Hay 5 pranas. Más allá de los cinco,
hay un alma que es una unidad pulsante. Más allá del
alma se encuentra la superalma, que también pulsa. Así
que tenemos la pulsación cósmica, la pulsación solar y la
pulsación planetaria.
El alma funciona por todo el cuerpo a
través de 5 pulsaciones. Estas pulsaciones también pueden
relacionarse con los 7 maruts. En la Persona Cósmica
existen todas las pulsaciones y se relacionan con paravaha.
Desde la Persona Cósmica se produce una exhalación, que
da lugar a una creación, y una inhalación, que representa
la absorción de la creación en ella. Estas son sus cinco
respiraciones ígneas. Parivaha es la pulsación del alma.
Avaha es la inhalación. Nivaha es la exhalación. Inhalación y
exhalación se llaman prana y apana. Así es como lo describe
el Maestro DK en el libro Tratado sobre Magia Blanca.
El
Maestro usa los términos en sánscrito para describir los
pranas: prana – inhalación, apana
– exhalación, samana – la
pulsación equilibradora del corazón, udana – la pulsación
elevadora, que ayuda a tener hipo, a toser, a eructar y también a subir, y finalmente, vyana – la pulsación que lo
permea todo. Estas son las cinco pulsaciones relacionadas
con los cinco maruts. Prana se relaciona con avaha, apana
con nivaha, samana con samvaha, udana con udvaha.
Si te familiarizas con estos términos, te resultarán de
gran ayuda, porque hay una clave sónica en ellos. Los 5
maruts gobiernan las 5 pulsaciones. El alma, en sí misma,
es una entidad pulsante, así como la Persona Cósmica
(superalma), que también es una entidad pulsante.
La
pulsación es una inteligencia cósmica. Todas ellas se
explican, en forma de tobogán, en distintas partes de las
escrituras sagradas, así como también en La Doctrina Secreta.
Correspondencias
A menos que trabajes con todos estos aspectos
en tu interior, no puedes sintetizarlos y entender estas
correspondencias. Todo este trabajo desarrollado durante
años se cocina y se sirve en un plato. Te lo comes y lo
experimentas. No puedes encontrar toda esta información,
tal como ha sido dada, ni en los libros de Bailey, ni en
los de Blavatsky, ni en los Puranas. Es una síntesis de
muchas escrituras sagradas. Es una gran cocción, y el
plato resultante te lo hace más fácil. También facilita la
comprensión remitirse a los libros relacionados. Por
ejemplo, cuando lees “maruts”, de Madame Blavatsky,
entiendes lo que escribe.
De otro modo, no entiendes
nada. Solamente leyendo La Doctrina Secreta no puedes
entenderlo. Tampoco comprendes lo que explica si lees a
Patanjali o el Bhagavad Gita.
Una vez que te relacionas con ellos, como eres un microcosmos, los libros se te revelan,
porque estas inteligencias están en ti y están vivas.
En cuanto reconoces a estas inteligencias, ellas te
responden. Esta es la belleza. La belleza de las inteligencias
planetarias, solares y cósmicas es tal, que en el momento en
que las reconoces en ti, ellas te muestran su agradecimiento
y cooperan contigo.
Solo por el mero hecho de haberlas
reconocido, dicen: “No tienes que hacer nada por
nosotras. Después de tantas encarnaciones, te acabas de
dar cuenta de que existimos en ti”.
Al ignorar que somos
un microcosmos, andamos a tientas en la objetividad
en busca de la verdad, de la luz, del conocimiento, una
actividad inútil. Todo el tesoro está en ti. Entra en ti y
experiméntalo. Todo lo que tenemos como nuestro
trasfondo está preparado para ayudarnos si entramos en
él.
Si no entramos en el trasfondo, y por el contrario, nos
aproximamos a él emocionalmente, las inteligencias se
dan media vuelta, porque la emoción no es aceptable. Por
favor, recordad, ¡la emoción es alérgica para un Maestro de
sabiduría! ¡No la puede tolerar! La quemará, así que estarás
a salvo. Las emociones son quemadas inmisericordemente,
para que estés libre de nubes.
Maruts – Maruti
Pitágoras dijo: “Hombre, conócete a ti mismo”. No
pienses en conocer todo lo que está a tu alrededor. Entra
en tu interior, y entonces conocerás lo interno y lo externo.
Contempla y contacta con el Maestro que hay en tu interior.
