viernes, 15 de marzo de 2019

LA NATURALEZA DE LO SIEMPRE – INMANIFESTADO



Al tratar la naturaleza de la Realidad Siempre - Inmanifestada en los capítulos precedentes, la hemos separado en tres aspectos, y ello por ser conveniente para la captación intelectual de este profundo concepto. Estos tres aspectos han sido llamados:

1) Lo Absoluto;
2) Tattva Shiva- Shakti, y
3) El Logos Cósmico Inmanifestado, y hemos tratado de comprender, en la medida en que esto es posible, cómo estos tres aspectos de la misma Realidad difieren uno de otro.
Al considerar estos tres aspectos separadamente, es natural que se haya perdido, en gran medida, la subyacente unidad de lo Siempre - Inmanifestado, y que uno se sienta inclinado a tomar a estos tres aspectos como tres Realidades diferentes, así como al considerar los tres aspectos del Logos Manifestado — Brahma, Vishnu y Mahesha— a poco andar ya las consideramos como tres Personas diferentes, en lugar de tres funciones del mismo Ishvara.

Por lo tanto, es deseable que ahora tratemos juntos los tres aspectos de lo Siempre - Inmanifestado con vista a poner en claro en nuestra mente su unidad esencial subyacente, pero antes que tratemos como un todo la naturaleza de lo Siempre Inmanifestado, recapitulemos brevemente los hechos esenciales aprendidos al estudiar los tres aspectos separadamente.

(1) Lo Absoluto es la Realidad Última o Parabrahman de la Filosofía hindú según la cual no solamente cuanto encuentra expresión en el universo manifestado sino que también lo que está potencialmente presente en lo Inmanifestado, existe en un estado perfectamente armonizado, equilibrado e integrado, por lo que tal estado aparece simultáneamente como un vacío y un plenum. No solamente están perfectamente amalgamados e integrados en un estado de vacío en lo Absoluto todos los principios, fuerzas, funciones, poderes, etc., sino que también el resultado de las Primera y Segunda Diferenciaciones, que constituyen los otros dos componentes de lo Siempre - Inmanifestado, están también tan perfecta y completamente armonizados e integrados, que nada puede distinguirse en esa Realidad Última Por eso es que se la llama Nirvishesa, esto es, sin ninguna distinción” o “propiedad especial”.

La naturaleza de lo Absoluto como un vacío perfecto no implica que carezca de vinculación con los otros niveles o aspectos de la Realidad o aún con las etapas más inferiores de la Evolución; a despecho de su vacuidad y naturaleza aparentemente impenetrable es, en un modo misterioso, la causa última incausada no sólo de lo Inmanifestado sino también del universo manifestado.

La concepción de lo Absoluto como una Realidad Última auto-suficiente y autodeterminada en la que todos los procesos de manifestación, disolución, etc., tienen lugar automáticamente como resultado de un Ritmo Cósmico subyacente, requiere la existencia de un Punto a través del cual este Ritmo Cósmico eterno se manifiesta y se proyecta periódicamente un universo manifestado, en la eterna alternancia de Shristi y Pralaya. Este Punto corresponde al número 1, colocado entre el número O, que representa el estado de vacuidad de lo Absoluto, y el número 2, que representa la primera dualidad, la del Tattva Shiva-Shakti. Así, el Punto debería ser considerado como un vehículo de lo Absoluto, así como el opuesto Espacio infinito e ilimitado, que la Doctrina Oculta estima contiene a la Realidad Última. Es la puerta entre lo Absoluto como vacío y el resto de los estados de Inmanifestado y Manifestado.

(2) El segundo aspecto o componente de lo Siempre-Inmanifestado es el Tattva Shiva- Shakti, otras veces llamado el Principio Positivo-Negativo o Principio Padre-Madre. Es el resultado de la primera diferenciación de la Realidad Ultima y la primera dualidad que resulta, divide, por así decirlo, a toda la Realidad manifestada e inmanifestada, en dos contrapartes opuestas que por su acción y reacción y equilibrio de opuestos entretejen la trama del universo - La naturaleza de este Principio dual y polar ya ha sido tratada, con cierta extensión, en un capítulo anterior. Para expresarlo muy brevemente, este Principio dual puede ser considerado como siendo la íntima esencia y fundamento del universo. Shiva-Shaktyatmakam Vishvam “Shiva y Shakti son la más interna Esencia del Universo”.

