La
moralidad ha sido definida como "la ciencia de las relaciones
armoniosas"[1] entre
todas las cosas vivientes. Las leyes morales son tanto leyes de la Naturaleza,
como lo son aquellas que afectan a los fenómenos físicos; han de ser vistas de
la misma manera y establecidas por los mismos métodos. Así como la higiene fue
establecida por los legisladores antiguos como parte de la religión [2],
de la misma manera se estableció la higiene moral. Ambas han sido aceptadas
como parte de la "revelación" por sus seguidores, pero ambas están
basadas en hechos de la Naturaleza, conocidos para esos seres altamente
desarrollados, pero no para el pueblo.
EL
ASPECTO VIDA-MORALIDAD
Hemos visto que la enseñanza de una Vida
omnipresente es parte de la Teosofía; en ella se basa la Moralidad. Agraviar
a otro es agraviarse a sí mismo, por que cada uno es una parte de un todo. El
cuerpo como un todo resulta envenenado, si se introduce veneno en cualquiera de
sus partes, y todas las cosas vivientes resultan dañadas por el daño infringido
a una. Esta Vida Una se expresa a sí misma en todo en la búsqueda de Felicidad;
en todas partes y siempre, sin excepción, la Vida busca Felicidad y el no
sufrimiento siempre se lo obtiene voluntariamente, excepto como un camino hacia
un gozo más profundo y duradero. Nadie busca el sufrimiento por el mero hecho
de sufrir; se lo soporta solo como un medio hacia un fin. Todas las religiones
reconocen a Dios como la Buenaventura infinita, y la unión con El es perseguida
por todas. La naturaleza del hombre, por ser divino, es también
fundamentalmente bienaventurado, y acepta todas las felicidades como
naturales, y cuando le llegan se las toma sin necesidad de justificación. Nunca
se pregunta ¿Por qué es que gozo? Pero sin embargo su naturaleza reacciona
naturalmente contra el sufrimiento como algo no natural, que necesita de
alguna justificación, e instintivamente demanda: ¿Por qué sufro? La meta
general de la vida es una profunda, sin manchas y duradera bienaventuranza o la
perfecta satisfacción de cada una de las partes del ser. La tendencia a los
fugaces placeres mundanos es un error a la luz del Sol de la Bendición, y el
hombre sufre, ... y aprende. "Porque Dios tiene un Plan, y ese Plan es Evolución".[3]
Si la parte acciona en contra del todo, debe de sufrir, y todo el sufrimiento
del ser humano es debido a la ignorancia de su propia naturaleza y del
desprecio, también por ignorancia, de las leyes de la Naturaleza en el medio en
que vive.
LO
CORRECTO Y LO ERRÓNEO
Si el plan de Dios es la evolución, debemos
tener un criterio definido acerca de lo Correcto y de lo Erróneo. El
científico dirá: Lo que ayuda a la evolución es Correcto, aquello que la
entorpece es Erróneo. El religioso dirá: lo que está de acuerdo con la
voluntad Divina es Correcto, aquello que la contradiga es Erróneo. Ambos
expresan la misma idea, porque la Voluntad Divina es evolución. Pero al
estudiar la evolución encontramos que en su primera mitad se ha desarrollado
una separatividad cada vez mayor: la meta ha sido la producción del Individuo.
Pero también encontramos que ahora, al comenzar la segunda mitad, nos movemos
hacia la integración del individuo en una Unidad. Los Hindúes llaman a este
proceso el Sendero de Avance o el Sendero de Retorno, y no hay nombres más
expresivos que éstos. Los instintos más profundos del ser humano, que se
muestran en la tendencias de la raza - y el instinto es la Voz de la Vida -
busca ahora la Hermandad, detrás de la cual yace la Unidad, o la construcción de muchas partes en
un todo perfecto. Por lo tanto, todo lo que tienda a la Unidad es Correcto, y
lo contrario es Erróneo.
EMOCIONES
y VIRTUDES
La
próxima etapa es que la Felicidad es esencialmente un sentimiento, debido al
sentido de crecimiento de la vida en nosotros. Somos felices cuando la vida se
expande, cuando hay más. Sufrimos cuando la vida disminuye, y resulta menos[4].
El amor trae unión, y sentido de más; el odio produce separación, y
consecuentemente sentido de pérdida. Aquí tenemos las dos Emociones Raíces,
Amor y Odio, ambas expresiones del Deseo - la manifestación del aspecto
Voluntad - que se ve a través de palabras como Atracción y Repulsión, el
Constructor y el Destructor de universos, sistemas y mundos, como también de
estados, familias e individuos. Además de estas dos emociones raíces, surgen todas
las Virtudes y Vicios; cada Virtud es una expresión del Amor, universalizado y
establecido por la recta razón como un modo permanente de la conciencia; cada
Vicio es una expresión del Odio, universalizado y establecido por la razón
equivocada como un modo permanente de la conciencia.
