INTRODUCCIÓN
TEOSOFIA deriva de dos palabras griegas -Theos, Dios; y Sophía, Sabiduría- y es, por lo tanto, la Sabiduría de Dios o Sabiduría Divina. Los diccionarios dan como definición "La demanda por el conocimiento directo de Dios y del Espíritu", la que, sin ser inexacta, no da sino una idea limitada de lo que la palabra implica, tanto histórica como prácticamente. La obtención de "un conocimiento directo de Dios" es -como veremos al tratar el aspecto religioso de la Teosofía- el objetivo ultérrimo de toda la Teosofía, como lo es el propio corazón y vida de toda religión verdadera; éste es el "mayor conocimiento, el conocimiento de El, por medio del cual todas las cosas son conocidas"; pero el conocimiento de lo de abajo, aquel de "todas las cosas" y sus métodos, rellenan ampliamente todo el estudio Teosófico. Esto es bastante natural, por cuanto el conocimiento supremo ha de ser ganado por cada uno, y poco es lo que pueden hacer otros, salvo señalar el camino, inspirándolo a hacer el esfuerzo y dándole el ejemplo; en tanto que el conocimiento de lo de abajo puede enseñarse en los libros, en conferencias, en conversaciones, y es transmisible de la boca al oído.
LOS MISTERIOS
El aspecto interior
o esotérico de la religión se encuentra en todas las grandes fes del mundo,
declaradas en forma más o menos explícita, pero siempre existentes en el
corazón de la religión, más allá del dogma que constituye el aspecto exotérico.
Allí donde el aspecto exotérico propone un dogma para el intelecto, el
esotérico ofrece una verdad al espíritu; uno se ve y es defendido por la
razón, y el otro es alcanzado por la intuición - esa facultad "más allá
de la razón” - en pos de la cual la
filosofía occidental está a tientas. En las religiones que han fenecido se
enseñaba en los "Misterios" -en la única forma que podía enseñarse -
dando instrucciones acerca de cómo llevar a cabo los métodos que desarrollen la
vida del espíritu más rápidamente de lo que la vida lo desarrolla en su evolución
natural y sin ayuda; hemos aprendido de los escritores clásicos que en los
Misterios desaparecía el miedo a la muerte, y que el objetivo hacia el cual
tendían no era el de hacer una persona buena - sólo tenían acceso aquellos que
ya eran buenos - sino transformar el hombre bueno en un Dios. Tales Misterios
existían como el corazón de las religiones de la antigüedad y desaparecieron en
forma gradual de Europa entre la cuarta y la octava centuria, cuando dejaron de
existir por deseo de los alumnos. Encontramos numerosos rastros de los
Misterios Cristianos en los primitivos escritos Cristianos, especialmente en
los escritos de S. Clemente de Alejandría y de Origen, bajo el nombre de
"Los Misterios de Jesús". Aquí se exigía la condición de alta
moralidad, como en los Misterios Griegos: "Aquellos que por un largo tiempo
han sido conscientes de no haber cometido transgresión alguna... déjalos
acercarse".
En el Nuevo
Testamento hay indicaciones acerca de su origen y existencia, en el cual se
dice que Cristo enseñaba a sus discípulos en forma secreta -a vosotros os es
dado conocer los misterios del Reino de Dios, pero a los otros en parábolas- y
según dice Origen, estas enseñanzas se daban en los Misterios de Jesús. San
Pablo declara también que "hablamos sabiduría entre aquellos que son
perfectos." Sabiduría y Perfectos, dos términos usados en los Misterios.
Islam tiene sus enseñanzas secretas - dícese derivadas de Ali, el yerno del
Profeta Mamad - que pueden hallarse por la meditación y la disciplina, métodos
enseñados entre los Sufíes. El Budismo tiene su Sangha, entre las cuales, siempre
mediante la disciplina y la meditación, puede hallarse la verdad interior. El
Hinduismo, tanto en sus escrituras como en sus creencias actuales, afirma la
existencia del conocimiento supremo e inferior, adquiriéndose el último de
ellos por instrucción, y el primero, una vez más, por la meditación y la
disciplina en la vida.
Esto es lo que hace "esotérico" al supremo
conocimiento; no está velado deliberadamente y escondido, sino que no puede
impartirse; puede ganarse solamente desarrollando la facultad, el poder de
conocer o el modo de la conciencia, latente en todas las personas pero no
desarrollado todavía en el curso de la evolución normal. Se muestra en forma
esporádica en el Místico, con frecuencia en forma errática, a veces acompañado
por histeria, pero aún así es una indicación - para el que ve claro y sin
prejuicios - de una nueva apertura en la larga evolución de la conciencia
humana. Sale a la superficie a veces por una pureza excepcional: "Los
puros de corazón... verán a Dios". Su irrupción en la vida ordinaria se ve
como una "conversación repentina", como las que registra el Profesor
James[1].
