Cuando un hombre comienza a agudizar sus sentidos de modo que pueda
percibir algo más de lo que los otros perciben, se despliega ante él un nuevo y
fascinador mundo, y los chakras son de las primeras cosas de dicho mundo que le
llaman la atención. Se le presentan las gentes bajo un nuevo aspecto y descubre
en las personas mucho que antes estaba oculto a su vista; y por tanto, es capaz
de comprender, apreciar y en caso necesario auxiliar al prójimo mucho mejor de
lo que antes le era posible. Los pensamientos y emociones de las gentes se manifiestan a sus ojos con
toda claridad de forma y color; y el grado de su evolución y las condiciones de
su salud son para él notorios en vez de conjeturables. El brillante colorido y el rápido e
incesante movimiento de los chakras colocan a las gentes bajo la inmediata
observación del investigador, quien naturalmente desea conocer qué son y
significan.
El objeto de esta monografía es dilucidar dicho punto y dar a quienes
aún no han intentado educir sus latentes facultades una idea de esta pequeña
parte de lo que ven y en la medida que les es posible comprenden sus más dichosos hermanos.
A fin de evitar desde luego toda mala inteligencia, conviene tener muy
en cuenta que nada hay de fantástico ni contra naturaleza respecto de la
potencia visiva que capacita a algunos para percibir más que otros, pues consiste
sencillamente en una extensión de las facultades con que todos estamos
familiarizados, y quien dicha extensión logra puede percibir vibraciones más
rápidas que las a que los sentidos físicos están normalmente habituados a
responder .
En el transcurso de la evolución ya su debido tiempo todos ampliarán
sus ordinarias facultades, pero hay quienes se han tomado el trabajo de
agudizarlas antes que los demás, a costa de una labor mucho más ardua de la que la generalidad de
las gentes querría emprender.
Bien sé que son todavía muchísimos los tan atrasados respecto de la
marcha del mundo, que niegan tal amplitud de facultades, como hay todavía
aldeanos que nunca han visto una locomotora ferroviaria o salvajes del Africa
Central que no creen en la solidificación del agua.
Me faltan tiempo y espacio para argüir contra tan invencible
ignorancia, y me contraigo a recomendar mi obra Clarividencia y otras de distintos autores que tratan del mismo
asunto, a cuantos deseen investigarlo. La clarividencia se ha comprobado
centenares de veces, y no puede dudar de ella quien sea capaz de ponderar el
valor de las pruebas.
Mucho se ha escrito sobre los chakras, pero todo ello en sánscrito o en
alguno de los varios idiomas vernáculos de la India, y hasta muy recientemente
no se había publicado nada sobre ellos en inglés. Los mencioné hacia el año
1910 en La Vida interna, y desde
entonces ha aparecido la magnífica obra The
Serpent Power de sir John Woodroffe, y se han traducido algunos tratados
indos. En The Serpent Power se
reproducen los dibujos simbólicos que de los chakras usan los yoguis indos;
pero en cuanto se me alcanza, las ilustraciones que exornan esta monografía son
el primer intento para representar los chakras tal como efectivamente aparecen
ante los ojos de quienes los pueden ver .
A la verdad, me movió principalmente a escribir esta monografía, el
deseo de mostrar los hermosísimos dibujos trazados por mi amigo el Rev. Edward
Warner, a quien manifiesto lo muchísimo que le debo por el tiempo y trabajo
empleados en tal tarea. También he de agradecerle a mi infatigable colaborador,
el profesor Ernest Wood, la compilación y cotejo de los valiosos informes que
respecto a las opiniones dominantes en la India sobre nuestro asunto contiene
el capítulo V, según verá el lector .
Como quiera que estaba yo atareado en otra obra, se contrajo en un
principio mi intención a coleccionar y reimprimir cuanto desde tiempo muy atrás
había escrito sobre los chakras y darlo como texto explicativo de las
ilustraciones; pero al repasar los artículos se me acudieron algunas
insinuaciones, y un poco de investigación me dio a conocer puntos adicionales que he insertado debidamente. Uno de los
más interesantes es que el año 1895 la doctora Besant observó la vitalidad del
globo y el anillo kundalini y los catalogó como hipermetaproto elementos,
aunque entonces la investigación no fue lo bastante extensa para descubrir la
relación de ambos elementos entre sí y la importante parte que desempeñan en la
economía de la vida humana.
Leadbeater
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