jueves, 20 de septiembre de 2018

Los Ciclos

Una disertación que William Judge leyó a la Sociedad Teosófica Aria el 22 de Octubre 1889Al presentar estas observaciones sobre la doctrina de los ciclos, no me propongo ofrecer un estudio minucioso del asunto, tal relación quiere simplemente sugerir algunas ideas. La discusión que tuvimos en días pasados, referente al descenso y ascenso a la tierra de seres celestiales o almas adelantadas, trajo a mi mente el tema de los ciclos. Pareció seguro que las leyes cíclicas gobernaban tal ascensíon y descesión, por lo tanto procedían según períodos regulares. Es interesante considerar algunas frases del libro "La Sabiduría de los Egipcios" de Sinesio que me dió el hermano Charles Johnson que ahora vive en la India. "Después de que el padre de Osiris lo inició a los misterios reales, los dioses le informaron [...] sobre la existencia de una fuerte tribu de demonios envidiosos y malignos que protegían a Tifón, su aliado, al que proyectaron en la luz al fin de poderlo emplear como instrumento del mal para que dañara a la humanidad, pues las calamidades son el banquete de los diabólicos demonios [...] Aún, no pienses que los dioses no saben como emplear su tiempo o que descienden perpetuamente a esta tierra, pues descienden de acuerdo con ordenados períodos de tiempo, a fin de impartir un impulso benéfico a las repúblicas humanas. Ésto acontece cuando armonizan un reino, enviando a la tierra almas aliadas entre ellas para cumplir tal objectivo. 

Pues, esta providencia es divina y muy amplia, por lo tanto con frecuencia, aún empleando a un solo ser, éste influencia a una masa enorme de personas. Desde luego, en la habitación terrestre existe en verdad la sacra tribu de héroes que dedican su atención a la humanidad y la asisten aún en las necesidades más pequeñas [...] Esta heroica tribu es comparable a una colonia de dioses establecida aquí a fin de que esta habitación terrestre no carezca de una naturaleza mejor. Pero cuando la materia impulsa a sus propios brotes a combatir contra el alma, la resistencia que imparten estas tribus heroicas es pequeña cuando los dioses están ausentes, pues toda cosa es fuerte en su lugar apropiado y tiempo propicio [...] Pero, cuando la armonía que los dioses establecieron al principio, concerniente a todas las cosas terrestres, empieza a degradarse, ellos descienden nuevamente para vigorizarla, impartirle energía y resuscitarla, en el momento en el cual pareciera mortir [...] Todavía, cuando todo el orden de las cosas terrestres, desde las más pequeñas hasta las más grandes, está corrompido, es necesario que los dioses desciendan para impartir otra distribución ordenada de las cosas." 
Krishna, en el "Bhagavad Gita" dice: "Al degradarse la justicia o Bharata! Cuando la Maldad es fuerte, aperezco de edad en edad, y, asumiendo una forma visible, me muevo como un hombre entre los hombres, ayudando al bien, empujando hacia atrás el mal y colocando nuevamente a la virtud en su lugar [...] Al acercarse el día de Brahma, que termina después de mil edades, todos los objetos manifestados surgen del principio no desarrollado, mientras al llegar la noche de Brahma, se absorben en el principio original. Por lo tanto, la masa colectiva de las cosas existentes, saliendo continuamente del absoluto, se disuelve al aproximarse esa noche, mientras que, a la llegada de un nuevo día, emana otra vez espontáneamente." 
En lo que antecede, encontramos dos grandes aspectos de la ley cíclica. La última parte hace mención al gran ciclo que incluye todo ciclo de cada clase. Todos los ciclos menores empiezan y terminan en éste. 