La conciencia espiritual es una realidad; su evidencia se encuentra en todas
las religiones y está haciendo irrupción en muchos hoy en día, como lo ha hecho
en todas las épocas. Su evolución puede solo forzarse en el individuo en forma
suave y deliberada, adelantándose a la evolución normal, por la meditación y
la disciplina, ya mencionadas. Porque el esoterismo en la religión no es una
enseñanza, sino una etapa en la conciencia; no es una instrucción, sino una
vivencia. De aquí las quejas de muchos de que es elusivo e indefinido; ello es
así para aquellos que no lo han experimentado, porque sólo aquello que ha sido
experimentado en la conciencia es conocido para ella. Los métodos esotéricos
pueden ser enseñados, pero el conocimiento esotérico hacia el cual conducen,
cuando se los sigue y vive con éxito, deben ser ganados por cada uno. Puede
ayudarse a retirar obstáculos para la visión, pero un hombre sólo puede ver con
sus propios ojos.
EL SIGNIFICADO PRIMORDIAL
Teosofía es el conocimiento directo de
Dios; su búsqueda es el Misticismo o Esoterismo, común a todas las religiones,
puesto por la Teosofía en una forma científica, como en el Hinduismo, Budismo,
Catolicismo Romano y Sufismo. Como estas religiones, enseña de una manera muy
clara y definida, los métodos para alcanzar el conocimiento directo
desarrollando la conciencia espiritual y desarrollando aquellos órganos a
través de los cuales dicha conciencia puede funcionar en nuestro corazón --una
vez más, el método de la meditación y de la disciplina en la vida. Por lo
tanto, es lo mismo que la Ciencia del Ser[2],
la Ciencia de lo Eterno[3] que es
el corazón del Hinduismo; es "el conocimiento de Dios, que es Vida
Eterna", que es la esencia del Cristianismo. No es algo nuevo, pues está
en todas las religiones, y así encontramos al eminente Orientalista moderno Max
Muller que escribe su bien conocida obra sobre Teosofía o Religión Psicológica.
EL SIGNIFICADO SECUNDARIO
Teosofía, en un sentido secundario, -el
anterior es el primario- es el cuerpo doctrinario, obtenido de separar las
creencias comunes a todas las religiones de las especialidades, ritos y
ceremonias y costumbres que marcan a una religión con respecto a otra; presenta
esas verdades comunes como un consenso con las creencias del mundo,
constituyendo, en su integridad, la Religión Sabiduría, o la Religión
Universal, la fuente de la cual surge cualquier otra religión, el tronco del
Árbol de la Vida, del cual salen todas las ramas. El nombre Teosofía, que como
hemos dicho es griego y fue usado por primera vez por Amonio Saccas en el siglo
tercero después de Cristo, ha quedado desde entonces en la historia de las
religiones Occidentales y denota no solamente Misticismo, sino también un sistema
ecléctico, que acepta la verdad allí donde se encuentre, dándole poca
importancia a su contenido exterior. Aparece en la forma presente en América y
Europa en 1875, en la época en que la Mitología Comparativa se estaba usando
como un arma eficaz contra la Cristiandad, y transformándola en una Religión
Comparativa, hizo que los descubrimientos y las investigaciones de los
anticuarios y arqueologistas fueran bastiones en defensa de los amigos de la
religión, en lugar de armas de ataque.
MITOLOGIA COMPARATIVA
Haber desenterrado ciudades antiguas,
la apertura de viejas tumbas, el traslado de manuscritos arcaicos tanto de
religiones muertas como actuales, probó el hecho de que todas las grandes
religiones existentes y que han existido se parecen en sus características más
salientes. Sus doctrinas más importantes, los delineamientos de su moralidad,
las historias que agruparon en su torno sus fundadores, sus símbolos, sus
ceremonias, se parecen estrechamente unas a otras. Los hechos no pueden
negarse, porque fueron esculpidos en los templos antiguos y escritos en los
libros de esa época; se han realizado las investigaciones y la evidencia está
a la vista. Aún entre las tribus de salvajes más degradados, se han encontrado
rastros de enseñanzas similares y tradiciones de verdades sagradas tapadas por
la crudeza del animalismo y del fetichismo. ¿Cómo explicar estas similitudes?
¿Y su existencia en el Cristianismo? "Evolución" era entonces el
"sésamo ábrete" de la Ciencia, y la respuesta a estas preguntas no
se hicieron esperar.
