórica, es decir, el Rgveda. El Rgveda es una página sacada de la doctrina secreta de las edades, una mezcla de referencias enigmáticas que ocultan perlas de sabiduría, expresada en lenguaje poético, mítico, críptico, de símbolos, paradojas, adivinanzas, por medio de invocaciones, llamadas, dando gracias a varias deidades cantadas con todo su corazón por los seres humanos a los dioses de la Naturaleza y a la luz interna que el hombre védico personificó en Surya, el Sol, y Agni, la llama o el fuego. Los himnos no son tratados filosóficos, no dan explicaciones; pueden hacer preguntas, como por ejemplo, ¿”De dónde ha conseguido el Espíritu Divino su elevación”?. 

 Pueden hacer alusiones a respuestas, por ejemplo; “el creador de todo, por el sacrificio se glorifica”, no discuten. Toda la colección es primariamente una canción, un extraño y oscuro canto, así nos puede parecer, que desconcierta a los estudiantes, y aun así, es la canción de un pueblo animoso aventurándose en el sendero que conduce al infinito. Es la poesía de la admiración y adoración por los, “que han oído hablar acerca de los dos senderos, caminos de los patriarcas, los dioses y los mortales, a lo largo de cuyos senderos, todas y cada una de las criaturas viajan entre el Padre y la Madre.” Todo el concepto de la evolución está reflejado en esta simple y críptica stanza, la cual, sin duda, contiene a la doctrina secreta como en un pañuelo. 

Este es el secreto del Rgveda, poner en un pequeño espacio lo que necesita tratados para su explicación. De esos versos crípticos podemos reconstruir poco a poco, laboriosamente, una única y profunda filosofía, la doctrina secreta. Superficialmente, los Vedas nos ponen frente a una gran cantidad de multiplicidades, multiplicidades de dioses, de conceptos, de oraciones. Pero la unicidad subyacente de todo ello es como un hilo de oro que nos guía al mismo corazón del Veda. Esto está expresamente reflejado en dos versos en extremo reveladores; “Ardiendo en muchos sitios, el fuego es uno. Gobernando sobre todo, el sol es uno. 

El amanecer que ilumina todo esto, es uno. Y ciertamente uno es lo que con variaciones aparece como todo esto.” (Rgv Vlll.58.2) 

“El, con limpias alas, aunque solo UNO en la naturaleza, sabios cantores le forman en muchas figuras con canciones.” (X.114.5) 

 Es muy dudoso que se pueda leer ninguno de los Vedas de `principio a fin como se lee un libro moderno. Pero se puede estudiar el Rgveda desde sus aspectos más importantes, y ello proporciona una cosecha espléndida de discernimiento acerca de la mente del hombre antiguo, sus aspiraciones, su ser más interno, sus logros, su verdad. Consideremos los principales aspectos desde los que se pueden estudiar los Vedas. 

 1º. La espléndida concepción de la Deidad, el Supremo, el Uno del que nada se puede concebir, el que respira sin alentar por si mismo, cuya inhalación absorbe todas las cosas hasta el punto del más interno reposo, cuya exhalación es el poder de la llama real, la energía creadora que origina la proyección de este universo, y por lo tanto, la manifestación. Esta llama está personificada por Agni, el fuego, el creador, el preservador, el destructor o regenerador, el Fohat de la Doctrina Secreta, la más dinámica y enigmática de las deidades védicas, a cuyo nacimiento, la luz se manifestó. Hay aquí material suficiente para un estudio profundo del Supremo en Su aspecto inmanifestado y en su aspecto manifestado o dinámico, el Logos creador, el Ishvara de la especulación hindú más posterior. El famoso himno de la creación, es el precursor en más de un sentido, de todo pensamiento filosófico subyacente. 

He aquí las dos primeras proposiciones de la Doctrina Secreta: “El omnipresente, eterno, infinito e inmutable Principio sobre el que toda especulación es imposible” (Primera proposición) 
“La eternidad del universo ... como un plan ilimitado, periódicamente el campo de innumerables universos incesantemente manifestándose y desapareciendo.” (Segunda proposición) ¿Cómo expresa esto el Rgveda? Así: “Y de nuevo, como antes, el Creador, en su momento, formó el Sol y la Luna, lo celeste y lo terrestre y todos los reinos intermedios.” 

 2º. La emanación del universo se concibe como el sacrificio de la Deidad. El mundo es la ofrenda de la Deidad, Su sacrificio. Se limita a Si mismo en él para que todo pueda llegar a ser consciente. Una pura concepción teosófica, “Este sacrificio, el centro del universo. Esta pócima intoxicante, la semilla del padre generoso. Esta oración, la palabra del más alto cielo” canta el Rishi Dirghatamas en su forma enigmática habitual, pero ¡qué profundidades de revelación se contienen en este verso! 
Es de notar el sacrificio, como centro del mundo, y la oración como la palabra del cielo. Sri Aurobindo lo manifiesta así: “Auto realización por auto inmolación, progresar dando, tal es la Ley Universal.” Desde el comienzo de la vida existe el sacrificio, el mundo es el efecto de tal deseo, cuya esencia es la auto ofrenda, y por su medio el mundo continúa su rumbo. 

Así, el sacrificio se repite en cada peldaño de la escala del Ser. En el famoso Purusha Sukta se nos dice que el hombre divino fue originalmente sacrificado, que de sus residuos pudo ser. el universo. Esto recuerda la revelación de que el cordero, se dice, fuera sacrificado en la creación del universo. H.P.B. explica esta oblación primaria como ”la gradual asfixia y muerte de lo espiritual en lo material”, y se refiere a San Pablo, “la semilla no se vivifica si no muere antes”. (Cor.XV.36) Especifica también H.P.B. que la palabra “aja” (el innato y eterno espíritu) significa también cordero en sánscrito, de ahí el sacrificio del innato o del cordero. Auto anulación es auto glorificación. Este tema se repite en todo el Rgveda: “Creador de todo, por el sacrificio se glorifica” (X.81.6) llegando así al corazón de los Vedas. De esta forma, “el alma peregrina”, continúa H.P.B., como el Todo Creador ha de sacrificarse él mismo por si mismo para redimir a todas las criaturas, para resucitar de entre los muchos a la Vida Una. Esto proporciona un perfecto comentario en el significado interno del “yajman” (sacrificio) Védico. 

 3º. Tenemos la concepción de la armonía divina u orden cósmico, el majestuoso movimiento de todas las cosas, su poderosa interrelación, todo lo cual constituye la verdad universal del ser. 
La unicidad fundamental del universo se enraíza en el orden eterno, en la “pura y agradable faz del Sagrado Orden que brilla como oro del cielo en el amanecer” (Rgveda V1.51.1) 

 La existencia tiene su raíz en la Ley, el Orden Divino que es Verdad: 
 “La Verdad es la base que sustenta la Tierra. Por la Ley, los hijos del Infinito están seguros” (X.84.1) 

 4º. En este armonioso orden nacen los dioses o aquellos que brillan como puntos focales de la conciencia de la Inteligencia Divina. Ellos son los constructores del universo manifestado, los agentes de la Voluntad Divina, los guardianes y los Señores de la Ley Universal Una. El mundo védico antiguo vibraba de alegría y esperanza en íntima comunión con la naturaleza, pleno de contemplación de la Divinidad en términos de gloria de la creación. 

Para la mente antigua no existía un concepto tal como un universo mecánico, sino que todo el cosmos estaba vivo, vibrando por la Vida existente en él, penetrado por el Espíritu y Sus diferentes manifestaciones. Más abajo, la escala del ser, siendo los dioses la más alta manifestación de esta grandiosa jerarquía; “El nacimiento de los devas. 
Proclamamos ahora con admiración, que podrá verse en las edades aun por venir”. (X.72) 
 Los dioses cósmicos animan como almas invisibles a los elementos cósmicos, los cuales son sus aspectos visibles. Por una parte, como regentes de la naturaleza, son responsables de las infinitas variedades posteriores, y por otra, son contrapartes de ellos. Sin duda, se reflejan en las potencias divinas, pura doctrina secreta. 

Por tanto, el ser humano, como H.P.B. explica, “es un compuesto de la esencia de todas estas jerarquías celestes”. Sus poderes son expresiones de estas divinidades, y estas últimas se expresan también a través de las actividades del ser humano: “Pues el Espíritu Uno son los dioses con los mortales, copartícipes todos de gratos dones.” (Rgveda V111.27.14) y el Atharvaveda añade: "Cuando fundieron al hombre mortal completo, los devas entraron en él.” (nuevamente doctrina secreta.) Cuando el sabio saludó al Sol al alba, el iluminador, por quien y para quien “los inmortales han marcado un sendero,” saludó la luz de nuestra propia alma que siempre sigue en el despertar a los impulsos divinos: “Yo glorifico, como la faz del elevado Agni en el cielo, la brillante y sagrada luz de Surya.” (X.73) 

 La historia de los dioses y su acción y reacción, está comprendida en los numerosos mitos védicos, que, desde luego, constituyen motivo para un profundo estudio En ellos se revelan la profundidad de discernimiento y complejidad de la mente humana. 

5º. Esto nos lleva a la quinta consideración, es decir, el Ser Humano, o la eternidad del peregrinaje, para citar la tercera proposición fundamental de la Doctrina Secreta. Esto es, el tema de la escatología Védica. El ser humano védico creía en una vida después de la muerte y sus progresos se pueden reconstruir por las varias insinuaciones esparcidas en todo el Rgveda y en el Atharvaveda. 
La muerte para él era sólo el paso de una vida a otra, una continuación de existencia hacia un estado de entendimiento incrementado, el cual culminaba en el paraíso, donde él “se unía con las recompensas de sus sacrificios y buenas obras dejando atrás lo denigrante”, se encontraba “de vuelta en su hogar unido con su forma de esplendor” (X.14.8) “en la tercera esfera del más íntimo cielo donde lúcidos mundos están llenos de luz . . . en ese reino donde las alegrías y las felicidades se combinan y se cumplen anhelados deseos” (1X.113), en otras palabras, donde el deseo se cumple constantemente. 

Cualquiera que estudie Las Cartas de los Maestros y la literatura teosófica, tendrá la clave de la escatología Védica, tan tristemente incomprendida por los estudiosos. ¿Creía el ser humano védico en la reencarnación? Todavía se discute esta cuestión, no hay absoluta evidencia de ello. Pero por un verso podría interpretarse de forma afirmativa. 
El vate exclama dirigiéndose a la Deidad Solar: 
“Tu dispensas sobre los dioses sagrados la más elevada acción, la inmortalidad. Para los hombres, como su participación, tú abres sucesivas existencias”. (1V.54.2) 

 Para los estudiosos, “sucesivas existencias” no significa más que la vida celeste que sigue a la terrestre. Dos insinuaciones más favorecen la repetición de la interpretación de la vida terrena. 
¿Por qué pediría el poeta hacernos “inmortales” en el cielo si el cielo se equiparaba la inmortalidad? “Hazme inmortal en ese reino donde se mueven incluso cuando se unen, donde mundos lúcidos están llenos de luz”. (1X.111.3) 

 Más o menos seis o siete stanzas se refieren así en alegato de “hazme inmortal” en el cielo. Pero se puede obtener otra insinuación, en esta ocasión, del Atharvaveda, que dice: “No me dejes caer de ese mundo” ruega el vate, siendo ese mundo el cielo. Sin duda, esta es una evidencia indirecta, pero está claro que la inmortalidad no representaba el cielo para los rishis. “Sea yo liberado de la muerte,” grita el poeta, “no apartado de la inmortalidad.” Que el alma peregrina era considerada eterna, se evidencia en varios versos: “Vi al pastor, el incansable uno, aproximándose y desapareciendo de los caminos. 
El, manifestado, toda sustancia presente, una y otra vez viaja por el mundo.” (Rgv.1.164.21) 

“Los sabios han hecho siete marcas. Por una de ellas el angustiado mortal puede liberarse. 
Así liberado de los senderos, verdadero pilar de la vida, permanece sobre cimientos firmes en el hogar del más alto.” (X.5.6) “Dos pájaros de bellas alas, unidos por lazos de amistad, han encontrado refugio en el mismo árbol. Uno de ellos, come el dulce fruto de la higuera, el otro no come, solamente mira ... Sobre la copa dicen; los higos están sabrosos. Ninguno mereció conocer al Padre.” (1.164.2022) Estos versos son altamente esotéricos y pueden confundir a los estudiosos, pero los teósofos tienen la clave del enigma. La inmortalidad para los Védicos significaba fundirse con el innato, al cual primero llamó el Sol y luego Atma. Se dice que el sabio ha encontrado el Sol más allá de la oscuridad, en el cuarto grado de la oración, para, incluso, nacer como sol. La mejor recopilación se halla en el Jagurveda; “He conocido al poderoso Purusha, al hombre divino refulgente como el Sol sobre la oscuridad. Sólo conociéndole vence uno a la muerte. No hay otro camino para ello.” 

