domingo, 21 de abril de 2019

LOS CHAKRAS - DESARROLLO DE LOS CHAKRAS




FUNCIONES DE LOS DESPERTADOS CHAKRAS 

Además de mantener vivo el cuerpo físico, los chakras desempeñan otra función cuando están en plena actividad. Cada chakra etéreo corresponde a otro astral; pero como éste es un vórtice de cuatro dimensiones, tiene una extensión de que carece el vórtice del chakra etéreo, y por lo tanto, no pueden coincidir exactamente ambos chakras, aunque coincidan en las tres dimensiones del etéreo. 
El chakra etéreo está siempre en la superficie del doble etéreo, mientras que el chakra astral está frecuentemente en el interior del cuerpo astral. Los chakras etéreos en plena actividad o completamente despiertos transfieren a la conciencia física toda cualidad inherente en el correlativo chakra astral. Así es que antes de catalogar los resultados dimanantes del despertamiento a la plena actividad de los chakras etéreos, conviene considerar la función de los chakras astrales, aunque éstos ya están en plena actividad en todas las personas cultas de las últimas razas. 
Así, pues, ¿qué efecto produce en el cuerpo astral el avivamiento de los chakras astrales? 

CHAKRAS ASTRALES 

El primero de estos chakras, según ya dijimos, es el foco del kundalini o fuego serpentino, existente en todos los planos y cuya actividad despierta los demás chakras. Debemos considerar el cuerpo astral como si originariamente hubiera sido una masa casi inerte con muy vaga conciencia sin definida capacidad de actuación ni claro conocimiento del mundo circundante. 
Por lo tanto, lo primero que sucedió fue el despertamiento del fuego serpentino en el hombre astral. 
Una vez actualizada dicha energía pasó al segundo chakra astral, correspondiente al esplénico físico, por cuyo medio vitalizó todo el cuerpo astral, capacitando al hombre astral para viajar conscientemente aunque con todavía vago concepto de lo que encontraba en sus viajes. Después pasó al kundalini al tercer chakra astral, correspondiente al umbilical físico, y lo vivificó despertando en el cuerpo astral la facultad de recibir toda clase de sensaciones aunque sin todavía percibirlas claramente. 

La vivificación del cuarto chakra astral correspondiente al cardíaco físico, capacitó al hombre para recibir y comprender las vibraciones de otras entidades astrales y simpatizar con ellas de modo que conociera instintivamente sus sentimientos. El despertamiento del quinto chakra astral, correspondiente al laríngeo, confirió al hombre la facultad de audición en el plano astral, esto es, que le actualizó el sentido que en el mundo astral produce en nuestra conciencia el mismo efecto que en el mundo físico llamamos audición. El despertamiento del sexto chakra astral, correspondiente al del entrecejo, produjo análogamente la visión astral o facultad de percibir clara y distintivamente la forma y naturaleza de los objetos astrales, en vez de sentir vagamente su presencia. 

El despertamiento del séptimo chakra astral, correspondiente al coronal, completaba la vida astral del hombre y perfeccionaba sus facultades. Respecto al séptimo chakra astral parece existir alguna diferencia según el tipo a que el hombre pertenezca. En muchos individuos, los vórtices del sexto y séptimo chakras astrales convergen ambos en el cuerpo pituitario (Ver imagen) que en tal caso es el único enlace directo entre el cuerpo físico denso y los cuerpos superiores de materia relativamente sutil. Pero otros individuos, aunque todavía enlazan el sexto chakra astral con el cuerpo pituitario, inclinan el séptimo hasta que su vórtice coincide con el atrofiado órgano llamado glándula pineal (fig. 9) que en tal caso se reaviva y establece directo enlace con el mental inferior sin pasar por el ordinario intermedio del astral. A este tipo de hombres se refería Blavatsky al ponderar la importancia del despertamiento de la glándula pineal. 

