Puesto que para ampliar nuestra comprensión estudiamos los libros desde el punto de vista esotérico, es adecuado informar sobre las categorías de devas existentes. Solo entonces podremos entender el orden general de la cosmogénesis y de la antropogénesis. Debe comprenderse cómo estos devas son los responsables de la formación de la creación, y también debe comprenderse la formación del ser humano. A lo largo del tiempo hemos ido conociendo muchos nombres de devas. Por supuesto que no vamos a realizar una descripción exhaustiva de los devas, sino una idea general, a partir de la cual podamos ver el entramado de lo que es la Jerarquía de estos devas. Para empezar, están aquellos devas que conocemos como gandharvas.
1. Gandharvas
La acepción en castellano podría ser “las notas
musicales antes de la creación”.
Existían incluso antes
de la creación. Son como las olas, y se les presenta,
simbólicamente, con el signo de Acuario. Se mueven en
ondas. Los gandharvas presiden desde ese estado al estado
de música que nosotros conocemos, y a la música del alma.
Ellos son los que dirigen la canción de la respiración en
la manifestación, aunque están más allá de la creación; es
decir, en el estado en que el Señor Es. Es el estado de lo Absoluto. A los gandharvas, por ello, se los considera como
el Dios Absoluto.
Existen innumerables ondas en el espacio.
Cuando
una onda se convierte en potencial para la creación, se
convierte en un huevo. Así es como emerge la naturaleza.
A partir de ahí, los devas nacen en el huevo. Es lo que
llamamos el huevo cósmico. En sánscrito, se le llama
Brahmanda. En el interior de este “anda” o huevo, los devas
existen potencialmente. Todavía no hay luz, nada se ha
manifestado todavía.
Los gandharvas están más allá. Aunque estén en la
creación, no están afectados por esta. Se hallan más allá
y por encima de la creación. Trataré de describir a estos
devas con sus nombres, para que podáis comprenderlo.
Posteriormente, podéis contemplar en ellos, para que
lentamente lleguen a ser una realidad para vosotros.
Los gandharvas son como notas musicales. Son aquellos
que cruzaron el último umbral de la bienaventuranza. El
estado de “bienaventuranza de la existencia”, en cualquier
nivel, se debe a estos gandharvas. Se les puede llamar “devas
bienaventurados”. La bienaventuranza no se puede definir.
La felicidad se relaciona con los sentidos y el cuerpo.
El
gozo se relaciona con el alma. El estado de bienaventuranza
es aquel en el que el alma se funde en el alma universal, y
cesa la existencia individual. Tal es la dicha. Esto es lo que
decimos en la plegaria como:
“Maestro, por favor, que recibamos la afluencia de
tu “plenty of prana” (plenitud de fuerza vital) en nuestro
organismo para que podamos superar la enfermedad, el envejecimiento y la muerte y lleguemos así a comprender
la verdad suprema, el amor puro y la bendición de la
existencia”.
Esto significa que esta bendición de la existencia
está sintonizada con el alma universal, en la cual el alma
individual deja de ser.
Solo cuando volvemos de este
estado de dicha somos conscientes de que estuvimos allí.
Esta es la gracia final con la que el Señor nos bendice.
Esta bienaventuranza está más allá de cualquier definición.
Incluso los más grandes iniciados buscan ardientemente
esta bienaventuranza a través de la gracia del Señor.
Solamente se puede recibir a través de la gracia, y no la
puede alcanzar uno mismo. Esa gracia que derrama la
bienaventuranza es la presencia de estos gandharvas.
Una vez más, por favor, recordad que están más allá
del tiempo, más allá del espacio y de todas las medidas. El
Veda reconoce cuatro gandharvas principales:
1.a) Vena
Es aquel que causa el pasadizo entre “la aparente
nada” y “el aparente algo”.
A Vena se le menciona
en relación al signo de Acuario en el libro Astrología
Espiritual. La energía de Acuario es un estado de “seidad
no no-verdadera”. Es una doble negación: “no noverdadera
seidad”. Es un estado que “es” y “no es” al
mismo tiempo, es decir, es el pasadizo entre “la aparente
nada y el aparente algo”. Este pasadizo está presidido por
los aswins, que descienden como Mitra y Varuna, como
Vasishta y Agastya, como Neptuno y Urano, como la Jerarquía de los Himalayas y la Jerarquía de las Montañas
Azules, así como la Osa Mayor y Sirio.
Esta es la división
entre espíritu y materia.
En nosotros, Vena es el pasadizo entre el centro
coronario y ajña. Este pasadizo está presidido por Vena.