 6º. Esto nos lleva al último aspecto de los Vedas, lo que hoy podemos considerar como la oración Védica. En todo este importante estudio descubrimos la gran ciencia de los rishis y el secreto de los Vedas, sobre su profundo significado esotérico y las grandes implicaciones filosóficas. Un escritor francés denominó a los Vedas de “explosivos”. No hay término medio para maravillarse de la gran profundidad de pensamiento de los Vedas. T. Subba Rao, uno de los primeros teósofos, contemporáneo de H.P.B. y también vedantista, se refirió a este secreto sucintamente de esta manera; “Los Vedas tienen un sentido dual diferenciado. 

Uno, expresado en el sentido literal de las palabras, y el otro indicado por la métrica y la entonación (svara), los cuales son la luz de los Vedas. Pandits ilustrados... niegan sin duda, que svara tenga nada en común con la filosofía o las antiguas doctrinas esotéricas, pero la misteriosa relación entre svara y la luz, es uno de sus más profundos secretos.” Investiguemos estos secretos. Los himnos Védicos son expresiones de la oración que revelan el profundo discernimiento del hombre Védico acerca del significa, objeto, y lugar de la oración en su vida., convirtiéndola en una ciencia de suprema potencia. Deberíamos darnos cuenta que la palabra oración en el Rgveda, es Brahma, que originalmente significaba una aspiración de ese poder, creativo y dinámico en el más amplio sentido, y que permanece latente en cada ser humano, relacionándose directamente con el espíritu de Atma. 

Desde ahí hasta el Supremo Principio o Deidad Creadora, como vino a convertirse en edades posteriores, hay tan solo un paso, un muy comprensible paso. La oración, en el sentido Védico, es la ciencia de la invocación, la llamada de lo inferior hacia lo superior, y de la evocación, la respuesta de lo superior a su manifestación. Como A.A. Bailey dice en “Los Rayos y las Iniciaciones”, “La ciencia de la invocación y de la evocación ... es básicamente una grande y científica actividad de la cual la humanidad moderna no conoce prácticamente nada, pero que se relaciona con la construcción de las formas de pensamiento y también con el poder del pensamiento”. 

Los rishis eran antiguos maestros de esta ciencia. Podemos reconstruirla de acuerdo con las tres líneas de aproximación, de las cuales los dos principales aspectos son: Meditación mántrica y que conducen a Absorción Meditación visual (dhyana-samadhi) 1. Meditación mántrica es la absorción en sonido, la repetición de palabras o su canto, y la observación de su efecto en la psique humana y su alrededor. A través de la combinación especial de las propiedades del sonido que afectan a los organismos humanos de formas específicas, se desarrolló la ciencia del sonido. Los mantrams se usan todavía en nuestros dias. La cuestión para nosotros, occidentales escépticos, es ¿pueden las palabras y los sonidos penetrar a través de las envolturas densas de conciencia ordinaria para ayudarnos en la consecución de nuestros objetivos en la oración, que es la absorción en los divino, en el corazón de nuestro ser? Existe en esto un cierto secreto de la manifestación. Como I.K. Taimni explica en 
“La Ciencia del Yoga”,“...donde quiera que exista manifestación de la conciencia hay vibración asociada con ella ... cada tipo de vibración está unido al correspondiente estado de conciencia ... 
Se pueden desarrollar estados de conciencia específicos iniciando tipos específicos de vibración.” 

La Doctrina Secreta nos dice lo que sigue acerca de este asunto, “... es un tremendo poder oculto... 
La ciencia esotérica enseña que cada sonido en el mundo visible, despierta su correspondiente sonido en los reinos invisibles y pone en acción una u otra fuerza en el lado oculto de la naturaleza. Aun más, cada sonido corresponde a un color y a un número, una potencia espiritual psíquica o física, y a una sensación en algún plano.” El mundo ha sido creado del caos por el sonido o armonía y construido de acuerdo con los principios de la proporción musical. Proporción musical, es decir, sonido ... “comprende forma y número, gobierna sonido” (V.431) Sin duda el Rgveda se refiere a la poderosa palabra Mahad Akshara, el poder eterno del sonido místico manifestándose en el hogar de la vaca sagrada Aditi, el Ilimitado o Akasha, madre de todas las cosas. Los rishis investigaron y evaluaron los efectos del sonido producido por cada letra del alfabeto sánscrito, sabiendo así perfectamente lo que hacían al confeccionar los mantrams. Consideraban que cada letra era la expresión o vehículo de un poder básico y eterno que contribuía con su influencia peculiar al efecto total del mantram. Los mantrams se usaron para invocar a los dioses y para liberar los poderes divinos del ser humano. 

Conviene recordar ahora lo que enunció H.P.B. al respecto: “La magia de los antiguos sacerdotes consistía ... en dirigirse a sus dioses en su propio idioma ... ese idioma elemento ... compuesto de ... sonidos, números, y figuras. El que conoce cómo mezclar los tres, creará la respuesta del poder determinado, del dios regente del elemento específico buscado. Así, ese lenguaje es de encantamientos o mantrams como los llaman en la India. Siendo el sonido el más potente y efectivo agente mágico y la primera de las claves que abren las puertas de la comunicación entre los mortales y los inmortales.” Incluso en la actualidad, en la India se usan ciertos cantos para producir determinados efectos en la atmósfera. Aquel que conoce como usar el lenguaje de los elementos, es el dueño de ellos. Los rishis descubrieron una peculiaridad acerca de los mantrams o cualquier emisión de sonido. Como eran profetas, podían observar en los reinos más sutiles y vieron que el sonar de una palabra o nota, iluminaba, brillaba. El sonido produce luz. Para ellos lo que suena en el éter es visible. El sonido tiene color. El color vibra como el sonido. Esta ciencia del sonido y su color, proporciona una clave para la magia Védica y para muchos enigmas, y por medio de cantos iluminados se halla el camino para la inmortalidad. Se rompieron firmes cercos, la oscuridad se disipó, se generó el alba y se encontró el camino hacia el cielo. 

Así; “Los patriarcas encontraron la luz, y con correcta enunciación, produjeron el alba”. (V11.76.4) Piden al Gran Dador, luz que los interpenetre; “Meditemos en ese esplendor celestial, el Señor Solar, para que inspire nuestros pensamientos y sean así visiones iluminadas de la Verdad.” Esta es la famosa oración Gayatri que es la evocación de lo divino en el hombre por medio del mantram al emanar del corazón. La revelación de que el sonido brilla como luz, nos lleva al segundo aspecto de la meditación Védica, es decir, la, Meditación visual, verdadero complemente de la meditación mántrica. El gobernar el pensamiento como un instrumento de poder era la proeza especial de los rishis. Para ellos, el pensamiento se ha de moldear en una visión, pues pertenece a la facultad productora de imágenes de la mente y se considera como una lente que ha de enfocarse en el objeto de la meditación. Así, los profetas “orlan su mente, orlan sus pensamientos” (V.81.1), ellos se “unen al anciano brahman en homenaje” (X.13.1). Esta lente del pensamiento-visión se usa para llegar más allá de los sentidos, para cruzar a la otra orilla, para entrar en comunicación con los dioses. 
Este productor de pensamiento-visión tiene origen en el reino de la verdad, rtam, el orden cósmico desde donde proceden todos los dioses. “El pensamiento-visión brilla desde el asiento de la verdad” (X.111.2). En este verso están presentes tres elementos básicos de la meditación Védica; - el visualizador, pensamiento es visión, percepción interna. - la iluminación, el pensamiento brilla. - la verdad, que brilla desde la morada de la verdad. 

 El adorador puede escoger cualquier objeto para su meditación, el Sol, gran vivificador de todos, o Agni, huésped inmortal en vehículo mortal, mediador entre el cielo y la Tierra, o Indra, o Varuna. 
Es interesante observar que el poeta el meditar en el gran dios del orden cósmico, Varuna, se representa ante su sorpresa, la visión de Agni, la faz del fuego (V111.88.1) El último estado de la oración Védica es completa absorción. 3º. Absorción de corazón y mente. Esto representa el poder profundizar en el poder de la visión, combinando la meditación con pensamientos simiente con una gradual separación hasta la absorción en el corazón. La mente y el corazón se sumergen aquí en una expresión mucho más trascendente. Durante estos estados de suprema comunión, recibían los Rishis sus más elevadas revelaciones. El corazón parece haber sido el término técnico para lo que más adelante se conoció como buddhi. En el corazón, Varuna descubre el pensamiento sabio, ya que “estableció comprensión divina y discernimiento espiritual en el corazón humano” (1.105.15). 

Y así, con percepciones del corazón, los rishis “penetraron en el secreto del árbol de la vida de los miles de ramas” (V11.35.9) Descubrieron “la unión entre lo creado y lo Increado” (X.129.4), llegaron al UNO, el Rayo Supremo o pájaro volador que atraviesa el océano de la materia, el cual comprende a todo el mundo, el UNO a quien los poetas nombran de varias formas pero que es el UNO el Mismo en la naturaleza, “el noble pastor de todo el universo, el iluminado que ha entrado en mi” (1.164.21) Se nos dice, que en el cuarto grado de la oración, algunos de ellos se sumergieron en el Sol, su propio Atman, nacieron como un sol. “De mi padre he recibido la percepción de la Verdad,he nacido como un sol” (V111.6.10) He aquí la altura y la profundidad de la oración Védica. No se puede alcanzar mayor profundidad por la contemplación que esta visión de inmanencia, de toda abarcante unicidad. No se puede conseguir mayor certeza de la Presencia Imperecedera. 

No se puede producir más profundo conocimiento por la meditación que esta seguridad de un lugar divino para nuestro ser, el conocimiento de un origen divino y, por tanto, de un retorno divino. Este es el poema del Veda, la brillante canción del hombre Védico, pleno de esperanza, confianza y luz, pleno de significado. El mismo lo resumió en palabras crípticas: “Observa al Brahman. Se vigorizado por los cantos. Haz que se manifieste el Sol”. Brahman, creación. Brahman, el Sol. Brahman, el eterno. “Quienquiera que conoce a brahman en el hombre, conoce lo más exaltado” dice el Atharvaveda (X.7.15) y el Maitri Upanishad añade; “el que está en el fuego y el que está en el corazón y el que está más allá del Sol, él es uno”. Lo trascendente e inmanente son uno y ambos penetran en el corazón humano. Este es el mensaje final del Veda. 

 Fernando Pérez Martín. 

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martes, 12 de mayo de 2020

LAS ENSEÑANZAS DE ADI BUDDHA - Parte III


El primer paso es localizarse en el corazón y el segundo es instituir el original en lugar del sustituto o de lo sustituido. Esta es otra instrucción. Todos nosotros somos sustitutos del original porque formamos en torno a nosotros una identidad, que es una verdad sustituida. Todos nosotros creemos que somos nuestro nombre. El nombre es una etiqueta sobre el original. Decimos "¿quién eres tú?", y la otra persona responde, "yo soy Josep Paradell". Él dice yo soy Josep Paradell, así que ha dicho un 50% de verdad y un 50% de verdad sustituida. Si alguien nos pregunta quienes somos, la verdadera respuesta es yo soy. Yo soy Josep Paradell, así que dijo la verdad y dijo también la verdad sustituida. Pero cuando yo lo oigo no tomo la parte de verdad que tiene esa afirmación, sino que me quedo con la parte de verdad sustituida. Si alguien me pregunta que quién es él, yo no le digo yo soy Josep Paradell; si alguien me pregunta que quién es él, yo le diré: "Josep Paradell. ¿No conocéis a Josep Paradell?". Y la otra persona dice "no". 

"Hombre el que trabaja en el Banco", entonces estamos sustituyendo aún más. La otra persona dice: "no, no lo conozco". "¿No lo conoces?, da charlas en la Sociedad Teosófica". Estamos sustituyendo aún más. Y la otra persona dice: "pues no, no lo conozco, no voy a la Sociedad Teosófica, ni voy al Banco. Así que no conozco a ese Josep Paradell". Entonces diremos: "Hombre es miembro del World Teacher Trust", y así, podemos sustituir y decir: "es padre de Xavier, hijo de Pedro y Carme, hermano de tal y tal, amigo de tal o tal persona". Así que nunca estamos diciendo una verdad original, sino que estamos diciendo una verdad sustituida en todo momento. Entonces, cuando Josep piensa también en sí mismo, él se dice: "yo soy Josep", pero no es cierto, no es verdad. Si él piensa: "soy empleado del Banco, o soy el padre de Xavier o hijo de Pedro y Carme, o hermano de Manel, amigo de Valentín..." Todos nosotros pensamos acerca de nosotros mismos de esta misma manera. No tocamos la verdad original. ¿Quién está meditando?. Kumar está meditando. 

