sábado, 2 de marzo de 2019

CONSCIENCIA CÓSMICA Y PODER (EL TATTVA SHIVA-SHAKTI)



Lo Inmanifestado es el corazón de lo Manifestado, por así decirlo, y lo Absoluto es el corazón de lo Inmanifestado. Ya hemos considerado esta Realidad Ultima en los dos capítulos precedentes, y hemos tratado de hacerlo con unas pocas ideas que nos permitan lograr una ligera comprensión de este incomprensible Principio, oculto tanto en el interior del Universo como en el interior de cada Mónada individual. Proseguiremos ahora con el siguiente y ya inferior Principio, a saber, el Principio dual que se conoce en la filosofía hindú como el Tattva Shiva-Shakti

Repetiré algo que ya señalé en el Cap. 1: que los tres Principios en lo Inmanifestado constituyen una Realidad indivisible, y separarlos de esta manera, por conveniencia del estudio del tema, exige volver atrás al referirnos a ellos, lo que ocasiona una cierta superposición con nuestras propias ideas, pero trataremos de evitarlo en cuanto podamos, así como evitaremos la jerga metafísica corriente con que los filósofos académicos envuelven a estas verdaderas metafísicas trascendentes. 
Se sigue, lógicamente, que si la Realidad Ultima que designamos con la palabra “Absoluto” se ha de diferenciar, la más primaria diferenciación ha de ser dos, y no simplemente en dos, si no que estos dos han de ser dos opuestos polares, porque la diferenciación de la Realidad Una que es neutra, vacía y un todo equilibrado, no puede resultar, en ninguna forma, corno no sea en dos opuestos polares. Tenemos numerosos ejemplos de este tipo en el campo de la Ciencia. 

Tomemos, por ejemplo, un electrolito del vulgar cloruro do sodio (sal de cocina), cuyas moléculas son neutras, en total, en su estado sólido, pero que en una solución, por ese solo hecho de disolverse, se disocian en iones positivos de sodio e iones negativos de! cloro; o también la electricidad estática por frotamiento, que siempre se genera en cantidades iguales pero opuestas en los no conductores eléctricos. La relación entre los dos componentes de la dualidad primaria, que estamos ahora tratando, es uno de los más interesantes problemas de la filosofía, debiéndose su naturaleza extraordinaria a la clase de polaridad que la caracteriza. Antes de proseguir quisiera señalar algunas características generales de toda relación polar para aclaración de aquellos que no posean los correspondientes conocimientos científicos. Toda relación polar está caracterizada por los siguientes hechos: 

1. Los dos componentes derivan de una unidad y, bajo condiciones favorables, pueden volver a desaparecer en esa unidad. 

2. Los dos polos están, de algún modo, mutuamente vinculados y son interdependientes. 

3. En su interdependencia, son iguales y opuestos. 

4. Pueden atraerse o repelerse progresivamente, según sea la variación de la tensión mutua. Estas tensiones contienen los elementos de la atracción y la repulsión 

5. Ambos polos aparecen y desaparecen juntos, y no podemos tener uno sin el otro. 

Con tal elemental conocimiento respecto a una relación polar podremos intentar comprender esta polaridad primaria que subyace en el Universo y que, de alguna manera, divide al Manifestado y lo Inmanifestado en dos contrapartes enfrentadas, rechazándose y a la vez atrayéndose mutuamente, porque las reacciones entre todas las clases de opuestos polares en el universo manifestado están enraizadas en estos dos polos de la diferenciación primaria. 

Si se entrefundieran, nada restaría sino lo absoluto, porque cada elemento de un lado está igualado y equilibrado por su contraparte en el otro lado, si bien no estamos en condiciones de rastrear en cada caso, las contrapartes. Después de estas consideraciones particulares, detengámonos en la naturaleza esencial de los dos elementos de esta polaridad que son llamados Shiva y Shakti o Principios Padre y Madre. En un sentido muy amplio, estos dos elementos son también Consciencia y Poder, si bien deberemos comprender muy bien qué es lo que significan esos términos en su sentido trascendente, y no confundirlos con los significados y connotaciones con los que habitualmente se los asocia. Considerando la naturaleza trascendente de esos dos Principios, las expresiones Raíz de la Consciencia’ y Raíz del Poder” serían mas apropiadas, pero si mantenemos presente ese importante hecho, podremos continuar usando, como hasta ahora, las expresiones sencillas de una sola palabra, en el tratamiento de este tema. Antes que tratemos separada y pormenorizadamente la naturaleza de los dos elementos del Tattva Shiva-Shakti o Principio Positivo-Negativo y su mutua relación, nos detendremos un poco en la relación entre voluntad y poder, que tan importante papel desempeña en nuestra vida y con cuya ex presión la mayoría está familiarizada. 

