Hay nueve Brahmas, los nueve creadores que salen del Creador Uno, porque nueve son los números; nueve son los potenciales. El orden correcto es: Atri, Bhrigu, Angiras, Vasishta, Pulastya, Pulaha, Kratu, Marichi y Adhvaryu. Salen del cero y vuelven al cero. Estos son los nueve sabios videntes, Rishis o prajápatis, tal y como se dan en los Puranas. Los nombres que se dan aquí nos proporcionan la pista del funcionamiento de los siete centros. Hay siete centros y siete Rishis, que salen de estos nueve. En primer lugar, permitidme hablar de los siete centros que nos son familiares, desde sahasrara a muladhara.
1. Sahasrara: Atri – Anasuya
El Rishi relacionado con sahasrara es Atri. Atri significa “no tres”. “No tres” significa el estado en el cual no hemos entrado todavía en las tres cualidades de la creación. En él, estamos más allá de la actividad triangular de la creación. La actividad triangular de la creación se relaciona con el dinamismo, la inercia y el equilibrio. A nosotros siempre se nos sugiere alguna propuesta, y nosotros tratamos de ver cómo llevarla a cabo y cómo trabajarla. Tenemos un pensamiento, vemos cómo manifestar este pensamiento, y finalmente, seguimos trabajando con él. Cuando hemos dado cumplimiento a un pensamiento, entonces aparece otro. Desde la mañana a la noche, todas nuestras actividades son triangulares. Nos despertamos y pensamosen ducharnos. Esa es la propuesta. Entonces aparece el conocimiento de cómo tomar la ducha y, finalmente, el acto de duchamos.
Aquí no se acaba la historia. Entonces debemos vestirnos.
Aquí no se acaba la historia. Entonces debemos vestirnos.
De nuevo la triple actividad. Tras vestirnos pensamos en tomar un café o un té.
Por tanto, tenemos el pensamiento, el conocimiento y la acción correspondiente. Cuando hemos acabado, de nuevo se produce el ciclo de pensamiento, conocimiento y acción. Así, desde la mañana hasta la noche, estamos en una rueda de actividades triples hasta que, rendidos, nos dormimos.
El sueño es la posibilidad que tenemos para salir de esta actividad triangular. No hay otra vía para los mortales. No podemos permanecer sin pensamientos a menos que hayamos completado ciertos estados elevados del yoga. Atri es el estado en el que estamos más allá de estos tres. Ese es el estado de mayor bienaventuranza. Es el centro de sahasrara.
En sahasrara estamos más allá de los tres. Este es Atri. Atri, el sabio vidente, tiene una esposa.
La esposa hace referencia a su cualidad. Se llama Anasuya, que significa “ausencia de malicia y celos”. Es la cualidad de aquel que está más allá. Podemos tratar de dañarle, molestarle e insultarle, pero no habrá malicia alguna que surja de él, porque está más allá de las tres cualidades. Es imposible que nada ni nadie le afecten. La energía mas allá del triángulo es Pura Conciencia, y su cualidad es Anasuya.
2. Ajña: Bhrigu-Khyati
Bhrigu es el segundo. Es el centro dentro del triángulo. Es nuestro centro ajña. Atri está más allá del triángulo. Contiene al triángulo. Bhrigu está dentro del triángulo. El que se encuentra en el interior del triángulo también está equilibrado. En él, las tres cualidades están de acuerdo. Así, podéis ver el símbolo de un triángulo equilátero con su centro en el interior. Cuando el centro está formado y conectado con las tres cualidades, se convierte en cuatro triángulos.
El triángulo está conectado interiormente con el centro. Este centro posee también el equilibrio, el estado yóguico, porque en él las tres cualidades están de acuerdo. Sahasrara está más allá de las tres cualidades. Ajña es el centro del triángulo. Vemos ahora el símbolo que tenemos para Ganesha o el Gurú. Se trata de un triángulo con un centro circunscrito.
La parte circunscrita es Atri, que está más allá de las tres cualidades, y las tres cualidades emergen de él. El centro del triángulo es el hijo de Atri. El centro es el hijo, la circunferencia es el padre.
El padre está más allá de las tres cualidades. El hijo está en el interior de las tres cualidades, pero las tres están en equilibrio. Este es el estado de ajña. Ajña es el Hijo de Dios. Sahasrara es Dios mismo.
El padre está más allá de las tres cualidades. El hijo está en el interior de las tres cualidades, pero las tres están en equilibrio. Este es el estado de ajña. Ajña es el Hijo de Dios. Sahasrara es Dios mismo.