En este Principio dual se han de rastrear los misterios y relaciones de consciencia y poder, de voluntad y de acción, de atracción y repulsión, de amor y bienaventuranza. Estas realidades fundamentales de la existencia están enraizadas en el Tattva Shiva-Shakti que desciende gradualmente, paso a paso, a dominios de la manifestación cada vez más bajos y produce, por sus interacciones, los múltiples y universales fenómenos de la vida, de la mente y de la consciencia, en todos los niveles.

(3) El tercer aspecto o componente de lo Siempre-Inmanifestado es el Tattva Maheshvara- Mahesvari, el Principio Mental, con su esencial característica de relación sujeto-objeto. Este Principio Mental, que es la raíz de los fenómenos mentales en todos los niveles, encuentra expresión en la Ideación Cósmica del Logos Cósmico Inmanifestado en el más elevado nivel y que se refleja luego en los fenómenos mentales de todo grado de sutileza, y en los diferentes dominios de manifestación. Donde quiera que haya algún fenómeno mental, hay un sujeto o el “que ve” y hay un objeto de percepción que proviene de afuera- “del que ve” y que está ligado a el por medio de alguna clase de relación polar. Si bien el Tattva Maheshvara-Mahesvari es también dual y polar, esta dualidad y polaridad es de diferente clase y produce fenómenos de naturaleza diferente.

Una comparación con el Tattva Shiva-Shakti revelará que mientras la dualidad y polaridad del Tattva Shiva Shakti está relacionada, de un modo u otro, con la manifestación de poderes y fuerzas, la dualidad y polaridad del Tattva Maheshvara-Maheshvari se relaciona con manifestaciones de naturaleza mental. Así corno la Consciencia integrada de Shiva es la raíz de la mente funcionando mediante la relación sujeto-objeto, el poder integrado de Shakti es la raíz de todas las manifestaciones de energía que tienen lugar mediante Prakriti en su triple aspecto. Las dos componentes polares de la primera diferenciación deben ser necesariamente: afectadas igualmente en la segunda diferenciación, si bien los resultados en ambos polos será diferente.

La Consciencia se diferencia en Sat -Cit-Ananda, la raíz de la Mente y el Poder lo hace en Tamas-Rajas-Sattva, la raíz de la Materia o Mulaprakriti. Sin la captación de esta fundamental idea no podremos comprender la relación existente entre SHAKTI y Prakriti y no podrá eliminarse la confusión que rodea a esta relación en la filosofía Hindú. En todas partes SHAKTI es confundida con Prakriti, y el fracaso en distinguir entre ellas y clarificar nuestras ideas con relación a su naturaleza y funciones ha conducido a toda clase de inconsistencias filosóficas.

 Lo anteriormente dicho hará ver que la palabra Prakriti está, o debería estar, designando una realidad situada a un nivel inferior que el de SHAKTI. Es el correlativo del Principio Mental, mientras que SHAKTI es el opuesto polar y a la vez correlativo del Principio Consciencia. Prakriti, según la filosofía hindú, es el Samyavastha o estado de equilibrio de las Gunas, mientras que SHAKTI es el Poder consciente opuesto polar de la Consciencia pura en la cual el Poder es potencial. Cuando la Consciencia pura e integrada desciende hacia la manifestación, aparece como un fenómeno mental; cuando el Poder, puro e integrado, desciende hacia la manifestación, aparece como Prakriti con su actividad de las Gunas. Cuando la mente o Citta se sumerge en la consciencia del Purusha al alcanzar Kaivalya, el juego de las Gunas cesa y Prakriti se sumerge en el poder potencial, como se señala en el último aforismo de los “Yoga-Sutras” de Patanjali (1V-34). 

Si bien debe tenerse siempre presente la unidad esencial de lo Siempre-Inmanifestado, todavía deberemos recordar que los tres aspectos o estados arriba mencionados son inherentes a esa unicidad en un estado integrado, y cuando lo Inmanifestado se manifiesta, ellos se hacen cada vez más prominentes tras cada subsiguiente descenso en la manifestación. Estamos siempre propensos a olvidar el hecho de que la triplicidad de la Realidad, a medida que desciende más y más a niveles más densos de la manifestación en la forma de Triple Logos, o de triple Mónada, o de triple individualidad, o de triple personalidad, es meramente un reflejarse a diferentes niveles de la oculta y sutil triplicidad presente en lo Inmanifestado en sus tres aspectos de 

(1) Lo Absoluto (2) Tattva Shiva- Shakti (3) el Logos Cósmico lnmanifestado o Tattva Maheshvara-Maheshvari.