Cuando decimos “higher bridge beginning” (“comienzo del
puente superior”), este deva se despierta. El “puente
superior” es el estadio final.
El otro puente va desde
el entrecejo a ajña. ¡Si hay un puente superior, debe de
existir uno inferior! Para el ser humano, el puente inferior
existe entre el entrecejo y el centro del corazón. Aunque,
normalmente, nos encontramos mayoritariamente
en el plexo solar. Cuando nuestra vida es una vida de
“autoservicio”, es decir, de servicio egoísta a nosotros
mismos todo el tiempo, nos hallamos en el plexo solar.
Así pues, del plexo solar al centro del corazón hay un
puente más.
Los aspirantes son aquellos que tratan de ascender
desde el plexo solar al corazón. Los discípulos ascienden
por el puente que va desde el corazón al entrecejo para,
desde allí, alcanzar ajña. Los iniciados van más allá, desde
ajña a sahasrara.
1.b) Soma
Se le llama el néctar de la creación, la bebida de la
inmortalidad (amrita). Es una secreción desde la aparente
nada al aparente algo, que proporciona la experiencia
de la bienaventuranza, el gozo y la felicidad. Sin este
néctar, no existiría ninguna de las tres en la creación.
Frecuentemente, encontráis estos nombres cuando leéis
La Doctrina Secreta o los libros de A. Bailey. Debéis saber
que se trata de un gandharva.
Soma es masculino y femenino. Es la base de lo
masculino-femenino. Soma es conocido como sa+uma. Sa
uma significa “con uma”, es decir, “con la naturaleza”.
Uma significa naturaleza.
AQUELLO se convierte en Él
y Ella. En la mitología hindú, esa misma palabra se usa
para la Luna. A la Luna también se la llama Soma. El
lunes es el día de Soma. En el sistema védico se la expresa
como Soma-vara (vara = día), el día de la Luna. Soma posee
su propia bienaventuranza, gozo, felicidad y emoción.
Para las personas emocionales, la Luna llena
expresa locura. Para las personas normales, que viven en
la mente y los sentidos, la Luna llena significa felicidad.
Para aquellos que saben (los discípulos), la Luna llena
es alegría. Pero para los altos iniciados, la Luna llena
proporciona el toque de la bienaventuranza. Dado que la
Luna es el vehículo de soma, también se la llama Soma. Este
deva es la bienaventuranza; es decir, la bienaventuranza de
los gandharvas desciende a través de Soma.
1.c) Viswa Vasu
Es el que origina la seidad en la creación. Vasu
significa “ser”. Viswa significa “universal”. Así pues, es
la seidad universal que viene como la seidad individual.
Este gandharva es la seidad en la creación. Todo ser en
la creación es seidad: un mosquito, una hormiga, una
montaña, un río. Todo tiene su seidad en la creación.
1.d) Chitra Ratha
Ratha significa carroza. En la creación, a todas las
formas se las llama carrozas, porque los seres se mueven en
ellas. El ser se mueve con un vehículo. A este vehículo se le
llama ratha. Inicialmente se le llamó carro o carroza, porque
en aquellos tiempos existían estos vehículos. Cualquier cosa
a través de la cual se mueve un ser es un vehículo. No os
podéis imaginar todas las variedades de vehículos existentes.
Es una maravilla ver cuántos vehículos hay desde el plano
cósmico al físico, y este gandharva preside sobre ellos. Desde
el cangrejo a la serpiente, al escorpión, a la hormiga, al
mosquito, todos son variedades de vehículos. No os podéis
ni imaginar cuántos vehículos existen. ¡Es una maravilla!
Estos son los cuatro gandharvas en quienes debemos
pensar.
Ellos son los que están en la creación y se
convierten en los Kumaras.
En su estado original, los 4
Kumaras son los 4 gandharvas. Es por ello que permanecen
en la creación como la existencia cuádruple. Veámoslo
relacionado con nuestra situación actual: cuando
despertamos por la mañana, el uno se convierte en
dos. Durante el sueño, la conciencia está sumergida en
la seidad. Cuando dormimos, no sabemos que estamos
durmiendo. La conciencia está fusionada en AQUELLO
a lo que llamamos existencia. Así, existe un pasadizo a
través del cual uno se despierta. Este pasadizo es Vena.
Una vez despierto, ya somos dos: conciencia y
existencia. Ahora, la existencia está con la conciencia. Por
eso se le llama sa+uma, con uma. La existencia está con la
conciencia cuando nos despertamos, y nuestro estado de conciencia es ya un estado secundario. Entonces sentimos
“YO SOY”. En el sueño profundo no sentimos “YO SOY”,
porque el conocimiento “YO SOY” está solo en el estado
de vigilia. Estos cuatro aspectos son muy importantes. Por
eso hablo con frecuencia de ellos. ¡Solo los recordamos
para olvidarnos de ellos al momento siguiente!