Dios significa la Consciencia Pura antes de que se manifieste en la trinidad o las tres cualidades. Bhrigu significa “la luz refulgente”. Es la luz que ilumina como un flash. Toda la creación está hecha a partir del tercer ojo, con las tres cualidades como base. El hombre lleva a cabo el trabajo creativo con el tercer ojo. Este es el trabajo del tercer ojo. Se le llama Bhrigu. Aunque está en el interior del triángulo, no está condicionado por este. El triángulo coopera con él. La consorte de Bhrigu se llama Kiribati, que significa reputación. En los círculos divinos te tendrán en gran estima. Cuando el tercer ojo está abierto, eres una persona famosa, respetada e importante en los círculos esotéricos, porque tienes la cualidad de la refulgencia, una excelente luz brillante. Khyati significa ser muy apreciado, muy popular, incluso respetado por los tres Logos.
3. Visuddhi: Angiras - Sraddha
Angiras es la vida del sistema. Rasa significa “el flujo de la vida”. Anga significa “las extremidades”. Angiras es la energía que impregna todo el sistema de la creación como un fluido que da la experiencia del esplendor y también de la inmortalidad. Más adelante, da la energía para sintetizarlo todo. Es aquel que mantiene todo el sistema unido. Se halla en la garganta y sostiene el néctar de la vida. El néctar de la vida está en la garganta. Por ello, el centro laríngeo es muy importante para aquellos que siguen el sendero del discipulado. El centro laríngeo es también el centro que nos proporciona la clave de la inmortalidad.
Es el centro que proporciona el veneno o el néctar. Que nuestro cuerpo esté lleno de energía inmortal o de veneno depende del funcionamiento de la laringe. Todos los problemas que hoy día tiene la humanidad se deben al mal funcionamiento del centro laríngeo, generalmente incurable.
La hiperactividad e hipoactividad de la glándula tiroides se debe a la manipulación del habla.
Las personas que manipulan el habla tienen problemas con la garganta, porque el habla es divina, y todo lo que intentes manipular va a manipularte a ti. Este centro segrega mucho veneno, como líquidos que dan lugar a desarreglos hormonales. Hoy en día los desarreglos hormonales son muy elevados. Todos los problemas de pecho y de garganta, así como de los órganos relacionados, se deben al inapropiado uso de la garganta. Cuando usamos la garganta apropiadamente, traemos néctar. A través del habla podemos elevar a las personas, pero también podemos destruirlas. Con discursos sucios y críticos podemos inquietar a la gente.
Las personas que manipulan el habla tienen problemas con la garganta, porque el habla es divina, y todo lo que intentes manipular va a manipularte a ti. Este centro segrega mucho veneno, como líquidos que dan lugar a desarreglos hormonales. Hoy en día los desarreglos hormonales son muy elevados. Todos los problemas de pecho y de garganta, así como de los órganos relacionados, se deben al inapropiado uso de la garganta. Cuando usamos la garganta apropiadamente, traemos néctar. A través del habla podemos elevar a las personas, pero también podemos destruirlas. Con discursos sucios y críticos podemos inquietar a la gente.
Con discursos armónicos, magnéticos y radiantes, podemos elevarla. Todo este poder lo tiene un discurso normal. Imaginad las pronunciaciones ocultistas, como los mantras o los sonidos semilla: cuando los pronuncia apropiadamente una garganta extremadamente pura, pueden manifestar cosas. Los antiguos eran magos del sonido. Había magos negros y magos blancos. Ambos trabajaban solo con el centro laríngeo. Al sabio vidente que preside sobre el centro laríngeo se le llama Angiras. Nos puede traer la inmortalidad o la muerte, según sea nuestra actitud hacia el habla, el pensamiento y la pronunciación. Su consorte se llama Sraddha, que significa la atención, la sinceridad, la devoción, la dedicación y la habilidad de estar totalmente enfocado en una situación dada, en tiempo y lugar. Esto es Sraddha. Las personas que poseen Sraddha no cometen errores.
4. Anahata: Vasistha – Arundati
Vasishta, el gran Rishi o sabio vidente, significa “seidad”.
La primera experiencia de la seidad está en el centro del corazón. Solo entonces sentiremos la bienaventuranza de la seidad. Existe, como seres, un incremento de la bienaventuranza y de la conciencia relativa a la seidad cuando nos asentamos en el centro del corazón y en los centros superiores (visuddhi, ajña y sahasrara). Por debajo de anahata se halla el plexo solar, el centro sacro y el centro de base o muladhara. En estos centros inferiores, el ser humano cree más en el “hacer” que en el “ser”. Ser es el estado más elevado.