Esto por el lado de la consciencia o Realidad subjetiva. Por el lado del Poder o Realidad Objetiva también encontramos reflejada la misma triplicidad, una y otra vez, sobre los planos inferiores. Así, el mundo Divino es triple (Adi, Anupadaka y Atmico superior); el mundo espiritual es triple (Atmico inferior, Búddhico y Mental Superior) y el mundo temporal es triple (mental inferior, astral y físico). La existencia de estas triples contrapartes en los dominios de consciencia y poder, o espíritu y materia, o Purusha y Prakriti, es inevitable si la Realidad Ultima en sus diferenciaciones primaria y secundaria se divide en dos Principios opuestos polares. 

Los dos aspectos de lo Inmanifestado, uno perteneciente a su unicidad y otro a su triplicidad, pueden señalarse simultáneamente, en cierta medida, representándolos como una cruz, como se indica en el diagrama anterior. En él tenemos la intersección de dos líneas rectas que representan las dos diferenciaciones: la primaria y la secundaria. Estas diferenciaciones son de naturaleza polar y, como se indicó arriba, sus resultados son fundamentalmente diferentes. Acerca de esta cruz, que quiere representar la totalidad de lo Inmanifestado en su triple aspecto, cabe destacar los siguientes puntos: 

(a) Esta doble polaridad surge desde el punto de intersección, que representa a lo Absoluto en su aspecto del Uno. 
(b) Si bien las dos polaridades, que son resultado de las diferenciaciones primaria y secundaria están representadas en el diagrama por líneas rectas, no debemos cometer el error de pensar que ellas impliquen separación alguna en el espacio. 

Lo Inmanifestado trasciende al Manifestado y, por consiguiente, está más allá del tiempo y del espacio, El imaginar que cualquier diferenciación polar en lo inmanifestado involucre separación en el espacio sería un absurdo desde el punto de vista del espacio. La concepción de una polaridad que está más allá de relaciones espaciales y que actúa en un punto y desde un punto, es una de las concepciones más sutiles y fascinantes qué hemos de considerar en el dominio de la filosofía. Es difícil de captar, pero si nuestra facultad intuitiva y nuestra mente superior están entrenadas en la consideración de estos conceptos sutiles que se relacionan con estas realidades trascendentales, podremos llegar a obtener algunas vislumbres de la verdad. De cualquier modo, tengamos o no una vislumbre de la subyacente verdad, recordemos sí que la representación simbólica mediante líneas rectas oculta una verdad extremadamente sutil. 

(c) No solamente debemos concebir a esta polaridad más allá del dominio del espacio y actuando en torno a un punto, sino que tenemos también que concebirla como el resultado de una redistribución interna en uno y un mismo Principio, que produce contraste o potencial sin la introducción de nada externo o que afecte la totalidad y la auto-suficiencia del Principio. Aun en el plano físico nos es posible concebir algo que contenga algún tipo de energía uniformemente distribuida, y que pueda resolverse en dos o más estados con diferentes distribuciones de la misma energía y sin que involucre adición o sustracción alguna de energía en el campo delimitado de que se trate. 

Por ejemplo: una superficie uniformemente iluminada con luz blanca puede quedar demarcada en diferentes porciones mediante una distinta distribución de la luz, y en este caso, la cantidad de luz permanece la misma, pero aparecen porciones contrastadas en cuanto se introducen elementos de luz y sombra. Para dar otro ejemplo, el agua contenida en una cisterna puede ser distribuida en dos cisternas colocadas en dos niveles distintos; aquí tenemos la misma cantidad de agua, pero la diferencia de nivel proporciona una energía potencial que puede emplearse en la ejecución de trabajo. Análogamente, un potencial eléctrico se puede crear por una redistribución de electrones en la superficie de un conductor. Aquí también el total de electrones permanece el mismo, pero la redistribución produce un potencial eléctrico que puede usarse en la ejecución de un trabajo. 
Esta cuestión de la producción de contrastes o potenciales mediante una redistribución interna ha sido más completamente tratada en otro capítulo. Entonces, todo lo que cabe hacer aquí es comprender cómo tal cosa es posible y si el principio puede arrojar alguna luz acerca de la naturaleza de Lo Inmanifestado. 