Cuando el gran ciclo comienza, hay una nueva creación, mientras que a su término llega el día de la disolución. Arnold, en su traducción del "Bhagavad Gita," llama al principio de este gran ciclo con una expresión muy hermosa: "esta gran Alborada," mientras el momento final es descrito así: "Cuando esa noche así honda se obscurece, todo lo que es desaparece de nuevo en Él, que es quien lo hizo surgir." Pero no se divulgan las verdaderas cifras que expresan en años mortales la duración de este período. Según los indues, cada Manwantara está dividido en cuatro Yugas o Edades que constan de un cierto numero de años. H.P.B., tratando este asunto en "La Clave de la Teosofía" nos ofrece algunas indicaciones: "Para comprender el tema más correctamente, consideráis como primera comparación y auxilio el año solar, y como segunda las dos mitades de ese año, cada una de las cuales producen en el Polo Norte una noche y un día que duran seis meses. Imaginaos, si podéis, en vez de un año solar de 365 días y las noches polares, que por lo general duran seis meses cada una, o sea 182 días, duren 182 trillones y cuatrillones de años. 
Así, como el sol surge cada mañana en nuestro horizonte objetivo de su espacio subjetivo (para nosotros) y antipódal, en igual manera periódicamente surge el Universo en el plano de la objetividad, procediendo del de la subjetividad, los antípodas del primero. Este es el 'Ciclo de la Vida' y como el sol desaparece de nuestro horizonte, de igual forma, al llegar la 'Noche Universal', desaparece el Universo en períodos regulares"[...]Esta es la mejor ídea respecto a este concepto, pues tales períodos son incocebibles para la mente humana. Ningún cerebro puede comprender 182 trillones de años, aún menos agregando los cuatrillones. Pocas personas si es que alguna, puede entender un millon de años. Pero podemos usar un esquema aproximado a la idea empleando la sugerencia de H.P.B., dividiendo el año y llamando a seis meses un día , mientras los restantes seis meses una noche, y luego, extender cada uno según lo que es nuestro concepto equivalente del infinito, pues es imposible asir tales períodos inmensos de tiempo. 
Al elaborar las relaciones que H.P.B. sugiere, tendremos una cifra inclusiva de todos los ciclos menores, llamando a cada día que nos levantamos y a cada noche que nos acostamos, el principio y el fin de los ciclos menores. Estos días y estas noches, constituyen nuestros años y nuestra vida. Conocemos cada día, podemos calcularlo y proyectar bastante bien nuestra mente hacia adelante un año o toda la vida. Un parrafo en la hoja 31 del primer Volumen de "Isis sin Velo" expresa las cifras indues: "El Maha Kalpa consta de un número de períodos nunca dicho, que remonta a un tiempo muy remoto, en las épocas antediluvianas. Su sistema incluye un Kalpa o gran período de 4.320.000.000 años que ellos dividen en cuatro yugas menores en la manera siguiente: Satya yug 1.728.000 añosTreta yug 1.296.000 añosDwapara yug 864.000 añosKali yug 432.000 años 4.320.000 años componiendo así una edad divina o Maha Yuga, setenta y un Maha Yuga comprenden 306.720.000 años. A este cálculo hay que añadir un sandhi o crespúsculo, cuya duración equivale al Satya Yuga o sea 1.728.000 años, por lo tanto, tendremos un manwantara de 308.448.000 años. Catorce manwantaras constan de 4.318.272.000 años, a los cuales hay que agregar un sandhyamsa o alba, 1.728.000 años, por lo tanto el Kalpa o el gran período, consta de 4.320.000.000 años. 
