sábado, 2 de marzo de 2019

EL LOGOS CÓSMICO INMANIFESTADO (LA MENTE CÓSMICA)



La naturaleza del Logos Cósmico es uno de los temas más fascinantes de la Filosofía Oculta debido a que muchos de sus interesantes aspectos constituyen algunos de los más profundos misterios que fundamentan al universo. Algunos de estos importantes aspectos han sido seleccionados para ser representados en la muy conocida y simbólica forma de Mahesha, tan familiar al hindú. 
Todo lo asociado con esta forma divina hace referencia a alguna función o atributo del Logos Cósmico, y un estudio cuidadoso y profundo de esta forma, a la luz de las doctrinas ocultas, nos permitirá enriquecer en gran proporción nuestra concepción de esta Realidad que forma, por así decirlo, la base del universo manifestado. 

El simbolismo de Mahesha (que quiere decir “Gran Señor”) ha sido muy brevemente tratado en “Introducción al Simbolismo Hindú” y un estudio aun tan breve mostrará no solamente la extraordinaria riqueza de esta concepción de la Divinidad, sino que también pondrá de manifiesto cómo las profundas ideas asociadas con la Divinidad pueden ser ingeniosamente representadas en forma simbólica. Esta permite al devoto no solamente, desarrollar su devoción, sino que también al filósofo le permite ver muchos de sus aspectos filosóficos incorporados muy efectivamente en una forma integrada. No hay duda de que los conceptos de Mahesha y Shiva han sido un tanto mezclados en el pensamiento filosófico y religioso hindú, pero el estudiante que haya encarado cuidadosa y críticamente el tema, puede separar con facilidad mentalmente ambas concepciones y lograr una clara comprensión de ellas, que son, por otra parte, totalmente distintas una de otra. 

Sin embargo, la distinción es tan sutil y tan más allá del dominio del intelecto están los conceptos, que no hay nada de sorprendente en la existencia de la mezcla de ambos conceptos, que frecuentemente han debido ser presentados a la mente humana en forma popularizada. 
El estudiante de la Sabiduría Divina que quiera profundizar en estas cosas y estudiarlas desde los puntos de vista filosófico y científico, hará bien, sin embargo, en clarificar sus ideas acerca del tema y despojado del ambiente mitológico que lo impregna. Trataremos en este capítulo unos pocos de los profundos aspectos de la función que el Logos Cósmico ejercita como Deidad-Regente del Cosmos y de SU naturaleza esencial. El primer punto que hemos de tener en cuenta al tratar este dificultoso tema es que el Logos Cósmico tiene una naturaleza dual; por una parte, EL es parte de lo Siempre-Inmanifestado, y por otra, SU consciencia es la base última del Manifestado. 

Como parte de lo Siempre-inmanifestado, EL es el Tattva Maheshvara-Maheshvari, el Principio logoico asiento de la ideación Cósmica y fuente del infinito número de universos que se suceden, unos tras de otros, en la eterna alternancia de Shristi y Pralaya. Como base última de un universo manifestado, EL es Visveshvara, la Deidad Regente de todo el universo manifestado que contiene incontables galaxias y sistemas solares, existentes en todos los grados posibles de sutilidad. 
Como lo primero, puede considerarse que SU consciencia está dirigida hacia el interior y como lo segundo puede considerarse como dirigida al exterior. Es este misterio de SU naturaleza dual, esta alternancia de la consciencia entre el Manifestado y lo Inmanifestado, lo que se busca representar con el Damru en la simbología de Mahesha, El estudiante deberá ver en esta naturaleza dual una correspondencia con la bifurcación de los planos átmico y mental; y así como estos planos dobles son el lugar de encuentro de dos principios, también el plano Adi puede ser considerado como el lugar de encuentro de lo Inmanifestado y el Manifestado. 