La Religión había evolucionado, dada la negra ignorancia
de los salvajes primitivos, que personificaban los poderes de la Naturaleza
que temían, hacia las espléndidas filosofías que habían dominado al género
humano. De los curanderos entre los salvajes a la glorificación de los
Fundadores de Religiones; las enseñanzas de Santos y Profetas eran el
refinamiento de los balbuceos histéricos de los visionarios semiepilépticos;
la síntesis de las fuerzas naturales -una síntesis producida por el espléndido
intelecto humano- había sido emocionalmente transformada en Dios. Esta era la
contestación de la Mitología Comparativa a las alarmantes preguntas de los
hombres y mujeres que encontraban que sus construcciones de fe cedían y se
despedazaban, dejándolos expuestos a los helados vientos de la duda. Al mismo
tiempo, quedaba amenazada la inmortalidad, y aunque la intuición susurraba
"no todo lo que hay en mí se muere", la Fisicología había capturado a
la Sicología, y mostraba al cerebro como el creador de los pensamientos; si el
pensamiento nace con el cerebro, crece con él, se enferma con él y decae con
él, ¿No debe finalmente morir con él? El agnosticismo creció y floreció. ¿Qué
podía saber el hombre más allá de lo que los sentidos pudieran descubrir o de
lo que su intelecto pudiera captar? Tal era la condición del pensamiento
educado en la última cuarta parte del siglo diecinueve. Las generaciones más
jóvenes difícilmente podrán darse cuenta de este verdadero "eclipse de
fe".
RELIGION COMPARATIVA
La Teosofía llegó de repente a esta
Europa, estableciendo la Gnosis contra el Agnosticismo como la Religión
Comparativa contra la Mitología Comparativa. Declaró que el hombre no ha
agotado su poder al utilizar sus sentidos y su intelecto porque más allá de
ellos estaba la intuición y las evidencias del Espíritu; que la existencia de
esos poderes era un hecho demostrable; que el testimonio de la conciencia
espiritual era tan indudable como el del intelecto y el de los sentidos.
Admitió todos los hechos descubiertos por los arqueólogos y anticuarios, pero
señalaron que eran susceptibles de diferente interpretación que la dada por
los enemigos de la religión, y que en tanto que los hechos eran eso, o sea
hechos, sus explicaciones eran sólo hipótesis. Estableció, contra aquellas
hipótesis, otra, igualmente explicativa de los hechos: que la similitud de
enseñanzas religiosas, de éticas, historias, símbolos, ceremonias, y aún los
restos de ellos entre los salvajes, llegaron como derivaciones de todas las
religiones desde un centro común, desde una Hermandad de Hombres Divinos, que
mandaron a uno de Sus miembros al mundo de tiempo en tiempo para fundar una
nueva religión, conteniendo las mismas verdades esenciales que las de sus
antecesores, pero con variantes en las formas de acuerdo con las necesidades
de los tiempos y con las capacidades de las personas para las cuales el
Mensajero era enviado.
Era obvio que las dos hipótesis explicaban los hechos,
¿Cómo decidirse por una de ellas? La Teosofía recurrió a la historia, haciendo
recordar que los días gloriosos de cada religión fueron siempre sus primeras
épocas, y que las enseñanzas de los Mensajeros nunca fueron mejoradas por los
que se adhirieron luego a esa fe, lo que habría ocurrido si las religiones se
hubieran producido por evolución. La Hinduista se funda en los Upanishads[4], la Zoroastriana en las enseñanzas de sus Profetas, la Budista en los
dichos del Señor Buda, la Hebrea en Moisés y en los Profetas, la Cristiana en
las enseñanzas del Señor Cristo y la Mahometana en sus grandes Profetas. La
literatura de las religiones consiste siempre en comentarios, disertaciones,
argumentos y no en nuevos puntos de vista más inspirados que los originales. La
Inspiración se la ve, en los días posteriores, en los dichos de su Fundador, y
en las enseñanzas de sus más inmediatos discípulos, Manu, Vyasa, Zaratustra,
Buda, Cristo, estas Figuras se enseñorean sobre la humanidad y comandan el
amor de los hombres generación tras generación. Ellos son los Mensajeros, y
las Religiones sus Mensajes. La Teosofía los señala como prueba de que su
hipótesis es la verdadera explicación de estos hechos, que no son más una
hipótesis sino una afirmación confirmada por la historia. Contra esta
espléndida coincidencia de los Mensajeros con sus Mensajes, la Mitología
Comparativa no puede aportar una simple prueba histórica de una religión que
haya evolucionado desde el salvajismo a la espiritualidad y la filosofía; estas
hipótesis son desmentidas por la historia.