Voluntad y poder están muy íntimamente relacionados a Shiva y Shakti respectivamente; son, de hecho, desvanecidos reflejos o expresiones degradadas de esos dos Principios polares. Es mediante el estudio y adecuada comprensión de estos reflejos o expresiones inferiores que podremos lograr una vislumbre en la naturaleza de las realidades que ellos reflejan imperfecta y parcialmente. 
¿Qué significan en psicología estas dos palabras? Lo primero que hay que notar es que voluntad y poder son dos aspectos del mismo principio, siendo la diferencia entre ambos aspectos muy sutil y un tanto difícil de captar 

¿Cuál es la característica esencial de la voluntad? 

En general podemos decir que es aquella facultad o cualidad de la naturaleza humana que permite a un individuo tomar la decisión de seguir una determinada actividad hacia una meta establecida y proseguirla hasta conseguir alcanzarla. La voluntad meramente establece sus metas y adopta aquella actitud de Samkalpa o determinación firme que convierte el alcanzar la meta en una casi certeza. Cuando una persona de real voluntad fuerte decide hacer algo, uno sabe que esa cosa se hará mientras que esta certeza está ausente en el caso de una persona de voluntad débil. ¿En dónde está la diferencia entre las intenciones y realizaciones de ambas personas? 
En la inalterable naturaleza de la determinación y de la incesante persecución de la meta hasta alcanzarla. 

Es una facultad difícil de definir o comprender, y uno sólo puede advertirla por momentos en la vida de hombres que han llevado a cabo grandes revoluciones o cambios frente a tremendas luchas tanto externas como internas. Hasta casi se puede advertir, en sus vidas, la presencia de una misteriosa fuerza capaz de quebrar toda resistencia, sobrepasar toda dificultad y de alcanzar finalmente la meta deseada. Es un hecho muy peculiar el que en la voluntad no hay indicios o presencia de una idea del cómo habrá de ser alcanzada la meta; es determinación pura o propósito, sin ninguna referencia ni a la manera ni a los medios y puede existir en ausencia de todo medio predeterminado para alcanzar la meta fijada. Esta característica peculiar de voluntad pura, esto es, la ausencia de todo método predeterminado y fijado para alcanzar su objetivo debe ser muy tenida en cuenta, pues es de esta flexibilidad que depende su eficacia y la certeza de la consecución final del fin buscado. 

Es esta libertad para adoptar uno u otro medio o de reajustar los medios a los fines, abandonando una actividad si es necesario para asegurar el cumplimiento de la meta; es esta inexorable flexibilidad la que asegura que, tarde o temprano, de una y otra manera, la meta va a ser alcanzada. La voluntad concentra su esfuerzo y su atención en el fin y deja abierta la cuestión de los medios, Así, pues, se trata de un estado dé consciencia capaz de producir una enorme concentración de propósito sobre la meta deliberadamente elegida y de su prosecución hasta su cumplimiento. 

De manera que este modo de expresión en los planos interiores que llamamos voluntad, es un reflejo muy atenuado de aquel aspecto de la Consciencia Divina llamado Sat y que tiene su origen en lo Inmanifestado, en el Principio denominado Tattva Shiva. Es Su Voluntad la que, en sus reiterados reflejos, produce las extraordinarias, y a veces temibles expresiones de la voluntad humana, capaces de provocar grandes cambios en un mundo que presenta grandes obstáculos. Y es Su Voluntad la que está tras el Plan Divino de todo sistema manifestado y la que lo encamina hasta su prefijado fin sin ninguna posibilidad de fracaso. En el caso do metas perseguidas por seres humanos sí pueden ocurrir fracasos, porque la voluntad puede no ser lo suficientemente fuerte, o porque a pesar de ser fuerte, la meta a la que apunta está contra la Voluntad Divina. 