Hacer es el estado secundario. Una vez que estamos en la seidad, somos capaces de experimentar la creación mucho mejor. Así es como se ve el cuarto centro o el cuarto sabio vidente.
Hay muchas grandes historias acerca de este sabio vidente de la seidad al que llamamos Vasishta.
Las escrituras sagradas están llenas de sus historias, de cómo permanece imperturbable. De hecho, todos los sabios videntes representan un gran papel en la creación, y existen historias muy elaboradas en relación a ellos, que a su vez simbolizan los siete sonidos, los siete rayos, las siete notas musicales y la cualidad de los siete planos de existencia. La naturaleza de Vasishta se llama Arundati, que significa “la fuerza de la luz que no tiene obstáculos”.
Es el sucesivo fluir de la luz de la sabiduría y amor que es luz, amor y sabiduría sin obstáculos. Es la naturaleza del centro del corazón, que es concebida como la esposa de Vasishta. Todos los principios cósmicos están personificados en los Puranas, para que puedan ser explicados de forma atractiva y para que las personas puedan comprender, a través de su funcionamiento, los principios básicos que representan.
5. Manipuraka: Pulastya – Havirbhu
Pulastya significa la naturaleza que emana. Pulastya se relaciona con el plexo solar y con nuestra mente. De la mente emana, sin fin, un pensamiento tras otro. Su naturaleza o esposa, que se llama Havirbhu, hace referencia a los siempre emergentes patrones de pensamiento. Incluso cuando estamos en silencio, en meditación, los pensamientos siguen viniendo. La conciencia es el vehículo sobre el que se mueve la existencia. Suspender esta emergencia de pensamientos y entrar en el estado superior de Vasishta es un desafío para el ser humano que reside en la objetividad. Ahora bien, cuando tenemos que trabajar en los tres mundos para desarrollar el plan, necesitamos los pensamientos. Los pensamientos son el medio a partir del cual exteriorizamos nuestro ser.
Si no tuviéramos la facultad de pensar, no nos podríamos objetivizar a nosotros mismos, no nos podríamos expresar en la objetividad y llevar a cabo las acciones correspondientes. Es un proceso de exteriorización. Al plexo solar también se le ve como un centro para la exteriorización desde el cual entramos en la objetividad. Incluso desde el útero materno, cuando nacemos, es un proceso de salir al mundo externo desde el mundo interno, y a través del plexo solar estamos conectados.
El plexo solar también es el principio de Libra, el principio de la objetivación, de la exteriorización. La naturaleza de los pensamientos se exterioriza. Cuando nos exteriorizamos excesivamente en la objetividad, perdemos el camino de vuelta a la subjetividad y a la conciencia.
Por ello, en el yoga se recomienda no llenar excesivamente el estómago y el plexo solar. Cuando tenemos mucho estómago, el diafragma pierde tensión y vamos a desarrollar muchas enfermedades. La obesidad abdominal se considera un símbolo de indulgencia en la objetividad. Por ello, debería regularse bien. Y esta regulación es posible cuando regulamos nuestros pensamientos. Solo debemos tener pensamientos de buena voluntad, relacionados con nuestros deberes y obligaciones, y a través de un proceso de filtrado, eliminar otros pensamientos para que no se manifiesten. Pulastya nos da la clave de nuestros patrones de pensamiento y de los pensamientos que nos sintonizan con el plan divino. Todas las arduas prácticas espirituales están dirigidas a contener el plexo solar y encontrar el camino de regreso al centro del corazón.
6. Swadisthana: Pulaha – Gati
Este es el centro en donde los pensamientos degeneran en deseos sensuales. Es donde perdemos la dirección. Este es el motivo por el que todas las escrituras sagradas hablan, en primer lugar, de regular los deseos. A menos que regulemos los deseos, no podemos acceder al siguiente paso de regular los pensamientos. A menos que regulemos los pensamientos, no podemos saber cómo ser y cómo experimentarnos a nosotros mismos como seres. La esposa de Pulaha se llama Gati, que significa dirección. Dependiendo de nuestro deseo, así es nuestra dirección en la vida. Es como un caballo que nos guía. A menos que el caballo esté bien enseñado, no se mueve en la dirección adecuada, y solo los deseos dirigen nuestra vida. Para muchas personas, el cumplimiento de los deseos es el único programa de su vida. Más allá de los deseos están los pensamientos, y más allá de los pensamientos están los pensamientos creativos y constructivos, donde encontramos el significado de la vida. Así que vamos degenerando desde los pensamientos constructivos y creativos a los pensamientos rutinarios, y finalmente, a los deseos.