Chitra significa peculiar, maravilloso. Para cada uno, su
vehículo es maravilloso.
De hecho, está lleno de maravillas.
Estas son las cuatro avenidas en las que está la seidad. Estos
son los cuatro nombres, más allá de la creación, tal y como se
dan en el Veda. Más que los nombres, deberíamos conocer
su función. Saber el nombre sin conocer la función es lo
que hacemos muchas veces. Si sabemos la función, aunque
no conozcamos el nombre, está bien. Aquí estamos dando
los nombres en sánscrito, pero la función es universal. Si
conocemos a una persona por su nombre, pero no la
conocemos como tal, esto no nos sirve de mucho. Solo
saber el nombre no es suficiente. Es la razón por la cual
lo que debemos es profundizar en el aspecto funcional
de los devas que existen en los distintos planos. Es en este
contexto que entendemos que los gandharvas son las notas
musicales más allá de la creación. Son los instrumentos de la
bienaventuranza en todos los cuatro niveles. Bienaventuranza
a nivel del cuerpo, los sentidos, la mente o buddhi, el alma y
más allá del alma individual.
Tal es la bienaventuranza de los gandharvas. Son las
energías más elevadas que podemos alcanzar. El esfuerzo
de toda alma es ser feliz.
Al alma se la define en el Veda como
buscadora de la felicidad, el gozo y la bienaventuranza.
El deseo interior es buscar la felicidad en todas sus variedades.
Las personas que se mueven en el lago, aquellos que suben
a las cimas montañosas, las que visitan los lugares, ¿qué es
lo que buscan? ¡Felicidad! Las personas buscan la felicidad
a través de los sentidos en el mundo externo, en el plano
mental a través del pensamiento, y también a través del
plano búddhico.
Damos diferentes nombres a estos grados de
felicidad. Esta felicidad se la debemos a los gandharvas.
Existen en la cima de la cabeza, y desde allí descienden.
Esto es lo que deberíamos saber de los gandharvas. Estos
son los gandharvas que descienden como los 4 Kumaras a
través de la materia y el espíritu.
Estoy hablando de la situación antes del círculo con
el punto central.
Después se convirtió en un círculo con
el punto central y luego en el triángulo, y por medio del
triángulo tenemos la existencia cuádruple. Los gandharvas
descienden como los Kumaras a través del creador. Como
vinieron a través del creador, este pensó que eran sus hijos,
y les dijo: “Debéis participar en mi trabajo de creador”.
Los Kumaras sonrieron. A través de su sonrisa, le dieron el
mensaje al creador: “No vamos a participar. Oh, padre, no
sabes nada”. No es normal que un hijo le diga a su padre
que no sabe nada, pero puede ocurrir. Si el hijo que ha
nacido de ti tiene una conciencia más elevada, no te dirá
que no sabes, pero sonreirá. La sonrisa te da suficiente
información.
Estos 4 Kumaras poseían una conciencia mucho más
elevada que el padre a través del cual venían. El Maestro DK hace referencia a ellos al principio del Tratado sobre
Fuego Cósmico. Los llama agnishvattas. Agnishvatta significa
“aquel que ha apagado el fuego de la procreación”. No
participan en la creación, pero ayudan a la creación.
Estos
cuatro hermanos, del más alto orden, descendieron a la
creación para asistir al creador, pero su misión no es la de
procrear o crear. El creador no sabía de su talla, función
y motivo por el cual los Kumaras estaban presentes. El
creador, el 1er Logos, tuvo muchos problemas durante el
proceso de la creación. Finalmente, tuvo éxito, y alcanzó
la plenitud de la creación cuando creó al ser humano. El
trabajo del 1er Logos es crear. Cuando apareció el hombre
en la creación, la profecía de que habría una creación
llegó a su plenitud. Mantener la creación es el trabajo
de otro Logos. La creación se halla ahora en estado de
mantenimiento.
Es por ello que se le llama la 2a existencia
sistémica.
La creación se completó cuando se constituyó la
materia física densa y el ser humano adquirió un cuerpo de
carne y hueso. Ahora, esta creación debe evolucionar. Ese
es el trabajo del 2º Logos.
Estos 4 Kumaras solían trabajar para asistir al 1er
Logos. En estos momentos, trabajan asistiendo al 2º
Logos, y también trabajarán para el 3er Logos. Son los
ayudantes de los distintos Logos. Los Kumaras están más
allá de la creación, pero también están en la creación.