Shiva representa y es, la corporización de esa Voluntad Cósmica que está detrás de la manifestación y que la impulsa irresistiblemente pero con Sabiduría, hacia su meta establecida. Dado que es infinita, contiene a toda meta finita; dado que su potencia es ilimitada puede quebrar finalmente todo obstáculo o eliminar toda resistencia que surja durante el curso de la evolución, porque tales resistencias y obstáculos están destinados a ser superados en un sistema que esté regido por la ley y que ha de proveer el desenvolvimiento de innumerables Mónadas en evolución. 
Estas Mónadas son fragmentos de Vida Divina, hijas del Altísimo, y tienen que desarrollarse en Libertad para que puedan cooperar con la Voluntad Divina, no por compulsión externa sino por una elección interior nacida de la experiencia y de la iluminación. El Plan Divino, de acuerdo a la Doctrina Oculta, no está implementado de modo mecánico y nuestra vida no está regida por un destino inexorable. Tenemos mucho margen para equivocarnos y marchar por senderos equivocados y aprender nuestras lecciones por el dolor. 

El Plan Divino es lo suficientemente flexible como para que los poderes que dirigen la evolución puedan tomar caminos alternativos para subsanar deficiencias o desalientos de nuestra parte, pero la meta finalmente será alcanzada, tal como está esbozado en los Yoga- Sutras de Patañjali (IV-12). 
La Voluntad Divina y la Sabiduría Divina son iguales para toda situación en desarrollo durante el curso de la evolución. Es este conocimiento, directo e intuicional, el que permite, a quienes están en contacto con las realidades de la vida interna, permanecer en calma frente a los más graves peligros y los más indeseables desarrollos que a veces ocurren en el mundo. Habiendo considerado a Shiva en Su aspecto de Voluntad Cósmica, pasemos brevemente a su correlativo, el Poder Cósmico, representado por Shakti. También aquí nos ayudará a comprender el Principio Divino el examinar previamente la naturaleza de su reflejo en la vida humana. 

Hemos visto que en nuestra vida la voluntad solamente determina la meta y se concentra en su consecución. Es el poder el que provee los medios necesarios para alcanzar el fin. Así como la voluntad está ligada a la meta, el poder lo está con los medios para alcanzarla. Es en este hecho que ha de verse la relación inevitable e íntima entre voluntad y poder. La voluntad, sin el poder que provee los medios, está desamparada. El poder sin la voluntad que fija una meta y una concentración continua sobre esa meta, queda huérfano de propósito. Si se tiene un objetivo en vista y también voluntad para alcanzarlo, pero se carece de los medios para ello, uno queda impotente. Por otra parte, si uno dispone de todo tipo de medios pero ningún propósito en vista, todos aquellos medios no significan nada y permanecen inutilizados. Este hecho, concerniente a la relación entre voluntad y poder no es generalmente conocido, pero si empezamos a pensar un poco más profundamente, se encontrará que es esencialmente verdadero. 

El papel ya señalado que desempeñan en nuestra vida la voluntad y el poder, no sólo muestra la íntima relación entre ambos, sino que también nos da otra vislumbre de la naturaleza del Tattva Shiva-Shakti así como del concepto de Voluntad Cósmica y Poder Cósmico que ellos representan. 
A nivel del Tattva Shiva-Shakti en lo Inmanifestado si bien ambos Principios son infinitos, deben ser potenciales, porque a tal nivel no hay ningún sistema manifestado para ejercer la Voluntad Divina o Shiva, ni para proveer una infinita variedad de energías, en varias formas, para poner en actividad un Plan Divino. Es solamente cuando la Mente surge a la existencia y se crea un sistema manifestado (universo, galaxia o sistema solar) que las condiciones son propicias para el ejercicio de la Voluntad Divina de Shiva y la aplicación del Poder Divino de Shakti. Solamente entonces puede haber una meta definida representada por un Plan Divino, detrás del cual la Voluntad Divina pueda ejercer una presión constante. 

Sólo entonces puede haber todos los medios disponibles, debido a la emergencia de Prakriti de su Samyavastha o condición armónica. Así, pues, si bien el Tattva Shiva Shakti es eterno, y en su más elevada forma, un aspecto del Siempre- Inmanifestado, sólo comienza a actuar en oportunidad de la aparición de un sistema manifestado creado por el Logos. De otra manera permanece en forma potencial en la obscuridad de lo Siempre-Inmanifestado, tal como lo ve el intelecto. 