No esa no es la manera. La pregunta es ¿quien soy yo?, y la respuesta es: Yo soy. Así que tenemos que instituir el nombre original en lugar de los nombre sustituidos. Ese es el primer paso hacia la meditación. Cuando nos sentamos para meditar, tenemos que dejar fuera la personalidad y sentarnos como personas. En el momento en que cerramos nuestros ojos sólo nos acordamos de Yo soy, y yo contemplo sobre aquel YO SOY. Así que yo soy está contemplando sobre aquel YO SOY, el YO SOY más grande. Entonces dos permanecen, yo soy y aquél YO SOY grande. Los demás no deberían existir. Los demás no existen cuando tomamos la identidad de Yo soy. Así que cuando nos sentamos para meditar, dejamos fuera todas nuestras identidades objetivas y tomamos la identidad subjetiva, que es Yo soy. Así que la respuesta a la pregunta de ¿quién soy yo?. Es, YO SOY. Después viene la pregunta, ¿dónde estoy?. Todos nosotros hemos de encontrar en nuestro ser dónde estamos. Hay algo en nosotros que nos dice ¡aquí estoy!. Cuando nos preguntamos en nuestro interior, ¿dónde estoy yo?, la respuesta es, ¡aquí estoy!. Así que, del dónde venimos al aquí. 

Bueno en los términos ingleses para dónde y aquí, si le quitamos la W al Where (dónde), nos queda Here que significa aquí. Aquí estoy en sánscrito se dice Hridayam, Here I am, en inglés, es aquí estoy. Hridayam, significa también en sánscrito corazón. Así que la respuesta a la pregunta dónde estoy está en el corazón. El corazón no es el corazón físico. Sino el lugar donde sentimos la pulsación en nosotros. Así que cuando nos preguntamos ¿dónde estoy yo?, la respuesta viene de la pulsación, que nos dice, Aquí estoy yo, Aquí estoy yo, Aquí estoy yo. Así que dos preguntas tienen su repuesta, ¿quien soy yo?, y ¿dónde estoy yo?. Así que instituyendo la verdad sabemos que Yo soy, Yo soy, pero en todo nuestro sistema, ¿dónde está ese Yo soy?. Está en la parte central de nuestro organismo, es decir en la pulsación. No creáis que la pulsación está sólo en el corazón; puede estar también en el Ajna, puede estar entre las dos cejas; puede estar en el centro laríngeo, en la garganta; o puede estar en el paladar de la boca; o puede estar entre el corazón físico y el cuello físico, en la garganta; puede estar en el centro de base. Pero, esté donde esté, sentimos esa pulsación. Allí está entonces, allí donde la sintamos, allí está esa pulsación. La respuesta a ¿dónde estoy yo?, viene a través de la pulsación que dice: Aquí estoy yo, Aquí estoy yo, Aquí estoy yo. 

Mírame, Mírame, Mírame. Nos da una respuesta: Aquí estoy yo, mírame. Así que ¿dónde tenemos que mirar cuando miramos cómo sucede la pulsación?. Lo que lleva a cabo la pulsación es lo que llamamos Yo soy, eso es lo que llamamos la localización en el corazón. Localizarse en la pulsación es localizarse en el corazón, pero no es localización en el corazón físico, porque el corazón en sánscrito tiene dos significados: uno es el significado exotérico que se refiere al corazón físico y el significado esotérico que se refiere a la conciencia central que se expande por toda la circunferencia. Así que nos lleva hasta el centro y, en el centro, sólo sentimos que la pulsación tiene lugar. Así que encontramos nuestra propia dirección, encontramos nuestras propias señas y hemos de localizarnos en ella y, entonces, escuchamos la canción del cisne. A la pulsación se la llama también cisne o hamsa. Así que cuando escuchamos la canción de la pulsación nos da el sonido So Ham. 

Cuando se expande es So, cuando se contrae es Ham. Y debido a que se produce este sonido de So Ham se la llama Hamsa. Hamsa,a la vez,tiene un significado exotérico y un significado esotérico. Hamsa es cisne, exotéricamente hablando, pero esotéricamente Hamsa es la canción de la pulsación. Al hacernos esas dos preguntas en la meditación, es decir ¿Quién soy yo?, y reconociendo por lo tanto que cada uno de nosotros es Yo soy; y la pregunta ¿Dónde estoy yo? y recibimos la conexión de localización con la pulsación y cuando escuchamos la pulsación escuchamos la canción del cisne que es un doble sonido de pulsación que es así: So Ham, So Ham, So Ham, que significa: Aquí estoy, Aquí estoy, Aquí estoy. Y también significa: YO SOY AQUELLO, YO SOY AQUELLO, YO SOY AQUELLO. Así que, Yo soy, ahora adquiere YO SOY AQUELLO. 

En sánscrito sería Saha Hayam, Hayam significa Yo soy y Saha significa aquello. Así es que YO SOY AQUELLO, YO SOY AQUELLO, YO SOY AQUELLO. Daos cuanta cómo de la personalidad hemos llegado hasta nuestro Yo soy localizado y, de ese yo soy localizado, estamos localizándonos con la canción del cisne, identificándonos con el sonido de So Ham, y gradualmente elevándonos al estado de YO SOY AQUELLO, YO SOY AQUELLO, YO SOY AQUELLO. Al Alma Universal se le llama AQUELLO, en neutro, porque no se le puede definir y cualquier otro nombre que le demos no dejará de ser un nombre sustitutorio, un sustituto. Podemos llamarla, la Conciencia Crística, o de Cristo y no deja de ser otro nombre. Yo la puedo llamar Conciencia de Krishna y sigue siendo otro nombre. Un seguidor de Buddha puede llamarle Maha Buddha, o Maha Nirvana, pero todos son nombres. Ahora no nos interesan los nombre sino la experiencia, y alguien que siga el sendero de los Maestros le llamará el Maestro, y los que sigan el sendero de Sai Baba, lo llamarán Aquello Sai. Así que llamarlo Sai, Maestro, Dios, Krishna, es sólo estar dando nombres a AQUELLO, lo indefinido. Por eso los antiguos sabios dijeron: "dejémoslo simplemente como AQUELLO", porque si damos un nombre, otra persona puede dar otro nombre y, después, tendremos una duda y nos preguntaremos cuál de todos es el nombre de Dios. Así que mediante el sonido o la canción del cisne llegamos, es decir a través de los dos sonidos, llegamos a la experiencia de YO SOY AQUELLO. Hay algo que lleva a cabo la pulsación. ¿Quién lleva a cabo la pulsación?. ¿Qué es lo que existe al otro lado de la pulsación?. Nosotros existimos a este lado de la pulsación. 

Hay algo que existe al otro lado de la pulsación, a lo que se llama para, y se le llama para, porque está mas allá de nuestra comprensión. Entonces, poco a poco, el sonido, la canción, nos conduce hacia AQUELLO y, a medida que vamos hacia AQUELLO, los dos sonidos se convierten en uno sólo. Las consonantes caen, la "s" y la "h" y queda un sólo sonido que es OM. SO HAM OM Así que el OM permanece; ni siquiera la pulsación permanece. Esta es la meditación que nos da Adi Buddha para llegar al plano Maha Paranirvanico. Todos conocéis el plano del Maha Paranirvana por los libros. La técnica nos la da Adi Buddha, así que podemos seguir esa técnica. Cuando nos sentemos esta tarde a las 6 en punto, olvidemos nuestro nombre, nuestra personalidad, etc., etc., por un momento. Después de la meditación podremos recoger de nuevo esas cosas. Así es que quitémonos las vestiduras y como dije por la mañana desnudémonos. Sentémonos como Yo Soy, es decir que nos sentamos con conciencia de alma y no con conciencia de cuerpo. Meditar con conciencia de cuerpo no nos lleva a ningún lado sino sólo a tener dolor de cabeza. Así es que la meditación con conciencia de cuerpo es el sendero hacia el dolor de cabeza. Por eso hay gente que se sienta a meditar y se pregunta: ¿qué estoy haciendo aquí sentado?. 

Cuando uno medita y le vienen todo tipo de pensamientos e incluso a veces pensamientos horribles y, a veces, tenemos la sensación que estaríamos mejor sin meditar. La meditación es una técnica no es sólo estar sentado como una coliflor, o como una patata, o como un tomate. Mucha gente se sienta y eso es todo, nada más. Pero no basta sólo con sentarse y nada más. Las piedras también se sientan de esa manera. Así que, ¿dónde está la diferencia?. La diferencia es que nosotros podemos escoger una técnica y las piedras no. De este modo necesitamos ascender gradualmente con la técnica de meditación. Cuando nos sentamos tenemos que tener la conciencia de Yo Soy y escucharemos la canción de la pulsación donde quiera que ocurra. Allí hemos de seguirla, entonces estaremos con el Uno del que somos una parte. Eso nos da un tremendo alivio y relajación porque estaremos conectados con el todo más grande. Así funciona la técnica. Entonces esta es la instrucción de Adi Buddha, que meditemos en el corazón, eso es lo que dice. 

Esta es otra instrucción de Adi Buddha, que llamamos instrucción número 4. La técnica de meditación ha sido explicada en su aspecto triangular. Continuaremos mañana hablando acerca de las enseñanzas por dos razones: una es por la razón de la emisora de radio (Nota: se está dejando sentir una emisora de radio que entorpece el seguimiento de la charla) que nos está mandando el mensaje que nos paremos de momento y, la segunda razón, es porque vamos a llevar a cabo un ritual de dar nombre a los niños y también de bendecir a las mujeres que están o son como la madre del mundo. Hay una creación en su vientre. Toda mujer embarazada es sagrada. Si uno da vueltas entorno a la mujer embarazada es como dar vueltas en torno al globo, moverse en torno al mundo. Para dar la vuelta al mundo uno necesita mucho tiempo, dinero y energía, pero ahora lo podemos hacer en torno a una mujer embarazada. Una vaca preñada y una mujer embarazada son consideradas o tenidas como por muy sagradas y para permitirles que den a luz al mundo hemos de invocar la presencia del Maestro y aquellos que sean padres y madres las bendecirán. 

Luego, habrá una ceremonia de dar nombre a los niños, para sustituir al nombre original. Es un juego y nada más, cuándo el niño viene al mundo nos aseguramos que se olvide de su nombre original, para que luego tenga que encontrarlo. Para actuar en la vida externa se necesita un nombre. Así que nosotros le damos ya el nombre antes de que él sepa lo que es y cuando empiece a tener uso de razón se cree que es ese nombre, así que le damos un nombre y después es un desafío para que él mismo encuentre su nombre original, puesto que le damos un nombre sustituido que no es el nombre original. Sin embargo, ese nombre es necesario para las acciones que realice su personalidad. Las acciones de la personalidad no pueden hacerse sin un nombre. Si uno tiene que firmar un cheque no puede firmarlo con la firma Yo Soy, eso no nos sirve de nada. 

En el mundo objetivo tenemos que vivir con la verdad sustituida. Cuando vemos una vaca es también Yo Soy en el mundo subjetivo. Pero en el mundo objetivo, cuando nos referimos a ese Yo Soy, tenemos que llamarlo por el nombre de vaca. No podemos decir, ¿has ordeñado a la Yo Soy?. Tenemos que decir has ordeñado a la vaca y, yo tampoco puedo decir, dame una taza de Yo Soy, de café. Café también es un nombre sustituto de Yo Soy. En el reino subjetivo es Yo Soy, pero si en la vida objetiva pido una taza de Yo Soy, no se que es lo que me darán… y, además, ¿qué es una taza?. También Yo Soy. Así que los nombres nos dan la facilidad para funcionar mejor en el mundo objetivo. De esta forma, los nombre se necesitan para ese funcionamiento. Sin embargo, no son unicamente esos nombres sino que son más que sus nombres. Podemos llamar a un animal como vaca, pero para sí misma no es vaca, sino que es el ser humano el que la llama vaca. Sólo Dios sabe que es lo que la vaca piensa de nosotros. 