Son aquellos a quienes frecuentemente encontramos en
los Puranas. No participan en la creación, pero ayudan
en todos los niveles. Los 3 Kumaras inferiores ayudan en
la evolución planetaria, solar y cósmica, y el primero de ellos está más allá de lo cósmico, porque es el pasadizo
entre lo supracósmico y lo cósmico.
Esta es la razón por la que constituyen lo principal o
lo más elevado de la Jerarquía. Tenemos una Jerarquía en el
plano cósmico (2º Kumara); en el plano solar (3er Kumara);
y en el plano planetario (4º Kumara). El 1er Kumara es el
pasadizo entre “la nada y el algo”. Os cuento esto porque
tengo la esperanza de que algún día leáis el Tratado sobre
Fuego Cósmico y La Doctrina Secreta. ¡No solo que los leáis,
sino que los deberíais estudiar!
Después, tenemos los siete sabios videntes a los
que el Tratado sobre Fuego Cósmico menciona como los
barhishads. Están deseosos de cooperar con el creador
para procrear. En ese plano, la procreación no es lo que
conocemos como procreación en el plano físico. No hay
acto sexual ni nada parecido. El acto sexual solo pertenece
al plano físico, en el que hay cuerpos de carne y hueso.
En el nivel inmediatamente superior no existe el sexo.
No
hay búsqueda de carne. Los barhishads son aquellos que
permiten a los seres aparecer a través de ellos. Juegan como
el creador. A través de ellos aparecen las siete razas, y de
cada raza emergen siete razas más. Así es como llegamos
a tener tantas razas y sub-razas raíz. Se relacionan con los
siete centros de nuestro cuerpo. Por ejemplo, cuando lees,
solo debes pensar que todo lo que está relacionado con la
creación de las inteligencias se relaciona con sahasrara. Es
por esto que se les llama raza-raíz roja.
Por favor, recordad que a menos que relacionemos la
sabiduría con nosotros mismos, no podremos entender la cosmología.
En La Doctrina Secreta leemos que las “personas
rojas” desaparecieron. La relación con la creación de las
inteligencias está relacionada con sahasrara. Por esto se les
llama la raza-raíz roja.
En La Doctrina Secreta encontramos que la “gente
roja” desapareció, y que la “gente azul” también
desapareció. Todas las razas rojas vinieron del fuego
cósmico original. Entonces, en ajña están las razas azules,
y después vendrán las razas amarillas.
De este modo,
debemos ver primero qué es lo que está escrito allí, y cuán
relevante es para nosotros mismos en nuestras siete capas.
A menos que aprendamos esta técnica, no podremos
entender la sabiduría. Resulta útil colocar un cartel en
nuestra habitación de estudio que diga:
1ª frase: “Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza”.
2ª frase: “Dios es también mi imagen”.
3ª frase: “Que encuentre a Dios y a su Jerarquía de devas
en mí”.
4ª frase: “Que me vincule a los devas y a Dios en mí a
través de la contemplación”.
Finalmente, ¿sabéis qué ocurre? Que lentamente
dejamos de ser y Dios parece que es.
Esto se llama
“la ciencia de la correspondencia”, a través de la cual
ganamos la “identidad original”, y perdemos la “identidad
duplicada”. Todos nosotros estamos duplicados. Tanto
es así, que en la primera meditación del libro Psicología
Espiritual encontramos: “Solo hay una copia existente, y yo soy una copia de este manuscrito original”. Si encontramos
algo en la copia, también estará en el original.
Madame Blavatsky escribe muy bellamente:
“Todo duplicado es una prueba del original”.
Si hay un
duplicado, lo es de un original. Todo billete falso prueba
el billete original. Así, todos somos duplicados del Uno,
y es así como debemos ver en el duplicado la cosmología.
Entonces, el duplicado se disuelve y se retiene solamente
el original. Por lo tanto, la creación está hecha en un
orden preciso, y en el ser humano todo está organizado
de acuerdo a un orden.
2. Devas
Después de los gandharvas, aparece otra categoría
de devas que, a su vez, se subdivide en sub-categorías.
Tenemos a los adityas, que son 12, y constituyen los devas
de la conciencia. Después están los rudras, que son un
total de 11, y son los devas de la fuerza. Los vasus son 8,
y son los devas de la materia. Entre las 3 sub-categorías
suman un total de 31 devas. Podemos sumar a los 2 aswins,
de los cuales ya hablé junto con los gandharvas. Los aswins
están más allá. Ellos son los “seres no no-verdaderos”.
