martes, 9 de octubre de 2018

LA TEOSOFIA COMO RELIGIÓN



Hemos visto que el Espíritu, como Hombre, tiene tres aspectos que se manifiestan como Voluntad, In­tuición e Intelecto, en los tres cuerpos más sutiles. Pero la palabra también se usa en un sentido más estrecho, indicando el primero de los tres aspectos aquél que está manifestado en el mundo más elevado de nuestro quíntuple sistema, el mundo Espiritual o Nirvánico, donde su manifestación es Voluntad o Poder. La palabra es también a menudo utilizada para señalar los dos aspectos superiores, incluyendo la In­tuición, a lo cual no pueden hacerse objeciones. Los dos aspectos, por cierto, representan a la "na­turaleza espiritual" del ser humano, como el Intelec­to y la Mente representa su Inteligencia, las Emociones sus sentimientos y el Cuerpo su instrumento de Acción. Hemos visto cómo esta división marca los grandes departamentos del pensamiento humano: el científi­co, el ético-artístico, el filosófico y el religioso, por lo que resulta conveniente. Pero en beneficio de una perfecta claridad usaré la palabra "Espíritu" para identificar a la Mónada re­vestida en un átomo del mundo manifestado más elevado, y la palabra "Intuición" para señalarla reves­tida en un átomo adicional del que le sigue hacia abajo. La palabra "Religión" indica la búsqueda de Dios por el Hombre, y la respuesta de Dios a esta búsque­da. La respuesta de Dios es Su propia revelación al Espíritu inquisidor del Hombre. Así como la atmósfera nos rodea e interpenetra pero permanecemos inconscientes de ella, aunque toda nuestra vida depende de este hecho, así el Espíritu Universal rodea e interpenetra al Espíritu particular, el cual no conoce a Aquel de Quien depende:

"El está más cercano que la respiración, más próximo que las manos y los pies".

"Conocer a Dios es, pues, la esencia de la Religión, que como ya hemos visto, todas las religiones testifi­can[1]. Todo lo demás es subsidiario, y el hombre que conoce esto es un Místico, un Gnóstico, un Teósofo. Los nombres pueden ser, por cierto, muchos, pero sólo aquellos "que conocen" pueden usarlo en su significado pleno. "Dios es inmanente en todo" es la afirmación de la verdad de la Naturaleza que hace posible tal conoci­miento. "Dios es todo y está en todo", es la manera cristiana de decir la misma verdad. Aunque San Pablo lo puso en el futuro, los Místicos lo ponen en el pre­sente. ¿Qué significa?

LA INMANENCIA DE DlOS

Significa que la esencia de la Religión es este reco­nocimiento de Dios en todas partes. El verdadero Teó­sofo ve en cada una de ellas una porción de Su Divino Esplendor. En la estabilidad de las montañas, en la pu­janza de los golpes de mar, en el arrastrar de los vientos, ve Su Fortaleza; en las profundidades del espacio salpicado de estrellas, en la amplia extensión de los de­siertos, ve Su Inmensidad; en el color de las colinas flo­readas, en el correr de los arroyuelos, en las profundi­dades verdes de las selvas, en el brillo de los picos neva­dos, en el balanceo de los copos dorados al brillo del sol, en el plateado de las olas en las noches de luna, ve Su Belleza; en la dulce sonrisa de la virgen cortejada en las madrugadas, en el beso ansioso del amante que la reclama como su mujer, en los tiernos ojos de la mujer que descansa con su esposo, en la respuesta, en la mi­rada del esposo que responde a su mujer, en los labios que ríen del chico que juega en la playa, en la cálida protección que le brindan su padre y madre, en la invariable devoción entre amigos, en la fidelidad del camarada, ve Su Amor. Estas son las "recordaciones" del Místico, que es el verdadero significado de lo que mal ha dado en llamarse "miedo", que es "el comienzo de la Sabiduría". Comprender esto, y de esta manera saberse uno con Dios, es la meta de la Teosofía, así como de toda Religión verdadera. Todo lo que se enseña está dirigido a esta finalidad.

ENSEÑANZAS TEOSOFICAS

Las doctrinas comunes de las religiones, aquellas que han sido creadas en todas partes y en todos los tiempos y por todos, forman el cuerpo de la doctrina promulgada por la Teosofía. Ellas son: La Existencia Una -el Dios Uno- se manifiesta en el universo bajo tres aspectos ("Perso­nas", de persona o máscara); Las jerarquías de Seres superhumanos, Devas, Angeles, Arcángeles; La encar­nación del Espíritu en la Materia, de la cual la Reencarnación es la fase humana; la ley de Acción y Reacción, "lo que el hombre siembra, cosechará”; la exis­tencia de un Sendero de Perfección y de los hombres Divinos; los tres mundos: físico, intermedio y celestial, y el cielo superior; la Hermandad de la humanidad. Estas son las doctrinas directrices de la religión Universal. Todas pueden probarse por la Ciencia amplia, que investiga al mundo manifestado, sin excluir nada de su estudio, en la medida que sus instru­mentos puedan alcanzar. De aquí que la Teosofía es en todas partes la de­fensora y cooperadora de las religiones, que prestan servicios en sus propios dominios, señalándole al hom­bre que su fe es suficiente, y urgiéndolo a que profun­dice y espiritualice sus creencias, antes que atacar las formas preferidas por otros. Es, por lo tanto, una pacificadora entre credos en conflicto y una porta­dora de amistosa buena voluntad y tolerancia donde­ quiera que vaya. Sabiendo que todas las religiones provienen de una sola fuente, la Hermandad Blanca, la animosidad entre creyentes tiende a desaparecer, y también los virulen­tos ataques. Por eso podemos decir de la Sociedad Teosófica que "Paz es su consigna y Verdad es su meta".

