Yo (W.Q.J.), escribí lo que
sigue mientras H.P.B. me lo dictaba en 1888, a fin de publicarlo en ese período. Pero
no lo usamos entonces, y, como lo llevé a mi casa, ahora puede ser interesante.
Pregunta. Al pensar en la diferencia entre una persona ordinaria y un adepto o
incluso, un estudiante parcialmente desarrollado, se me ha ocurrido que el
nivel de vibración de las moléculas cerebrales, así como la coordinación de
aquellas con las vibraciones del cerebro superior, pueden constituir la base de
tal diferencia y explicar también muchos más problemas. H.P.B. Es cierto. Causan
diferencias y también numerosos fenómenos curiosos, además, las distinciones
entre las personas, dependen en gran escala de las vibraciones de toda clase.
Pregunta. En el artículo "¡Aum!" en el "Path" de Abril
1886, se sugiere nuevamente esta idea ya que leemos: "La Resonancia Divina
mencionada anteriormente, no es la Luz Divina en sí misma.
La Resonancia es
sólo la expiración del primer sonido del Aum completo [...] No sólo se
manifiesta como el poder que activa y anima las partículas del universo, sino
también en la evolución y disolución del ser humano, de los reinos animal,
mineral y del sistema solar. Entre los Arios, era representado por el planeta
Mercurio que según la tradición, siempre gobernó a las facultades intelectuales
y era el estimulador universal." ¿Y qué de éste? H.P.B. A Mercurio se le
ha conocido siempre como el dios de la sabiduría secreta. Es Hermes y Buda, el
hijo de Soma. En lo que concierne a los temas relativos al plano inferior, yo
le llamaría a la "Resonancia Divina" que leiste en el
"Path," "vibraciones" y el originador, o lo que imparte el
impulso hacia cada especie de fenómeno en el plano astral. Pregunta. ¿Las
diferencias encontradas en el cerebro y en la naturaleza humana, deben radicar
en distintas vibraciones? H.P.B.
Seguramente. Pregunta.Hablando de la humanidad
en general ¿es cierto que todos tienen una llave o un grado de vibración a la
cual responder? H.P.B. Por lo general, los seres humanos son idénticos a las
teclas de un piano, cada una de las cuales tiene su sonido y cuya combinación
produce otros sonidos en una variedad infinita. Similarmente a la naturaleza
inanimada, poseen una nota clave de la cual proceden todas las variedades de
carácter y constitución por medio de cambios interminables. Ten presente lo que
se dijo en el primer Volumen de "Isis sin Velo": "El Universo es
la combinación de millares de elementos, sin embargo, es la expresión de un
único espíritu, por lo tanto, es un caos para los sentidos (físicos) y un
cosmos para la razón" (manas). Pregunta. Hasta aquí, ésto se aplica por lo
general a la naturaleza. ¿Es que explica la diferencia entre el adepto y las
personas ordinarias? H.P.B. Sí. Esta diferencia consiste en el hecho de que, en
la gran armonía de la naturaleza, un adepto puede compararse a una tecla que
contiene a todas las demás. En sus pensamientos conserva la síntesis, mientras
el ser humano ordinario tiene la misma llave como base, pero actúa y piensa en
uno o dos cambios de esta gran llave, produciendo con su cerebro sólo algunos
acordes desde toda la gran armonía posible.
Pregunta. ¿Tiene esto alguna
relación con el hecho de que un discípulo puede oir la voz de su maestro a
través de los espacios astrales, mientras otra persona no puede oir ni
comunicarse con los adeptos? H.P.B. Esto acontece porque el cerebro
disciplinado del chela, está en armonía con aquel del maestro. Sus vibraciones
están sincronizadas con las del Adepto, mientras el cerebro que no recibió tal
disciplina, no está tan armonizado. Por lo tanto, desde el punto de vista de la
vida ordinaria, el cerebro del chela es anormal, mientras el de la persona
común es normal para los fines terrenos. Este individuo se puede comparar a los
daltónicos. Pregunta. ¿Cómo debo entender ésto? H.P.B. Lo que el médico
considera normal, desde el punto de vista del ocultismo es anormal, y
viceversa. La diferencia entre un daltónico que confunde las lámparas y el
adepto que ve, consiste en el hecho de que el primero, toma un color por otro,
mientras el adepto ve todos los colores en cada color, sin confundirlos.
Pregunta. ¿Ha, el Adepto, elevado sus vibraciones de manera tal que las tiene
como aquellas de la naturaleza en su totalidad? H.P.B. Sí, en el caso de los
adeptos superiores. Pero existen otros adeptos que, aunque se encuentran a un
nivel más elevado que los hombres, no están capacitados todavía a vibrar a tal
grado. Pregunta. ¿Puede el adepto producir a voluntad una vibración que cambie
un color por otro? H.P.B. Puede emitir un sonido que altere un color. El sonido
es el que produce el color y no al contrario. Al correlacionar las vibraciones
de un sonido en la manera adecuada, se genera un nuevo color.
Pregunta. ¿Es
verdad que en el plano astral cada sonido produce siempre un color? H.P.B. Sí,
pero estos son invisibles, en cuanto no se han convertido en visibles en el
plano terrestre, porque el cerebro humano no los ha correlacionado. Read
Galton, que se ocupa de experimentar con colores y sonidos según los ven los
psíquicos y los sensitivos, muestra que las personas sensitivas siempre ven un
color por cada sonido. Al daltónico le llegan las mismas vibraciones, por
ejemplo el color rojo, pero estando incapacitado de percibirlas, altera, por
decirlo así, la cantidad, viendo entonces un color que corresponde a las
vibraciones que puede captar en el conjunto completo.
Sus sentidos astrales
pueden ver el verdadero color, pero el ojo tiene sus vibraciones, las cuales,
encontrándose en el plano externo, obscurecen momentáneamente las otras y el
hombre astral está obligado a informar al cerebro que vio correctamente, ya que
en cada caso, el estímulo exterior, es enviado al hombre interior el cual se ve
obligado a aceptar el mensaje y, por el momento, confirmarlo como es. Pero
existen casos en que el hombre interior es capaz de dominar el defecto exterior,
permitiéndole al cerebro ver la diferencia. En muchos casos de locura, la
confusión entre las vibraciones de cada clase es tan profunda, que no existe
ninguna relación entre el hombre interior y exterior, por lo tanto, nos
encontramos con un caso de aberración. Pero, aún en algunas de estas
lamentables situaciones, la persona interna es constantemente consciente que no
está loca, sin embargo, no puede hacerse comprender. Por eso, muy a menudo, un
tratamiento equivocado puede realmente enloquecer a las personas. Pregunta.
¿Por medio de cuales vibraciones los elementales producen colores y luces
diferentes? H.P.B. Esa es una pregunta a la cual no puedo contestar, aunque
conozca la respuesta muy bien. ¿No te dije quizá, que los secretos podrían
revelarse demasiado pronto?
William Judge
Aparecido en The Path, Junio 1893.
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