Qué es lo que hay presente en esa Consciencia Suprema, eterna y que siempre permanece la misma, esté o no presente la sombra de un sistema manifestado, ¿quién puede decirlo? Se verá también que la polaridad y la dependencia mutua de los últimos Principios Positivo y Negativo, se refleja en sus expresiones inferiores en la forma de voluntad y poder. Como hemos visto arriba, voluntad sin poder es impotencia y poder sin voluntad es desorientación. Esta mutua relación entre ambos es inconscientemente reconocida cuando usamos la expresión “poder de la voluntad” para el principio, esencialmente dual. 

Habiendo tratado la naturaleza general de los últimos Principios Positivo y Negativo, consideremos ahora algunos otros aspectos de estos dos componentes, el Principio Positivo de la Consciencia denominado Shiva y el Principio Negativo del Poder denominado Shakti. Considerando la naturaleza trascendente de estos Principios y el hecho de que ellos estén en la base de lo Manifestado y de lo Inmanifestado, debemos orientar nuestros esfuerzos en tratar de comprenderlos en su correcta perspectiva y en acceder al problema con la necesaria humildad nacida del reconocimiento de nuestras tremendas limitaciones. Desde que el vocablo “poder” transmite la idea de un principio no-senciente, la primera cuestión que debemos plantear y responder es: 

¿Cuál es la naturaleza del Poder? 

En el pensamiento filosófico hindú hay gran confusión de ideas acerca de la naturaleza de este Poder. Algunos escritores lo confunden con Prakriti; otros lo elevan al nivel de la Realidad Última; todo depende de la escuela a la que pertenecen. Estando a nivel de la diferenciación, primaria de la Realidad Una, por sobre el dominio de la manifestación, es obvio que no puede ser asociado a ningún mecanismo y, por eso, tampoco a ninguna actividad, ni siquiera de índole mental o espiritual. 
Ha de ser potencial, y tener la potencialidad de poder iniciar cualquier tipo de actividad que llegue a ser necesaria en la manifestación en los mundos inferiores mentales, o en los mundos divinos en los que los Logos funcionen en sus triples aspectos, porque la aparición de un Logos desde el seno de la latente Consciencia del Logos Cósmico o Maheshvara también requiere el ejercicio del Poder, y por eso, este Poder debe trascender el dominio de los innumerables Logos del Cosmos. 

Es en este estado potencial, que está más allá de los dominios en que actúan Brahma, Vishnú y Mahesha, que se lo denomina realmente Adi-Shakti, el consorte de Adi-Shiva. Si Shakti no está asociado a ningún mecanismo, ni siquiera a uno de naturaleza espiritual, y si es inactivo o potencial en este nivel, surge entonces la cuestión de si es o no consciente. La respuesta se encuentra en la naturaleza misma de la relación polar que existe entre Shiva y Shakti y su mutua dependencia e inseparabilidad No puede haber ningún poder sin consciencia ni consciencia sin poder en esta dualidad que estamos considerando. 

Es más, podríamos afirmar que es Poder potencial asociado con Consciencia integrada. 
Si observamos la cara de una moneda sabemos que la ceca está en el reverso y vice-versa. Necesitamos realmente una palabra específica para esta combinación polar de consciencia y poder correspondiente a la expresión sánscrita Tattva Shiva-Shakti para denotar la presencia simultánea de ambos aspectos de la Realidad Una, que es lo que en realidad es. 

Llegamos ahora a la cuestión de porqué Shakti es llamado la Raíz del Poder. La Ciencia nos dice que todo el universo, hasta las más pequeñas unidades que son los sistemas solares, está declinando en su nivel energético, y que cuando llegue a su punto muerto, el universo perecerá. 
Es como un reloj al que se ha dado cuerda y se ha puesto a marchar, utilizando lentamente la energía que se ha almacenado en él, y cuando ésta se agote, el reloj del universo o de un sistema solar se detendrá. Naturalmente que este final está muy lejos, pero hay consenso general entre todos los físicos ortodoxos de que es inevitable. 
Se plantea, entonces, un nuevo interrogante: 
¿quién introdujo esta energía en el universo o lo elevó en el comienzo al nivel energético adecuado desde el cual ha estado declinando? 