(d) Si hemos captado lo anteriormente dicho, veremos de inmediato que el principio mencionado en el último párrafo puede arrojar alguna luz acerca de la naturaleza de las polaridades o contrastes producidos en la primera y segunda diferenciaciones en la Realidad Ultima. El Tattva Shiva puede ser considerado como participando más de la Realidad o como Realidad a un menor potencial. La luz contiene obscuridad y la obscuridad contiene luz potencialmente, porque, en última instancia, es cuestión de relatividad. No puede haber luz absoluta o tinieblas absolutas, salvo como casos límite ideales. Análogamente, las cargas eléctricas positivas y negativas son cuestión de estados relativos y la diferencia de potencial entre dos objetos cargados determinará qué dirección seguirá la corriente. 

El Principio de mayor Realidad, por así decirlo, y que muestra los atributos de consciencia subjetiva y positiva se denomina SHIVA, mientras que el Principio que relativamente contiene menos Realidad y exhibe los atributos de objetividad y poder negativo se llama SHAKTI, en la filosofía hindú. Esta es la razón por la cual en el Tattva Shiva el nod se considera inherente pero presente en Niskala o estado inactivo, y por otra parte, en el Tattva Shakti es la consciencia la que se considera inherente, pero presente en el trasfondo. Ambos contienen a los dos, pero en grados relativos diferentes, aunque las diferencias en su funcionar los hacen aparecer como polos separados. Es este hecho de la realidad relativa el que constituye la polaridad del Tattva Shiva-Shakti, y es el fundamento de la misteriosa relación existente entre Shiva y Shakti. Y aunque este Tattva desciende cada vez más profundamente en los dominios de la manifestación, y la consciencia comience a actuar a través de la mente, y el poder se haga Sakala o activo, esta misteriosa e íntima relación entre consciencia y poder se mantiene en todas sus respectivas expresiones. 

(e) Lo que se ha dicho arriba con relación al resultado de la diferenciación primaria, es también cierto respecto al resultado de la diferenciación secundaria, pero en sentido diferente. En el caso del Tattva Maheshvara-Mahesvari, que es el resultado de la diferenciación secundaria de la Realidad Ultima, la polaridad es de tipo diferente y origina la aparición de la relación sujeto-objeto, que es la base del Principio Mental. Tal vez el empleo de la palabra “polaridad” para esta relación entre sujeto y objeto no sería del todo apropiada, porque relacionamos la palabra «polaridad” del ‘lenguaje científico con fenómenos que en realidad involucran fuerzas de distintas clases. 

El contraste entre ambos componentes de la relación sujeto-objeto no comprende energías y fuerzas de esa manera, sino que es una relación en la que hay oposición y reciprocidad entre ambos componentes, y en la cual se produce tan solo una redistribución interna, de los contenidos, por así decirlo y en la que nada se agrega ni se sustrae de la totalidad del Todo, y por eso es que puede permitirse el empleo de la palabra “polaridad”. El Tattva Maheshvara-Maheshvari o Principio Mental Cósmico, que ha sido también llamado Logos Cósmico Inmanifestado, es el asiento de la Ideación Cósmica. Es en este obscuro e incomprensible dominio que toman forma, como resultado de la actividad mental del Logos Cósmico, los universos que se manifestarán, unos tras otros, en eterna sucesión. Si bien empleamos palabras como “mente” e “ideación» en relación a esta actividad, no debemos caer en el error de considerarlas análogas a la actividad mental ordinaria. 

De hecho, es de naturaleza mucho más espiritual que la más elevada espiritualidad que podamos concebir o experimentar. El uso de estas palabras con relación ‘a esta sutilísima actividad divina está solamente justificado porque sus sucesivos reflejos en el dominio de la manifestación originan aquellos fenómenos que consideramos de índole mental. El tema de la ideación Cósmica ha sido tratado con mayores pormenores en otros capítulos y no es necesario entrar en él aquí, excepto para señalar unas pocas ideas salientes que iluminan un tanto la naturaleza de lo Siempre-Inmanifestado. Lo Inmanifestado es un estado integrado. En otro capítulo se ha mostrado que un estado integrado es una condición peculiar en la que están presentes todos los estados posibles de diferenciación, pero en estadó potencial, sin que ninguno de ellos se presente realmente. No solamente están potencialmente presentes sino que ellos pueden emerger de esa condición en cualquier momento y dónde y cuándo se den las condiciones necesarias. Esta idea es muy importante cuando se estudia la naturaleza de la Ideación Cósmica dentro del dominio de lo Inmanifestado. 