Dos personas iban caminando una vez por la carretera en una tierra de burros y a medida que iban hablando, la cosa ya iba tomando proporciones de discusión. Entonces, uno le dijo al otro: "¡no discutas como un burro!", y por el camino pasaba un burro y dijo: "¡vaya insulto que me habéis hecho!. ¡Yo nunca discuto!. Y las personas que discutían se elevaban a ellos mismos al estado de asnos. Así es que el burro puso su objeción. Nosotros usamos nuestro propio lenguaje como facilidad. Es muy válido para la vida objetiva, pero no lo es en lo absoluto para la vida subjetiva. Así que como necesitamos los nombres para las acciones objetivas, vamos a dar nombre a los niños y les vamos a decir cuando tengan siete años, mira este nombre te ha sido dado, pero tu verdadero nombre es Yo Soy. Tu nombre original es Yo Soy, pero para la vida objetiva este nombre te fue dado cuando tú aún no tenías uso de razón, pero no te creas que este nombre eres tú, este es sólo tu nombre. Con esta comprensión vamos a dar los nombres. Vamos a seguir comprendiendo las enseñanzas de Adi Buddha. La técnica de meditación en el corazón se ha de practicar a diario para abrir la puertas del corazón. El portal de paso a la subjetividad, así como de la subjetividad a la objetividad es el corazón. Así que tenemos que abrir el candado de esa puertas mediante la meditación. 

Cuando este proceso de apertura se hace todos los días, damos pie para que el hombre interior y exterior trabajen juntos. Si no, el hombre interior queda encerrado bajo llave, y el hombre exterior sigue funcionando y, por eso, el funcionamiento es parcial e incompleto. El Buddha entonces nos enseña a abrir el corazón y actuar en sintonía con el hombre interior. El hombre interior está conectado con el Hombre Universal. Así que hay una conexión que va desde el Hombre Universal al hombre interior y, del hombre interior, al hombre exterior. Así es como funciona el Alma Universal a través de la personalidad. Una vez llevada a cabo la meditación durante las horas de la mañana, cuando entramos en la vida de la objetividad, eso nos facilita entrar en el estado de yoga o de conciencia, en el mundo de los nombres y las formas. Resulta fácil actuar dándonos cuenta de la Conciencia Una, cuando la meditación se hace como se explicó ayer. Es decir, que salimos cada día conectándonos con el hombre interior que está interconectado con el Hombre Universal. Así que los tres son en esencia uno. El Hombre Universal a quien llamamos Dios o el Ser Divino, luego el hombre interior y por otro lado la personalidad, que es el hombre exterior.


Estos son tres aspectos del UNO. Es UNO funcionando como tres. En el plano del noumenon es UNO y, luego, desciende como dos y tres y todo lo que se crea, se crea a través de esta fuerza triangular y, mediante esta fuerza triangular, uno puede visualizar la unidad en el UNO. Siempre que uno observe esta unidad en la vida diaria se hace posible experimentar el espíritu en la naturaleza. 
El espíritu en interacción con la materia crea todo lo que vemos y, nosotros, lo observamos como algo diferente de nosotros. Así que nosotros estamos allí, estamos presentes, y está la objetividad y está también el proceso de observación, lo cuál forma de nuevo un triángulo. Actuamos a través del pensamiento y, en el pensamiento, hay también un triángulo que está formado por el pensador, el proceso de pensar y el pensamiento. 

De esta forma vemos que todo es un trabajo triangular. Por eso se dice que toda la creación es una red de triángulos Proceso de pensar Pensamiento Los tres surgen en verdad del UNO, así que UNO se convierte en tres y tres se convierten en UNO. Nosotros existimos y después nos despertamos. Una vez estamos despiertos, pensamos, y una vez que tenemos el pensamiento, actuamos. Así que teniendo la existencia como base, que es el punto central de este triángulo, se produce un funcionamiento triangular periódico. Todos los días tiene lugar este trabajo triangular a través de nosotros. Nos despertamos, o sea salimos desde el estado de existencia, después pensamos y, luego, hablamos o actuamos. Una vez terminada la acción, volvemos a la conciencia para pensar de nuevo y volver a actuar otra vez. Así que, a lo largo del día, estamos en esta actividad triangular hasta que nos volvemos a dormir otra vez. Así que en nosotros se da este funcionamiento triangular, teniendo a la existencia como base. Todas las acciones triangulares que hagamos durante el día se deben únicamente a la existencia. Si no hubiera existencia no podríamos volvernos conscientes y, cuando no hay conciencia, no puede haber pensamiento y, cuando no hay tal cosa como pensamiento, no puede haber acción. 

Así que uno depende del otro y, cuando la existencia no está, el resto del triángulo tampoco puede estar. La existencia es eterna y el surgir del triángulo es algo periódico. Eso es valido en caso de todo pensamiento, eso es válido en toda manifestación y es válido en caso de la manifestación de esta creación a partir de lo absoluto. Así que cuando entramos en la vida objetiva se vuelva a formar de nuevo un triángulo que nos tiene a nosotros como centro. Nosotros observamos un objeto, y nosotros mismos somos el sujeto que observa el objeto, pero nos hemos objetivizado nosotros mismos para ver ese objeto. A menos que nos objetivicemos, lo que ya expliqué en la primera clase, no podemos interactuar con la objetividad. Los sentidos son los medios que tenemos para llegar a la objetividad y, a través de los sentidos, llegamos a la objetividad e interaccionamos con esa objetividad. Así que nosotros estamos y la objetividad también está y, también está, nuestro funcionamiento con la objetividad a través de los sentidos. Eso forma de nuevo una actividad triangular, teniendo por una lado el sujeto, el objeto y la acción.


En este caso es un triángulo invertido. Así que seguimos interactuando, pero incluso este triángulo viene de la existencia UNA. Igual que nosotros estamos objetivados, todo lo demás está también objetivado, y, mediante los dos objetos, se produce la interacción. Es sólo una y la misma conciencia la que interacciona entre nosotros y el otro objeto. Ya os expliqué cómo se trata de la misma electricidad la que actúa a través de muchas cosas, una conciencia que actúa a través de muchas cosas. Y, cuando hay diferencia de cualidad, encontramos diferentes manifestaciones. Así, como la electricidad, funcionando a través de diferentes equipos eléctricos nos da diferentes funcionamientos. Así que muchas actividades triangulares tienen lugar y, esa actividad triangular, depende de la cualidad de cada formación, así que existen tantas formaciones triangulares como variedades de formaciones existen. Según las variedades de formaciones que existen así habrá variedades de conducta. Así que la conducta es según la cualidad de la forma. 

De esta manera hay formaciones dependiendo de la cualidad y, donde hay variación de cualidad, hay variación también de formación. Así que está lo que se llama la variación del sonido, y como consecuencia se da la variación del color y la variación de forma. Así que las variaciones se manifiestan a través del sonido, a través del color como forma. Por eso es que a ciertas personas les gustan ciertos sonidos y difieren en cuanto a su preferencia por los sonidos y los colores. Según la diferencia de color se da la diferencia de forma. El estudio ocultista consiste en observar cómo existen los colores en su variedad, porque toda forma tal como la vemos tiene su propia combinación de color, desde el color azul celeste puro que es la manifestación más sutil, hasta el color marrón de la tierra, hay variedad de colores y, esa variedad, produce una variedad de manifestaciones. Esencialmente hay tres colores, que se pueden analizar más en siete colores y, esos tres colores, son un sólo rayo solar. Así que desde un sólo rayo solar, o luz, se produce la manifestación de los tres colores primarios que son: rojo, azul y amarillo dorado. Del rojo hay un análisis progresivo en naranja, rosa, rosáceo. Del azul se produce la manifestación del azul, o índigo, y del color violeta, como fruto de un análisis del color azul. 

Después del amarillo dorado se manifiesta como verde claro y verde. Así que todos estos colores vienen de una misma luz y lo mismo sucede con los sonidos. A partir de un sólo sonido surgen muchos sonidos y surgen en forma de vocales y de consonantes, y luego interaccionan unos con otros para formar palabras o frases. Cada vez que se produce una diferente combinación, o agrupación de letras o de sonidos, obtenemos un diferente significado, sin embargo se trata de un sólo sonido, ese sonido uno cuando se manifiesta en su variedad nos da diferentes significados y un efecto diferente. Lo mismo sucede con los colores. Así que la diferencia de color y la diferencia de sonido está considerada como la alquimia interna que hace posible la alquimia de creación. Así que, a fin de cuentas, si uno hace un análisis, todo procede de la unidad y va a la diversidad. La práctica ocultista consiste en observar la unidad en la diversidad, para que no nos perdamos en los detalles de la diversidad; es decir, que no nos desalojamos a nosotros mismos de nuestro centro de manera que cuando hayamos terminado la actividad, volvamos otra vez a regresar al centro. 

Toda la práctica del ocultismo consiste en conectar con el centro y actuar luego en la circunferencia; es decir, que vamos a la circunferencia para experimentar y después volvemos al centro. Como la cometa que vuela en el cielo, la cometa está intacta siempre que el hilo esté conectado en todo momento con su origen. Si se corta el hilo la cometa no puede volar y se pierde al viento. Así, también, cuando nosotros perdemos el hilo de la conciencia, a lo largo de nuestra actividad en la objetividad, nos perdemos en esa objetividad y no podemos volver a la fuente. Eso es lo que se llama el exilio del hijo. El hijo pródigo se perdió de su tierra natal. Así que el propósito de toda enseñanza ocultista es la de mantener el hilo subjetivo mientras actuamos en la objetividad. Adi Buddha dice: "Conecta conMIGO en todas tus acciones. No te olvides de Mí en la complejidad de la actividad objetiva." Con tanta variedad de acciones como hacemos es bastante posible de que nos olvidemos de quienes somos y, es bastante posible también, que nos olvidemos de la fuente de origen de la que hemos surgido. Si nos desconectamos a nosotros mismos de la fuente de origen, no tenemos ya más dirección en esta creación. Imaginaos la cometa que ha perdido el hilo. Vuela según la llevan los vientos y luego cae en alguna parte. Pero no llega a la fuente de la que surgió. Así que la meditación, como primer acto del día, nos hará conectar fuertemente con el alma y, manteniendo activo ese hilo de conciencia, nos exteriorizaremos en la objetividad. 

De este modo viajaremos desde el centro hacia la circunferencia por medio de esta hilo de conciencia. Es como un animal atado a una estaca. El animal puede ir hacia un cierto radio a pastar, siempre teniendo como base la longitud de la soga que está atada a su cuello. Una vez que termina de pastar, teniendo esa soga como base, vuelve hasta la estaca y descansa allí. Del mismo modo, con la cuerda de la conciencia como conexión, podemos funcionar a través del triángulo del pensamiento y, mediante la estrella de cinco puntas de los sentidos, llegar a la objetividad y, después, volver porque tenemos la ayuda del hilo de la soga para volver a encontrar el camino de vuelta. Si se corta el hilo nos quedamos perdidos en la objetividad. Las Escrituras Sagradas hablan de esta conexión con una ilustración. Imaginémonos que hay un pozo profundo lleno de agua, en el que parece que hay algo muy atractivo en el fondo de las aguas de ese pozo. Suponed que un anillo o un pendiente o un collar vuestro ha caído en el fondo del pozo, entonces véis que hay algo valioso dentro de las aguas del pozo. ¿Cómo entráis a ese pozo?. Atamos una soga al exterior y luego bajamos por ella hasta el fondo del pozo y, a medida que entramos en las aguas, encontramos muchas cosas en ellas. Así, muchas cosas atractivas van apareciendo una tras otra por debajo de esa superficie del agua. Así que las miraremos, las recogeremos y luego, una vez más, con ayuda de esa soga volveremos a salir del pozo. Pero, si mientras estamos metidos en el fondo del pozo, perdemos la soga, no hallamos la manera de subir a la superficie. ¿Cómo puede uno salir a la superficie del pozo si hemos perdido la soga que nos permitía entrar hacia el pozo?. 

Pues ese es el estado en que se encuentra el hombre que se ha perdido en la objetividad, que se ha perdido en el pozo de la objetividad y no tiene soga que lo suba hacia arriba. Hay una práctica para fabricar una soga desde dentro de nuestro propio ser. Hemos de desarrollar o fabricar esa soga desde dentro de nosotros y proyectarla hacia arriba y, luego, reforzar esa soga y asegurarnos que se queda amarrada a algo que hay en la parte de arriba del pozo y, con la ayuda de esa soga, volveremos a escalar hasta llegar a la parte de arriba del pozo. Esto es lo que se llama el sendero del Hatha Yoga. En el sendero del Hatha Yoga hay una autoascención, desde el centro de base hasta el centro de Ajna, desarrollando la voluntad de ascender. La elevación de la kundalini se lleva a cabo desarrollando una fuerza en sentido ascendente, mediante la técnica de la respiración. En el Hatha Yoga existen las prácticas de respiración como kumbaka y reixaca, es decir, manteniendo la respiración o no, exhalándola. Entonces la conciencia tiene movimiento hacia arriba. Luego reforzamos ese movimiento ascendente y, junto con él, nos movemos hacia arriba. El Hatha Yoga describe el desarrollo de este hilo de conciencia como chitrini y, mediante el sendero de chitrini, la conciencia es elevada desde el centro de base hasta el centro laríngeo. 