Esta correspondencia muestra cómo lo Siempre-lnmanifestado es la fuente y el prototipo de todo cuanto encontramos en el Manifestado, y como el Manifestado es meramente una proyección y reflejo repetidos, en diversos niveles, de lo Inmanifestado. Lo Siempre- Inmanifestado se proyecta y refleja en lo Divino, lo Divino se proyecta y refleja en lo espiritual, y lo espiritual se proyecta y refleja en lo temporal, y debido a que existen estas proyecciones y reflejos de la misma Realidad en diferentes niveles es que encontramos, por todas partes, semejanzas y correspondencias cuando tratamos con cosas de diversos niveles de la Manifestación, tanto en el Macrocosmos como en el Microcosmos. Es necesario tener bien presente esta interesante correspondencia entre lo Siempreinmanifestado por una parte, y los diferentes niveles del Manifestado por la otra. De algún modo siempre reconocemos las correspondencias entre lo Divino, lo espiritual y lo temporal, pero lo Siempre-inmanifestado generalmente es considerado como algo aparte de este proceso de proyecciones y reflejos. 

Las consideraciones precedentes demuestran que lo Siempre-Inmanifestado también forma parte, misteriosamente, de este proceso, y de hecho es el origen y el prototipo de los tres diferentes niveles de la Realidad antes mencionados. Esta concepción asombrosa por su magnitud y omniabarcante síntesis, integra en un Todo a lo Siempre-Inmanifestado y el Manifestado, eliminando la arbitraria separación que hacemos entre estos dos aspectos de la. Realidad Una. Si bien nuestro universo funciona como un cosmos, gobernado por las mismas leyes e interpenetrado por una subyacente Inteligencia, la Ciencia no ha sido capaz de descubrir ningún sol central en torno al cual gire la vida del universo, así como la vida de nuestro sistema solar gira en torno al sol. Ello está de acuerdo con la Doctrina Oculta según la cual el Logos Cósmico está representado en los planos inferiores sólo por los Logos Solares actuando a través de sus respectivos sistemas solares. 

Esto significa que no hay una fuente central en el plano físico a través de la cual fluye SU vida hacia el universo, tal como sucede con el Logos Solar, cuya vida se distribuye en todo el sistema solar a través de su sol físico. Mas, de todos modos, EL es la Deidad Regente del Cosmos y Su Consciencia interpenetra y controla al cosmos desde el interior de los planos cósmicos. El hecho de que el Logos Cósmico no tenga en el cosmos un centro separado de expresión y de que nosotros no tengamos evidencias de la existencia de los planos cósmicos era de esperar, según la Doctrina Oculta referente a la interrelación entre los planos solares y cósmicos. Los planos solares están construidos sobre la base de los cósmicos, y por lo tanto el contacto con los planos cósmicos sólo puede establecerse a través de la consciencia de aquellos Seres que pueden actuar conscientemente en los planos cósmicos. Según nuestro conocimiento, solamente los Logos Solares son las únicos que pueden actuar así en los planos cósmicos, y por eso es que solamente a través de la consciencia de los Logos de su sistema, que una Mónada entra en contacto con los planos cósmicos, cuando lo puede hacer. 

Esto se aclarara con el diagrama del Capitulo “El Logos Manifestado”, que muestra cómo las Mónadas que evolucionan en un sistema solar tienen un vínculo directo sólo con el Logos Solar, mientras que con el Logos Cósmico ese vínculo es solamente indirecto. Esto significa que sus conciencias podrán actuar dentro de los límites establecidos por la consciencia del Logos Solar y no pueden traspasar sus límites, Es este hecho al que tal vez se haga referencia en el Aforismo 1-25 de los Yoga Sutras cuando dice: “En Él (Ishvara) radica el límite supremo de la Omnisciencia”. Esto no implica que estemos totalmente privados del contacto y del conocimiento de los Principios superiores que con toda certeza existen en los niveles cada vez más profundos de nuestra consciencia que llevan a lo Absoluto. 

El Logos Solar es un microcosmos que refleja, o mejor dicho, expresa la consciencia del Logos Cósmico y, dado que es un microcosmos altamente desarrollado, contiene todos los aspectos de la Divinidad desarrollados casi a pleno. Y si bien es un espejo y foco de la vida del Logos Cósmico, para todos los fines y propósitos prácticos, es como el Logos Cósmico para la Mónada todavía no desarrollada. Al intentar alcanzar los más profundos niveles de la Conciencia Divina de nuestro Logos Solar entramos, por eso, en contacto cualitativamente con la Consciencia del Logos Cósmico, así como con los aún todavía más elevados Principios ocultos en ÉL. 