Si sumamos todas estas cifras, suman un total de 33. 33
es un número maravilloso. En la masonería, a aquel que
alcanza el estado más elevado de iluminación se le llama
el “ilustre hermano 33”. En él, a través de la masonería,
se habrán realizado todos estos devas. Así es como hay 33
categorías de devas, que a su vez tienen muchas, muchas
sub-categorías.
2.a) Adityas
La energía de los adityas se nos da a través de los
doce signos solares del zodíaco. Se dice que los adityas
nacieron de Aditi, que es la “luz más allá de la oscuridad”.
Es lo que decimos en el Purusha Suktam: “Aditya Varnam
Tamasah Parastat”, que significa la “luz más allá de la
oscuridad”. Si hay una luz mas allá de la oscuridad, no
es una luz visible, sino que es una luz invisible.
Solo es
visible para aquellos en los cuales ajña está abierto. Lo
que nosotros vemos como luz es una manifestación muy
posterior. Esta luz invisible es la luz de la conciencia,
lo que conocemos como aditya.
Está presente, pero no
se puede ver, a menos que uno pueda ver a través de
la oscuridad de la ignorancia. A través de la luz visible,
tenemos el toque de la conciencia invisible. Sea en Tauro,
Géminis, Cáncer, Leo, encontramos el mismo rayo solar.
Ahora bien, cada mes es distinto lo que nos trae este rayo
solar. Solamente lo podemos ver si tenemos percepción
oculta.
El rayo solar de Géminis tiene un impacto
particular, así como el resto de los doce signos solares
tienen energías diferentes. Esa energía no se puede ver.
Por ello lo llamamos “la luz mas allá de la oscuridad”.
Aditi es la luz más allá de la oscuridad. Detrás de esta
luz está la oscuridad, y a través de esta oscuridad la luz
desciende de nuevo. “Al principio, existía la oscuridad”.
Así es como empieza el Antiguo Testamento. El Veda, sin
embargo, habla de la “Luz más allá de la oscuridad”.
En el Purusha Suktam decimos dos veces: “Vedahámetám
Purúsham Mahantam Aditya Varnam Tamásah Parastat”.
Esto significa: “Nosotros conocemos a la Persona
Cósmica, cuya luz está más allá de la oscuridad y a la que
llamamos Aditya (Aditya Varnam Tamásah Parastat), más
allá de tamas, más allá de la oscuridad.
Los adityas son la luz de la conciencia con doce
cualidades, de las cuales Vishnu es la conciencia como
impregnación. En el Bhagavad Gita se dice: “Entre los adityas
Yo estoy plenamente presente como Vishnu”. “Vishnu, la Persona
Cósmica de cuatro brazos, representa el Cristo Cósmico
a quien llamamos Cristo en otro sistema. El ser de cuatro
brazos está presente en toda mitología existente.
Es el
principio que todo lo impregna.
La belleza de Vishnu
es que representa la síntesis de los cuatro Kumaras, es
decir, que también existe más allá de la creación con un
nombre diferente. Es la síntesis más allá de la creación,
que se manifiesta como la síntesis en la creación, al igual
que los cuatro gandharvas más allá de la creación. Estos
están presentes en la creación como los cuatro Kumaras.
Vishnu, “la síntesis más allá de la creación”, es la síntesis
en la creación. En otras mitologías se lo conoce como el 2º
Logos. Este es un aspecto. Vishnu también pertenece a la
categoría de los gandharvas, que descendieron para ayudar
a la creación, conferirle estabilidad y aportarle equilibrio.
2.b) Rudras
Los devas de la vibración se conocen como rudras, y
son 11 en total. Perturban la luz mas allá de la oscuridad y a
la propia oscuridad, facilitando el descenso de las cosas. ¡De
todas formas, nacieron para destruir! Destruyen para que la unidad se diversifique y también para que la diversidad
se unifique. Es como reducir a piedras la montaña para
construir casas, y después destruir las casas para obtener
de nuevo las piedras. Así pues, para viajar de un estado a
otro, son importantes. Se les considera devas de 1er rayo.
Siva, el 1er Logos, preside sobre ellos. Si quieres
destruir las impurezas que hay en ti, invócalos. Si deseas
destruir algo, invócalos, ellos lo harán por ti. Si hay un
conflicto en el grupo, puedes destruir el conflicto o también
puedes destruir el grupo.
Los medios para alcanzar el
objetivo son los mismos. Con un cuchillo afilado se puede
cortar un vegetal o la garganta. Este es el poder de los
rudras. Los rudras causan la fisión. Son los encargados
de crear los átomos en el plano cósmico. Ahí es donde
emergen las almas. Las unidades individuales, los átomos,
están formadas en el plano cósmico gracias a los efectos
vibratorios de los rudras.