De esta manera quedan
definidos lo Correcto y lo Erróneo. Serán comprendidos rápidamente mediante una
ilustración traída de la familia; y podemos asentar como premisa que cada uno
de nosotros estamos rodeados de tres, y solamente tres clases de personas, en
la familia y en la sociedad: los superiores, los iguales y los inferiores,
manteniendo relaciones con todos. En una familia feliz, el Amor une a todos los
miembros, Amor que se dirige hacia arriba al jefe de la familia y produce
reverencia; Amor que se dirige alrededor del círculo de hermanos y hermanas, y
produce el afecto; Amor que se dirige hacia abajo, al grupo de dependientes,
y produce la beneficencia. Estas emociones surgen espontáneamente en una
"buena" familia, en la cual la regla son los sentimientos
"correctos", y donde "el amor cumple con la ley". Cuando
rige el Amor no son necesarias las leyes. Fuera de la familia, al entrar el ser
humano en relación con el público en general, la actitud espontánea en la
familia por el Amor, se reproduce como Virtud. Hacia arriba -Dios, el Rey o los
Ancianos - la emoción del amor como reverencia se transforma en Reverencia,
Obediencia, Lealtad, Respeto y otras parecidas, todas ellas actitudes fijas de
la mente, o modos permanentes de la conciencia hacia las personas, dondequiera
que estén, que sean reconocidas como superiores, espiritual, intelectual,
moral, social o físicamente. Con nuestros iguales, la emoción del Amor como
afecto se transforma en las Virtudes del Honor, Cortesía, Respeto, Amistad,
Cooperación y otras, actitudes fijas de la mente hacia los iguales. Con los
inferiores, la emoción del Amor de beneficencia se transforma en las Virtudes
de Protección, Amabilidad, Cortesía, Prontitud para ayudar y compartir, y
otras. Una vez captado el principio, el estudiante puede darle miríadas de
aplicaciones.
El Odio, con sus tres divisiones principales: Miedo, Orgullo y
Desprecio, puede ser tratado de manera similar. Cada ser humano que vive en
Sociedad se relaciona, por el simple hecho de estar en ella, con todos los que
lo rodean, lo que lo torna el centro de una trama de obligaciones, de deberes;
dar a cada una de dichas personas lo que le corresponde, es ser un hombre
"bueno", y una fuente de unidad social; rehusarse es ser un hombre
"malo" y la fuente de discordia social. Luego, conocer los Deberes y
cumplirlos es bondad; conocerlos en forma intuitiva y cumplirlos
espontáneamente es perfección. En tanto que la Vida desarrollándose en forma
emotiva es Amor, en forma intelectual es Verdad. Por la falta de conocimiento
de esto han surgido controversias acerca de si el Amor y la Verdad deben ser
las bases de la Moralidad. Pero ellas son esencialmente una, como la Vida es
una. Bhishma, Maestro del Deber dijo que las virtudes son "formas de la
Verdad", lo cual es indudable. La Verdad es la base del carácter
intelectual, como el Amor lo es del carácter moral. Mientras que el amor necesita
la presencia de otros para expresarse, la Verdad no, regula naturalmente la
ciencia de nuestras relaciones armoniosas con otros, y florece naturalmente
como virtud. "Dios es Amor", dice el Cristiano; "Brahman es
Verdad", dicen los hindúes. Ambos hablan de los hechos. Visto desde abajo,
el Amor y la Verdad pueden parecer diferentes; visto desde arriba, son uno.
LO
RACIONAL DE LOS PRECEPTOS MORALES
Los
grandes Maestros de la humanidad han formulado ciertos preceptos éticos de
aplicación universal, tales como: "Hacer el bien a otro es correcto;
hacerle daño es erróneo"; "Hacer a otros lo que quisiera que nos
hagan; no hagas a otros lo que no quieras que te hagan"; "Amaos los
unos a los otros"; "¿Qué espera el Señor tu Dios de tí, sino que seas
justo, que ames y que camines humildemente con tu Dios?" [5].
Todas las enseñanzas morales inspiradas en este espíritu, son parte de la
Sabiduría Divina y de la Teosofía. No necesitan justificación para la mente,
la que naturalmente tiende a promover la Felicidad. Pero la Teosofía arroja
mucha luz sobre lo racional de esos preceptos obvios. Devolver el bien por el
mal no es, a primera vista, razonable. "¿Cómo se recompensa entonces lo
bueno?" se pregunta Confucio. Pero, sin embargo, es correcto. Hemos visto
que los cambios en la conciencia van acompañados de vibraciones en la materia,
y que esas vibraciones se reproducen por simpatía en los cuerpos vecinos.