Así es como toda persona tiene que llevar a cabo su propio ascenso, una vez que se ha quedado sin cuerda, de la cuerda o hilo, de la conciencia. En el caso de la práctica del Raja Yoga hay alguien arriba que nos envía una soga al pozo, nosotros tendremos que agarrar esa soga para subir. Por eso está la práctica del Raja Yoga en la que se nos da cierta ayuda desde los Círculos Superiores. Eso es lo que se llama el sendero del Maestro y del discípulo. El Maestro ayuda para que el discípulo suba o sea llamado hacia arriba, es decir que le presta ayuda al discípulo para que éste pueda ascender En ambos casos siempre es el discípulo el que tiene que subir. El primer caso es un autoascenso, en el segundo caso se recibe la ayuda de aquél que ha llegado al estado de conciencia. Así que Adi Buddha dice: “Conéctate a Mí, te será más fácil ascender y descender." Cada vez que vayáis a la objetividad no olvidéis que sois el alma y que como alma nos estamos exteriorizando a través de la mente, los sentidos y el cuerpo. La otra afirmación que dijo fue: “Cuando actuáis, estáis actuando conMIGO". Porque todo lo que existe en la objetividad es una manifestación de la conciencia, tanto como lo somos nosotros. 

Ayer os explique cómo a partir del gran depósito de conciencia se produce la individualización, y cómo el individuo entra en un marco de pensamiento y actúa después en lo de afuera, así que su funcionamiento es sólo un funcionamiento de la conciencia. Lo mismo sucede en el caso de la otra forma. Igual que yo me despierto, yo pienso y yo actúo, vosotros también os despertáis de esa misma fuente y también recibís un pensamiento, igual que lo recibo yo y, a través de vosotros, también es la conciencia la que se está exteriorizando, pues a través de mí también es lo mismo. Así que más allá del pensamiento de dos formas, lo que existe es únicamente conciencia o luz. Así es que la interacción entre dos formas es sólo una interacción entre la conciencia. Hay toda una serie de particiones, digamos son rectángulos con un círculo en el centro y, nosotros estamos fuera como conciencia. Así que estos tres rectángulos con un circulo en el medio los llamamos pantallas. A partir de la conciencia absoluta, cuando se localiza, nos convertimos en el alma, que sería la primera figura. Después entramos en un pensamiento que sería la segunda figura. Un pensamiento que es un triángulo y, después, entramos en los sentidos, que sería una estrella de cinco puntas, y después nos exteriorizamos a través del cuerpo y, así, es como llegamos hasta la objetividad.




De la misma manera la persona con quien interaccionamos pasa también por todos estos portales, aunque hay una diferencia o variación en el pensamiento, sin embargo el hilo de conciencia es el mismo. Él proviene de la misma fuente de origen de la que provenimos nosotros y, a través de todas estas pantallas o portales, es la luz la que está interactuando. El resto puede ser un animal, una persona, o una planta, o un artículo. Pero todo es el trabajo químico de la conciencia y nada más. Así que la enseñanza de Adi Buddha (este es el punto seis) es que cuando estáis actuando con algo, estáis actuando conMIGO. Lo único es que esos otros, con quienes actuáis, están vestidos de manera diferente, igual que nosotros también nos vestimos distintamente unos de otros. La ropa que yo tengo es diferente de la que tenéis vosotros y también esta ropa de la piel, es diferente de la vuestra, pero sólo el ropaje es diferente, el contenido es el mismo. 

Adi Buddha nos dice: "No os olvidéis de Mí cuando estáis en acción con la gente, porque en esencia sois todos YO, así que sólo hay dos, vosotros y YO, y jugamos desempeñando muchos papeles." Si os recordáis a vosotros mismos como la conciencia de tú, os olvidáis de la fuente de origen, pero si os recordáis como la conciencia de YO, jugáis o actuáis con conciencia y, entonces, esa actuación o juego no os creará consecuencias. Así que el que actúa es la conciencia y con quien está actuando es también la conciencia y la acción misma. Si ya no no nos acordamos del UNO, entonces perdemos el juego. Si seguimos recordado al UNO en todos entonces no perdemos en ese juego. Por eso, en el Antiguo Testamento se dice: “Yo no tolero a un segundo”. La frase original dice: “YO, Dios, el Señor, Soy un Dios celoso, no acepto a ningún otro”. Esa traducción es una traducción muy mala porque Dios no es un Ser celoso. Lo que quiere decir es que hay sólo una existencia y que no hay ninguna otra. Si vemos esa segunda, o esa otra, somos fruto de un espejismo. Así que cuando uno trabaja, trabaja con la conciencia y el que está trabajando es también conciencia, y el trabajo mismo es también conciencia, todo es conciencia y no hay una segunda cosa. Así que cuando comprendemos las cosas así, no nos perdemos en la creación. El propósito de la mente, los sentidos y el cuerpo es sólo para el juego de la conciencia pero si nos olvidamos de este propósito el juego se hace complicado. Adi Buddha dice (este es el séptimo punto): "Actúa conMIGO. Actúa por Mí. 

No actúes por los demás." Si actuamos por los demás quedamos condicionados. Así que no actuemos, pongamos por caso, por un resultado. Si actuamos por un resultado la belleza de la acción se pierde. Suponed que debéis cultivar un árbol, ir experimentando su crecimiento. Toda transformación que va surgiendo desde la semilla hasta convertirse en planta, y esa planta en árbol, todas las sucesivas transformaciones que son millones, en número, nos dan alegría cuando las observamos. Pero si cultivamos el árbol para que nos dé el fruto, mientras es todavía una semilla, estaremos pensando: "cuando crecerá y me dará el fruto". Al día siguiente, iremos y veremos que ha despuntado algo de esa semilla, una cosa muy pequeña, y al día siguiente un poquito más, así que tenemos que esperar hasta que se convierta en planta, y seguir esperando hasta que crezca y se convierta en árbol y, luego, tiene que hacer ramas y florecer y, después, dar el fruto. Y en ese proceso no tenemos paciencia para esperar, porque la mente se ha ido ya hacia el fruto futuro, y no puede disfrutar de los millones de transformaciones que se están produciendo. 

Con frecuencia, suele pasar, que cuando sale el fruto y nos lo comemos, la alegría es sólo momentánea; por el contrario el crecimiento del árbol es un proceso continuo, así como también su proceso de fructificación. Si nos podemos asociar con esa transformación del árbol y su fructificación, con todo ese proceso, desde la semilla hasta la planta, la planta al árbol, la alegría será continua. Pero si queremos alegrarnos sólo cuando comemos el fruto, nos hemos negado la alegría continua y la hemos limitado a una alegría limitada. Del mismo modo queremos tener un buen hijo o hija, pues ya desde el día de la concepción pensamos, estaría bien si fuera médico. Primero tiene que nacer, luego se le tiene que dar un nombre, luego se le tiene que dar alimento y vestirlo y, luego, se le tiene que enviar a la escuela y, luego, tenemos que asegurarnos de que estudia, y si estudia o no estudia es nuestro problema. Así que, ¿cuantos años tiene uno que esperar para obtener ese resultado?. No menos de veinticinco años. Y luego cuando se hace médico nos dice adiós. Casi que es una felicidad momentánea cuando uno trabaja por el resultado. Si somos verdaderamente sabios, no trabajaremos por el resultado, sino solamente para disfrutar. 

Son los no sabios quienes trabajan por el resultado. ¿Por qué no puede uno disfrutar del crecimiento del hijo ya desde el primer día?. Viendo y disfrutando cómo se van desarrollando las facultades en el niño y cómo va desarrollando sus propios gustos y aversiones, cómo va desarrollando sus percepciones sensoriales y cómo van desenvolviendo gradualmente sus pensamientos. Qué es lo que le hace pensar a un niño en una dirección determinada. Observar cuando eso está sucediendo es una alegría continua. Pero si hacemos un programa futuro y lo esperamos, la espera es lo peor que le puede pasar a cualquier persona. Es muy doloroso esperar, y pasamos por ese dolor para disfrutar luego por una alegría momentánea. Así que la primera cosa que toda doctrina nos dice es que no trabajemos por el resultado porque, si es así, nos estamos negando la alegría de trabajar. El que trabaja por el resultado pierde la felicidad del trabajo. Muchas veces os digo cómo hay gente que trabaja por su provecho o por el dinero, trabajan 30 días por el salario y la felicidad del salario no dura más de un día y tenemos que volver a trabajar, para los siguientes 30 días poder recibir otro salario. Después tenemos el salario ante nosotros un momentito. 

Nos llega a las manos y tal como nos llega desaparece. Tenemos que pagar la casa, las facturas, la comida, tantas cosas como tenemos por pagar y al final, al día siguiente, sólo nos queda el trabajo por hacer. Así que el trabajo es una cosa continua para nosotros, el beneficio es algo momentáneo. Entonces la cuestión está en saber si queremos ser momentáneamente felices o siempre felices. Cuando empezamos el viaje desde Barcelona a Onda, hicimos 300 kilómetros. ¡Oh, Cuanto se tarda, son dos horas!. Pues, esperar a que pase el tiempo en el que completamos las dos horas, es una cosa, es decir: "¿cuándo llegaremos a Onda?, ¿cuándo llegaremos a Onda?". Así no disfrutaremos del viaje. El camino que va de Barcelona a Onda es muy bonito y, ¡sólo Dios sabe cómo será Onda!. Todos queremos ir al Ashram de un Maestro sin saber cómo será ese Ashram. El sendero que va hacia al Ashram es de gozo, para disfrutar; no creáis que en el Ashram vais a encontrar agua caliente para ducharos. No tendréis agua caliente, y no podréis pedirle al Maestro agua caliente. Tendréis piedras para dormir y no colchones y, puede que tengáis que vivir comiendo hojas y frutos y, además, unicamente las hojas y los frutos que se caen sólos de los árboles, porque los Maestros no creen en arrancar nada de los árboles, sino que sólo toman la hoja o el fruto que el árbol deja caer. Así que sólo Dios sabe cómo serán las cosas en el Ashram. Nosotros no lo sabemos. Entonces, ¿por qué aspiramos hacia algo que no esta presente todavía?. 

Haciendo esto perdemos la alegría del presente. El camino que lleva hacia Onda podrá ser bien experimentado y vivido y, de paso, llegaremos a Onda. Pero llegar a Onda no debe convertirse en una preocupación en nuestra mente. Cuando estamos en la acción, estamos disfrutando de esa acción y, al mismo, tiempo llegaremos a Onda. Como estamos disfrutando tanto del viaje, no nos damos cuenta de que estamos viajando. Y, de repente, alguien nos dice hemos llegado a Onda entonces decimos: "¡ya!, ¿tan pronto?". Por eso yo le digo a mi amigo: "no conduzcas tan de prisa. No hay prisa por llegar". Hay gente que piensa que tiene que llegar rapidamente hasta Shamballa, pero ¿qué va a hacer uno al llegar allí?. En realidad no lo sabemos, sino que es una especie de espejismo que desarrollamos en nuestra mente; muchas veces no sabemos lo que haremos cuando llegamos a nuestra meta. Cuando éramos estudiantes pensábamos, "¿cuándo terminarán los estudios?". Entonces, uno así no disfruta en absoluto de la educación, de los estudios, porque siempre está preocupado por acabarlos. Los que habían completado sus estudios nos decían, no los acabéis tan pronto, este es el mejor momento de vuestras vidas. Pero los estudiante decíamos, "si, él piensa así porque ya los ha terminado". Pero, nosotros, una vez que terminamos los estudios, o la carrera, nos vemos metidos en otro berenjenal aún mayor y, entonces, si que pensaremos, "cuando éramos estudiantes, aquellos días, si que eran buenos". Siempre tenemos la impresión de que cualquier tiempo pasado fue mejor, lo que significa que nunca aceptamos el presente. 