Rudra significa “aquel que ruge”. Este rugido es
un sonido. Este sonido perturba la luz. Así, la luz fue
perturbada por el sonido para formarse como átomos.
Los rudras exteriorizan la luz mas allá de la oscuridad, la
hacen manifiesta. Los rudras también son importantes
para la exteriorización. El sonido que discurre por los
cables se exterioriza por medio de los rudras para que se
pueda escuchar. Existe el sonido OM inaudible. De la inaudibilidad
a la audibilidad, de la voz del silencio a la voz
hablada. En nosotros, el silencio se transforma en sonido
audible en la laringe.
Allí es donde se encuentra rudra. Se
le llama Sankara.
Hay una constelación en Géminis que se llama
Ardhra. Es una constelación de rudra. Tiene que estar en
Géminis porque la garganta es el centro laríngeo donde
las inteligencias pasan de la invisibilidad a la visibilidad.
Es decir, que las inteligencias invisibles se exteriorizan
y se hacen visibles. Este es el motivo por el cual a la
humanidad se la inicia en el mes de Géminis, porque en
Aries y Tauro se construyen las energías invisibles que
se expresan y exteriorizan en Géminis. Pentecostés es
en Géminis, el descenso de las lenguas de fuego es en
Géminis, el May Call es en Géminis, la iniciación de la
humanidad es en Géminis. Por esta razón se considera
que Géminis es la gran avenida para la expresión.
En
Aries y Tauro somos impresionados. En Géminis nos
expresamos y en Cáncer nos sintetizamos. Así, cada
signo dirige su propio trabajo.
Estas son las diferentes funciones de los rudras:
Desde el 1º al 5º Rudra – Las 5 sensaciones no
funcionan si no hay rudra.
Por ello, en los inicios de la
vida, a los niños se les aconseja trabajar con los rudras.
De esta manera los cinco sentidos estarán en orden. Su
respiración y sus movimientos serán ordenados. Tendrán
una buena pulsación, un correcto funcionamiento
eléctrico, una correcta iluminación y una correcta
temperatura corporal. Cuando los rudras funcionan bien
en uno, la luz de los adityas se manifiesta. ¿Cómo podemos
traer el reino de Dios a la Tierra? ¡Solamente a través
de los rudras! Por esto por la mañana cantamos el Rudra
Suktam regularmente. Si escuchamos con regularidad el Rudra Suktam y además podemos cantarlo, todo
el cuerpo se pone en orden, porque los Señores de la
vibración reinician todo el sistema en nosotros.
Con este
propósito, los sabios videntes védicos dieron el Rudra
Suktam. Esto cobra relevancia para nosotros cuando nos
sumergimos en los reinos del sonido como la clave de la
transformación.
6º Rudra – Se encarga del movimiento de expansión
y contracción, es decir, del movimiento centrípeto y
centrífugo, de la inhalación y la exhalación. Estos son
los dos principios de la ley de la alternancia. La luz se
expande y se contrae. Así es como tenemos el día más
largo y el día más corto. Nosotros también crecemos
y menguamos. ¡Con la edad, parecemos una naranja
exprimida! Los cosméticos no pueden evitar el efecto de
los rudras. Es solo nuestro espejismo. Cuando los rudras
deciden contraerse, nuestra inversión en cosméticos
carece de sentido.
7º Rudra – Desplazamiento y movimiento. Los
mayas, los cíclopes, los iniciados de la antigua India y Grecia,
eran capaces de mover grandes bloques de piedra a través
del aire. Si vamos a Grecia, encontramos grandes bloques
de piedra que no parecen proceder de las cercanías del lugar.
Estos bloques de piedra fueron elevados y transportados.
En el Ramayana encontramos a Hanuman que, a voluntad,
toma una montaña con la mano y se desplaza volando con
ella. ¿Cómo es posible? Hanuman es, en sí mismo, un rudra.
Así pues, los rudras pueden desplazar, reemplazar, mutar,
cambiar, transportar. Por esto podemos desplazarnos de un lugar a otro, de nuestra habitación a la sala de plegarias, de la
sala de plegarias al comedor. Todos estos movimientos no
serían posibles sin la presencia de los rudras. Cuando el rudra
no funciona en nosotros, nos tienen que llevar. Entonces los
rudras funcionan en aquellos que nos llevan.
8º Rudra – Pulsación.
9º Rudra – El fuego eléctrico, el funcionamiento
eléctrico en nosotros, como el flash de las ideas, de los
pensamientos.