Si
una persona siente odio, o está deprimida o vengativa, su cuerpo astral vibrará
del modo correspondiente a esas emociones. El cuerpo astral de cualquiera que
se acercara será impreso de las mismas y comenzará a vibrar al unísono con él,
produciéndole sentimientos similares. Estos reforzarán las vibraciones de su
cuerpo astral y las retornará reforzadas, vigorizando aquellas de la primera
persona; este intercambio fatal sigue, incrementando el mal. Pero si la
segunda persona comprende la ley, sujeta su cuerpo astral por medio de la
voluntad, evitando que se reproduzcan las vibraciones que le llegan, e impone
sobre él un conjunto de vibraciones contrarias, o sea las que acompañan a los
sentimientos de amabilidad, alegría o perdón, frenará a las vibraciones
causadas por las emociones erróneas y las cambiará por sus opuestas. El Señor
Buddha enseñó "El Odio no cesa nunca por el Odio, sino por el Amor".
Esto es tan verdad como que un rayo rojo de luz sofoca a un rayo verde y deja
quietud o ausencia de vibraciones lumínicas. Esta es una ley de la Naturaleza,
que puede ser verificada. Cumplir esta ley es sustituir una relación armoniosa
por una no armoniosa, o ser moral. La Teosofía afirma como código ético los
preceptos universales de los grandes Maestros, y estudia su racionalidad
científicamente, como lo que vimos, e históricamente, en sus efectos sobre la
evolución y la felicidad humanas.
Ve su verificación en los desastres que
siguen al olvido de tales preceptos, tanto como en la seguridad y confort que
siguen a su observación, aunque dicha observación sólo haya sido parcial, excepto
en el ejemplo que dan los grandes Maestros en Sí mismos. Su moralidad es por lo
tanto, ecléctica. En el jardín del mundo se eligen las mejores y más fragantes
flores, plantadas por los grandes Maestros, las que unidas en un exquisito ramo
se llama "Teosofía como Moralidad".
IDEALES
Para
inspirar una conducta moral en los Teósofos, la Teosofía señala a los grandes
Maestros como ejemplos, e inculca la formación de una moral Ideal, y la
práctica de la meditación consecuente. Un ideal es la síntesis de ideas
verdaderas fijas, que se dan como objeto de un pensamiento atento y sostenido,
y que por lo tanto influencia a la conducta. Por la ley del pensamiento - que
se trata en la Sección III - el efecto del mismo es transformar al pensador
en algo parecido a su ideal, construyendo de esta manera un carácter noble.
Siguiendo esta línea de evolución moral, los Teósofos tratan de guiar a los
aspirantes hacia "no a la ley de las necesidades carnales, sino al poder
infinito de la vida". Fijamos nuestra mirada en los Maestros del Mundo, y
buscamos vivir de tal manera que algún rayo de Su esplendor moral pueda
encarnar en nosotros, y que también nosotros podamos, a nuestra humilde medida,
iluminar las tinieblas del mundo.
EL
ASPECTO FORMA-ARTE
En el
mundo antiguo, lo Bello se colocaba al mismo nivel de lo Bueno y de lo
Verdadero, y el culto a la Belleza era lo correcto en la vida del ser humano
común. Pitágoras dijo del Arte que hace la diferencia "entre el bárbaro y
el hombre" y que el Arte y la Literatura pura eran medios en la cultura[6].
Ellos pulen la piedra, una vez que la Ciencia y la Filosofía han desvastado la
piedra en bruto de la cantera y le han dado forma. Más allá de Grecia, la
Belleza tuvo un lugar similar en la civilización, como también en Egipto y en
la gran civilización Atlante en las Américas. En realidad, no hubo civilización
conocida en el mundo, hasta esta del siglo diecinueve, que haya dejado relegada
a la belleza como lujo para las personas ricas, en lugar de esparcirla a lo
ancho y a lo largo sobre toda la masa de la población como una de las
necesidades comunes para una vida decente. En casi todos los países europeos el
arte y las artesanías de los paisanos están casi muertas. Su antiguo aspecto,
adecuado y hermoso, ha caído en desuso, y reemplazado por miserables copias de
las grotescas modas que se lanzan en París y Londres. El resultado es que la
clase laboriosa manual ha sido completamente vulgarizada, ha perdido su sentido
interno de Belleza - de la cual sus indumentarias, hechas como pasatiempo en
las horas de descanso son testigos elocuentes - y en esa pérdida, el resultado
es lastimosamente burdo y brusco. La difusión de fealdades civilizadas está
amenazando a la Belleza que aún queda en el mundo en la vida común del lejano
Oriente, y el destructivo cambio puede resumirse en el simple hecho de que la
lata de kerosene en desuso está ocupando el lugar de los recipientes admirables
de bronce lustrado o de arcilla, que se usaban para traer agua a la casa desde
el pozo. Cuando la joven campesina, que ahora lleva esta atrocidad de lata
sobre su cabeza, deje su gracioso sari de ese exquisito olor verde vegetal, y
se ponga una horrible pollera teñida con anilinas y una blusa de Occidente,
entonces habrá completado su vulgarización, y el triunfo de la civilización
occidental.