Un ser humano que solo persigue los objetos de los sentidos para saciar sus deseos sensuales se reduce a sí mismo a un ser totalmente emocional, que puede desarrollar múltiples enfermedades.
El deseo es esencial para los propósitos creativos siempre y cuando esté en sintonía con la ley.
El deseo basado en pensamientos creativos y constructivos es esencial. Por ejemplo, servir es también un deseo, pero el servicio es un pensamiento de bienestar. Para que un pensamiento se manifieste, se adentra en el siguiente paso como un deseo, e impele los sentidos a la acción, y los sentidos impulsan el cuerpo a la acción. En función de la cualidad de nuestro deseo, así es nuestra dirección. Si nuestros deseos están llenos de emoción, entonces la dirección es hacia una materia gris, confusa y emocional. Cuando el verdadero propósito del deseo es malentendido, la gente cae en la indulgencia.
En el extremo opuesto están aquellos que proponen “matar el deseo”. Matar el deseo es desastroso. Todos los sistemas monásticos proponen matar el deseo. ¡El propio concepto de matar es matar! ¡Aquello que matas, te mata a ti! Suprimir o matar produce enfermedades como el cáncer.
La indulgencia también se relaciona con enfermedades como el sida o la sífilis. Así pues, no tratemos de matar nada ni de suprimir nada. ¡Regulémoslo! Es de persona sabia regular los pensamientos y los deseos. El deseo es como una yegua. ¿Recordáis las yeguas salvajes que debían domesticarse en la historia de Hércules? Si matamos el caballo, no habremos conseguido nada. Causándoles dolor a los sentidos, negando lo objetivo a los sentidos, no vamos a lograr nada.
Si suprimimos algo que es natural, resurge con más fuerza. Es por ello que las rigideces monásticas no se consideran sabiduría. La sabiduría oriental nunca fomentó los métodos monásticos. Siempre se ha creído en la regulación. Ahí es donde el Sanatana Dharma, la sabiduría antigua, discrepa incluso de las enseñanzas de Buddha. Buddha propuso el camino de matar el deseo (mara), lo cual no es aceptable para los Sabios videntes de la antigüedad. No lo mates, y al mismo tiempo, no lo fomentes. Trabaja con él lo justo, lo requerido. Si matas el deseo, no tienes el instinto de vivir. No puedes matar el deseo ni puedes fomentarlo sin regularlo. Es como una yegua blanca a la que no puedes matar. Si la matas, no te sirve. Si no la domesticas, tampoco te es útil.
Así que debemos establecer una relación de amistad con el deseo, hablarle, y lentamente, llevarlo a una estructura de moderación. Ni tu mente ni tu deseo son tus enemigos. Muchas religiones hablan de la mente como de un gran obstáculo para experimentar la verdad, y del deseo como algo destructivo. Si no sabemos cómo trabajar con lo que es divino, lo vemos como algo innecesario y tratamos de matarlo. Debemos saber cómo trabajar con ello. Pulaha es el sabio vidente que preside sobre la doctrina del deseo. Él nos da la clave para saber cómo desear, qué desear, cuándo desear, dónde desear, y qué no desear.
7. Muladhara: Kratu-Kriya
Kratu significa ritual. Es el 7º rayo, de magia y orden ceremonial. Toda la actividad del mundo debería manifestarse de forma ritualista, porque toda la creación trabaja con un patrón ritualista.
Los minerales, las plantas, los animales, los planetas, los devas y los sistemas solares, todos ellos tienen un funcionamiento muy rítmico. Solo a través de un funcionamiento rítmico podemos permanecer en armonía en la creación. Cuando perdemos el ritmo, estamos fuera del sistema.
Es por ello que las enseñanzas que vienen ahora de los Maestros de los Himalayas enfatizan muy especialmente llevar una vida rítmica. Haz de tu vida diaria un ritual. Este es el propósito del 7º rayo. Su nombre es Kratu. El ritual debe llevarse a cabo diariamente. Esa es Kriya, la consorte de Kratu, su cualidad.
Es por ello que las enseñanzas que vienen ahora de los Maestros de los Himalayas enfatizan muy especialmente llevar una vida rítmica. Haz de tu vida diaria un ritual. Este es el propósito del 7º rayo. Su nombre es Kratu. El ritual debe llevarse a cabo diariamente. Esa es Kriya, la consorte de Kratu, su cualidad.
Los Polos
Por encima de sahasrara hay un vértice, un remolino que trae energías del entorno hacia nosotros.