El punto de vista Teosófico está
actualmente tan ampliamente aceptado, que la gente no se da cuenta lo difundida
que estaba la teoría opuesta cuando la Teosofía irrumpió en el mundo del
pensamiento en el año 1875, montada sobre su nuevo corcel, la Sociedad
Teosófica. Pero cualquiera que se diera cuenta de las condiciones imperantes
podría ir a la literatura de la Mitología Comparativa, publicada durante el siglo
anterior, desde los trabajos voluminosos de Dulaure y Dupuis[5],
pasando por el Anacalypsis de Higgins, a los libros de Hardgrave Jennings,
Forlon y a una docena de otros, que hablan con un positivismo que conducen al
lector a la creencia de que lo que allí se afirma está basado en hechos, que
ninguna persona educada debe negar. Los que han buscado en este laberinto
durante su juventud, aquellos que se han visto perdidos en estos intrincados e
interminables recovecos y que vieron a su fe devorada por un Minotauro de la
Mitología Comparativa conocen, y sólo ellos pueden llegar a conocerlo "a
full", la intensidad del alivio, cuando la Ariadna moderna, la más
incomprendida y maldecida Helena Petrovna Blavatsky dio una pista que los fue
guiando por el laberinto, y los armó con la espada de la "Doctrina
Secreta"[6] con
la cual combatir al monstruo.
Es interesante hacer notar, de paso, que el
Cristianismo antiguo, que creía que toda la humanidad había descendido de
Adán, creado en el año 4004 antes de Cristo, había preservado la tradición de
su revelación primitiva, dada a Adan y llevada por los que le siguieron a
todas partes del globo; el hombre, que había heredado el pecado original de su
antecesor ancestral, había corrompido esto, pues restos de ello se encontraron
en los granos de verdad escondidos en la cáscara de las religiones
"paganas". Estos puntos de vista, sin embargo, a pesar de los
gérmenes de verdad que contenían, estaban muy alejados de la gente educada,
que sabía que la raza humana había existido por centenares de miles de años al
menos, el lugar de los 6.000 proclamados.
UNIDAD DE LAS RELIGIONES
El resultado de esta posición es que el
hecho de la similitud de creencias religiosas es destructivo para cualquier
religión que sostiene una posición única y aislada, en la cual está expuesta al
ataque desde todos los ángulos, y cuyos argumentos son fácilmente rebatibles.
Pero este mismo hecho constituye una defensa, cuando todas las religiones están
juntas y se presentan como una Hermandad, hijas de un solo ascendiente, la
Sabiduría Divina. Este punto de vista resulta el más satisfactorio cuando nos
damos cuenta que cada religión tiene su nota especial y realiza su propia
contribución especial a las fuerzas que trabajan en pos de la evolución de la
humanidad. A medida que notamos sus diferencias, más allá de sus similitudes,
nos damos cuenta de que revelan una parte del plan para la educación humana, de
la misma manera que cuando escuchamos un acorde nos damos cuenta de que hay un
maestro músico que ha combinado las notas con un conocimiento exacto del valor
de cada una. El Hinduismo proclama la Vida Única Inmanente en todas las cosas y
consecuentemente la solidaridad de todo y los deberes de cada una con la otra
contenida en la palabra intraducible Dharma[7].
El Zoroastrismo remarca la pureza -en lo que lo rodea, en el cuerpo, en la
mente. El Hebraísmo suena como Rectitud. El Egipto hizo de la Ciencia su
palabra de poder. El Budismo enfatiza sobre el Conocimiento Correcto. Grecia
respira Belleza. Roma nos habla de Leyes. El Cristianismo enseña los valores
del Individuo y exalta el Auto-Sacrificio. El Islam nos habla de la Unidad de
Dios. Con toda seguridad que para cada una de ellas el mundo es lo más rico, y
no se puede separar una joya de la guirnalda de las religiones mundiales.
Aparte del grandioso espectáculo de su variada belleza y del valor espiritual
de la variedad, deja en nuestras mentes la sensación de realidad de la Gran
Hermandad y de su trabajo en guiar la evolución espiritual. La profundidad de
la unidad y la exquisitez y valor de la diversidad no pueden ser el resultado
de la casualidad o una mera coincidencia, sino de un plan adoptado
deliberadamente y llevado a cabo con fortaleza.