No debemos olvidar, sin embargo, que por el hecho de que nuestra naturaleza espiritual está todavía tan poco desarrollada, estos contactos con esas Realidades y Principios tan supremamente internos sólo podrán ser, en el mejor de los casos extremadamente superficiales. Las diferencias entre las Conciencias del Logos Cósmico y del Logos Solar, por ser tan tremendas, no tienen por, eso, significado alguno para nosotros. Un estudiante de sexto año de una universidad difiere muchísimo, en conocimiento, de un estudiante que esté en el primer año, pero estas diferencias no significarán nada para un niño que todavía esté tratando de aprender los rudimentos de la lectura, la escritura y la aritmética. Podrá, asimismo, aprender todo lo que el estudiante de sexto año pueda enseñarle bien desde su primer año de estudiante, pero no podrá apreciar las diferencias existentes entre los estudiantes de dos universidades, considerables como han de ser. 

Por eso, tratemos de ver estas cosas en su correcta perspectiva, y no olvidemos nuestras limitaciones ni perdamos el sentido de la proporción cuando estemos tratando de comprenderlas, en todo lo posible, mediante el instrumento de nuestro intelecto. Luego de haber tratado la concepción filosófica del Logos Cósmico, tanto en su aspecto general como en su aspecto dual, consideremos ahora algunas interesantes cuestiones que conciernen a SU naturaleza inmanifestada. 
El Logos Cósmico es parte de lo Siempre-Inmanifestado en tanto que como Logos Manifestado lo es de todo el cosmos y bajo esos dos aspectos ejerce diversas funciones. Consideremos ahora estos dos aspectos separadamente, teniendo siempre presente que, en ambos casos, estamos tratando de la misma realidad. El punto esencial que debemos notar acerca del Logos Cósmico Inmanifestado o Tattva Maheshvara-Maheshvari, como se LO llama en la Filosofía Hindú, es que es la fuente de la Ideación Cósmica, así como el Tattva Shiva-Shakti es la fuente del Poder Cósmico, y como en el caso del Tattva Shiva-Shakti la Ideación Cósmica es potencial y no activa. 

Ahora bien, la ideación. sea ella potencial o activa, significa proyección desde el todo o estado integrado de consciencia, de algo perteneciente a su interior, tal como un pintor proyecta un cuadro en su mente o un dramaturgo proyecta una escena en su imaginación. Esta clase de proyección es el comienzo de la relación sujeto-objeto, si bien esa relación sujeto- objeto es potencial. Es potencial en el sentido de que queda confinada dentro de la consciencia del proyectista, y por así decir, nada hay, fuera de la consciencia, a lo que la atención pudiera ser dirigida. Una relación sujeto-objeto activa, por otra parte, sería una relación entre un sujeto y un objeto fuera de la consciencia del proyectista, Cuando el cuadro está siendo realmente pintado, sale del dominio de la mente al dominio de los objetos, y la relación establecida entonces entre el artista y el cuadro es una relación sujeto- objeto activa. Así pues, en general, podemos decir que la Ideación Cósmica del Logos Cósmico pertenece al dominio de una relación sujeto-objeto potencial, en contraste con la relación sujeto-objeto activa, que aparece cuando un universo viene a existencia y objetos reales, ya sean de planos densos o sutiles, están presentes para permitir el establecimiento de una relación sujeto-objeto activa. 

Este es ya el dominio del Logos Cósmico Manifestado actuando a través de Innumerables Logos Solares en diferentes condiciones de tiempo y de espacio. Tenemos así, una obscura representación de los dos Principios más fundamentales ocultos en el seno de lo Inmanifestado: el Tattva Shiva-Shakti y el Tattva Maheshvara-Maheshvari. El primero relacionado con la generación del poder, y el segundo con la producción de la imagen del Cosmos, que se expresa en una interminable serie de manifestaciones después de cada Mahapralaya. Ambos pueden considerarse correlativos, porque el poder sin un plan para concretarlo y guiarlo jamás deviene activo, y un plan sin poder para ejecutarlo siempre quedará en los papeles. Ambos son necesarios para mover la maquinaria del universo una vez manifestado. Es probable que ambos no sólo estén correlacionados, sino estrechamente vinculados, de tal modo que el poder generado dependa de los requerimientos del plan a ejecutar. 
La Ciencia ha hecho recientemente un descubrimiento que puede arrojar algo de luz sobre esta correlación de poder y plan en el dominio de lo Inmanifestado. 