Como actualmente (1878), nos hallamos sólo en el Kali Yuga de la época vigesimo octava del septimo manwantara de 308.448.000 años, debe aún transcurrir bastante tiempo antes de llegar siquiera, a la mitad de la vida del planeta." En la hoja 34 del primer Volumen de la misma obra, H. P. Blavatsky afirmá claramente que los demás ciclos siguen sus cursos internamente al ciclo más grande, pues leemos: "Así como nuestro planeta rueda una vez cada año alrededor del sol y contemporáneamente una vez cada 24 horas a su eje, cruzando ciclos menores con aquello más amplio, de igual forma se cumplen y recomienzan los períodos cíclicos menores dentro del Gran Saros."Dejando el campo de las matemáticas, descubrimos que este gran período representa la extensión del hombre pigmeo en las amplias proporciones del gran hombre, cuya muerte al final del período asignado, implica el retorno de toda cosa en el absoluto. Cada año de este Ser corresponde a un número tan elevado de los nuestros, que resulta inconcebible para nosotros. Cada día de sus años produce entre la humanidad un pequeño cataclismo, pues al término de cada uno de estos días, él metafóricamente duerme. Pues nosotros, imitando este Ser, nos dormimos durante la noche o después de nuestro período diario de actividad. Correspondemos a células menores en el gran cuerpo de este Ser y debemos actuar obedeciendo los impulsos y movimientos del cuerpo en el cual estamos encerrados y participamos. Este gran ser pasará por toda las etapas: la infancia, la juventud, madurez, y la vejez, y al llegar la hora que indica el término de cada período, se producen cataclismos en toda la tierra. 
Como nuestro futuro es invisible, así lo es la duración del ciclo secreto, indicando entonces que la longitud de la vida de este Ser está ocultada a la vista de los mortales. Todavía, no debemos cometer el error de suponer que exista solo uno de estos grandes Seres. Hay muchos, y cada uno se desarrolla al principio de una nueva creación. Pero ahora estamos penetrando en una porción de la antigua filosofía, cuya completa explicación se le ofrece sólo a los que la comprenden gracias a sus multiples iniciaciones. El Sandhya y el Sandhyamsa, los cuales se citan en "Isis sin Velo," son respectivamente el crepúsculo y la aurora, cuya duración se dice ser idéntica y equivalente a la edad dorada, o sea 1.728.000 años. Está en rigurosa correspondencia con nuestro día solar, cuyo crepúsculo y aurora están entre el día y la noche. Al analizar las cifras de las cuatro edades, se nota una particularidad y por el momento la consideraré como simple curiosidad. Añadiendo las cifras del Satya Yuga: 1, 7, 2, y 8, obtenemos 18, y conseguimos el mismo total agregando aquellas del Treta Yuga 1, 2, 9, 6, y del Dwapara Yuga 8, 6, 4 mientras en el caso del Kali Yuga, 4, 3, 2, el resultado es 9, pero si añadimos entre ellas las cifras del gran total: 4.320.000 el resultado es 9, que, agregado al Kali da nuevamente 18. Este número es particular por Krishna en el "Bhagavad Gita" y el mismo poema consta de 18 capítulos. Si añadimos los tres 18 y un 9 que hemos encontrado arriba, el resultado será 63, entonces 3 x 6 = 18 mientras si añadimos 3+6 = 9 y lo mismo acontece agregando las cifras de 18. Al multiplicar los tres 18 y el 9 obtenidos mediante las diferentes épocas, tendremos 5. 8. 3. 2., cuyo total es nuevamente 18. Por lo tanto, durante este proceso de multiplicación descubrimos que los tres 18 y el 9 son valores que se repiten en manera invertida. Pues el primer 18 multiplicado por el segundo da 3., 2., 4., cuya suma es 9. 324 multiplicado por el tercer 18 da 5. 8. 3. 2, cuyo agregado es 18. Multiplicando 5.832 por 9, el producto es 5. 8. 4. 1., que es el resultado de la suma de las cifras del Kali Yuga, que, al añadirlas, obtendremos nuevamente 18. (Los lectores que tratarán de ejecutar los cálculos aquí sugeridos, se percatarán de que los resultados están confusos. 
