jueves, 27 de septiembre de 2018

LAS ENSEÑANZAS MÍSTICAS Y REALES DE JESÚS


El Dean Inge  uno de los escritores y pensadores Cristianos más liberal y progresista, dice que una religión no puede colocarse muy por encima del nivel cultural e intelectual de sus adherentes. Esto se ve muy claramente en la historia de la Iglesia Cristiana a través de las edades. En la Europa de la Edad Media, el plano de vida y pensamiento estaba a un nivel muy bajo, y por consiguiente fue necesario presentar y practicar las enseñanzas de la Iglesia en una forma adecuada a la condición mental y ética de las gentes de esa época. Así la religión vino a basarse en la doctrina del Antiguo Testamento, y tomó una forma primitiva y materialista. Después de esa edad oscura, el nivel de cultura y conocimiento en Europa se ha elevado bastante; pero la Iglesia no ha marchado al pasó con este adelanto en su enseñanza y sus dogmas 

Debido al conservatismo y a la rigidez eclesiástica en cuestiones de creencia y doctrina, se ha estancado más o menos. Esta es la razón de que la Iglesia esté perdiendo campo en la mente y pensamientos del hombre moderno.

No sólo existe el rechazo popular de la enseñanza Cristiana por la divulgación de la filosofía Marxista, sino también una indiferencia notoria en cuestiones religiosas en general. Esta situación ha causado la natural consternación y ansiedad entre los líderes de la Iglesia, y se han ensayado toda clase de esfuerzos y expedientes para contrarrestar esta tendencia. No solamente están perturbadas por esta situación las autoridades eclesiásticas, sino también el hombre ordinario ve su peligro, porque reconoce que las creencias religiosas firmes y genuinas tienen una gran influencia sobre el estado político y económico del mundo, como también sobre el estado espiritual del individuo. Más todos los esfuerzos de los líderes eclesiásticos parece que están resultando vanos e ineficaces para detener la huida de la religión.

La Teosofía puede ser una ayuda efectiva en esta época de crisis, gracias a sus cualidades especiales y su conocimiento acumulado adquirido por el estudio de la religión comparativa. Debemos reconocer que el Cristianismo, con su antigua y amplia aceptación, ha de tener algo que contribuir a la evolución y progreso humano en los tiempos modernos. ¿No podemos nosotros los Teósofos, con el conocimiento y la luz que se nos han confiado, ayudar a restaurar al Cristianismo en su puesto como un instrumento en las manos de Dios para el adelanto y progreso de la humanidad? ¿Podemos encontrar alguna verdad o filosofía, hasta ahora oculta, que haga más aceptable y atractiva la religión a la mentalidad moderna?

Ante todo, y siguiendo el dictamen de Orígenes de que las Escrituras leídas literalmente son "alimento para bebés", nos vemos impelidos a buscar un significado oculto en los Evangelios Cristianos. La enseñanza de Jesús tenía relación con cosas místicas y metafísicas; y con esto en mente debiéramos estudiar Sus palabras y prédicas y el relato de Su vida.
¿Cuál era la verdadera base de la enseñanza que Jesús dio a los Judíos? Aparte de algunos nobles principios éticos y morales, el gran tema de Su predicación y enseñanza al pueblo de Palestina fue el Reino de Dios, o el Reino de los Cielos (estos dos términos son intercambiables). No cabe duda al respecto. Lo dice El Mismo tan clara y enfáticamente:

"También a otras ciudades tengo que anunciar el Reino de Dios, pues para ésto fui enviado" (Lucas 4:43).
"Y este evangelio del Reino será predicado en todo el orbe..." (Mateo 24:14).
"Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas y predicando el evangelio del Reino" (Mateo 9:35).
"Recorrió El una tras otra las ciudades y aldeas, predicando y anunciando la buena nueva del Reino de Dios" (Lucas 8:1).

La Enciclopedia Británica, cuya autoridad, no ha sido superada, dice muy definidamente que "el Reino del Cielo fue el gran tema de la enseñanza de Jesús". Y la gran preocupación de Jesús era la de que Sus discípulos prosiguieran el trabajo que El había comenzado. Pueden hacerse muchas citas para probar ésto:
"Deja los muertos enterrar a sus muertos; pero tú marcha a anunciar el Reino de Dios Lucas 9:60).
"Y durante vuestro camino, predicad diciendo: El Reino del Cielo está cerca" (Mateo 10:7).