La Ciencia carece de respuesta a esta pregunta, si bien hay algunos físicos menos ortodoxos que han comenzado ya a hablar de la posibilidad de que exista un Creador o Arquitecto que hubiera podido, en el acto de creación, dotado al universo de la energía necesaria. Esto se considera meramente a la luz de una especulación atrayente. Sin embargo, la Doctrina Oculta tiene una respuesta clara para esta cuestión. La energía requerida para poner en marcha el mecanismo del universo, visible e invisible, proviene del trascendente Tattva Shiva-Shakti. ¿Cómo? La Realidad Ultima, como ya se ha señalado, es un estado de perfecto equilibrio y estabilidad. 
Sabemos que cuando queremos perturbar un estado tal debemos emplear fuerza y que, cuanto más estable sea el estado de equilibrio, mayor ha de ser la fuerza requerida para ese propósito; pero, una vez que ese estado ha sido perturbado, hay energía disponible: para poner en acción, en el sentido científico de la expresión, los mecanismos que han de restaurarlo. Pero en la manifestación se requiere la acción de un agente externo para alterar un estado tal e introducir energía. 
Dado que lo Inmanifestado es un Principio autosuficiente y auto-regulado del cual procede todo lo demás, esta perturbación debe ser autogenerada y la separación de: los dos focos a partir del Centro Uno debe ser un acto autoiniciado de la Voluntad Divina. 

Tan sólo la Consciencia puede iniciar un movimiento así dentro de sí misma, y no algo tan insensible como Prakriti. Vemos así que el poder necesario para el universo debe provenir de una acción autoiniciada do la Consciencia Cósmica que por la separación del Centro Uno estático en dos Polos por la fuerza de la Voluntad Divina, se crea la suma ilimitada de poder necesaria para el propósito. El poder potencial así disponible puede ser transformado y graduado en su descenso a los niveles inferiores mediante diversas clases de mecanismos espirituales, mentales y materiales. 

Así como la energía eléctrica de muy alto voltaje generada en los sistemas hidroeléctricos es transformada, mediante transformadores, en corrientes, de bajo voltaje para uso común, así también el Poder potencial en el Tattva Shiva Shakti que es universal, es transformado por el Logos que rige un sistema particular, para Su trabajo en ese sistema. Cada Ishvara o Logos, en Su aspecto negativo puede, por eso, ser considerado como una especie de sub-estación reductora que rebaja y hace accesible, a un voltaje adecuado, este poder universal e ilimitado para la marcha de Su sistema. Después que la energía ha sido adecuada y especializada de este modo, corre por los diversos canales, a diferentes voltajes, desarrollando diferentes clases de trabajos en una red, por así decirlo, y los poderes que controlan y dirigen esta energía por los diferentes canales son las Devis o diosas del Hinduismo. Se verá, por eso, por qué debe existir una jerarquía de Devis y por qué cada Devi ha de estar casado con un Devata su consorte, que representa una función divina en manifestación. 

El hecho de que el Tattva Shiva-Shakti sea un ilimitado y universal depósito de poder, no es el único aspecto que tenemos que tomar en cuenta al considerar este Principio. Hay otros que son igualmente importantes y que arrojan mucha luz sobre los numerosos problemas y fenómenos de la vida. Antes de entrar a la consideración de algunos de ellos, recordemos un sencillo, experimento que todos han visto: el estiramiento de una banda de goma separada ambos extremos. Ello ilustra de modo simple y fácilmente comprensible, la separación de los dos focos a partir de un centro único estable en la Realidad Última y nos permite tener alguna idea de los tipos de fuerzas que se ponen en acción de esta manera y de los fenómenos asociados con ellas. 

Uno de ellos, es el de la actualización de la energía potencial, a la que podemos emplear en cualquier actividad que hayamos establecido previamente. Tomemos otros aspectos del sencillo experimento y veamos como iluminan la naturaleza del Tattva Shiva-Shakti. La primera cosa que llamará la atención de cualquier observador, es la tendencia desarrollada por los dos extremos a volver a juntarse. Todo ocurre como si todas las partículas de la pieza de goma hubiesen desarrollado una tendencia a recobrar su original condición de equilibrio. En efecto, esta tendencia es tan fuerte que solamente una fuerza muy firme aplicada a ambos extremos evita que se dirijan bruscamente hacia su posición inicial. No solamente esto, sino que la mitad de las partículas de un lado tienden a moverse en una dirección y la otra mitad en la dirección opuesta. En otras palabras se desarrolla entre las partículas una fortísima atracción, que actúa mediante la agencia de una relación polar. 