Parece que el tipógrafo omitió algunos procedimientos incluidos originalmente. - Los Editores.) Ahora, como última de estas operaciones aparentemente fantásticas, añadimos los resultados obtenidos, multiplicando las cifras logradas durante los diferentes pasajes y sumamos los resultados. Las primeras cifras son 1x8 = 8Las segundas 3x2x4 = 24Las terceras 5x8x3x2 = 240Las cuartas 5x8x4x1 = 160Cuyo total es 4.3.2,Las cifras del Kali Yuga. Al analizar la pag. 32 del primer Volumen de "Isis sin Velo," encontramos este parrafo muy interesante: "Higgins creía justamente que el ciclo del sistema indue de 432.000 años, fuese la verdadera clave del ciclo secreto."Pero, en el parrafo sucesivo, H.P.B. declara que no puede ser revelado. Sin embargo, podemos reunir algunas indicaciones pues el Kali Yuga consta de 432.000 años, mientras el gran total, (omitiendo a los Sandhis), tiene 4.320.000 años. No soy tan competente para decir lo que es este ciclo secreto, deseo solamente presentar una alusión. Después de haber considerado de paso la doctrina del gran ciclo que incluye a todos los demás, dedicamos un poco de atención al ciclo mencionado en los pasajes tomados del "Egyptian Wisdom." Para nuestro propósito inmediato, llamaremos este ciclo El Ciclo de las Influencias Celestiales Descendientes, pues quiero decir que descienden sobre nosotros. En la mención al principio, Osiris muy probablemente representa el lado positivo de la naturaleza, mientras su hermano, Tifón, el negativo. Ambos deben aparecer juntos. A veces, algunos libros egipcios llaman Tifón el opositor, mientras nuestra civilización lo considera como el diablo. 
La contemporánea aparición de Tifón y de Osiris, corresponde a la historia del Krishna indue, que era un adepto blanco que vivió en el mismo período de Kansa, un mago negro, el cual trató de matar a Krishna, como Tifón intentó destruir a Osiris. Aún Rama, que según la tradición indue era un gran Adepto o un dios que gobernaba, tuvo su rival, Ravana, el poderoso rey y mago negro. Los dioses, mientras enseñaban a Osiris, después de la iniciación, previeron dos interrogantes que quizás surgirían en él y en nosotros. La primera concernía a los dioses, los cuales, si están vivos, y no se mezclan con los seres humanos para beneficiarlos y guiarlos, deben estar ociosos. El mismo cargo se expresó contra los seres que según la tradición arcaica viven en los Himalayas y son los poseedores de un poder y de una infinidad de conocimientos. Según la opinión pública, si ellos tienen un saber tan profundo, ¿por qué no vienen entre nosotros? Como no se mezclan con los seres humanos, deben estar también de ocio, pensando constantemente en nada. El instructor contestó a esta pregunta con anticipo, mostrando como estos seres, llamados dioses, gobernaban a la humanidad mediante causas eficientes que descendían gradualmente. Los dioses, en su esfera, se interesan perpetuamente con las cosas concernientes a ellos y a su turno inducen otras causas que producen los efectos apropiados sobre la tierra, viniendo directamente en contacto con las relaciones terrestres sólo cuando es necesario, durante algunos "períodos precisos", al desaparecer la armonía, hecho que causaría la destrucción si no fuese restablecida. Entonces, los mismos dioses descienden, después de la revolución de muchos ciclos menores. 