Debemos tener mucho cuidado en no considerar a la Mente Cósmica como una pila de copias de las serie de universos que se suceden en la eterna alternancia de Shristi y Pralaya. No será un estado integrado como la luz del sol sino un estado diferenciado como el espectro de la luz del sol. Ningún número de cosas separadas, por más numeroso que sea, puede constituir un estado integrado. Si bien un número infinito de universos puede estar emergiendo continuamente de la Mente del Logos Cósmico, ellos no pueden estar allí en la forma en que habrán de aparecer en el tiempo y en el espacio, o aun en su forma espiritual. Suponerlo sería tanto como negarle al Logos Cósmico la libertad de crear. Surgirá entonces un interrogante: ¿“es el origen último del universo?” Con toda seguridad no lo Absoluto. La concepción de qué es un estado integrado nos permitirá comprender no solamente cómo el Gran Creador es libre de crear un universo sino que también capaz de crear una serie inacabable de universos, debido al estado integrado de Su Consciencia. 

Dios no puede quedar limitado por Sus propias creaciones como lo estaría si todos Sus planes existiesen allí en alguna forma. Los universos surgen de lo Inmanifestado como un resultado de la libre actividad creativa divina, si bien los Logos que actúan en campos inferiores de la manifestación habrán de hacerlo de acuerdo con el Gran Plan que es el resultado de su actividad. Esto no significa como podría parecerle a muchos, que los Logos Solares queden limitados en su actividad. 
Esta impresión proviene de imaginar cine los Logos Solares tienen una existencia independiente de la del Locos Cósmico. De hecho, son meras facetas de aquella Realidad que llamamos Logos Cósmico y el Plan Divino se expresa mediante Ellos del mismo modo que la actividad de un gran banco se desarrolla mediante sus sucursales distribuidas por todo el mundo. 

El Logos Cósmico, según la Doctrina Oculta, es un Principio, y que en los planos inferiores es considerada como la Realidad manifestada detrás de todos los sistemas solares en actividad en el universo. Vemos así que las diferenciaciones primaria y secundaria en la Realidad Ultima representan sólo una diferenciación parcial, y las Realidades que resultan de esas diferenciaciones siguen siendo todavía estados integrados, aunque de un rango inferior al estado de súper integración de lo Absoluto. 

Por esta razón es que ellas constituyen la base del inagotable y potencial Poder Cósmico y de la también inagotable y potencial Ideación Cósmica Sólo cuando tiene lugar la manifestación es que la Consciencia integrada pura se diferencia. en estados mentales de diferentes grados de sutilidad y que el Poder integrado potencial se diferencia en poderes particulares, cada uno de los cuales se relaciona con su propio nivel mental y con una función de la Consciencia, tal como se representa en la simbología de los Devis y Devatas del Hinduismo. Así, en el estado manifestado tenemos Citta (mente) en lugar de Cit (consciencia) y Prakriti en lugar de SHAKTI (poder consciente). 
Ambos, Cita y Prakriti pertenecen al dominio de la manifestación y ya son estados diferenciados. Ambos son capaces de ejercer actividad y pueden, por ello, servir de primeros instrumentos de los estados manifestados, pero no debemos por eso olvidar que aquí estamos tratando con principios generales, diferenciando estados inmanifestado y manifestado. 

En el dominio de la manifestación, y por eso de la relatividad, todo es relativo y lo que podría considerarse como integrado y potencial dependerá de su nivel de manifestación y de la relación de este nivel con los niveles superiores e inferiores. Se verá también de lo anteriormente dicho que la diferenciación secundaria está estrechamente vinculada a la diferenciación primaria. En efecto, aparecen casi como dos aspectos del mismo proceso. El elemento de Consciencia en la diferenciación primaria deviene el percibidor o el veedor (Drishta) o base de los fenómenos subjetivos en la manifestación. El elemento Poder provee los objetos de percepción y se constituye en la base de los fenómenos objetivos (Drishyam). El veedor actúa mediante la mente o CITTA y lo visto mediante Prakriti o raíz de la llamada materia, de acuerdo con la terminología del Samkhya. Por eso, si bien la diferenciación secundaria difiere en naturaleza de la primaria, puede ser considerada como una anera extensión de esta última. Esta es la causa por la cual en el pensamiento filosófico y religioso hindú, el Tattva Shiva-Shakti y el Tattva Maheshvara-Maheshvari son tomados como sinónimos. 