Él abre tu libro desde dentro. Tú eres el original. Cada uno
de nosotros es un libro original.
Tenemos que abrirlo y
leerlo. Esta es la belleza de todo esto. Tenemos el cuadro
de Krishna en lo alto del altar. Está tocando una flauta que
tiene 7 agujeros. Toca todo lo que es siete a través de dicha
flauta. Los maruts son parte de ello. La flauta es tu columna
vertebral. Él sopla en la corona, y todos los 6 centros
empiezan a cantar. De ahí que tengas que agujerear. Haz
una flauta. Si entras en ella, todo lo que está regido por el
siete (sonidos, colores) se revela a sí mismo.
Hay un ser en
la Tierra que lleva los 7 maruts en él. Se llama Maruti.
Maruti – Hanuman
Maruti es aquel al que conocemos como Hanuman.
Él está presente en la Tierra.
Es un gran Maestro. Prefirió
quedarse en la Tierra para ayudar a los seres terrestres. Es
unos de los Maestros más antiguos que hay en el planeta.
Está en el planeta desde los tiempos de la Lemuria. Lemuria
es un continente enorme que existió en el lugar en el que
ahora está situado el océano Pacífico. Fue mucho antes
del advenimiento de la Atlántida. Hanuman pertenece a la
tercera raza raíz. La Jerarquía que conocemos, de Maitreya
en adelante, está trabajando desde hace 5.000 años. Maruti
apareció mucho tiempo antes de la Atlántida. Con su
historia concluiremos la historia sobre los maruts.
Su nombre es Maruti. Hanuman es un título que
se le otorga.
Maruti es su nombre espiritual original. Es
más conocido como Hanuman, el dios mono, aunque
realmente no es un mono. Solo para complacer a los niños
prefirió aparecer en esta forma. De hecho, tiene muchas
formas. A Rama, el Señor, se le apareció como un casto
y vibrante brahmín védico.
A personas como nosotros,
con pensamientos inconsistentes, se presenta como un
mono. Prefirió venir durante la tercera raza raíz, cuando
los Hijos de la Voluntad descendieron. Por favor, remitíos
a La Doctrina Secreta, porque es un libro más accesible para
vosotros que los textos orientales, no accesibles debido
a la lengua. La Doctrina Secreta es un libro de gran ayuda
para todas las escrituras sagradas del planeta. Durante la tercera raza raíz, los Hijos de la Voluntad descendieron a
esta Tierra. Se les llamó también los Hijos del Yoga o los
Hijos Cósmicos de Dios. Unos pocos descendieron para
ayudar a la humanidad. Entre ellos se encuentra Hanuman
o Maruti.
Él es una representación de los 7 maruts. Nació
de una mujer llamada Anjani. Anjani significa “la de ojos
negros”. Sus ojos resplandecen, y el globo ocular es muy
negro. En India, las mujeres suelen aplicarse un preparado
especial de aceite de ricino alrededor de los ojos para
embellecerlos externamente. Ajnani, sin embargo, lo tenía
de forma natural. Era una mujer hermosa.
Anjani estaba casada con un gran devoto de Siva, el
Señor, llamado Kesari, que significa león.
Se llamaba león
porque llevaba en sí la luz dorada de la cualidad leonina.
Kesari significa león. Todos los nombres llevan un mensaje.
Igual que Anjani era muy atractiva por sus ojos, Kesari
era de color dorado. Tenía un cuerpo dorado. Era un gran
devoto de Siva, el Señor. Anjani era tan atractiva, que Vayu
le era muy favorable.
Vayu significa la fuente de los maruts. Los maruts
han venido de Rudra, vía Vayu, como aires ardientes.
El
padre de Maruti era un devoto de Siva. La madre estaba
profundamente inclinada hacia la inteligencia cósmica del
aire, Vayu. La madre estaba bendecida por Vayu y el padre,
por Siva, la voluntad cósmica. El otro nombre de Siva es
Rudra. Los padres, entonces, concibieron un bebé.
Rudra bendijo a través del padre, y la inteligencia
cósmica del aire bendijo a través de la madre. Así que
el chico era una combinación de la energía de Rudra y Vayu, del color dorado del padre y los ojos negros de la
madre. De esta forma, pues, el bebé crecía en el útero.