Veamos ahora el significado de este fenómeno en relación a los fragmentos de la Vida Divina que se ha dispersado por todas partes con motivo de haber sido impulsados a la manifestación. Vemos que todos estos fragmentos parecen movidos, consciente o inconscientemente, por una sobre-poderosa tendencia a recobrar su perdido estado de unidad con aquel Todo del cual han sido separados. Vemos también que la búsqueda a lo largo de todo su período de evolución se caracteriza por la asociación de los fragmentos en pares. Los átomos positivos y negativos tienden a combinarse entre sí, derivándose de la unión una temporaria aunque inconsciente satisfacción. Los animales y los seres humanos se reúnen ya como macho y hembra, padre e hijo, madre e hija, o en otra de las numerosas relaciones que contengan tras de sí alguna clase de polaridad, porque la polaridad no está limitada solamente a los cuerpos de machos y hembras. 

Las actitudes de los dos componentes en cada uno de los pares mencionados, son en gran proporción opuestos y por eso polares por naturaleza. Parecería, por consiguiente, que toda la vida se hubiera polarizado y funcionara mediante las atracciones y repulsiones que caracterizan a una relación polar. Es solamente cuando e] amor se ha desarrollado suficientemente mediante de esas diversas y temporadas relaciones entre los fragmentos de la Vida Divina que el amor de un fragmento por el Todo despierta en su interior. Entonces, en lugar de buscar satisfacción en el amor fragmentario, el fragmento lo busca en el Todo, y a través del Todo, en los otros fragmentos. 

De este modo se consuma el deseo desarrollado de ser uno con el Todo. 
No solamente hay esta universal tendencia de los fragmentos de la Vida Divina a reunirse, sino que también la satisfacci6n de esta tendencia, en cualquiera que sea la magnitud en que es alcanzada, es la única fuente de felicidad, bienaventuranza o Ananda que hay en el mundo. En cualquier pequeña medida en que tengamos éxito en toda situación en la vida de satisfacer esa tendencia a reunirse y llegar a ser uno en espíritu, en esa misma medida experimentamos felicidad y paz, porque si somos uno en esencia, el ir hacia esa fuente suprema de bienaventuranza, y devenir uno nuevamente es nuestra destino último; es inevitable que en cada pequeño esfuerzo, exitoso en ese sentido de alcanzar la unidad, haya cierta cantidad correspondiente de felicidad o bienaventuranza, de acuerdo con el nivel y grado de dicha unidad que se alcance. 

La percepción de nuestra unidad es la base del amor y la satisfacción del amor es la base de la felicidad real. Cuando la atracción polar involucra asociación de materia y mente debida a nuestra identificación con el cuerpo y la mente, tenemos un simple placer o felicidad basada en la posesión o en la sensación. Donde debido a nuestra no-asociación con mente y cuerpo, haya percepción pura de la unidad sin las complicaciones que trae la asociación con la mente y la materia, tendremos paz real y ananda del plano espiritual o aun de planos más arriba. Sin embargo no debemos olvidar que la fuente última de toda clase de bienaventuranza, desde la inferior hasta la superior, es aquella Realidad que denominamos como Shiva en Su aspecto Ananda. 

Luego viene otro aspecto del Tattva Shiva-Shakti que es fundamentalmente diferente del aspecto que hemos estado considerando desde el comienzo; en esta diferenciación primaria tenemos la separación en dos polos, uno positivo y otro negativo, del Centro único. La segunda clase de diferenciación que ahora consideraremos es la base de la manifestación, y puede ser concebida como un impulso hacia el exterior por medio del cual la Consciencia, en su aspecto Cit, proyecta un sistema manifestado fuera de sí y establece la relación entre el YO y el NO-YO dentro del Tattva Shiva Shakti. Este impulso externo es intrínsecamente de naturaleza SAT y sin embargo permanece todavía dentro del dominio de SU propia Consciencia, que es la base de la Ideación Cósmica y establece el fundamento espiritual de los universos que surgen a la existencia, uno tras otro, en el eterno alternar de Shristi y Pralaya. Esta segunda clase de diferenciación, todavía en el seno de lo Inmanifestado, veremos que es la base de la relación subjetivo-objetiva y la raíz de la mente que actúa mediante esa relación subjetivo-objetiva; pero debemos recordar que aun estamos tratando con un cambio, si es que puede ser llamado cambio, dentro del dominio de lo Inmanifestado, Todavía no hay actividad mental, pero esta Mente Cósmica, dentro de los insondables dominios de la Realidad, es el misterioso fundamento último sobre el cual se erigen los edificios de los universos manifestados en el tiempo y en el espacio, ambos en los planos espiritual y mental. 