El "Bhagavad Gita" expresa el mismo concepto. Pero muy a menudo, durante los ciclos menores, es necesario, como dice "Egyptian Wisdom"; "impartir un impulso benéfico en las repúblicas humanas." Esto es alcanzable usando menos poder que sería disipado, si un Ser celestial debiera descender a la tierra. Por lo tanto, en el esquema egipcio, la doctrina de la influencia que los Nirmanakayas (ver "La Voz del Silencio" y "El Glossario Teosófico) y los Gnanis ejercitan sobre nosotros, se expresa y sostiene del modo siguiente: "Desde luego, en la morada terrestre existe verdaderamente la sacra tribu de héroes que dedican su atención a la humanidad y la asisten aún en las necesidades más pequeñas. Esta heroica tribu es comparable a una colonia de dioses establecida aquí al fin de que esta morada terrestre no carezca de una naturaleza mejor."Estos "héroes" son los Nirmanakayas, los Adeptos del Manwantara actual o de los anteriores, que se quedan aquí en condiciones y estados diferentes. Algunos no usan cuerpo en absoluto, pero mantienen la espritualidad viva entre la humanidad en todas partes del mundo, mientras otros emplean verdaderamente un cuerpo. No estoy en la posición de poder decir quienes son estos últimos, y, aún lo supiera, no sería justo divulgar su identidad. Entre esta "sacra tribu de héroes," debemos incluir otras almas. Ellas que, aún habitan en los cuerpos y se mueven entre la humanidad, han pasado por muchas iniciaciones ocultas en vidas previas, pero ahora se encuentran condenadas a la pena de vivir en circunstancias y en cuerpos que las oprimen y las hacen olvidar por un tiempo el glorioso pasado. Pero su influencia se percibe constantemente, aún ellos no se percaten de ésto, pues su naturaleza superior, siendo en realidad más desarrollada que aquella de los demás seres humanos, afectará otras naturalezas durante la noche o durante las horas diarias, cuando todo es favorable. El hecho de que estos adeptos obscurecidos no se den cuenta de quienes verdaderamente son, depende simplemente de su memoria del pasado, por lo tanto, no recordar sus iniciaciones no implica no haberlas tenido. Existen casos en los cuales es posible juzgar casi con seguridad el hecho de que estos adeptos se habían encarnado y quienes eran. 
Por ejemplo: Thomas Vaughan, Raymond Lully, Thomas More, Jacob Boehme, Paracelso y más como ellos, incluso algunos de los santos católicos romanos. Estas almas fueron los testigos de la verdad que durante los varios siglos y en sus naciones, dejaron las pruebas y las sugerencias para la posteridad, a fin de mantener la espiritualidad viva con pensamientos semillas adaptos al nuevo terreno mental. Similarmente a estos personajes históricos, existe una cantidad infinita de individuos vivos, que han pasado por ciertas iniciaciones durante su vida anterior, y que producen muchos efectos en distintas direcciones que aún ellos ahora ignoran. En realidad, son amigos antiguos de "la sacra tribu de los héroes" y por lo tanto se les pueden emplear más fácilmente para derramar las influencias y ejecutar los efectos necesarios al fin de preservar la espiritualidad en esta época obscura. En nuestra experiencia actual, encontramos una correspondencia parecida al olvidar las iniciaciones previas. Casi cada uno de nosotros ha experimentado, en los primeros años de vida, circunstancias que ahora ha olvidado, pero, desde entonces, continúan afectando sensiblemente nuestros pensamientos y nuestra existencia. Por lo tanto, el único punto sobre el cual podemos dudar es el de la reencarnación. Si creemos en tal doctrina, es simple admitir que muchos entre nosotros, han sido parcialmente iniciados, pero se han temporalmente olvidado. 