Después de terminar los estudios nos casamos, creyendo que el matrimonio es un camino hacia el cielo, pero aquellos que se han casado antes que nosotros, nos dicen, "no tengas prisa por casarte". Y nos dicen, "sin saberlo me metí en un gran berenjenal. Así que no hagas tú lo mismo. Puedes ir llegando y hacerlo pero, despacito, no hay prisa". Y lo mismo pasaba con los exámenes, cuando éramos estudiantes. Estudiar para los exámenes no era ninguna cosa bonita. Si uno estudia por el conocimiento, recibe la belleza de esa materia que se nos abre, pero como la mayoría de los estudiantes estudian para los exámenes, los estudios son aburridos. Tenemos que hacer comprender a los estudiantes que están estudiando para aprender la materia y no para los exámenes, y que están estudiando para experimentar el estudio. La acción es para experimentar la acción y no por un resultado. Cuando perseguimos un resultado, la acción es monótona, seca y aburrida. Así que como generalmente pensamos en un resultado, nuestra acción no es algo querido. La persona que hace la acción con cariño, no se preocupa por el resultado, y no se preocupa por el futuro, y no piensa en absoluto, "¿que pasará a finales de siglo?". Hay muchos que están preocupados en qué pasará en 1.999, eso quiere decir que han tachado de su calendario, 1.995, 1.996, 1.997 y 1.998, pues ya incluso hoy están muertos. Porque, una cosa que tenía que pasar en el '99 ha pasado ya psicológicamente hoy con esa persona. Si alguien dice, "se dice que todos vamos a morir en 1.999", resulta que esa persona muere antes de 1.999. Así es como muere la gente, sin vivir en el presente. 

Las personas que viven en el pasado, y las persona que viven en el futuro, no están viviendo para el presente. Así que están muertos al presente. Así que la cosa no cumple ningún propósito o no tiene ningún sentido. Por eso hay que actuar, para experimentar, para experimentarME a MÍ. Toda acción nos puede dar la experiencia de la conciencia. No hay acción que no nos de esa experiencia, siempre que entendamos este concepto de la conciencia del alma. Adi Buddha dice, "actúa conMIGO, actúa para MÍ y no actúes para otros". Esto no quiere decir que yo no actúe para vosotros. Es decir, que si cuando actuamos no ME véis a MÍ en el otro, entonces sólo consideraréis al otro como algo exterior a vosotros, es decir, otra cosa diferente de MÍ. Otro, es una palabra que indica otra cosa diferente de YO SOY. Esto significa no actuar con otra formación que consideréis diferente de MÍ. Cuando ME ignoráis a MÍ, entonces estaréis actuando extrañamente, lo que os causará consecuencias. Cuando ME miráis a MÍ mientras actuáis, actuaréis como conciencia y, por consiguiente, no sufriréis consecuencias. Pero si veis algo como distinto de MÍ, entonces actuaréis por demás o por de menos y, eso, os traerá consecuencias. 

Si uno actúa tanto como se precisa, eso no tiene consecuencias, pero si actuamos con este "software" de efecto, la cosa tiene consecuencias. Eso es lo que se llama actuar por lo otro, y bajo este actuar por otra cosa, en esta categoría, viene también el actuar por un resultado, actuar por un beneficio, actuar por el confort, actuar por el éxito. Todas estas son acciones que nos llevarán lejos de la felicidad inherente en la acción. Por eso hemos perdido la clave de la felicidad y, desde la infancia, se nos enseña a hacer las cosas por un resultado, por un beneficio, por una comodidad y por el éxito. Por eso hemos desarrollado una aversión hacia la acción. Queremos evitar la acción o sólo tenemos una actitud de hacer las cosas por el beneficio, por la comodidad o por el éxito, por eso la humanidad ha perdido la felicidad que era su propiedad inherente. Daros cuenta que contentos están los padres cuando tienen un hijo recién nacido, dándole de comer, cuidándolo, vistiéndolo. Es muy grande la felicidad cuando un niño llega a casa. Si le preguntamos a la madre o al padre de ese niño si tienen ellos mismos comodidad o confort, veremos que muchas veces no duermen bien por el niño. Los padres cuando están criando al hijo no se preocupan por su comodidad personal. Así es que la comodidad no da la felicidad. 

Hay algo más allá de la comodidad física que tiene felicidad. Uno no puede ponerse una piedra en el regazo y hacer eso que hace Aurora moviéndose todo el tiempo (meciendo a su hijo). Podemos tomar un peso equivalente al de nuestro hijo. Y pregunto además: ¿cuál es el beneficio que uno recibe de esto?. Financieramente sólo significa pérdidas. Tenemos que comprar leche en polvo, ropa, tenemos que comprar un camioncito y todos los nuevos modelos de zapatitos y, luego, tenemos que enviarlo a la mejor escuela que podamos, darle la mejor educación, todo lo que creemos que es mejor para el hijo, que no es, como digo, ni cómodo, ni nos resulta beneficioso. 

Y si luego, al fin de cuentas, es un éxito o no nadie lo sabe. Y, sin embargo, ¿por qué demostramos tanto cariño?. ¿Por qué tenemos esa identificación?, no tenemos la sensación de que ese hijo sea algo diferente a nosotros. Es parte integrante de nuestro propio ser. Así que no tenemos la impresión de que le estamos haciendo algo a otro, a algo fuera de nosotros sino que estamos actuando para nosotros mismos, eso significa actuar para MÍ. Justo por eso, porque sentimos que es parte integral de nosotros mismos, no pensamos en el resultado, en el beneficio, en la comodidad o en el éxito. Estamos contentos con él. Hasta el momento en que comienza a demostrar una conducta en la que empezamos a pensar que ese hijo o hija ya no es tanto una parte integral de nosotros, y entonces vendremos a consultar. Tengo un problema con mi hijo/a. Y, ¿por qué? Porque ya no tenemos identificación con ellos. Así que si os identificáis conMIGO en todo lo que hacéis, se experimentará una continua felicidad y no tendremos otra alternativa, sino sólo felicidad.


Por eso ayer cuando hablaba de los sabios dije que eran felices porque viven en comunión con el UNO, que hay en todo y en todos, y por eso son felices. No necesitan nada externo para ser felices, no necesitan que se les haga felices tampoco porque ya lo son. No tenemos que decirle a esas personas: "¡feliz cumpleaños!". Por qué le tenemos que decir a una persona feliz cumpleaños cuando ya es feliz. Tenemos que desearle feliz cumpleaños a una persona que no es nunca feliz, para que al menos el día de su cumpleaños lo sea. Hay personas que se lamentan de haber nacido y se dicen en el día de su cumpleaños: ¿por qué habré nacido?. Todas esas preguntas surgen en nosotros cuando nos desconectamos de la conciencia del YO SOY. Así que empecemos el día meditando en le corazón, ese es el primer paso que hay que dar en el día, para que establezcamos una robusta conexión con aquél que está presente por todo el todo. 

Y luego, cuando actuemos, lo cual es inevitable una vez que nos levantamos, no os olvidéis de MÍ en la acción. Si podéis tenerme a MÍ en la acción experimentaréis mejor la belleza de la vida. Pero si véis otra cosa que no sea YO, os confundiréis y sufriréis un espejismo. Ver otra cosa que no sea la conciencia es el comienzo de la caída. Así que la acción no tiene por que obstaculizar nuestra experiencia de la conciencia, por eso Adi Buddha, como segundo paso nos dice: “En el mundo estáis actuando en verdad conMIGO y estáis actuando para MI, no estáis actuando para nadie más”. A veces recibimos ideas como, "¿porqué tengo que trabajar yo para los demás?". Entonces, dejaremos de trabajar y nos meteremos en nuestro propio berenjenal. Nuestros problemas empiezan cuando dejamos de actuar. Así que cuando dejamos de actuar, entramos en un vació, porque creemos que toda acción es insignificante pero, sin embargo, necesitamos alimento, necesitamos vestirnos, esas cosas no nos llegarán si no hacemos algo, entonces empiezan los problemas. Así que la acción es el camino hacia la felicidad, la acción es inevitable, así que si es inevitable entonces es mejor que sepamos cómo actuar. Adi Buddha nos lleva directamente al punto cuando nos dice: “Estáis actuando conMIGO cuando hacéis todo lo que hagáis, cuando me ves a mi en todas vuestras acciones estaréis en felicidad continua y seguiréis actuando sin crear karma. Será una acción con libertad que no os condiciona”. 

Cuando actuamos por el resultado, por el beneficio, por la comodidad o por el éxito se produce el condicionamiento y actuar de esta manera produce también motivos ulteriores. Toda esta parte de trabajar por el beneficio, por la comodidad o por el éxito, produce motivos. Así que los motivos vienen de esta orientación hacia el resultado, el beneficio, la comodidad o el éxito. De esta forma, tenemos una causa para actuar y, esa causa, tiene su efecto y, ese efecto, nos traerá otra causa, producirá otra causa, y de este modo entramos en un mundo de CAUSA Y EFECTO. Y buscamos soluciones en este mundo de causa y efecto, cosa que nunca encontraremos, porque esto es un círculo vicioso en el que caemos, buscando la causa de cada efecto y buscando el efecto de cada causa. Esta es la manera por la que el pensamiento queda condicionado y da vueltas dentro de un circulo y nunca será posible salir de él, y nosotros intentamos hacerlo encajar todo en ese mundo de causa y efecto y, luego, no comprendemos, porque la creación como tal, no encaja dentro de nuestro mundo de causa y efecto. ¿Por qué ha de dar frutos el árbol?. Da frutos porque no tiene la lógica humana. Así que tiene suerte, porque no tiene la lógica de los humanos. ¿Por qué debe la vaca comer hierba para dar leche?, puesto que la leche de la vaca no le es útil a la vaca misma. 

O ¿acaso la vaca se bebe toda su propia leche?. La cosa no tiene lógica, desde el punto de vista de la lógica humana. La lógica humana es una cosa muy pequeña, pero queremos que todo el cosmos entero encaje en esa lógica tan pequeñita; por eso el ser humano nunca puede comprender las leyes del universo. Hemos de crecer un poco más arriba de esa ley de causa y efecto para tener la gran visión del universo y conocer las leyes de por qué funciona así. Sabremos por qué los árboles dan fruta, y por qué la vaca da leche e incluso nos da la piel. El animal es útil hasta incluso cuando muere; sin embargo, no así la piel de los seres humanos. ¿Para qué sirve la piel de los seres humanos?. Al menos la de los animales es útil después de su muerte. ¿Véis lo útiles que son las plantas y los animales?, no trabajan para sí mismos, sino que trabajan totalmente para los demás, porque en nosotros está la conciencia del YO SOY. Lo mismo sucede si un ser humano está de lleno por los otros, si trabaja por los otros será tan equilibrado como cualquier otra cosa en la creación. Por eso Krishna dice: “Hay sólo dos maneras de acción. Actuar por el beneficio o éxito de uno mismo o trabajar por el beneficio de los demás”. Si trabajamos por lo demás estamos en sintonía con la naturaleza, así es como lo hacen las plantas y los animales, así es como hacen también los minerales, así es como hacen también los devas, así es como trabajan también los elementos. Nosotros somos los únicos enfermos que no actuamos de esa manera. 

Así que superemos nuestra enfermedad, superar nuestra enfermedad es la enseñanza que nos da Krishna en relación a la acción. Y Krishna dice: “Miradme, en los tres mundos, yo no tengo por qué hacer nada por los demás. No tengo obligación de hacerlo, sin embargo hago cosas por los demás y, me podréis preguntar, que por qué las hago, lo hago por la alegría que me da hacerlo". Así que aprendamos a actuar de este modo y no reduzcamos la belleza de nuestra vida a la causa y el efecto. También podemos leer, por favor, la descripción de Madame Blavatsky, acerca de la insignificante teoría humana de causa y efecto. Es tan insignificante que a menos que salgamos de ella, no podremos disfrutar de la vida. Y esta es la doctrina de acción que nos da también Adi Buddha. Así que la tercera enseñanza tiene que ver con tres aspectos: la falta de deseo, servir a los sabios, ayudar a los débiles. El cuarto punto es la meditación como el comienzo de nuestro trabajo. El quinto paso es: "conecta conMIGO en todas tus acciones, no salgas afuera dejándome a MÍ y tenME como amigo en todo momento". El seis: "cuando actuéis estáis actuando conMIGO", eso no es una instrucción sino que es la verdad. El número siete es: "actúa conMIGO, actúa para MÍ, no actúes por otras cosas como resultado, beneficio, comodidad, éxito etc.", porque eso es lo que produce los motivos en nuestra acción y, poco a poco, caeremos en el mundo insignificante de causa y efecto. Y, entonces, quedamos reducidos en nuestro ser y quedamos condicionados por nuestros actos que se derivan de nuestras causas. Para actuar sin causa alguna, ya veremos cómo es por la tarde. Tendremos que dejar para ellos el cuerpo causal. 