LA
BELLEZA COMO LEY DE LA MANIFESTACIÓN
Desde
el punto de vista de la Teosofía, el sentido de belleza es una parte
inapreciable de la naturaleza emocional, y es hacia ella lo que la Verdad es al
Intelecto y lo que la Bondad es a la Intuición. Ve a la Belleza como la Ley
de la Manifestación, a la cual todos los objetos deben conformar. La Fealdad es
contra natura e intolerable. La Naturaleza siempre lucha por esconderla y
transformarla. Cubre lo feo con la riqueza de su Belleza; sobre una montaña de
escoria tiende sus enredaderas; adorna una pared derruida con sus tallos de
madreselva y despliega sobre ella una guirnalda de rosas; planta los costados
de la acequia con violetas perfumadas, y esparce una capa de anémonas y
jacintos salvajes sobre los espacios vacíos de la selva. Con sus miríadas de
voces predica que la Belleza es una condición esencial de la divinidad, y por
lo tanto, de todo trabajo perfecto. La religión siempre ha sido la Madre que
crió al Arte; la fe Egipcia le dio Phila al mundo[7];
el Hinduismo le dio los enormes templos de Madura y de Chidambaran; Grecia el
Partenon y muchas gemas; Islam la Alambra, la Perla Morisca, y el Taj Mahal; la
Cristiandad las nobles catedrales Góticas, sin mencionar la música, las
pinturas y esculturas que han glorificado la vida de los hombres. El Arte es
inconcebible sin la Religión. La más hermosa arquitectura ha sido concebida
para los templos, y sobre ella se han modelado otros edificios. Si ha decaído
es porque la Religión ha salido de la vida ordinaria y con la falta de
inspiración, el Arte se ha transformado en imitativo en lugar de creativo. El
nuevo impulso Teosófico traerá un nuevo florecimiento del arte, y ya se siente
su fragancia en la brisa que sopla desde el futuro.
CREACIÓN, NO IMITACIÓN
Desde el punto de vista Teosófico, la imitación, aunque sea perfecta y
agradable, no es la expresión más elevada del Arte. Las formas son construidas
por los espíritus de la naturaleza y por los ángeles inferiores, con la materia
compenetrada por la Vida del Logos; ellos construyen alrededor de sus
pensamientos-formas, materializando Sus ideas. Mirando a una exquisita flor,
nosotros los humanos podemos ver algo más del divino espíritu en ella de lo que
el poco desarrollado espíritu de la naturaleza puede ver y corporificar. Pero
el Artista puede ver mucho más que nosotros; él ve los muchos aspectos del
pensamiento, de los cuales el aspecto forma es sólo una faceta; él ve el
ideal, y es esto lo que queremos que nos muestre. Rafael pintó a una mujer con
una criatura en los brazos; hemos visto a muchas mujeres llevando a sus hijos;
pero el pintor de la Madonna de San Sisto vio a la madre ideal y al hijo ideal,
vio la infinita ternura y protección de la madre y la exquisita dulzura y
candidez del niño. Es decir que no solamente vio a la madre y al hijo, sino a
la Maternidad y a la Niñez, la eterna perfección de la Idea, y las pintó para
deleite y amor de las generaciones venideras. Y nosotros, ciegos, podemos ahora
ver a la Madonna y a su Bebé en cada madre e hijo, y el mundo entero está más
despejado porque Rafael vivió y vió. A menos que la Teosofía pueda darle al
Arte una nueva inspiración, habría fallado parcialmente en su propósito; porque
la Belleza es uno de los instrumentos más potentes para acelerar la evolución
y la armonía, sin las cuales la vida no puede ser feliz; y ella encuentra su
expresión natural en el Arte. La Perfección en las formas debe de acompañar a
la Perfección en el pensamiento.
ANNIE BESANT
[1] Sanatana Dharma
Libro de Texto III Parte: Etica
[2] Como en las Leyes
del Manu y de Moisés.
[3] A los Pies del
Maestro, Krishnamurti (Alcione).
[4] Para el tratamiento
total de este tema, no hay mejor libro que "La Ciencia de las
Emociones" de Bhagavan Das, escritor teosófico bien conocido.
[5] Puede obtenerse una
gran cantidad de dichos de las Escrituras de las grandes religiones en el
Libro de Texto Universal de Religiones y Morales, Parte ll
[6] Ver la Sección V
[7] La civilización
moderna lo ha inundado
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