Hoy el tema de la ciencia
oculta es muy comentado y parece estar en continuo ascenso. Por lo tanto
deberemos aceptar lo inevitable. Toda cosa tiene su momento y todo opera
siguiendo sucesiones cíclicas alternadas y siempre distintas. Hasta nuestros
pensamientos se conforman a esta ley universal. La vida, las enseñanzas y el
hado de Pitágoras, están envueltos en el misterio, sin embargo la suerte de las
escuelas que estableció y los seguidores que le sucedieron, son hechos
históricos, como por ejemplo la matanza de los Magos, uno de los actos más
abominables efectuado en el nombre de la magia y sin duda por individuos que se
consideran erróneamente magos.
Este breve artículo no se
propone definir la magia o explicar la Ciencia oculta como tal, sino que sugiere
algunas consideraciones que, actualmente, son de vital importancia para los que
consideran a la magia simplemente como una base imaginativa y por los que,
convencidos de su existencia como ciencia, la examinan ahora o la examinarán en
el futuro. En las publicaciones y conversaciones corrientes, con frecuencia se
emplean las expresiones "magia negra" y "magia blanca" y a
los que siguen estos estudios se les llama secuaces del "sendero izquierdo" o del "sendero derecho." Se debe
comprender que hasta cierto punto todos los estudiantes de magia y ocultismo
prosiguen juntos en el camino. A poco a poco se alcanza un lugar donde los dos senderos se encuentran o donde el camino
común se separa y la tremenda voz del
silencio, oída sólo en los lugares más recónditos del alma individual,
expresa el severo mandamiento: "Escoge
tú en este día a quién servirás." En lugar de magia blanca y negra se
podría decir motivo blanco y negro.
El estudiante de ocultismo está
acelerando su destino, que hasta cierto punto está en sus manos, ya que él está
constantemente plasmando su curso liberando su alma de los vínculos de los
sentidos y del ser o se enredará siempre más en la tela que lo envolverá como
un vestido sin costura.
Si al principio de la raza el
estudiante encuentra difícil liberarse de sus cadenas, tenga presente que a
cada paso se convierten en algo siempre más y más tiránico y muy a menudo,
antes de alcanzar la meta, donde los caminos se dividen, la batalla está
perdida o ganada, por lo tanto la decisión tomada allí es sólo formal. Tal
decisión una vez tomada es irrevocable o casi, así que no se admite ninguna
excepción. El ser humano vive contemporáneamente en dos mundos: el natural y el
espiritual y como en el primero afecta a sus asociados, que en su turno lo influencian
a él, no se imagine entonces que está solo en el plano espiritual. Este seria
un error fatal para el individuo que se dedica superficialmente a la magia o
para el estudiante de ocultismo. En el vasto universo el bien buscará al bien y
el mal al mal, cada uno será inconscientemente atraído hacia su propio semejante.
Sin embargo, cuando el ser
humano encara su destino totalmente consciente de los problemas involucrados,
como debe hacer antes de que alcance la decisión final, se dará cuenta de estas
influencias y reconocerá a sus compañeros. ¡Ay! No más compañeros, sino Maestros inhumanos y crueles y la misma
ley de atracción que lo ha conducido por el sendero tortuoso, descubre su
rostro, por lo tanto el esclavo, por afinidad con el mal, se encuentra en la
presencia de su maestro y de los espíritus malévolos que siempre lo incitaron a
reírse de las penas de sus compañeros hombres, pisoteando cada impulso gentil y
tierna simpatía, harán resonar en el infierno indescriptible de su alma sus
risas, mientras el orgullo egoísta y la ambición del pobre tonto engañado,
habrán sofocado, y al final destruido, su humanidad.
El que no comprende la razón
por la cual los depositarios de la sabiduría arcana titubean divulgarla al
mundo, está sin embargo ciego. Pero cuando por medio de los varios ciclos llega
el momento adecuado, presentan la única doctrina capaz de salvar y beatificar:
LA HERMANDAD UNIVERSAL, con todo lo que tal término implica.
En esta nueva época pueden
existir seres que ya se han encaminado por el sendero izquierdo. Pero hoy como
en el pasado, resuena la máxima: "por sus obras los reconoceréis".