La acción, según una causa y efecto, es lo que produce el cuerpo causal y, entonces, estamos en una prisión. Una de las buenas enseñanzas que nos dan los buenos maestros, es que destruyamos nuestro cuerpo causal. Cuando nuestro cuerpo causal se quema, el karma se quema y, a partir de ese momento, actuamos sin karma. Lo que nos da una felicidad al cien por cien. Esa es la diferencia entre un iniciado y uno que no lo es. El iniciado trabaja sin un por qué. Si le preguntamos ¿por qué curas?, él no tiene causa para hacerlo. Si le preguntamos ¿por qué enseñas?, no tiene causa para ello, pero si a nosotros se nos pregunta ¿por qué hacemos algo?, siempre tenemos una causa para decir. Ellos no tienen causa, o no tienen por qué, y por eso no tienen cuerpo causal. Nosotros tenemos un montón de causas personales y, por eso, tenemos un cuerpo causal muy fuerte. Por eso nosotros morimos y ellos no mueren. La gente que no tiene cuerpo causal no sufre la muerte. 

La gente con cuerpo causal muere. El cuerpo causal es algo que surge de la vida de causa y efecto, que (a su vez) es el producto de los motivos y, los motivos, son producto de la vida pensando sólo en uno mismo, para nuestro beneficio, para el confort de uno mismo y para el éxito de cada uno; es decir, todo el mundo preocupándose por sí mismo y no pensando en el beneficio de la colectividad. Esto es lo que llamamos la involución. Durante el curso de la involución, la creación involuciona de la unidad a la diversidad, así que se forman las unidades individuales y, luego, como fruto de la ilusión y el espejismo uno cae preso de la separatividad y todo el mundo tiene la sensación de que tiene que trabajar para uno mismo y, si no, no hay manera. A menos de que trabaje para mí mismo y para mi beneficio no puedo sobrevivir. Ese es el tipo de situación en la que acaba todo esto, en este mundo de la causa y efecto. Luego las formaciones van entrando más y más en la separatividad y con el consiguiente ahogo en la vida. Hay cada vez un estrechamiento mayor y, como consecuencia, menos respiración en la vida. Eso es lo que va causando el ahogo, y la gente hace cada vez más esfuerzo para sobrevivir. Así es como desarrollamos un cuerpo causal muy fuerte. Así que, este cuerpo causal, es el que se debe destruir si uno quiere vivir en un estado liberado, y la manera de debilitar y disolver este cuerpo causal es invertir el proceso. Al invertirlo comenzamos a trabajar para los demás en lugar de trabajar para nosotros mismos. 

El esfuerzo del estudiante espiritual tiene que ser trabajar para los demás, y al trabajar para los demás se da cuenta que, también, está trabajando para sí mismo, pero en este trabajo ya hay un mayor espacio para respirar y menos ahogo. Y, como consecuencia, se anima a trabajar para los demás y comprende que hay belleza y alegría al trabajar para los demás. Eso es lo que expliqué por la mañana, cuando hablé de la alegría de los padres con sus hijos. Cuando trabajamos para los demás, alcanzamos un estado en el que llegamos a abrir el corazón. Sólo cuando nuestro corazón está abierto hay pie para trabajar por otros. Así es que, invertir este proceso involutivo, produce la debilidad del cuerpo causal y, poco a poco, uno comprende que en la creación, uno trabaja para el otro y por eso nosotros debemos de trabajar, unos para otros, sin esperar ningún beneficio. Así que el motivo del beneficio muere, el trabajo permanece y, ese trabajo, beneficia a otros, pero, al mismo tiempo que nosotros hacemos que otros se beneficien, nos beneficiamos nosotros también, igual que las plantas benefician a los animales y a los humanos y, las plantas, reciben también los beneficios de los minerales de la tierra. Así que los minerales benefician a las plantas, las plantas a los animales y a los seres humanos, los animales benefician al reino mineral y a los humanos y, los seres humanos, también aprenden a beneficiar a las plantas, a los minerales y a los animales, recibiendo beneficio también de los minerales, de las plantas y de los animales. Esto es lo que se llama convivencia de grupo. Compartir lo que sabemos hacer con otros. 

El hombre puede arar la tierra y producir la transformación de los metales, hacer que crezcan las plantas y alimentar a los animales y, mediante ello, recibir de la tierra, de las plantas y de los animales. Esa es la manera como se debe vivir. En este proceso todo es mutuo. Es una asistencia mutua, uno ayudando al otro, en lugar de uno ayudándose sólo a sí mismo. Cuando yo os ayudo, vosotros me ayudáis, entonces yo tengo el placer de asistiros, ayudaros y, vosotros, tenéis el placer de hacer lo mismo conmigo. Cuanto más os asisto, más me asistís vosotros a mí. Cuando yo trabajo para vosotros, vosotros trabajáis para mi, de una manera natural, no hay ningún aspecto comercial en esto. Así que se produce el flujo del amor y de los sentimientos fraternales. Así que la cosa se hace tan natural, que la pregunta del, ¿por qué?, no surge, igual que la madre no se pregunta, ¿por qué?, cuando está sirviendo a su hijo. 

Si le preguntáis a una madre, ¿por qué tiene en brazos en todo momento a su hijo?, la madre nos mirará pensando que estamos un poco locos, porque a tal pregunta no hay respuesta. La experiencia pura no tiene ningún por qué. Si una niñera está cuidando un niño, y recibe dinero por hacer de baby sitter con ese niño, la experiencia no es una experiencia pura. Si le preguntáis por qué tiene cuidado del niño, la respuesta es porque me pagan. Pero si no le pagaran, dejaría inmediatamente al niño. Así que, ahí es donde uno trabaja para sí mismo; pero en una situación en la que uno trabaja para el otro, y cuando llegamos a la destreza total, el ¿por qué? no surge. Si uno de nuestros hermanos empleara estas mismas horas que emplea aquí, en el Banco, recibiría dinero a cambio y, si otro de los hermanos, que está aquí también, empleara todo el número de horas que emplea aquí, en el restaurante, recibiría mucho más dinero. Pero entonces, ¿porqué está aquí?, participando en esta convivencia de grupo, sentado allí delante de las máquinas y, grabando las cosas, sin cobrar nada por ello. Véis, todos nosotros nos hemos reunido aquí, y lo hemos hecho voluntariamente. 

Lo normal es que si el tiempo y la energía que damos aquí, la diéramos en otra parte, recibiríamos dinero por ello, sin embargo, preferimos que no nos den dinero, pero tener comunión en la conciencia, ¿No es cierto?. Entonces, si le pedimos a nuestro hermano que por qué está empleando aquí todo este tiempo, aún grabando cintas, el nos diría no sabéis lo bello que es hacer esto. Mucha gente que os conoce en el mundo exterior, creen que estáis perdiendo el tiempo haciendo esto, porque no tiene ningún sentido comercial; entonces, la gente lo entiende como una pérdida de tiempo, pérdida de dinero, pérdida de energía, porque lo ven todo desde el punto de vista del motivo. Aquí todos ayudan a todos sin buscar una remuneración. ¿Quién está pagando a quién?. Nadie paga a nadie, y sin embargo todos estamos viviendo felizmente durante toda esta convivencia de grupo. Así que la vida de grupo es una demostración de una manera de vivir, en la que todos trabajan para todos y reciben lo que tienen que recibir, sin cobrar una paga. Suponed que tuviéramos que pagar por cada una de las cosas con las que todos los miembros del grupo ha contribuido a esta convivencia. Suponed que tuviéramos que pagar a nuestro hermano Jesús por la traducción, eso tiene un precio. 

O suponed que yo os diera una sabiduría y le pusiera precio, o que diera consultas y les pusiera también precio. Jordi o Josep, que están grabando allí las cintas, pusieran un precio por hacerlo, y el otro hermano que está ahí con el vídeo, pusiera un precio por su filmación, y otra persona que viene de otro país, y que está traduciendo para los de ese país, le pusiera un precio a esa traducción; entonces, no habría tanto espíritu. Aquí todo el mundo está trabajando por sí mismo, pero en beneficio de los demás, y nadie tiene la impresión de que no se le paga, es decir que ni siquiera se les ocurre esa sensación de remuneración, porque la belleza de la vida misma es ya la paga. Así es como las causas mueren y la vida permanece. Así que, si la causa muere y la vida permanece, es una vida mejor y eso puede suceder sólo cuando uno trabaja por los demás. La experiencia pura se recibe mejor cuando dejamos de preguntarnos, ¿qué es lo que hay para mí?, en cualquier cosa que hagamos, o ¿en este trabajo concreto qué es lo que yo recibo?. Eso es lo que construye el cuerpo causal. Cuando uno se olvida de lo que ha de conseguir por lo que hace, poco a poco el cuerpo causal muere, la gente trabaja olvidándose de lo que tiene que conseguir. Así que es un trabajo en el que hay alegría. Si, ahora mismo se han presentado las pinturas, que han sido hechas según una cierta inspiración, y que fueron presentadas en la convivencia de grupo del "May Call Day" en Alemania; el grupo sintió que se debía compensar ese trabajo, y lo que saliera, sería utilizado para la vida de grupo. Así que era la respuesta de grupo para recompensar ese trabajo. 

Esa persona no pensó en ponerle precio, la gente de Alemania contribuyó a ese trabajo y, para su más absoluta sorpresa, esta mujer, al final de la convivencia de grupo en Alemania, recibió la misma cantidad de dinero que invirtió para producir todos estos cuadros, y se quedó muy sorprendida y, entonces, nos dio unos cuantos cuadros para que los lleváramos a los lugares donde vamos. Y dijo: "haced lo que queráis con ellos" y dijo además: "es una alegría compartirlos con los demás grupos nuestros", y han llegado aquí ahora. Nadie ha decidido su precio. Alguien como él, se sintió inspirado para darle un precio que sea razonable, y luego ya encontrarán su propia expresión, porque estos cuadros han sido traídos sólo por la alegría de la inspiración. Todos los que han actuado como los iniciados, hacían las cosas así, no tenían causas personales al servir a la humanidad, ni tampoco sufrieron la ilusión de que habían venido para salvar al mundo. Ninguno de esos seres a los que veneramos, y están en el altar, vinieron aquí con el propósito de salvar al mundo. Ellos vivieron en comunión con la Conciencia Universal y eso de por si, es ya todo para ellos. Pero como estaban en comunión con el Alma Universal, el plan del Alma Universal, fluyó a través de ellos. 

Como consecuencia, hoy los reconocemos como Salvadores. Buddha nunca dijo soy un Salvador, ni Jesús dijo yo soy el Uno. Cuando otros le dijeron a Jesús que Él era el elegido, Él dijo: "vosotros también". Estos iniciados no vinieron atribuyéndose nada, y no tenían motivos, no trabajaron con motivos ulteriores, y demostraron cómo vivir sin motivos y cómo vivir en reciprocidad, uno ayudando al otro. Tanto como uno ayuda al otro, así recibe ayuda a través de otras fuentes. Hay una historia clásica que se le cuenta a los niños en la India, para trasmitirles el correcto contenido de la vida. La historia dice así: "En India hay sabios védicos que cantan los vedas, van de puerta en puerta y cantan el veda y reciben los donativos o limosnas tal y como se los quiera dar el propietario de la casa. Ellos no exigen nada. Van a una casa y cantan los himnos védicos y lo que se les da lo toman y viven con eso. Normalmente van de dos en dos y se cree que cuando vienen, y cantan los vedas, es una especie de bendición para esa casa. Los dueños de las casas quieren que vengan a ellas esos doctos que cantan los vedas. Ellos cantan y se van, y no piden nada, porque creen en el veda, y el veda habla de la reciprocidad. Ellos cantan el veda, y el veda, tiene cuidado de ellos. Un día, en su quehacer, se encontraron en la casa de una persona muy, muy rica, que estaba jugando al ajedrez con un amigo suyo muy sabio. Y mientras estaban jugando el ajedrez oyeron la noticia de que habían venido estos sabios védicos a cantar. 