Su último mandato a Sus discípulos fue: "Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda la creación" (Marcos 16: 15). Hay muchas evidencias de que así lo hicieron ellos. Sus discípulos y seguidores cumplieron este requerimiento en los primeros días de la religión, mientras la influencia y deseos de su Señor estaban frescos y vividos en sus mentes. San Pablo, el principal personaje de la nueva religión, habla de todos "entre quienes anduve predicando el Reino de Dios" (Hechos 20: 25), y en Roma "exponía y daba testimonio del Reino de Dios" (Hechos 28:23). No hay la menor duda de la importancia que se atribuía a esta enseñanza en los primeros días de la Iglesia, y conforme a los registros del Nuevo Testamento, ella constituía la base sobre la cual se cimentaba todo el edificio de la religión.

Entonces, podemos preguntar naturalmente, ¿qué significaba realmente esta enseñanza del Reino de Dios? Esta es la pregunta obvia y primordial que todo verdadero Cristiano pensante debería hacer. Y sin embargo, jamás ha sido contestada satisfactoriamente. Todavía es más o menos un misterio para todos los pensadores Cristianos. Todavía la ortodoxia le saca el cuerpo al problema, o si no le da interpretaciones a todas luces falsas. Por ejemplo, algunas sectas Cristianas menores consideran el Reino como una época en que Jesús volverá y reinará personalmente sobre la tierra por 1.000 años, y que solamente los que crean en esto y obren en consecuencia serán recibidos en ese reino. Esta idea es totalmente errónea, porque Jesús dijo definidamente. "Mi reino no es de este mundo"; y El afirmó más de una vez que el Reino de los Cielos ya estaba con los hombres. "El reino del cielo está cerca", dice (Mateo 10:7). En cuanto a las más elevadas autoridades eclesiásticas, tampoco están más ciertas del verdadero significado de la frase. Una autoridad tan alta sobre doctrina Cristiana, como lo es la Enciclopedia Católica Romana, da varios y opuestos significados, al citar las palabras de las declaraciones Evangélicas que parecen distintas y en desacuerdo cuando se leen literalmente.

Así pues, el hecho es que no hay una interpretación generalmente aceptada sobre este principio vital y básico de las enseñanzas evangélicas. Esto es asombroso, pero cierto, y clama por estudio, meditación y elucidación. Hoy podría decir Jesús a Sus seguidores lo que dijo a Sus oyentes en Palestina:
"Ni dirán: aquí está, o allí está; pues el Reino de Dios está dentro de vosotros" (Lucas 17:21).

En muchas de Sus parábolas nos dice Jesús lo que es el Reino de los Cielos. También, y como para ayudarnos a comprender, nos dice lo que no es el Reino:

"Mi reino no es de este mundo" (Juan 18:36).

También dijo que esto no era la religión ortodoxa de Su época:

"Si vuestra justicia no sobrepujare a la justicia de los escribas y fariseos, no esperéis entrar en el reino de los cielos" (Mateo 5:20).

"No todo el que me, dice. Señor, Señor, entrará en el reino del cielo" (Mateo 7:21).

San Pablo dijo que el reino no era material, ni de este mundo:

"El reino de Dios no es comida ni bebida; sino justicia, y paz, y gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17).

Jesús, también, habló de la dificultad en comprender esta enseñanza del Reino de Dios. Dijo que Sus discípulos conocían los "misterios" del Reino. Dijo:

"El aire sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adonde va; así es todo el que ha nacido del Espíritu" (Juan 3:8).
"El reino de Dios no viene con aparato" (Lucas 17:20).

