Toda la esfera pertenece al estado de conciencia que se demuestra como sentimientos, deseos y emociones; estos cambios en la conciencia van acompañados con vibraciones de la materia astral, y si esta es fina y rápida en sus movimientos, las vibraciones se tornan visibles a la vista astral como colores.
La pasión de la ira causa vibraciones que dan la luz escarlata,
en tanto que un sentimiento de devoción o de amor, tiñe al cuerpo astral con un
azul o rosa. Cada sentimiento tiene su color, por cuanto va acompañado de su
propio conjunto de vibraciones. El cuerpo astral humano está, por supuesto, compuesto
de materia astral, y cuando está acompañado por el cuerpo físico, al cual
compenetra y más allá del cual se extiende, aparece como una nube o como un
óvalo definido, según si su poseedor es poco o muy evolucionado.
La claridad y
el brillo de los más delicados colores, una mayor definición de la forma y
mayor tamaño son indicativos de una mayor evolución. Cuando el Hombre está en
sus cuerpos superiores se retira del físico - como lo hace todas las noches
durante el sueño - y entonces el cuerpo astral tiene un parecido con el físico.
Por cuanto la materia astral es sumamente plástica bajo la influencia del
pensamiento, el hombre aparece en el mundo astral en forma parecida a como se
ve a sí mismo, con el traje que está pensando.
Un soldado muerto en combate,
que se le aparece a un amigo distante en el cuerpo astral, usará su uniforme.
Un hombre ahogado aparecerá con ropas chorreando. En tanto que el ser humano en
el mundo astral tiene normalmente la forma humana, el habitante de ese mundo
que no ha tenido cuerpo físico, como las hadas, espíritus de la naturaleza
conectados con la evolución de las plantas y la vida animal, y otros, tienen
cuerpos constantemente cambiantes de forma y tamaño. Los elementales
deportivos, como suelen llamarse a los espíritus de la naturaleza, suelen
aprovechar de esta plasticidad de su cuerpo para aparecer con formas enormes y
terribles, para aterrorizar a los intrusos no entrenados en este mundo. Algunas
drogas, como el Hashis, bhang, opio y envenenamientos alcohólicos extremos
también afectan a los nervios psíquicos como para hacerlos sensibles a las
vibraciones astrales, y los pacientes captan destellos de algunos habitantes de
los mundos astrales.
Los horrores que atormentan a un hombre que sufre de
delirium tremens se deben en gran medida a la visión de los elementales que se
juntan alrededor de los lugares donde se expende alcohol y se alimentan de
sus inhalaciones, y son atraídos a su alrededor por los efluvios de su propio
cuerpo. Todos los sentimientos de dolor o de placer del cuerpo físico se deben
a la presencia del astral que lo interpenetra, y, si se los echa por medio de
anestésicos o del mesmerismo, el sentimiento desaparece del cuerpo físico.
Durante el sueño, en el cual el etérico no deja a su contraparte densa, puede
llamarse rápidamente al astral, mediante cualquier disturbio en el físico;
pero si una gran parte de la materia etérica está afuera, se rompe el puente
de comunicación, y se produce el trance; bajo estas condiciones, el cuerpo
físico puede ser seriamente mutilado, sin dolor. Este aparece tan pronto como
el astral se desliza otra vez en el físico, y "vuelve a la
conciencia". Puede decirse, de paso, que el centro normal de la conciencia
humana en la etapa actual de evolución es el cuerpo astral, desde el cual funciona
el físico.
La "conciencia física" es ahora subconsciente, si puede
permitirse este disparate a una mujer irlandesa.
La condición de una persona
durante el sueño varía con su etapa de evolución. El hombre no desarrollado, en
sus cuerpos superiores, dejando el físico, vuela alrededor de los lugares que
le son familiares; el hombre medio es atraído hacia las personas que le son
afines, pero su atención es atraída hacia adentro, y entra en contacto sólo con
la parte mental; en una etapa algo superior, su mente es muy activa y
receptiva, y puede elaborar sobre problemas que se le presenten con más
facilidad que en el cuerpo físico, como una evidencia del dicho "el sueño
trae consejos" o "mejor a este asunto le echamos un sueño", etc.
Cuando se le pone un problema a la mente en forma tranquila antes de irse a
dormir, la contestación generalmente se la encuentra a la mañana siguiente.
Todas estas personas no operan conscientemente en el mundo astral; para ello es
necesario que la atención se dirija hacia afuera, no hacia adentro. Cuando la
persona es pura y auto controlada, y expresa su inclinación a ayudar en el
mundo físico, generalmente se le "despierta" en el astral por medio
de una persona más avanzada.
El proceso consiste simplemente en hacerle atender
lo que está sucediendo a su alrededor, en lugar de estar inmerso en sus pensamientos;
su cuerpo astral ha evolucionado y está organizado por sus actividades
mentales y morales, y sólo tiene que despertarse al mundo astral que lo rodea.
Quien le ayuda le explica algunas cosas, y por un lapso lo mantiene junto a él;
le enseña que la materia astral obedece a sus pensamientos, que puede moverse a
voluntad y a cualquier velocidad, que puede caminar sobre las rocas,
sumergirse en el agua, pasar a través del fuego, trepar precipicios y volar por
el aire, siempre, naturalmente, que no tenga miedo y tenga confianza; si pierde
el coraje y se considera en peligro, el daño imaginario puede
"repercutir", es decir, aparecer físicamente como una quemadura, un
magullón, una herida, etc. Una vez aprendidas estas lecciones primarias, y
puede ver y oír correctamente en el mundo astral, se lo pone a trabajar para
ayudar a los "vivos" y a los "muertos", y se transforma en
lo que se conoce como un "ayudador invisible", y pasa las noches
socorriendo a los que están en problemas, enseñando a los ignorantes, guiando
a los que recién llegan al mundo astral por el portal de la muerte.
A ellos nos
referiremos ahora.
ANNIE BESANT
ANNIE BESANT
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