Durante mucho tiempo se han desarrollado investigaciones para crear un mecanismo que nos permita aprovechar la energía del sol que cae sobre la tierra. Una tremenda cantidad de energía proveniente del sol cae sobre la Tierra, y si se pudiera inventar un mecanismo adecuado para utilizarla, nuestro problema habría sido resuelto para siempre. Se ha calculado que la energía que cae sobre una superficie de cien millas cuadradas de desierto por día, bastaría para operar aproximadamente todas las industrias de un país altamente desarrollado. 

Los investigadores han logrado al fin perfeccionar un mecanismo que es llamado «células de silicio” que convierte la luz del sol en electricidad. Los rayos de la luz golpean la superficie de una oblea de silicio, lo cual libera electrones que son encaminados para formar una corriente eléctrica. Cuando se conectan varias de estas células formando una batería solar, se genera un voltaje substancial. Ahora bien, el punto importante a notar en este dispositivo es la coordinación entre luz y electricidad. La luz actúa sobre la oblea de silicio y esto genera electricidad, de acuerdo con la intensidad de la luz incidente. En esta relación de ambos fenómenos —el fenómeno luminoso correspondiente al plan, y el fenómeno eléctrico a la producción de poder— podemos ver una cierta analogía con la relación Plan-Cósmico-Poder Cósmico, éste necesario para la concreción de aquél. 

En vista del ajuste perfecto y armonioso de todo en el dominio de lo Divino ¿no cabria suponer que ello se debe a una perfecta coordinación y correspondencia entre el Plan Divino y el Poder Divino? Estos dos diferentes tipos de diferenciación representados por el Tattva Shiva-Shakti y e Tattva Maheshvara-Maheshvari está en la base del símbolo de la cruz, considerado tan sagrado desde tiempo inmemorial. La diferenciación primaria en los principios positivo y negativo está representada por una línea horizontal entre los dos polos, como sigue, por que el polo negativo hace par con el positivo:
La diferenciación secundaria en YO y NO-YO que es la base de la Ideación Cósmica está representada por una línea vertical porque representa un empuje vertical descendente hacia la Manifestación, aunque todavía tal impulso está confinado dentro del dominio de lo potencial en lo Inmanifestado. 


La combinación de ambas está representada en la Cruz, como sigue: 


Esta combinación de ambas en forma de una cruz, ambas potenciales, ambas dentro del dominio de lo Inmanifestado, yace en la base del universo manifestado. De esto proviene el profundo significado y sacralidad de la cruz como símbolo universal. Consideremos ahora algunos puntos en relación con esto: 

1. — Que la diferenciación Consciencia-Poder precede y sirve de fundamento a la diferenciación YO-NO YO. Esto es así porque ambas, Consciencia y Poder son necesarias para la segunda diferenciación. La relación YO-NO YO surge de la Consciencia, porque es en realidad: una subsiguiente diferenciación de la Consciencia integrada en una relación dual sujeto-objeto la que posibilita a la Ideación Divina. Esto necesita también del Poder, porque el impulso descendente hacia la manifestación implica una ruptura del equilibrio de la Consciencia integrada y equilibrada en el Tattva Shiva. Este Poder sólo puede provenir de Shakti. 

Vemos, entonces, que los Tattva Shiva y Shakti son los padres de MAHESHVARA, porque ambos contribuyen a la diferenciación de la Consciencia en la dualidad del Yo y el No-Yo. 
El Logos Cósmico Inmanifestado o Principio Logoico es llamado por eso el Hijo. Los principios Padre y Madre preceden y son la causa del Hijo, “nacido” de Ellos.