Concerniente a este tema, en la página 302 del segundo Volumen de "La Doctrina Secreta," llemos unas sugestivas palabras: "Entonces, lo que los estudiantes de ocultismo deberían saber es que el 'tercer ojo,' está indisolublemente relacionado al karma. [...] En el caso de los Atlantes, el ser Espiritual fue el pecador, como en aquel período el elemento espiritual era todavía el principio "Maestro" en el ser humano. Por lo tanto, nuestras Mónadas produjeron en aquellos días el Karma más pesado de la Quinta Raza [...] Desde luego, afirmamos que muchos de nosotros ahora estamos agotando los efectos de las causas kármicas negativas que engendramos en los cuerpos de los atlantes." En otro sitio, H.P. Blavatsky inserta la fecha de la última destrucción de los atlantes, que remonta a 11,000 años, y según sus descripciones eran seres dotados de un conocimiento y de un poder inmenso. Considerando que por lo general pasamos 1.000 años en el Devachan, sólo 11 encarnaciones se han alternado desde entonces, y suponiendo, según mi opinión, que nos hemos reencarnado más veces, entonces debemos colocarnos entre estas personas fantásticas, pero malas, en la cumbre de su poder. Puesto que fuimos culpables de las prácticas corrompidas de los períodos en los cuales vivimos y sabiendo el efecto del karma, por consiguiente, desde entonces hemos experimentado muchas vidas muy desagradables y dolorosas, comparables a las condiciones terribles de los años entre la juventud y la madurez. Por lo tanto, con razón, hemos temporalmente olvidado, desde un punto de vista exterior, lo que aprendimos entonces. Todos los personajes históricos citados, vivían en un ciclo obscuro que afectaba solamente a Europa. Tales ciclos no influyen sobre la raza humana entera, afortunadamente para ella, pero siguen su curso en las naciones a las que afectan, sin tocar a otras. 
Por lo tanto, mientras Europa se encontraba en la obscuridad, la India pululuba de individuos, reyes y personas ordinarias, que poseían la verdadera filosofía, pues, en ese país acontecía un ciclo diferente. Esta es la ley, según la formulan las mejores autoridades, en cuanto estos ciclos no incluyen a la humanidad entera al mismo tiempo. En este artículo no trato de aventurarme en cifras, pues necesitaría un análisis muy acurado de los actos y de las obras de numerosos personajes históricos en la historia universal a fin de llegar, mediante tal examen, a los períodos exactos.
Según muchas personas, el período actual es un momento de preparación para los más adelantados de "la sacra tribu de héroes," por un nuevo ciclo durante el cual la humanidad podrá beneficiarse de la asistencia de una cantidad mayor de almas desarrolladas provenientes de otras esferas. El primer volumen de "Isis sin Velo" expresa este concepto en manera muy clara:
"A menos que hayamos interpretado erróneamente los signos, se está acercando el día; en el cual, el mundo recibirá las pruebas de que solo las religiones antiguas estaban en armonía con la naturaleza, y la ciencia arcaica incluía todo el saber posible. Secretos mantenidos por mucho tiempo serán revelados, los libros y las artes olvidados y perdidos hace mucho tiempo, volverán a ver la luz. Algunos individuos descubrirán papiros y pergaminos de importancia incalculable y pretenderán haberlos encontrados entre las momias y en las criptas. Se debe aún desenterrar e interpretar lápidas y columnas cuyas inscripciones harán titubear a los teólogos y confundirán a los científicos. ¿Quien sabe de las posibilidades futuras? Muy pronto empezerá, aún yá comenzado, una época de desilusión y de recostrucción. El ciclo ha casi acabado su curso y uno nuevo está por empezar y las futuras páginas históricas comprobarán que: Si podemos verdaderamente creer en los antepasados,Espíritus que han descendido, conversaron con el hombreDiciendole secretos desconocidos sobre el mundo. Para comprender el llegar de un período o el término de un ciclo más amplio, sin perderse en un laberinto de cifras, debemos considerar la historia y el estado presente de la humanidad como la conocemos. Por lo tanto descubrimos que, durante las edades más obscuras de Europa, la India era casi desconocida, mientras la existencia de América era totalmente ignorada. En aquel período, los ciclos operaban independientemente, en cuanto los seres humanos estaban separados e ignoraban la existencia de los demás individuos. El continente americano constaba de naciones grandes y poderosas, que gobernaban el norte y el sur del país, pero no estaban en comunicación con Europa ni la India. 