En el planeta Tierra se produjo el renacimiento de los 7
maruts para ayudar a la humanidad. Mientras el bebé se
desarrollaba en el útero, había otro gran ser, con forma
de mono, que gobernaba una región que, actualmente,
representa el océano Pacífico. Una pequeña parte de este
territorio todavía permanece sobre las aguas. Es lo que
conocemos como las islas de Andamán. Estas islas son
parte de India y están gobernadas por ella. En aquellos
tiempos eran un territorio continental, junto con Singapur,
Bali, Sumatra, Yakarta y Malasia. Yakarta se llamaba,
originalmente, Yogakarta, así como Bali se llamaba Vali.
“V” y “B” son sonidos intercambiables. Vali era el rey de
toda la región. Sintió que en su reino había un niño que
crecía en la matriz de Anjani, porque Anjani y Kesari eran
conocidos del rey.
Vali sospechó que había un ser muy
poderoso en el útero de la mujer, y eso le provocaba miedo.
Así que se decidió a eliminar al bebé. ¡Es horrible pensar
en lo que hizo! Capturó a Anjani y vertió oro líquido en
su matriz. El niño en crecimiento sonrió y lo tomó como
una cubierta de protección natural. ¡No le ocurrió nada!
Así que Maruti tiene el aura dorada del padre, y por fuera,
una armadura de oro que no se puede separar del cuerpo.
¡El cuerpo es dorado! En el interior, la naturaleza también
es de color dorada. Además, tiene la vibración de Rudra y
Vayu como maruts en él.
Después de su nacimiento, el rey Vali estaba
atemorizado. Los reyes siempre tienen miedo de aquellos que son más poderosos que ellos en el reino. Como el niño
tenía las energías colectivas de los maruts, sus padres le
llamaron Maruti. En él confluían la energía de Rudra, Vayu
y los maruts. Su color era dorado y su naturaleza era de
generosidad y benevolencia.
Tras el nacimiento y mientras
iba creciendo, como el padre estaba en la corte del rey, Maruti,
el niño, se dio cuenta de que el rey le temía. Le dijo al rey:
“No te preocupes, no soy tu enemigo.
Soy un benefactor
global. Estoy aquí para ayudar a los seres e iluminarlos. Yo
no destruyo la ley, sino que soy un eterno defensor de la ley.
Mientras estés con la ley, no tienes por qué temerme. Yo te
apoyaré también. Como eres mi rey, si no defiendes la ley,
no lucharé contigo, sino que me retiraré de este lugar”. El
rey estuvo contento. El niño crecía en el reino, y era muy
poderoso porque llevaba en él las energías de Rudra, Vayu
y los maruts. Cuando tenía 5 años de edad, vio al Sol que
se deslizaba por el cielo. Pensó que era una fruta que se
desplazaba por el cielo.
Sintió que tenía que ir hasta “esa
fruta”. Con la ayuda de los maruts y Vayu, llegó hasta el Sol
y se lo tragó. Se produjo un eclipse solar completo. Indra,
el rey celestial, usó su arma celestial contra Maruti, y esta
impactó contra su mandíbula. No lo mató, pero lo derribó,
y cayó al suelo. A su padre no le agradó el ataque de Indra,
y oró por el bienestar de su hijo.
Durante la plegaria, Rudra,
Vayu e Indra vinieron y le dijeron al padre que a su hijo no
le pasaría nada, puesto que era un gran benefactor. El tercer
Logos, además, le otorgó la bendición de que su cuerpo
nunca moriría, que sería eterno mientras quisiera estar en la
Tierra. Si lo deseaba, podría ir donde quisiera.
Esta historia es de los tiempos de la Lemuria. Hoy
en día son cuentos de hadas, pero entonces estaban a la
orden del día.
Entonces Indra pidió perdón al padre del niño,
diciendo que ignoraba que su hijo tuviera la capacidad de
engullir el globo solar. Así que para salvar la creación, Indra
tuvo que hacer lo que hizo. Al despertar de la contusión, el
niño dijo que retendría como una memoria, un recuerdo, el
golpe en la mandíbula. Por esta razón tiene una mandíbula
proyectada hacia delante. Maruti dijo: “Que esto se grabe
como un evento. Mantendré esta forma”.
Rudra, el Señor,
dijo que era inmortal. Con la ayuda de Vayu, podía adoptar
cualquier forma que le gustara, aunque la forma no supone
un límite para él.
Los Kumaras vinieron y le otorgaron sus bendiciones.