 2. — Que ambos, Poder Divino e Ideación Divina son potenciales y no activos en los dos Tattvas inmanifestados arriba considerados y no funcionan activamente hasta tanto un sistema manifestado haya surgido a la existencia como resultado de un subsiguiente impulso hacia una real manifestación. Esto está señalado por la aparición del Logos Cósmico Manifestado con sus tres conocidísimos aspectos y la de innumerables Logos Solares, cada uno rigiendo su propio sistema solar, independientemente pero todavía bajo la supremacía del Logos Cósmico Manifestado. El plano Adi es el plano de manifestación del Logos Cósmico Manifestado, y es desde este plano que Su Voluntad de manifestación opera, y la posterior diferenciación en los tres aspectos tiene lugar antes que el quíntuple universo manifestado aparezca. 

3. — También debe notarse que el Logos Cósmico, manifestado en el plano Adi cósmico, y sus innumerables expresiones bajo la forma de Logos Solares en los planos Adi solares, todavía permanecen en el trasfondo, estando en parte dentro del dominio de la manifestación y en parte fuera de él. Están dentro del dominio de la manifestación porque Su Voluntad ha comenzado a actuar en sus respectivos campos de manifestación. Están fuera del dominio de la manifestación en el sentido en que ellos permanecen ocultos tras el telón, si bien son los Regentes Internos del sistema que presiden. 

Es el Segundo Logos., el regente activo, quien es como un primer ministro que ejecuta la voluntad del rey dentro de su reino. Así, pues, es VISHNU o el SEGUNDO LOGOS el que es el real Logos manifestado. La relación entre el Primero y Segundo Logos se verá reflejada en los dos principios superiores en el hombre: su Atma y su Buddhi. El Atma es el regente interno, y Buddhi es el agente mediante el cual su voluntad encuentra expresión en los planos espirituales. Durante todos los períodos mencionados, que son en realidad etapas en el impulso descendente hacia la manifestación, la cruz permanece estacionaria hasta que aparece el Tercer Logos en escena y pone en marcha su actividad mediante la creación de los cinco planos siguientes. Estos planos están compenetrados por la influencia de los. Tres Logos: El Tercero es la base del aspecto material, el Segundo del aspecto vida y el Primero del aspecto consciencia del sistema solar manifestado. 

Con la creación de los cinco planos: Atmico, Búddhico, Mental, Astral y Físico es que comienza realmente la manifestación, y que empieza a funcionar el mecanismo del universo. Esta actividad o girar de las ruedas del mecanismo del universo está simbolizado por el girar de la Svástica, que no es más que una cruz girando en torno a su eje, como los remolinos giratorios de los fuegos artificiales. Es este principio el que ha sido aplicado en los modernos aeroplanos jet para su propulsión a increíbles velocidades, aun en el espacio vacío, donde no hay aire que ofrezca resistencia para hacer posible la propulsión de los aeroplanos ordinarios, Estas diversas etapas de progresión hacia la manifestación puede representarse así: 


(1) Representa la Realidad Ultima indiferenciada o Lo Absoluto. 
(2) Representala primera diferenciación en Consciencia y Poder. » 
(3) Representa la segunda diferenciación en YO y NO-YO. 
(4) Representa su combinación en forma de cruz. 
(5) Representa el giro de las ruedas del mecanismo del universo manifestado, 
(6) Representa la cesación del giro cuando el plan ha sido completado y el poder aportado para él se ha agotado. (Entonces la Svástica giratoria se convierte en la Cruz estacionaria). 

Esto completa nuestro breve e imperfecto estudio de las funciones y naturaleza del Logos Cósmico y Su relación con los principios arriba y debajo de EL Ahora nos ocuparemos de otro tema: el origen de las Mónadas. Parecería que el origen de las Mónadas no ha sido debidamente comprendido y las interpretaciones generalmente dadas a esta cuestión no son cabalmente satisfactorias. 
Veamos por qué. De acuerdo con las enseñanzas de la Doctrina Oculta el desarrollo de las Mónadas es una, sino la única razón por la cual el universo manifestado viene a la existencia. 

Las Mónadas son eternas y cada una encierra la potencialidad de llegar a ser un Logos como resultado de este desarrollo. Esto significa que las Mónadas son microcosmos que tienen la misma naturaleza, poderes y potencialidades que el Macrocosmos o Logos Cósmico, - y por eso es que ellas continúan desarrollándose continuamente y al parecer incesantemente, del mismo modo que el agua que se deriva del reservorio de un elevado dique continúa subiendo más y más hasta recuperar el nivel de agua del reservorio. Si estas Mónadas poseen las mismas potencialidades y naturaleza que el Logos Cósmico y difieren de EL sólo en el grado de desarrollo, así como un renuevo difiere del árbol en el grado de crecimiento, entonces deben tener el mismo origen y la misma situación con relación al Logos Cósmico, del mismo modo que la situación de los hijos menores y los mayores de la misma dentro de una familia. 