Esta sutilísima Ideación Cósmica es aún más sutil que la Ideación Divina de los Logos manifestados y quienes derivan de esta fuente primerísima el material o el plan para idear sus respectivos mundos. Esta primaria relación subjetivo-objetiva, y la Ideación Cósmica que es su producto, permanecen potenciales como su contraparte, el Poder que reside en el Tattva Shiva-Shakti, Sólo deviene activo cuando surge a la existencia un Triple Logos y lo utiliza para SU trabajo en un sistema manifestado; pero como esta sutilísima clase de Ideación pertenece a las funciones del Logos Cósmico Inmanifestado, no trataremos este tema aquí, dejándolo para el próximo capítulo. Cerraremos el estudio del Tattva Shiva-Shakti con el estudio de una de sus importantes funciones. De acuerdo con la Filosofía Hindú, la Consciencia de Shiva sirve como un receptáculo en el cual el universo descansa durante el periodo de Pralaya. Después de cada período de manifestación, el Cosmos o un sistema solar entra en Su Consciencia hasta el momento de volver a emerger a la manifestación, de acuerdo con la alternancia eterna de Shristi y Pralaya, que es inherente a lo Absoluto. Tal estado ha sido bellísima y gráficamente descripto en la Stanza 1 de la Cosmogénesis en “La Doctrina Secreta’, si bien la poética descripción dada allí podría dar lugar a una falsa impresión si captarnos el significado real de las palabras y frases y las tomamos en sus significados superficiales. 
Pero no necesitarnos entrar aquí en esta cuestión. 

Lo que debemos tener presente es el hecho que la Conciencia de Shiva sirve como receptáculo para el universo en estado de Pralaya. De hecho, el universo permanece siempre en Su Conciencia, y los cambios incidentales de Shristi y Pralaya pueden considerarse que sólo afectan la periferia de Su Consciencia. Puede considerase así mismo que Su Consciencia recibe en sus más profundos niveles, a todos los sistemas menores en cuanto entran en Pralaya, y durante un Mahapralaya, la gran disolución para todo el Un! verso, como se explicó en otro capitulo. Surge la cuestión: ¿cuál es la naturaleza de la perturbación permanente que debe producir estos cambios, para poder conciliarlos con el estado de paz total o Shanti que es mantenido en Su Consciencia, puesto que Él es llamado Shivam, Shantam, Sundaram? (Shivam significa “en quien todas las cosas descansan” o “el Feliz’; Shantam significa “el Pacifico”; Sundaram significa “el hermoso”). 

Para comprender cómo un estado de paz total o Shanti puede coexistir con las perturbaciones incidentales debidas a la manifestación, sólo tenemos que imaginar la existencia de distintas capas de agua en un océano. Aun en el caso de perturbacion.en su superficie causadas por los más violen tos temporales, las capas más profundas permanecen en absoluta calma, sin el más leve indicio de perturbación. Las tensiones y remolinos creados por las perturbaciones en superficie son gradualmente absorbidas por las sucesivas capas de agua y a medida que descendernos, encontramos cada vez menos perturbaciones, hasta que, a partir de cierto nivel, cesan por completo. 
Del hecho de que los niveles profundos de un océano permanezca siempre perfectamente calmos, podremos comprender cómo las naturaleza esencial y profunda de la Consciencia de Shiva puede permanecer Shanta a pesar da las perturbaciones periféricas. 

La misma experiencia se refleja, a mucho más bajo nivel, en la consciencia del ser humano. Aquellos que pueden penetrar en los niveles más profundos de su consciencia, pueden experimentar esa paz total que reina plenamente en esos niveles. Cuanto más profundamente penetre más sutil y perfecta será la paz que encontrará en dichos niveles. Y es esta paz la que está presente en nuestro interior, y en el cual cada uno de nosotros puede penetrar si conoce la técnica para penetrar en si mismo. Cuando el paso entre el Yo interno y la personalidad externa queda parcialmente expedito, esta serenidad interna puede descender e infiltrarse en cierta medida en la mente y llenarla con una paz que sobrepasa al entendimiento. Y la fuente última de esta paz es esa SHANTI que mora eternamente en la Consciencia de Shiva.

  Dr. I.K Taimni

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