Hoy por el contrario, la China conoce y se comunica con Inglaterra y América, y aún la África negra es meta constante de visitantes de las naciones civilizadas, que la afectan en alguna manera. Sin duda, en la mayoría de las ciudades africanas, las obras del hombre blanco parecen fábulas, pero al ampliar nuestro conocimiento, llegamos a la conclusión que estas historias se basan sobre el hecho de nuestras exploraciones en aquel país. Juzgando la situción humana de la apariencia, podemos concluir que nos encontramos en el fin o al principio de un gran ciclo y que un cierto número de ciclos menores se está acercando. Contemporáneamente a los ciclos materiales y sociales, corresponden otros en planos más elevados. A uno de estos se le identifica fácilmente, y consiste en la influencia de la metafísica oriental sobre la mente occidental. Este ciclo superior rodó por muchos años entre los orientales antes de que empezara a afectarnos, mediante el ciclo físico del adelanto del comercio, de la ciencia y de los medios de transporte. Así, el sistema filosófico indue y tibetano, comenzó a influir sobre nosotros y nadie puede calcular su curso. Al considerar los ciclos espirituales, tan íntimamente ligados al karma y a la reencarnación, estamos obligados a concluir que este ciclo no será lento ni débil. Pues, si nosotros, en Europa y en América, somos las reencarnaciones de los antiguos que formularon esta filosofía, debe afectarnos profundamente cuando su presentación llame nuestra atención en esta vida. Así como el mismo aire está cargado de ideas teosóficas, y los niños crecen cada día más, concluimos que cuando la nueva generación alcance la madurez, tendrá más familiaridad con los términos teosóficos y sus doctrinas, que nosotros cuando fuimos jóvenes. 
Pues, muy probablemente, los niños están más expuestos hoy a la palabra karma, reencarnación, budismo, teosofía y todas estas ideas mencionadas y discutidas. En 25 años, en los Estados Unidos encontraremos un conjunto amplio e inteligente de personas que creerá de nuevo en las doctrinas que a lo mejor en un pasado remoto, contribuyeron a definir y a promulgar. Entonces ¿por qué no llamar a uno de los ciclos actuales, el ciclo de la Sociedad Teosófica? Empezó en 1875 y, mediante la ayuda de otros ciclos que originaron su curso, adquirió fuerza. Si su duración se extenderá por un lapso de tiempo más amplio, dependerá del empeño de sus miembros. Las personas que deciden ser parte del movimiento teosófico con fines egoistas, no auxiliarán su desarrollo. Los simples miembros no son los que cumplen el trabajo. Sólo los miembros sinceros, empeñados, activos y altruistas, mantendrán en vida el ciclo. La sabiduría de los que lo activaron se convierte en algo aparente cuando empezamos a comprender parcialmente el sentido de la ley cíclica. 
La sociedad habría podido permanecer como una simple idea totalmente apartada de una expresión objetiva en una organización. Acaso hubiesemos podido recibir ideas semejantes a aquellas prevalecientes en nuestra sociedad, ¿pero cómo? En manera confusa y parcial, y quizás hubiesemos tenido que esperar otro medio siglo para conseguir una presentación racional. Mientras que un sabio sabe como prepararse a la ola de influencia espiritual. Pero un americano o un ruso ordinario ¿cómo puede saber que el 1875 era el año propicio para empezar, a manera de estar preparado para el flujo venidero ahora activado? Según mi opinión, el hecho de que en aquel año, nos encontrabamos organizados con un esquema bien definido, prueba que la "heroica tribu de héroes" contribuyó a nuestra formación. No nos opongamos al ciclo, ni debemos sentarnos a descansar, quejandonos de la tarea emprendida. No hay tiempo para descansar. La persona débil, desesperada y llena de dudas, deberá esperar, pero los seres humanos activos, no pueden quedarse inmóviles en frente de tal oportunidad. Levantaos oh Atlantes y reparad los daños causados en el pasado! Continúa girando y conquistando oh Rueda¡Continúa girando para siempre!
William Judge
Aparecido en The Path, Diciembre, 1889

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