Fue un gran acontecimiento planetario. El niño dijo: “Me
interesa el Sol. Deseo estar a su alrededor y aprender todo
el conocimiento relacionado con el universo, ya que me
parece que es el mejor Maestro”. Moviéndose, pues, con el
Sol, aprendió toda la sabiduría. Esta es una particularidad
única en las escrituras sagradas orientales: Un iniciado que
se mueve alrededor del Sol y lo aprende todo. También
estaba versado en los cuatro Vedas.
Al crecer, con la ayuda de los maruts, llevó a cabo
muchos actos suprahumanos que pueden leerse en el
Ramayana. Podía volar, cambiar su forma. Con la ayuda
del aire cósmico, podía hacerse enorme o muy pequeñito,
podía levantar montañas y cargarlas encima. Podía enseñar
sabiduría. No había nadie igual a él en cuanto a voluntad,conocimiento y actividad inteligente. Además, sirvió y
ayudó al Señor cuando descendió en forma de Rama.
Sin la ayuda de Hanuman, Rama no habría logrado
lo que logró. Durante el Dwapara Yuga, Maruti ayudó
a Krishna y a Arjuna, creando vientos favorables para
Arjuna durante la guerra. El viento siempre le era favorable
a Arjuna, y desfavorable para el otro equipo. Arjuna era
muy poderoso en el manejo del arco y las flechas. Maruti
facilitó este poder y debilitó las flechas que provenían del
bando contrario. Y era un gran devoto de Krishna.
Un día
Arjuna le preguntó al propio Krishna si había un devoto
mayor que él. Krishna dijo:
“Sí, hay uno. Es más valeroso,
sabio e inteligente que tú. No hay nadie igual a él”. Arjuna
dijo: “Permíteme ver su habilidad en la guerra. Construiré
un puente de flechas, a ver si Hanuman puede romperlo”.
Arjuna también es un descendiente de Rudra. Arjuna es
uno de los nombres de Rudra.
Rudra ayudó a Krishna a establecer el orden en el
Dwapara Yuga, uniéndose a él. Rudra también ayudó, en
forma de Hanuman, en el trabajo de Rama.
Arjuna, entonces, construyó un sólido puente con
flechas celestes, armas celestes, y le dijo a Hanuman que
lo rompiera. Hanuman replicó: “¿Para qué estos juegos?
No estoy interesado en ellos”. Arjuna dijo: “Solo para
satisfacer mi conocimiento, si puedes romperlo, por favor,
rómpelo”.
Arjuna poseía cualquier arma que se pueda
concebir. Hanuman dijo: “De acuerdo. ¡Lo haré solo para
satisfacer tu curiosidad!”. Hanuman fue hasta el puente,
saltó sobre él y este se vino abajo, pero no completamente.
Entonces Arjuna le dijo a Hanuman que no lo había
podido destruir del todo. Mientras tanto, Krishna salió del
puente con la espalda completamente magullada. Arjuna
le preguntó: “¿Qué ha ocurrido?” Krishna explicó: “Solo
para salvar tu honor me he situado debajo del puente y
he colocado mi espalda para evitar que se derrumbara del
todo. Si hubiera vuelto a saltar, no solamente hubiera roto
lo que queda del puente, sino también mi espalda”.
Tal es
la dimensión del ser que está entre nosotros. Esto es lo que
tenemos que comprender.
Hanuman es un gran músico. Puedes nombrar
cualquier ciencia de sabiduría, y él la conoce.
La belleza de
su música es muy bien conocida en los círculos superiores.
Hay miles de anécdotas relacionadas con él recogidas en
los Puranas. Hay un cantante celestial llamado Narada, el
Kumara, que canta con un instrumento de 7 cuerdas que
es el mejor instrumento conocido. Cuando Narada canta,
todo entra en éxtasis. Una vez, le preguntó al Señor del
segundo Logos si había algún cantante que cantara como
él. Solo por curiosidad, él quería saberlo. El Señor le
dijo que sí había alguien.
Narada quiso saber si había un
cantante que se le pudiera igualar a él en la creación, así
que decidió moverse en los 7 planos de la creación en su
busca. El Señor le dijo a Narada que había un ser en la
Tierra que, cuando cantaba, todo entraba en éxtasis. Todos
los seres entraban en éxtasis, en meditación, y todos se
volvían suaves. Incluso el ser más salvaje se dulcificaba.