Se le llama el polo norte o la estrella del norte. Por debajo de muladhara también hay un vértice que recoge todas las energías. El polo norte trae las energías de los círculos superiores y las distribuye al sistema. Así es en el ser humano, y también en el planeta. El polo sur recoge, reúne. El polo norte distribuye. Entre los dos, está la existencia aparente, de la invisibilidad a la visibilidad.
Polo Norte: Marichi – Kala
Estos dos polos también se consideran dos sabios videntes. La energía del polo norte se llama Marichi, y su cualidad es la luz resplandeciente. Él es un sabio vidente que siempre brilla.
Así es como se le define en las escrituras sagradas. Especialmente, cuando leemos el Mahabharata, muchas veces a los hombres de sabiduría, y a los seres iluminados se les compara con Marichi.
Marichi es la iluminación más elevada que uno puede alcanzar, porque incluso se encuentra más allá de los siete sabios videntes. Marichi representa la luz original en un sistema. Su esposa se llama Kala, que es la iluminación y consiguiente atracción.
Polo Sur: Adhvaryu – Santa
La energía del polo sur se llama Adhvaryu, que es “aquel que está debajo”. Son los cimientos.
De hecho, los cimientos se hallan arriba, por encima. Así que Adhvaryu sería la culminación.
Los templos se construyen desde arriba hacia abajo, no desde abajo hacia arriba, porque la creación misma va de lo sutil a lo denso. No es construir de lo denso a lo sutil. Las energías sutiles del plano cósmico se detallan en el plano solar, del plano solar al plano planetario, y de este a la existencia física. Así es como, desde lo sutil a lo denso, se construye todo.
El ocultismo es un esfuerzo para entender lo sutil más allá de lo denso. Así que los cimientos están más arriba. En India los templos se construyen así. Frecuentemente, nosotros visitamos el templo de Simhachalam para ver este profundo simbolismo. El templo está construido de arriba hacia abajo.
No hay cimientos alrededor del templo, y aun así es estable, porque el peso superior mantiene las columnas erectas. Cuando nosotros construimos, lo hacemos de abajo hacia arriba.
Por ello, incluso cuando tratamos de reconstruir el templo en nosotros, enseguida contemplamos en ajña para asegurarnos de que la luz de Gayatri descienda a nosotros. Así es como se dio la plegaria en el Gayatri Mantra. El sendero de los sabios videntes siempre es de lo general a lo particular, de lo sutil a lo denso y de arriba hacia abajo. Adhvaryu es aquel que contiene todas estas energías.
Saptha Rishis y Prajápatis
Estos son los nueve números. Cuando son nueve, se les llama prajápatis.
Cuando son siete, se les llama los siete sabios videntes.
Así es como debemos entenderlo. El número nueve se repite en diferentes combinaciones para dar diferentes potenciales numéricos. Cualquier número que tengamos debe estar comprendido en estos nueve números. Las diferentes combinaciones de los nueve números dan distintos potenciales.
Así es como estos nueve números forman la base para todo el potencial de la creación.
Más allá del nueve está el cero, y antes del uno está el cero. Tras el nueve, de nuevo está el uno y el cero. Antes del uno tenemos el cero. ¡Del cero al cero se desarrolla todo el viaje!
Cuando estamos por encima del cero, es decir, en el cero superior, estamos en la nada.
Pero no es realmente la nada, sino que está lleno, potencialmente lleno.
Lo potencial no está manifestado. Así es como ven el vacío los sabios videntes, como el Dios Absoluto. Lo que los científicos consideran el vacío, para los sabios videntes es el Dios Absoluto.
Parece la Nada, pero es el Todo.
Lo que nosotros vemos como plenitud, para los sabios videntes es “aparente plenitud”.
Pensamos que esta plenitud es real, pero esta plenitud retrocede a la Nada.
Así es como el Veda habla del cero negativo y el cero positivo.
Del cero negativo al cero positivo, a través del signo solar de Acuario se pueden encontrar los secretos. Si comprendemos Acuario, entendemos el pasadizo entre la nada y la plenitud.
Estos son los nueve sabios videntes, su propósito, su cualidad y su función.
TABLA – 1
Los doce nombres de los adityas y sus correspondientes
signos zodiacales:
TABLA – 2 Los once nombres de los rudras y sus correspondientes principios y direcciones:
TABLA – 3 Los ocho nombres de los vasus y sus correspondientes principios:
TABLA – 4 Lista de los Saptha Rishis y Prajápatis
Dr. Sri K. Parvathi Kumar
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