Mas a los que tienen ojos para ver y oídos para oír, Jesús en verdad les dio una guía muy definida en sus esfuerzos por comprender esta enseñanza. Está en las palabras citadas arriba: "Dirán, aquí está, o allí... el reino de Dios está dentro de vosotros". Esta afirmación, unida a nuestro conocimiento Teosófico, nos permite comprender esta filosofía metafísica que de otra manera sería oscura y difícil. Quizá nosotros, como los discípulos de antaño, conocemos algo de los "misterios" (no el Reino). De cierto, si nosotros los Teósofos acometemos el asunto con mente abierta, olvidando ideas preconcebidas e interpretaciones ortodoxas, el significado aparece completamente claro y casi obvio. La frase significa justamente lo que dice: El gobierno y el Reino de Dios, no son del mundo, como se piensa por lo general, sino de nuestros corazones; no se trata del gobierno de un Dios externo, sino del Dios interno; el gobierno del Dios inmanente en nuestras vidas; un gobierno que se muestra, desde el punto de vista religioso, en amor a Dios con toda nuestra mente y corazón y alma y fuerzas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, con todo lo que significan estas palabras, en crecimiento espiritual y divino amor a todos los seres. Desde el punto de vista científico y secular, desarrolla el poder de la intuición y todas las potencialidades superiores del hombre, de genio, de voluntad divina, sabiduría y comprensión.

Esta interpretación del término "Reino del Cielo", está de acuerdo con tantísimas de las parábolas de Jesús si se descubre el significado subyacente en ellas. Recordemos que Jesús mismo dijo que El daba en Sus parábolas toda su enseñanza más honda y profunda. Podrían citarse muchas parábolas en apoyo y desarrollo de esta interpretación, y mostrar que ninguna de las parábolas está en desacuerdo o contradicción con esta interpretación, mientras que todos los otros significados que se den a la frase "Reino del Cielo" están en conflicto con una o más de Sus parábolas o declaraciones.

Esta interpretación no debería parecer extraña o inaceptable a los Teósofos que conocen la existencia de los cuerpos superiores del hombre, y comprenden algo de sus potencialidades y las posibilidades de desarrollarlos. La Sra. Besant ha tratado el asunto en sus libros. Nos dice ella cómo los poderes de los cuerpos superiores del hombre se muestran inconsciente y caprichosamente en premoniciones, intuiciones, visiones de santos y místicos, sueños, genialidades, y otros estados elevados de conciencia humana. Todas estas cosas, dice ella, son "vibraciones recibidas en regiones superiores por cuerpos superiores que se están organizando gradualmente para vivir y actuar en forma consciente. Son la lucha del eterno espíritu dentro de nosotros. Son la voz del Yo Superior". Y dice también, —cosa muy importante en nuestro presente estudio— que "son la promesa del futuro".

Esta interpretación puede parecerle revolucionaria al lector corriente del Evangelio. Pero en vez de revolucionaria es más bien evolucionaria. Es científica a la vez que religiosa. Tiene que ver con el siguiente paso en el largo sendero evolutivo del hombre. El hombre se ha capacitado, como resultado de su largo y lento período de crecimiento y progreso, para usar conscientemente y controlar primero su cuerpo de deseos, luego su cuerpo mental, y en el futuro será capaz de usar su cuerpo intuicional y superiores de la misma manera. Como dice C. Jinarajadasa, "poco a poco los seres más avanzados de la humanidad están comenzando a confiar más en la intuición que en la mente para la comprensión de la vida. Lentamente está apareciendo una nueva humanidad guiada por la intuición"; y cita al filósofo Bergson para mostrar que el hombre pierde el verdadero sentido de la evolución si no usa sino su intelecto.

Así la ciencia, junto con la religión y la filosofía, indica que el próximo gran paso de la humanidad hacia adelante, será el uso consciente y deliberado de los cuerpos superiores en los asuntos ordinarios de la vida, y el empleo de estos poderes para solucionar las muchas dificultades y problemas de la vida, tanto en lo nacional como en lo individual. La suprema guía y estímulo para este adelanto puede encontrarse en la interpretación y comprensión mística de las parábolas de Jesús registradas en los Evangelios Cristianos.

De manera, pues, que en vez de llamar "infantil" al Cristianismo, como algunos han dicho, sería más apropiado llamarlo "moderno" y considerarlo como una religión para el futuro.
Jesús dijo: "Proclamaré lo que ha estado escondido desde el principio del mundo" (Mateo 13:35). Quizá algo de ésto está en el significado místico del Reino del Cielo. Y la enseñanza y conocimiento Teosóficos pueden ser los instrumentos y medios para presentarlo al mundo.


G. E.   Pritchard

No hay comentarios.:

Publicar un comentario