No existe una línea recta de demarcación para poder distinguirlos entre si, tanto desde el punto de vista filosófico, y hasta casi diría como desde el punto de vista científico. En efecto; en la involución de los diversos niveles de Realidad, desde lo Absoluto hasta el plano físico, resulta difícil separar los niveles en compartimientos estancos. Es la misma Realidad la que gradualmente paso a paso, exterioriza sus aspectos cada vez menos sutiles, uno a uno, y la que, sin embargo permanece como la misma Realidad subyacente en todos estos aspectos, como se establece en la famosa máxima de la filosofía hindú: “En verdad, todo es Brahman”. 

Considerando la involución de la Realidad Ultima en aspectos o niveles inferiores, debemos recordar que cuando se produce una involución a niveles o estados inferiores, el nivel superior o estado superior no desaparece o cesa de existir. Si esto ocurriera en toda la manifestación, nada quedaría salvo el último y más denso de los estados derivados en la cadena: Realidad—> Consciencia—> Mente—> Materia. Lo que ocurre puede expresarse de la siguiente manera: La Realidad Ultima se rodea parcialmente de Consciencia, pero un aspecto de ella queda todavía inafectado. En la segunda etapa, la Consciencia se toma parcialmente en Mente, pero un aspecto de ella queda aun sin afectarse. En la tercera etapa, la Mente se transforma parcialmente en la así llamada Materia, pero un aspecto de ella permanece aun sin afectarse. 

De este modo, cuando todo el proceso se ha cumplido, tenemos a todos los cuatro niveles de la Realidad presentes y actuando simultáneamente, coexistiendo, el inferior apoyándose y existiendo en la base del superior. Esta clase de relación de diferentes niveles de la Realidad puede representarse, en cierta medida, en forma de diagrama, como sigue:



Vemos así, que la Materia flota y funciona en un mar de Mente, que la Mente lo hace en un océano de Consciencia y que la Consciencia funciona en el Vacío, o Pleno, de la Realidad Ultima. Este diagrama de todo el proceso de la manifestación nos permite ver muy claramente la verdad de la Doctrina Oculta de que a despecho de la infinita variedad y niveles de existencia en la manifestación, sólo hay una Realidad Ultima de la cual todo aspecto se deriva y en la cual todos los aspectos do la manifestación, sin excepción, están contenidos. Todo el universo, manifestado e inmanifestado, literalmente surge de, flota y funciona, en lo Absoluto. 

Cuando el Pralaya adviene, lo manifestado se reintegra a lo Inmanifestado y al tiempo de la creación, lo manifiesto se proyecta desde el seno de lo inmanifiesto, perteneciendo este a aquel nivel particular que permanece inafectado También se ve, de lo que se acaba de aprender acerca del estado de inmanifestación, que su naturaleza esencial, en todos los niveles, está presente por el hecho de permanecer en el trasfondo, invisible, y no apareciendo en el campo de la manifestación a tomar parte directa en sus actividades y procesos. Constituye la fuerza energetizante y conductora detrás de esas actividades, y provee del poder y la planificación necesarios permaneciendo, sin embargo, oculto detrás de esas actividades actuando mediante sus agentes. 

Esto es válido en todos los niveles y en el caso de todas las entidades, porque, lo de manifestado e inmanifestado son términos relativos. Así, el Atma en el caso de la Individualidad, es lo inmanifestado y permanece oculto y actúa mediante Buddhi y Manas. Mahesha en el Logos o ISHVARA , es lo Inmanifestado y actúa mediante Vishnú y Brahma. Lo Absoluto en lo Siempre-Inmanifestado es lo Inmanifestado Ultimo y actúa mediante el Tattva Shiva Shakti y el Tattva Maheshvara-Maheshvari.

 Dr. I.K Taimni

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