También la doctora Besant dice que tal despertamiento se inicia en diferentes planos según el individuo. A este propósito transcribimos el siguiente pasaje del Estudio sobre la conciencia: 
“La construcción de los centros y su gradual organización en ruedas o chakras puede empezar desde cualquier vehículo, y en cada individuo empezará en el vehículo correspondiente a su especial tipo de temperamento, que dará la tónica de mayor actividad en la construcción de todos sus vehículos y su gradual conversión en instrumentos eficaces para que la conciencia se manifieste en el plano físico. Así tendremos que el centro de actividad podrá estar en cualquiera de los cuerpos físico, astral, mental, causal o en otro más superior, según el tipo de temperamento y desde allí actuará hacia arriba o hacia abajo para modelar vehículos capaces de servir de expresión a dicho temperamento.




SENTIDOS ASTRALES 

En cierto modo y hasta cierto punto los chakras astrales pueden considerarse como los sentidos del cuerpo astral; pero conviene definir este concepto para evitar errores, porque se ha de tener presente, que aunque para mejor inteligencia hablamos de la vista y del oído astral, estas expresiones significan la facultad de responder a las vibraciones transferibles a la conciencia del ego cuando actúa en el cuerpo astral, análogamente a como transfiere a su conciencia las percepciones visuales y auditivas recibidas por los ojos y oídos del cuerpo físico. Pero en la actuación astral no se necesitan especializados órganos para lograr dicho resultado, pues en todo el cuerpo astral hay materia capaz de responder a las vibraciones procedentes del exterior; y por consiguiente, al actuar el ego en el vehículo astral, lo mismo ve los objetos que están delante como los que están detrás de él, y encima, debajo y a los lados, sin necesidad de volver la cabeza. 

Por lo tanto, los chakras astrales no pueden considerarse en rigor como órganos sensorios, puesto que no por ellos ve u oye el hombre astral como por ojos y oídos ve y oye el hombre físico. Sin embargo, la percepción astral depende del despertamiento de los chakras astrales, porque cada uno al despertar a plena actividad da al cuerpo astral la virtud de responder a un nuevo orden de vibraciones. Como quiera que todas las partículas del cuerpo astral estén en incesante movimiento como las del agua en ebullición, todas ellas pasan sucesivamente por cada chakra, el cual a su vez infunde en ellas la virtud de responder a determinado orden de vibraciones, de modo que todos los puntos del cuerpo astral son igualmente perceptivos. Pero aunque la percepción astral sea completa, no por ello puede el hombre transferir a la conciencia física ninguna de las consecuencias de su actuación astral. 

DESPERTAR DE KUNDALINI 

Mientras se iba vivificando el cuerpo astral, según queda indicado, el hombre físico desconocía por completo el proceso, y la única manera de identificar las conciencias física y astral es el despertamiento de los chakras etéreos, que puede lograrse por varios medios, según la escuela de yoga que haya aceptado el estudiante. En la India existen siete escuelas de yoga, a saber: 1a. Raja; 2a. Karma; 3a. Jnana; 4a. Hatha; 5a. Laya; 6a. Bhakti; 7a. Mantra. Algo de estas escuelas o sistemas de yoga expuse en la segunda edición de Los Maestros y el Sendero, y el profesor Wood los ha descrito acabadamente en su obra: Raja Yoga, the occult training of the Hindus. (El Yoga Raja, la disciplina oculta de los indos). Todos los sistemas de yoga reconocen la existencia e importancia de los chakras, pero cada cual emplea un método distinto para desarrollarlos. 

El del Yoga Raja consiste en meditar sucesivamente sobre cada uno de ellos y despertarlos por puro esfuerzo de voluntad. Es un método muy recomendable. La escuela que presta mayor atención a los chakras es la del Yoga Laya, cuyo método consiste en actualizar las penitencialidades superiores del fuego serpentino e introducirlo sucesivamente en todos los chakras. Esta actualización de las superiores potencialidades del fuego serpentino necesita un deliberado y perseverante esfuerzo de voluntad, porque para poner el primer chakra en plena actividad es preciso avivar las capas internas del fuego serpentino, y una vez vivificado el chakra fundamental vivifica con su formidable energía todos los demás, dando por resultado el transporte a la conciencia física de las facultades actualizadas por el despertamiento de su correspondiente chakra astral. 