METODO DE ESTUDIO
Puesto que el Sistema Teosófico es una
inmensa y abarcante síntesis de verdades que tratan de Dios, el Universo y el
Hombre y sus relaciones, será mejor dividir su presentación en cuatro
encabezamientos, correspondientes a los puntos de vista obvios y racionales
para el hombre. El hombre puede ser visualizado como poseyendo un cuerpo
físico, una naturaleza emocional y un intelecto; y por medio de ellos, él, un
Espíritu eterno, se manifiesta en este mundo mortal. Estos tres departamentos
de la naturaleza humana, como podríamos llamarlos, corresponden a tres grandes
actividades: Ciencia, Etica y Estética y Filosofía.
1.
Por medio de los sentidos, el
Hombre observa los fenómenos alrededor suyo y verifica sus observaciones por
medio del cerebro, realiza deducciones, encuadra hipótesis, las somete a
pruebas mediante la experimentación y llega al conocimiento de la Naturaleza y
a la comprensión de sus leyes; de esta manera construye las ciencias,
resultados espléndidos del uso inteligente de los órganos del cuerpo físico.
La Teosofía es, pues, CIENCIA.
2.
La naturaleza emocional del hombre
muestra los deseos y sentimientos, éstos causados por sus contactos con el
exterior, que le proporcionan pena o placer, y que a su vez producen los
deseos, instándolo a re-experimentar el placer y a evitar la repetición de la
pena. Veremos, cuando entremos a tratar sobre esto, que el profundo resultado
de la Felicidad, sembrada en las criaturas sencientes, lo conduce finalmente a
ponerse en armonía con la Ley, o sea a hacer lo Correcto, rehusándose a hacer
lo erróneo. La expresión de la Armonía en la vida, en las relaciones con los
demás y en la construcción de nosotros mismos, es la Conducta Correcta. La expresión
de esta armonía en la materia es la Forma Correcta o Belleza. También la
Teosofía es MORALIDAD-ARTE.
3.
El intelecto del hombre demanda
que aquello que lo rodea, tanto en lo que se refiere a la vida cuanto a la
forma debe ser entendido por él. Necesita orden, racionalidad y explicación
lógica. No puede vivir en un caos sin sufrir. Debe comprender y conocer para
existir en paz. La Teosofía es también FlLOSOFIA.
4.
Pero la Ciencia, la Moralidad-Arte
y la Filosofía no satisfacen completamente nuestra naturaleza. La conciencia
religiosa obstruye persistentemente, en cualquier nación, clima y edad. Se
rehúsa a ser silenciada, y se alimenta del hollejo de la superstición, si no
encuentra el pan de la Verdad. El Espíritu, que es el Hombre, no cesa en su
búsqueda del Espíritu Universal, que es Dios, y la respuesta de Dios-parcial,
pero con la promesa de más -es la RELIGION.
Bajo estos cuatro encabezamientos,
pueden presentarse todas las enseñanzas Teosóficas más importantes para la
vida humana y para la conducta. Quedarían: unas pocas indicaciones sobre las
aplicaciones prácticas de ellas a los problemas sociales, y alguna indicación
-porque dentro de los estrechos límites de este pequeño libro no es posible
más- de las visiones mayores del pasado y del futuro que se abre ante nosotros
por la Teosofía. Cualquier división que pretenda dividir el realmente
indivisible Espíritu -la chispa del Fuego universal no es satisfactoria y
tiende a velarnos la unidad de conciencia que es nuestro Ser. Sensaciones,
emociones, intelecto son sólo facetas de un diamante, aspectos del Espíritu
Uno. La vida espiritual, la religión, debe ser una síntesis de la ciencia, la
moralidad-arte y la filosofía, que son sólo facetas de la religión. La
religión debe de abarcar todos los estudios, así como el Espíritu abarca todas
las formas. Nuestro Ser es único, no múltiple, aunque su vida se exprese a sí
misma en múltiples formas. Por lo tanto, aunque he dividido el tema en partes
en búsqueda de la claridad, ruego a mis lectores que recuerden que la
clasificación es un medio y no una finalidad; que las clasificaciones son
muchas, en tanto que la conciencia es una sola. Y que mientras que, para dar
una explicación lúcida debemos evitar confundir a las personas, tenemos que
tener presente siempre que no debemos dividir a la sustancia.
ANNIE BESANT
[1] Variedades de
experiencias religiosas
[2] atma vidya
[3] brama vidya
[4] La literatura más antigua, parte de los Vedas
[5] Sobre adoraciones fálicas y al sol.
[6] Obra monumental de
Mme. Blavatsky publicada en 1889.
[7] Dharma, traducido
como religión, deber, obligación, es más que eso. Indica la suma de la
evolución pasada del hombre -todo lo que ha contribuido a que sea lo que es- y
las nuevas etapas que tiene que encarar para asegurarse su futura evolución con
las mínimas dificultades y demoras posibles.
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