10º Rudra – El fuego solar como iluminación, la luz
en nosotros, que se refleja en nuestro rostro y en nuestros
ojos.
11º Rudra – El fuego por fricción, el calor en la
creación y también en nosotros.
El trabajo de los adityas se lleva a cabo por encima del
centro del entrecejo. Desde el centro del entrecejo hasta el
diafragma, e incluso más abajo, actúan los rudras. Los adityas
son la luz de la conciencia, inmanifiesta. Son los devas de
la conciencia.
Los rudras son los encargados de hacerlos
descender. Por ello se les conoce como los devas de la fuerza.
2.c) Vasus – Los devas de la materialización
Los vasus son los devas que manifiestan. Son un total
de ocho. Sin ellos, no hay manifestación material. Estoy
tratando de encontrar las equivalencias en castellano, para
que sea universal y comprensible. Si no, pensamos que es
hindú. Las escrituras sagradas están escritas en sánscrito,
aunque en la India nadie habla en sánscrito hoy en día, de
la misma manera que vosotros tampoco habláis en latín o griego antiguo. Hay una degradación en el lenguaje en todas
partes. Por ello, la Jerarquía trata de introducir los conceptos
universales en una lengua universal.
Cada función de los rudras se conoce por su nombre,
porque el nombre le viene dado por su función. Ahora
nosotros tratamos de ver la función para poder averiguar
nuestro propio nombre, que es de aplicación universal.
Estos ocho devas son los que hacen descender la fuerza
a la materia.
La conciencia en evolución se convierte en
fuerza, y esta causa la formación de la materia.
Entre los
que se manifiestan, el primer deva es la mente. Desde el
segundo al sexto deva son los cinco elementos; el 7º deva
es la llama visible, que es un aspecto del fuego. El 8º deva
es la densidad atómica. Así es como el átomo permanente
cósmico adquiere esas ocho cualidades.
El alma consigue estas cualidades a través de la
vibración de los rudras y la formación con los vasus.
El
átomo consigue su fuerza gracias a los devas llamados
rudras, y los átomos ganan densidad en el nivel de la
materia. Así es como se ve todo en su triple manifestación
a partir del cuarto estado.
La mente es aquella que puede
hacer descender las cosas.
Así lo dijo Jesús hace dos mil
años: “Que el Reino de Dios descienda a la Tierra, para
embellecerla”.
Cuanta más luz de aditya y más rudras hagamos
descender a la materia, más brillará lo material como una
joya. La Jerarquía así desea verlo, que todo el planeta brille
y se despliegue como un loto.
Por ello, la idea es trabajar
para el planeta, como hace la Jerarquía.
La Jerarquía no solamente trabaja para nosotros, sino
también para todo el planeta. A medida que el planeta
evoluciona, nuestros cuerpos también evolucionan. Este es
uno de los mayores trabajos asumidos por el Maestro CVV.
Debido a estos devas, las propiedades físicas, las ciencias
físicas, existen como las leyes de la materia. En la materia,
la fuerza se halla oculta. En la fuerza, la conciencia está
oculta. Así, cada átomo es conciencia envuelta de fuerza
y materia. Esta es la comprensión de la sabiduría antigua.
3. Pitris
La tercera categoría de devas son los pitris. Los pitris
son los devas de la germinación y el crecimiento. Funcionan
a través de nuestra Luna, ellos causan la procreación, la
germinación y el crecimiento. Su trabajo es causar el
crecimiento en la fauna y la flora de la Tierra, así como el
crecimiento en nosotros. Estos devas dirigen el crecimiento
volumétrico relacionado con la materia, y el agua es su
agente principal. La Luna y su capacidad germinativa
también es la base de toda procreación en el plano físico,
por lo que la multiplicidad de las especies se debe a los
pitris. En sánscrito se llaman pitara, pero los orientalistas
los tradujeron como pitris. Los pitris son los devas que
proporcionan la objetividad a nuestro alrededor.
Sikhandins – Siete Rayos
A partir del 10º rudra, la luz visible, emergen siete
sub-categorías de rudras.
Se trata de los siete rayos solares.
Se les llama sikhandins. Encontraréis este nombre en el Tratado sobre Fuego Cósmico. El Sol también es un producto
de rudra. Era demasiado luminoso, y por ello, difícil de
soportar. Hay una historia en el Purana que trata de este
tema. Su mujer, Sunya, no era capaz de vivir con él porque
llevaba demasiada luz. Así que ella volvió con su padre y le
dijo: “No puedo vivir con él. Es demasiada luz”.