DESPERTAR DE LOS CHAKRAS ETÉREOS 

Cuando se despierta a plena actividad el chakra esplénico, el hombre es capaz de recordar sus vagos viajes astrales, aunque a veces sólo parcialmente. Si de una manera leve y accidental se estimula el chakra esplénico, suele producir la reminiscencia de una beatífica sensación de volar por los aires. Cuando se pone en plena actividad el chakra umbilical, empieza el hombre físico a percibir toda clase de influencias astrales, comprendiendo vagamente que algunas de ellas son amistosas y otras hostiles, y que unos parajes son agradables y otros repulsivos sin saber por qué. La vivificación del chakra cardíaco da al hombre físico el instintivo conocimiento de las alegrías y tristezas del prójimo, y a veces le mueve a reproducir en sí mismo por simpatía los dolores ajenos. 

El despertamiento del chakra laríngeo capacita al hombre físico para oír voces que suelen sugerirle ideas de toda clase. También a veces oye música y otros sones no tan agradables. Cuando está en plena actividad confiere al hombre físico la clariaudiencia etérea y astral. La vivificación del chakra frontal capacita al hombre físico para ver lugares y personas distantes o astrales. En las primeras fases de desenvolvimiento sólo hay vislumbres de paisajes y nubes de color, pero su plena actividad confiere clarividencia. El despertamiento del chakra frontal está relacionado con la facultad de la visión microscópica, es decir, de ver aumentados los objetos físicos invisibles a simple vista corporal. Del centro del chakra frontal se proyecta un tenue y flexible tubo de materia etérea, semejante a una sierpe microscópica con una especie de ojo en su extremo. 

Es el órgano peculiar de esta modalidad de clarividencia, y el ojo en que termina puede dilatarse o contraerse para alterar la potencia aumentativa según el tamaño del objeto que se examina. Esto es lo que significan los libros antiguos al hablar de la virtud que puede tener un hombre de hacerse grande o pequeño a voluntad. Para examinar un átomo, el clarividente emplea un órgano de visión de tamaño adecuado al del átomo. La sierpe proyectada del chakra frontal tuvo su símbolo en el tocado de los reyes de Egipto, en quienes, como en los sumos sacerdotes de aquel país, se suponía la clarividencia entre otras ocultas facultades. 

Cuando el chakra coronal está plenamente activo, el ego puede salir por allí y dejar conscientemente su cuerpo y restituirse a él sin la ordinaria interrupción, de modo que estará consciente noche y día. Cuando el fuego serpentino ha pasado por todos los chakras siguiendo un orden que varía, según el tipo de hombre, no se interrumpe la conciencia hasta la entrada en el mundo celeste al finir la vida astral, de modo que no hay diferencia entre la temporánea separación del cuerpo físico durante el sueño y la definitiva en el momento de la muerte. 

CLARIVIDENCIA EVENTUAL 

Antes de llegar al estado que hemos referido, puede tener el hombre físico algunas vislumbres del mundo astral, porque a veces estimulan y ponen uno u otro de los chakras en temporánea actividad ciertas vibraciones de insólita violencia, sin que por ello se avive el fuego serpentino, aunque también puede suceder que este fuego se avive en parte y determine entretanto clarividencia espasmódica. Porque, según ya dijimos, el kundalini o fuego serpentino tiene siete capas o grados de energía, y suele suceder que quien esté ejerciendo su voluntad con el propósito de despertar esta energía, sólo consiga avivarla en un grado; y entonces, creído de que ya terminó su obra, echará de ver que no le da los resultados que esperaba, y habrá de reanudarla varias veces, ahondando más y más hasta que todo el fuego serpentino queda en plena actividad. 

PELIGRO DE LA PREMATURA ACTUALIZACIÓN 

El kundalini, esta ígnea energía, como la llama La Voz del Silencio, es en verdad semejante a fuego líquido que se difunde por todo el cuerpo cuando ha actualizado la voluntad, y circula en espiral como una serpiente. En plena actividad se le puede denominar la Madre del Mundo, porque vivifica los diversos vehículos humanos, de modo que el ego sea consciente en todos los mundos. 
En el hombre ordinario está el kundalini latente en el chakra fundamental, sin que en toda la vida terrena advierta ni sospeche su presencia, y mucho mejor es que permanezca así latente hasta que el hombre haya hecho definidos progresos morales con voluntad bastante recia para dominarlo y con pensamientos lo suficientemente puros para arrostrar sin daño su actualización. 