EL SENDERO DE PERFECCION  Y  EL HOMBRE DIVINO

Esta es una enseñanza que, aunque fundada en to­das las religiones, ha perdido mucho de su visión en los días que corren, aunque ha sido proclamada en la Teosofía y por lo tanto le cabe ser ampliada aquí. Ha sido muy bien descripta en el Hinduismo, en el Budismo, en la Cristiandad Católica Romana y en el Sufismo (Mahometismo místico), y sus caracterís­ticas principales son idénticas en todas. El hombre que ha de entrar en el Sendero, ha de reconocer a la Unidad como su meta, la que ha de ser alcanzada por una profunda devoción a Dios y un inal­terable servicio al Hombre. La primera etapa es llamada Purificación en los li­bros Cristianos, y Sendero de Probación en los demás. El nombre Cristiano señala el aspecto negativo, o sea aquello de lo cual hay que liberarse; los no Cristianos ponen énfasis en el lado positivo, o sea el logro de cuatro "Calificaciones", que son: 
(1) Discriminación en­tre lo Real y lo Irreal, 
(2) Desapasionamiento o caren­cia de deseos por lo Irreal, 
(3) las Seis Joyas o Buena Conducta, que comprenden el Auto Control en la Ac­ción, la Tolerancia, la Persistencia, la Confianza en el Dios Interior y la Ecuanimidad o Equilibrio, 
(4) Deseos de Unión, o Amor. El logro parcial pero definido de estas "calificacio­nes" por el candidato lo conduce a la entrada del Sen­dero de iluminación, usando el término Cristiano, o del Sendero de Santidad o simplemente "el Sendero " si se usa la terminología no Cristiana. 

La Teosofía sigue la nomenclatura antigua, que di­vide este Sendero en cuatro etapas, a las cuales se entra por “Iniciaciones”, que son ceremonias conducidas por los Miembros Perfectos de la Hermandad Blanca, bajo la aprobación de su Cabeza. Ella le da al Iniciado una expansión de conciencia y lo admite en un rango defi­nido de la Hermandad; se le pide que se ponga al Servi­cio, y es lo que técnicamente se llama "salvo para siem­pre", es decir que no puede caer, ni aún temporaria­mente, fuera de la evolución durante su período de actividad. Cada Iniciación sucesiva lleva consigo ciertas obli­gaciones definidas, las que deben cumplirse plenamente antes de la próxima etapa. La quinta Iniciación "per­fecciona" al Hombre, cerrando su evolución humana. Mediante ella, deviene un Espíritu liberado. Ha alcan­zado la otra orilla. Algunos continúan en nuestra tie­rra para acompañar y guiar la evolución humana; otros van a cumplir otras tareas necesarias para ayudar a nuestra evolución y las de otros planetas, dentro del Sistema Solar. Los que llamamos "Maestros" son los que están entre Aquellos que permanecen en la Tierra, y constituyen el quinto grado de la Hermandad Blan­ca; hay otros grados más que se abren delante de Ellos, hasta alcanzar la cabeza de toda la Jerarquía.
EL GOBIERNO DEL MUNDO

El mundo está dividido en áreas, cada una de las cuales tiene a un Maestro a la cabeza, Quien guía sus actividades, selecciona a algunos hombres como Sus instrumentos, los utiliza, los deja tranquilos cuando ya no son útiles, buscando siempre inspirar, guiar, atraer, verificar, pero nunca dominar a la voluntad humana. El Gran Plan ha de ser llevado a cabo, pero ello debe hacerse utilizando agentes libres, quienes persiguen ciertas metas que los atraen, como poder, fama, rique­za y otras. Allí donde el objetivo humano, de llevarse a cabo, acompaña al Plan, se colocan oportunidades favorables en su camino, y consigue lo que busca, cum­pliendo de esta manera con una pequeña parte del Plan sin saberlo. "Todo el mundo es un estadio, y los hombres y mujeres simples jugadores". Pero el Drama está escrito por el Divino Artesano; los hombres solo pue­den elegir sus partes, cuya elección está limitada por el Karma que han creado en sus pasados, lo que incluye sus actuales capacidades. Hay además grandes departamentos en el gobierno del mundo, que incluyen a todo el planeta. El depar­tamento administrativo que regula los cambios sísmi­cos, la inmersión y emersión de continentes, la evolu­ción de las razas, sub-razas, naciones y demás, corres­ponde a los Manús; un Manu es un Hombre típico, y cada raza raíz tiene su Manu, que corporifica su tipo en su más elevada perfección.[2] El departamento de Enseñanza está encabezado por el Bodhisatva, o Cris­to, el Supremo Instructor de Dioses y Hombres; fun­da las religiones directamente o a través de Sus mensa­jeros, y pone a cada una de ellas bajo la protección de un Maestro, supervisando y bendiciendo a todas. Cuan­do llega a Budha, deja la tierra, y le sucede otro Bodhisatva. Estos Benditos Seres son        vice-regentes en nuestra tierra, del Supremo Señor el LOGOS, o Dios manifes­tado. Son Sus Ministros y cumplen con Sus deseos, por lo que resulta que Su mundo está guiado, protegido y asistido, en su lento rodar, por la larga carretera de la evolución, por Sus Pies.

ANNIE BESANT




[1] Ver Introducción
[2] Ver Sección VI: "Algunos detalles sobre Sistemas y Mundos" 

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