En «La Doctrina Secreta” encontramos que mientras el Logos Cósmico es llamado el Hijo del Padre oculto, las Mónadas también son llamadas hijos, demostrando, en conclusión, que ellas tienen el mismo ‘status” y naturaleza que el Hijo. ÉL es el Primer Nacido de los Padres Eternos y proporciona a los hijos más jóvenes un campo de evolución del mismo modo que el hijo mayor de una familia provee con qué educar a todos los más jóvenes, quienes lo siguen y aprovechan las comodidades que él les da. Tal vez pueda excusársenos por haber presentado misterios tan elevados y profundos como éstos en una forma un tanto antropomórfica, pero el hecho es que estamos tratando de comprender estos misterios y debemos acudir al uso de los mejores medios a nuestra disposición para este propósito. Bien sabemos que los fenómenos ordinarios de la vida son las sombras de realidades de más arriba, pero ellas proporcionan la mejor clave para la comprensión de esas realidades. 

No creo que seamos culpables de sacrilegio o impropiedad alguna al tratar de estas cosas de esta manera, dado que sabemos lo que estamos haciendo y conservamos la adecuada actitud de reverencia y humildad en este tratamiento intelectual obviamente imperfecto de estos profundos e inimaginables misterios. Este misterio del origen de las Mónadas, como ya lo señalé, no ha sido aclarado, o al menos, no nítidamente esclarecido, mientras que toda clase da ideas nebulosas e indefinidas han sido formuladas acerca de este tema. Algunos escritores fijan el origen en el plano Adi Solar; algunos en el Anupadaka, asignando así implícitamente a las Mónadas un rango un tanto indefinido e inferior al del Logos Cósmico, si bien la palabra “hijo” ha sido aplicada a ambos. No sólo el origen no está claramente ubicado donde corresponde, sino que ni aun la Madre figura para nada en el esquema. Tampoco se supone que provengan de parte alguna; parecería que aparecen por primera vez en el seno del Padre en el plano Anupadaka. ¿Dónde está la Madre, que les ha dado nacimiento espiritual y quién habrá de ser responsable de su evolución a lo largo del incesante ciclo de desarrollo en el cual ascienden de una etapa a otra, en un proceso aparentemente indefinido y sin límites? 

Ya hemos visto que el Principio Padre - Madre es el origen espiritual de las Mónadas como del Logos Cósmico y si el Principio Madre tiene una misteriosa parte que desempeñar en el nacimiento de las Mónadas, deberá tener una igual y no menos importante que desempeñar en el desenvolvimiento de ellas en todos los niveles de evolución en línea recta hasta la personalidad. Esto significa que el Principio Madre Divino debería ser definida y claramente reconocido, y dársele si la gente tiene el derecho de invocar al Origen Interno de su ser y dirigirse a Él como a un Padre, igual derecho hay a invocar a tal Fuente como una Madre, porque considerando su íntima naturaleza y la relación polar entre ambos aspectos de la Divinidad, ellos son inseparables. Esta es la base de la adoración de la Shakti en algunas escuelas hindúes de ocultismo. Estas personas también cometen a veces el error de excluir o ignorar el otro aspecto, o de dar preponderancia al aspecto Shakti. Sin embargo, es un hecho reconocido que para que la adoración sea exitosa, ambos aspectos deben ser los invocados. 

Naturalmente que esta tendencia a poner el énfasis en uno u otro de los aspectos es cuestión de punto do vista. Si miramos a un elipsoide que es utilizado como símbolo del Tattva Shiva-Shakti desde uno de los extremos, a lo largo de su eje, solamente un foco es visible, permaneciendo el otro oculto a la vista desde el otro, y el elipsoide es visto como una esfera. La relación real es vista desde un costado, cuando ambos focos son visibles y vistos en su relación polar, tal como lo muestra la figura

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