El rico dijo: ¿para qué vienen?. Los sirvientes fueron y le preguntaron que para qué venían y los sabios védicos dijeron, sólo para cantar. Así que uno de los sirvientes volvió y le dijo al rico han venido, según dicen, sólo para cantar y el rico exclamó ¿sólo para cantar? No me lo creo, seguro que cantan y luego quieren que les demos algo. Entonces el amigo que estaba jugando con él le dijo, si, cuando cantan, normalmente la gente les da algo. Entonces, el rico dijo, ¡lo ves!. Están cantando por la limosna o por algo, entonces el sabio no replicó. El rico les dijo a los sirvientes que trajeran a los sabios védicos hasta la habitación, donde estaban jugando el ajedrez, entonces los sabios vinieron y cantaron. Y el rico dijo, tengo entendido que aceptáis limosnas después de cantar el veda y los sabios dijeron, si, lo hacemos. Entonces, el rico dijo, ¿qué recibiré yo porque vosotros cantéis los vedas en mi casa?. Vosotros recibís limosna de mí, pero ¿qué recibo yo cuando cantáis los vedas aquí?. Entonces el bramin le dijo, la bendición. Y el rico le dijo ¿qué pasará si recibo yo la bendición?. Entonces el sabio védico le dijo, cuando recibes la bendición recibes también más prosperidad. Y el rico dijo, ¿qué pasará si soy más próspero?. Y el sabio védico le dijo, si eres más próspero, entonces, darás cada vez más ayuda económica a más gente pobre. Y el rico le dijo a su amigo, ¡vaya lógica tan pobre que es esta de los vedas!. Vosotros cantáis los vedas y recibís limosna de la gente, ¿por qué no puede vuestro cantar ayudaros directamente a conseguir dinero? 

Podéis cantar los vedas y haceros ricos, ¿por qué tenéis que ir de casa en casa como mendigos?. Y, luego de cantar el veda, recibís un dinero por lástima, ¿por qué debéis vivir en este estado de mendicidad y decir que vuestro cantar los vedas os da prosperidad?. Entonces, los sabios védicos dijeron, no podemos utilizar el veda para nosotros mismos. Cuando cantamos los vedas, no podemos pensar en recibir el beneficio directamente para nosotros, los himnos védicos los hemos de cantar en beneficio de los demás, y no los podemos cantar en beneficio nuestro. Ninguna ciencia oculta ha de practicarse en beneficio personal nuestro. Es la ciencia del sonido, la ciencia del veda es cantar el sonido. Esa ciencia ha de ser utilizada para el beneficio de los demás, no podemos utilizarla para beneficio nuestro. El veda habla de la reciprocidad. Así que nosotros lo hacemos en beneficio de otros y no miramos nuestro beneficio personal. Si tú nos quieres beneficiar, muy bien y, si no, nosotros no lo exigimos. Entonces, el rico les compensó bien y les dijo que se fueran. Después se quedó con su amigo y mirándole le dijo, ¿no te parece ilógico esto?. Dicen que tienen los conocimientos, la destreza y que no lo quieren utilizar para sí mismos. Entonces, el amigo le dijo, olvídate de esto. Vamos a seguir con nuestro juego, y siguieron jugando al ajedrez. Al cabo de un rato, durante el juego, el sabio le preguntó al rico: ¿Cuántas vacas tienes en casa? Y el rico dijo, muchísimas. Y ¿cuanta leche dan?. 

El rico dijo que cada vaca daba, por lo menos, cinco litros al día. Entonces, el amigo le dijo, ¿para que den tanta leche has de darle buena comida, buen pasto?, y el rico dijo, si, he comprado unas tierras para que las vacas pasten, hago crecer el mejor heno para que sirva de alimento a las vacas. Así es que cultivo el mejor heno en beneficio de las vacas, para que esas vacas den buena leche, y date cuenta de cuanta gente tenemos en casa, y todos ellos tienen que beber leche. Por eso compré una tierra especial, y cultivo también un heno especial para esas vacas. Entonces, el amigo le pregunto, ¿así que cultivas el heno, se lo das a la vaca, y la vaca, da leche a los miembros de tu familia? ¿No te parece que es una lógica muy pobre?, ¿Por que no te puedes comer tu mismo el heno?, Si tu te comes el heno, luego darás leche, así que te la puedes beber luego; entonces, ¿para qué tener vacas?. ¿Por que tienes que ir por ese camino indirecto, de alimentar a la vaca, para que luego te alimentes tú de ella?. ¿Por qué tiene que dar la tierra una buena calidad de heno?, y ¿porque tiene que comerse la vaca el heno y, después, darte a ti la leche?, y ¿por qué deberías tú, tomar la leche de la vaca, y darle luego heno a ella?, ¿no te parece que es un poco ilógico esto?. La vaca debería de beberse su propia leche, para que no dependiera de los demás, y tu deberías comerte el heno, para dar tu propia leche. 

Entonces, el rico comprendió lo que le decía. Igual que tu alimentas a la vaca con heno, y la vaca te da leche, los sabios védicos trabajan para ti y, se supone, que tú debes trabajar para ellos. Si ellos cantaran los himnos védicos, para ellos mismos, es lo mismo que si tú te comieras el heno tú solito. Esa, no es la manera como tiene pensado la naturaleza que sea la vida. Así que la vida, tal y como se observa en la creación, trabaja en beneficio de los demás. Tú, crees que estás trabajando para tu leche. Pero, para trabajar para obtener la leche, tienes que trabajar la tierra, y, para eso, tienes que emplear a gente a los que tienes que pagar, luego procurar que las semillas sean de calidad. Así que al comprarlas estás trabajando también para aquellos que las preparan, y, cuando el campo da la cosecha, va dedicada a las vacas, y, las vacas, cuando la comen te están dando leche a tí. Así, que en todo ese esquema de tu propia vida, si lo observas, existe la verdad de que uno trabaja para el otro y, así también, los sabios védicos están trabajando para otros y no piensan en trabajar para ellos mismos". Esta historia se les cuenta a los niños para que comprendan, que es necesario que trabajen en beneficio de los demás, y que tienen que adquirir capacidades o destrezas, formarse, para ser utilizado en beneficio de los demás. Así que, cuando uno está trabajando para los demás, siente alegría al hacerlo y, la cosa, no tiene un porqué. 

En la vida del Maestro E.K., el Maestro, daba tratamiento homeopático a un promedio de 18 horas al día, enseñaba y curaba a un promedio de 18 horas al día, durante 30 años, y la gente le solía preguntar, ¿Maestro por qué hace esto?. Y, Él solía decir, no hay por qué, me gusta y por eso lo hago. Porque la gente se decía, lo está haciendo gratis, sin cobrar y, era una persona que tenía seis hijos. Entonces, una persona con seis hijos, tiene ya por qué preocuparse de cómo se gana la vida. El ser humano tiene la impresión de que entre más hijos tiene, más tiene que trabajar para conseguir dinero. Sin embargo, no es trabajar para conseguir dinero, sino que es trabajar para MÍ. Él vivía la verdad de esa instrucción, actúa para MÍ. Así que Él, hacía las cosas en beneficio de grandes grupos de gente, justo tal y como lo hace la naturaleza, sin pensar en lo que podía conseguir de eso. Y vivió con un gran esplendor, era el rey de toda su gente, y toda la gente se preocupaba de lo que Él necesitaba, así como de lo que necesitaba toda su familia. Él, nunca necesitaba preguntarle o pedirle nada a nadie, pero todo le llegaba. Si nosotros también trabajamos para los demás, sin preocuparnos por nosotros mismos, entonces, los demás tienen cuidado de nosotros. 

Eso se da, es una realidad, incluso en este siglo XX. Todos tenemos esa cualidad en nosotros, esa cualidad de ayudar a los demás. Sólo a modo de ejemplo, esta mañana hemos estado dando consultas hasta las dos. Normalmente el almuerzo es a las doce y media, pero Tiziana y yo hemos estado dando consultas hasta las dos y cuarto. Normalmente si tenemos que almorzar, bajamos y comemos, pero hoy hemos estado dando consultas, y la comida nos ha llegado aquí, al tercer piso. Y no le habíamos dicho a nadie que nos trajera la comida, porque, los que ya han comido, se acuerdan de los que están trabajando. Así que a las dos hemos podido comer en el tercer piso, puesto que nosotros no pensábamos en comer y estábamos trabajando por otros. Así también, cuando vosotros trabajáis por los demás, hay una cualidad de corazón en la gente que hace que tengan cuidado de vosotros. La persona que tiene cuidado de los demás, recibe también cuidados de los otros. La persona que trabaja para los demás, hace que los demás también hagan trabajo para él. Cuando uno se da perfecta cuenta de esa reciprocidad, eso de trabajar sólo para uno mismo muere y, como una cualidad vivida, trabajar para los demás, llega a ser prominente. El Manu introdujo el sistema de la familia, sólo para educarnos sobre este punto. El Manu quiso enseñarnos el concepto de reciprocidad y, por eso, introdujo el sistema familiar. 

El hombre y la mujer que trabajan hasta un punto para sí mismos, cuando empiezan a gustarse mutuamente, empiezan a trabajar uno para el otro. Así es como se ponen juntos, y el hombre piensa en la mujer, a quien quiere, y piensa en comprarle cosas que le gustan a ella. Si a ella le gusta el helado, él compra el helado y se lo da, y si a él le gusta, pongamos por caso, unos zapatos, ella piensa, "si le compro estos zapatos él se pondrá contento". De este modo, en el momento en que dos personas empiezan a gustarse, una comienza a pensar en la otra. Ese es el comienzo de la cualidad de la reciprocidad. Cuando van caminando por la calle, si hay un bache, el hombre le dice, "ten cuidado que hay un bache", y lo dice por el amor que siente por ella. Porque eso no se lo dirá a todo el mundo. Se lo dirá unicamente al ser querido. Luego, juntos tienen hijos y, entonces, en vez de trabajar el uno para el otro, juntos trabajan para el tercero. Un día, el hombre, se queda sin dormir por tener cuidado del niño que llora. Al otro día, será la mujer la que se quedará sin dormir, por tener cuidado del niño que llora; así que, los dos, comparten y comienzan a trabajar juntos por los hijos. En este proceso, entonces, uno aprende a trabajar por el otro. El aprender a trabajar para los demás, nos ayuda a superar la situación de causa y efecto. Mientras uno siga viviendo en el mundo de causa y efecto, seguiremos teniendo karma, karma individual, que nos condiciona. 

Es un proceso de auto-aprisionamiento. Así que entramos en un fuerte que no tiene salida, es como construir un edificio. Había una vez un constructor masón, muy sabio, que empezó a construir los cuatro muros y, para construir ese muro, podía llegar hasta donde llegaba su mano, así que comenzó a construir desde el sur, y construyó la pared del sur; luego, se volvió hacia el oeste, y construyó el muro del oeste; luego, construyó la pared del norte; y, luego, la pared del este... y, entonces, miró a su alrededor y... ¡no tenía manera de salir de allí!. La altura del muro que había construido, llegaba a lo más alto del alcance de su mano. La persona que piensa en sí misma, se construye así, también, una casa y no construye la salida. Igual que la araña tejiendo su tela de araña. Disfruta de la belleza de su proceso de tejer, así es que, teje y teje en todas las direcciones, y ve que su creación es algo bello. Pero, cuando ha terminado de tejer su tela de araña, la ha construido de tal manera que no tiene manera de salir de ella, y la saliva que sale de ella se solidifica, y se queda prisionera de una materia sólida y, entonces, sólo le queda esperar su día del juicio. Así es, como la persona que trabaja sólo para sí misma, se construye su propia tela de araña y se ahoga, y muere, debido a esa creación suya. Vemos mucha gente de negocios muriendo de esta manera. No tienen tiempo para nada. La persona que gana muchísimo dinero, no tiene tiempo para nada, no tiene tiempo para su esposa. ¿Conocéis estos casos?. 

Un ejecutivo de mucho éxito llega a tener una especie de menopausia ejecutiva. En la terminología de la Dirección de Empresas se llama así, menopausia ejecutiva. La persona trabaja para su propio éxito personal y, ese éxito, hace que le siga gustando tener más éxito, y mucho más éxito, y, mucho, mucho más éxito; y mientras está haciendo esto, no tiene tiempo para la esposa con quien se casó. Así que cuando llega a los cuarenta es un buen ejecutivo en los círculos de negocios; pero, si mira para atrás, su esposa se ha marchado y está con otra persona. Esto es lo que está sucediendo en los círculos de negocios, entre los ejecutivos. Las mujeres, en Estados Unidos, hoy en día, dicen, ¡o tu profesión o yo!, si no pones un equilibrio en este asunto, me marcharé por mi cuenta. La gente de negocios con éxito, los políticos con éxito, no tienen tiempo para su familia y sus hijos, siempre están ocupados, ¿para qué?, no lo saben ni ellos. La familia está en ruinas, y la personalidad también está en ruinas, y, luego, el dinero y poder que tienen, no lo pueden disfrutar ninguno de quienes le rodean. Ese es el ejemplo clásico, que podemos ver, de las personas que trabajan sólo para sí mismas. Está, el otro ejemplo clásico, de los sabios védicos que trabajan para los demás. 

 SRI K. PARVATHI KUMAR