Trabajar con ellos es vano. Los signos mediante los cuales podemos
identificarlos son el orgullo y el anhelo hacia los poderes. Pueden no quitarse
la mascara de pronto, pero nunca engañarán al verdadero teósofo. Sin embargo,
pueden engañar al ignorante, al curioso y al incauto arruinándolos, es por
ellos que escribimos estas líneas. La peor de las cosas que puede acontecer es
que induzcan a estas pobres almas engañadas a creer que tal peligro no existe y
los llamados científicos corroboran esta creencia ya que ridiculizan todo,
salvo el puro materialismo y además se les considera como autoridades. No
obstante todo, estas simples almas se agitan como polillas alrededor de la
llama, hasta que son arrastradas en el vórtice. Es mucho mejor que la persona
orgullosa, egoísta y oportunista coma, beba, sea feliz y deje el ocultismo en
paz, ya que estas tendencias si no se erradican rápidamente, darán frutos que
se convertirán en cosechas cuyo resultado será la muerte que literalmente
hablando es la "segunda muerte."
La teosofía se propone de
eliminar estas tendencias malévolas del ser humano permitiendo el ascenso del
Cristo y la atracción de todos los hombres hacia él, ya sea en los planos
corrientes del diario vivir o de las esferas ocultas superiores.
La inhumanidad del hombre hacia
el hombre
Hace lamentarse a innumerables
personas.
Los Cristos de cada época han
predicado la doctrina de la Caridad y de la Hermandad del Hombre. No reconocer
la caridad implica negar al Cristo. La Sociedad Teosófica no es la responsable
del descubrimiento de la oculta naturaleza humana a la presente generación,
pues el espiritismo moderno lo había ya hecho. Tampoco podemos atribuir tal
responsabilidad a los espiritistas, ya que estas fuerzas invisibles se han
manifestado al momento adecuado y millones de personas se han convencido de la
realidad del universo invisible, aunque algunas contra su voluntad. Estas cosas
están aquí, por lo tanto es inútil
incriminarlas o recriminarlas. Es por eso que el individuo es totalmente
responsable del uso que quiere hacer de sus oportunidades, propósitos y metas,
por lo tanto, mientras adelanta en su curso, envuelto en el círculo de la
necesidad, influirá, que lo desee o no, sobre todos los que contactará. Cosechamos lo que sembramos. Paso a paso
el ciclo se cerrará y ambos el mal y el bien volverán como pan echado al agua.
Esta es una ley de la vida.
No imaginéis que los que entran
en el sendero izquierdo sean almas débiles y vacilantes, Lucifer, en un tiempo,
fue el príncipe de la luz, admitido en los concilios del Supremo. El cayó a
causa de su orgullo, arrastrando en su caída a todos los adoradores del orgullo
maligno. Esta no es una simple fábula, sino que una terrible tragedia
acontecida a las puertas del paraíso en frente al universo en su totalidad y en
seguida se repitió en el corazón humano, la epitome del todo. Sólo la Infinita
piedad puede comprender tal caída y sólo el Eterno amor pondrá fin a tan
insoportable sufrimiento, todo esto sucederá sólo al término del ciclo, cuando
la iniquidad será equilibrada por su respectivo dolor. El ocultismo y la magia
no son juego de niños, como muchos aprenderán sufriendo y numerosos visitantes
de los círculos negros aprendieron en el pasado. Es mejor que nuestros niños
jueguen con dinamita que la persona sin principios, incauta, egoísta e
ignorante, juegue con la magia. Que todos los que se han unido a la Sociedad
Teosófica tengan presente esto y busquen en sus corazones antes de dar el
primer paso en cualquier fórmula mágica. El
motivo lo determina todo. El poder oculto lleva consigo una responsabilidad
desconocida e ilimitada.
Si en los secretos concilios
del alma donde ningún ojo puede penetrar y ningún pensamiento engañar a la
chispa divina, estamos preparados a olvidar el ser, abandonar el orgullo y
trabajar para el bienestar del ser humano, que el ser recto encare su destino,
siga esta guía y no tema ningún mal. En caso contrario, sería mejor que se
colgara una piedra al cuello y se lanzara en las profundidades marinas.
William Judge
Firmado como “Pythagoras “, aparecido
en The Path, Marzo 1887
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