Entonces,
el suegro, Viswakarma, fue a ver al Sol. Viswakarma, que es
el Gran Arquitecto del Universo, le dijo al Sol que redujera
su intensidad de luz, pero el yerno no accedió. Así que el
suegro decidió “afeitar” a su yerno, el Sol, dejándole solo
siete pelos, que corresponden a los siete rayos. Entonces
Viswakarma le dijo a su yerno: “Ahora estás muy guapo
y mi hija ya puede vivir contigo”. De esta manera, los
sabios tienen su peculiar y divertida manera de presentar la
cosmología o cosmogénesis. Encontraréis esta historia en
La Doctrina Secreta. Los siete cabellos son los siete rayos. Los
siete rayos también son conocidos como los siete sikhandins.
De esta manera, hay otras categorías de devas, pero os
he dado los devas básicos más importantes.
A través de los
pitris aparecen los prajápatis, y debido al movimiento lunar a
través de las 28 constelaciones, tienen lugar los manvantaras
en el planeta. Krishna, el Señor, dice en la Bhagavad Gita: “Los
Kumaras, los siete sabios videntes, los catorce Manus son mi
esplendor”. Por eso cuando nos referimos a los manvantaras,
que son los ciclos del tiempo, se puede establecer una
correspondencia con las catorce fases lunares; hasta este
punto, Él solo había cubierto una estrofa. Si entramos en
detalle, estos son los devas correspondientes.
En relación
con cada deva, el Señor estará en el centro. Entre los rudras,el Señor es el número cinco. En cualquier lugar, siempre
ocupa la posición central para equilibrar ambos lados. Así es
como el Señor explica en la Bhagavad Gita muchos aspectos
de la manifestación de lo divino.
En este seminario hemos explicado hasta un
determinado punto. Debéis contemplar acerca de lo
explicado durante largo tiempo. Por favor, recordad los dos
aswins, los doce adityas, los once rudras y los ocho vasus.
Los aswins pertenecen al plano supracósmico. Los
adityas pertenecen al plano cósmico. Los rudras pertenecen
al plano solar, y los vasus, al plano terrestre. En cada
manifestación inferior, lo superior también está presente.
En el plano terrestre se hallan ocultos los planos solar,
cósmico y supracósmico. De igual forma, en el plano
supracósmico están ocultos los planos cósmico, solar y
planetario. Nada emerge sin su ser desde el principio.
Al
desplegarse, muchas cosas se manifiestan. En una semilla,
¿no está todo el plan del futuro árbol? Un sabio vidente
puede ver el árbol en la semilla con todo detalle: su número
de ramas, la forma, el color y los frutos que el árbol va
a dar. Aquello que no está presente en la semilla no se
manifestará. Así, en el plano supracósmico existen todos
los tres subsiguientes. Por lo tanto, todo está disponible en
cualquier momento. Fundamentalmente se ve uno, y otros
están ocultos.
En nosotros también existe lo supracósmico,
cósmico, solar, planetario e infernal. No hay nada que no
exista en nosotros. Todo lo que existe en la creación existe
en nosotros. Tengámoslo presente en nuestra mente y tratemos de llevar a cabo el trabajo con estos devas. Cuando
pensamos en los doce adityas, pensamos en los doce signos
solares. Cuando pensamos en los once rudras, pensamos
en la pulsación, en la respiración, en la expansión, en
la contracción, en el movimiento, en el calor y la luz,
en el funcionamiento eléctrico. Al pensar en los vasus,
relacionémoslos con la densidad, los cinco elementos, la
llama.
Cuando pensemos en los siete centros, hagámoslo
en relación con los planetas, cuya síntesis es el Sol. Los
siete centros que hay en el cosmos se corresponden con
los siete centros que hay en el cuerpo. Cuando veamos
el número siete, establezcamos esta conexión. Cuando se
trata de los siete planos, los siete principios están presentes
y los siete sabios están presentes también. Siempre que
veamos el número siete, debemos conectarnos con esto.
El orden es, por tanto: aswins – adityas – rudras – vasus – pitris.
Este es un conocimiento básico que deberíamos
retener, con el objetivo de irlo desarrollando lentamente.
Hay mucha más información sobre este tema, que
podríamos abordar en otro momento. Es muy interesante,
porque todo ello se explica a través de historias muy
bellas. En estas historias, se explican la cosmogénesis y la
antropogénesis.
La importancia de La Doctrina Secreta es que se
proporcionan las pistas para que podamos enlazar
correctamente la historia.
Gracias.
Dr. Sri K. Parvathi Kumar.
Dr. Sri K. Parvathi Kumar.
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