Narada preguntó quién era este ser. El Señor le dijo:
“Es Maruti, que reside en los Himalayas”. Así que Narada fue a encontrarse con él. Aunque conocía a Hanuman, no sabía
que cantaba. Esto es debido a que Hanuman nunca ostenta
su conocimiento y poder. Narada llegó y le dijo: “Creo que
eres un gran cantante y he venido a escucharte”. Hanuman
dijo: “Yo no sé que sea un cantante”. ¡Él nunca se acuerda!
La belleza de Hanuman es que nunca permanece como “yo
soy”, sino como “Aquello”.
Cada vez hay que recordarle
que puede hacerlo. Muchas veces no se acuerda de quién es,
porque se encuentra con Brahman todo el tiempo.
Hanuman le dijo a Narada: “No sé si soy un cantante”.
Narada le replicó: “No, se dice de ti que eres el mejor de
los cantantes. He venido a escucharte. ¿Puedes, por favor,
cantar?”. Entonces Hanuman dijo: “Yo no sé lo que es
cantar ni lo que es la música. Yo solo pronuncio el nombre
sagrado de la Divinidad. Si esto es música para ti, entonces
puedes escuchar”. Entonces Narada dejó su instrumento
musical sobre una piedra y se sentó a escuchar. Hanuman
empezó a cantar. A los pocos minutos de empezar, Narada
estaba en samadhi. La canción continuó durante mucho
tiempo. ¡Nadie sabe cuánto! Súbitamente, Narada volvió
a la conciencia individual, a la autoconciencia. Vio a
Hanuman en samadhi, cantando sin cesar. Narada esperó y
esperó. Pensó: “Este hombre no parece que vaya a volver
tan pronto. Tengo trabajo que hacer, así que me voy a ir”.
Trató, entonces, de coger su instrumento musical, que
había depositado sobre una mesita de piedra.
El instrumento musical se había fundido con la
piedra, a consecuencia de la música. Narada estaba atónito.
Se acercó a Hanuman y lo tocó suavemente. Hanuman regresó del samadhi y preguntó qué había ocurrido. Le
preguntó a Narada: “¿He cantado? ¿Te ha gustado?”.
Narada no tenía palabras. Narada replicó: “Yo pensaba
que sabía algo de música. Conozco la ciencia musical y su
arte. Soy reconocido como el mejor músico del universo,
pero tu canto… me inclino ante él”.
Ahora, dijo Narada, ayúdame, por favor, a recuperar
mi instrumento, adherido a la piedra. Hanuman dijo:
“No sé cómo se ha quedado ahí atrapado. Así que no sé
tampoco cómo sacarlo. Dime lo que tengo que hacer”.
Entonces Narada le dijo: “Vuelve a cantar”. Hanuman
volvió a cantar y entró en el éxtasis de la música. La
piedra se fundió de nuevo, y Narada, atento, recuperó el
instrumento y se marchó. Esta es la historia de Hanuman
y su habilidad musical.
Rama, el Señor, incluso elogiaba su conocimiento
védico. Rama le contó a Lakshmana, su hermano, cuando
se encontraron con Maruti la primera vez: “Tienes que
saber que este hombre es la encarnación de todos los
Vedas, de todas las escrituras sagradas. No hay nada que
él no sepa. Compórtate con él como lo haces conmigo”.
Lakshmana, el hermano de Rama, se quedó sorprendido.
Tal es la habilidad de Maruti, que es una encarnación de los
7 vientos juntos.
Hanuman permanece en el planeta hasta la fecha.
Algunas veces se mueve por los Himalayas. Cuando se
desplaza, su huella mide 7 pies. Dondequiera que los
Maestros de Sabiduría ven esta huella de 7 pies, se postran
y tocan con su frente la huella. Solo para mostraros lo que los maruts significan, os he explicado esta historia. Tal es la
belleza de los maruts. Que la flecha de Sagitario encuentre la
fuerza de los maruts y avance para beneficiar a la humanidad
entera. Este debe ser el propósito de esta narración sobre
las energías de los maruts. Que todos vosotros seáis
bendecidos. Que este lugar sea bendecido. Que el orador
sea bendecido. Que todos seamos bendecidos. Ha siso un
seminario extraordinariamente bueno.
Un encuentro de
grupo extraordinario. Uno de los mejores. Será recordado
para siempre, será registrado por los maruts.
Que así sea. Namaskarams.
K. Parvathi Kumar
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