Nadie debe intentar manejarlo sin concretas instrucciones de quien por completo conozca el asunto, pues muy graves y terribles son los peligros que entraña y algunos de ellos puramente físicos de suerte que su indisciplina da actuación ocasionen agudísimos dolores con desgarro de tejidos y aun puede sobrevenir la muerte. Sin embargo, este es el más leve daño que puede producir, porque además infiere perdurables trastornos a los vehículos superiores al físico. 

 Una de las más frecuentes consecuencias de activar prematuramente el fuego serpentino es que fluye hacia abajo del cuerpo en vez de ascender y excita las más torpes pasiones y las intensifica hasta un punto en que le es imposible al hombre dominarlas ni siquiera resistirlas, porque ha actualizado una energía en cuya presencia está tan perdido como el nadador ante las mandíbulas del tiburón. Tales individuos se convierten en sátiros, en monstruos de depravación, porque están en las garras de una energía muy superior a la ordinaria resistencia del hombre. Probablemente adquirirán ciertas facultades psíquicas, pero de tal índole que los pondrán en contacto con un inferior orden de evolución con el que no debe relacionarse la humanidad, y para librarse de semejante esclavitud puede necesitar más de una encarnación en el mundo terreno. 

No exagero el horror de este estado como lo exageraría quien tan sólo de oídas lo conociese. 
Me han venido a consultar personas laceradas con tan terrible dolencia y con mis propios ojos vi cuanto les sucedía. Hay una escuela de magia negra que de propósito utiliza el fuego serpentino para activar cierto chakra inferior del que nunca se valen de tal modo los observantes de la Buena Ley. 
Algunos autores niegan la existencia de tal chakra, pero los brahmanes de la India meridional me aseguraron que hay yoguis dravidianos que enseñan a sus discípulos a usarlo, aunque no precisamente con maligno fin. No obstante, el riesgo es demasiado grave para exponerse a él, cuando por medio más seguro es posible obtener el mismo resultado. Aun aparte de este su mayor peligro, la prematura actualización de los aspectos superiores de kundalini tiene muchas otras funestas posibilidades, pues intensifica todo cuanto existe en la naturaleza humana e influye en las bajas y malignas cualidades mayormente que en las buenas. 

Por ejemplo, en el cuerpo mental se despierta vivamente la insana ambición que muy luego alcanza un increíble grado de desordenada intensidad. Probablemente acrecentará las facultades intelectuales, pero al propio tiempo engendrará un satánico orgullo, inconcebible para el hombre ordinario. No es prudente creer que cualquiera esté preparado para afrontar talo cual energía que en su cuerpo se actualice, pues no será de las modalidades ordinarias sino de todo punto irresistible. Desde luego, ningún ignorante ha de intentar despertarlas, y si alguien nota que se han despertado eventualmente, debe consultar al punto con quien sepa muy bien de qué se trata. 

De propósito me abstengo de explicar la manera de actualizar el fuego serpentino ni cómo luego de actualizada esta energía se la hace pasar por los diversos chakras, porque de ningún modo se debe intentar semejante cosa a no ser por la expresa sugestión de un Maestro que vigile a su discípulo durante las sucesivas etapas del procedimiento. Aconsejo solemnemente a los estudiantes que se abstengan de todo esfuerzo para actualizar tan formidable energía, a no ser bajo la tutela de un Maestro, porque he presenciado muchos casos de los terribles efectos del ignorante y mal aconsejado entremetimiento en estos gravísimos asuntos. 

El kundalini es una tremenda realidad, uno de los fenómenos capitales de la naturaleza, y no es cosa de juego ni de frívolo entretenimiento, porque manejarlo sin comprenderlo es mucho más peligroso que sería para un niño jugar con la dinamita. Verdaderamente dice de esta energía un libro indo: "Libera al yogui y esclaviza al insensato." En asuntos como éste se figuran a veces los estudiantes que alguna excepción en su favor habrá de las leyes de la naturaleza o que alguna intervención providencial los salvara de las consecuencias de su locura. 

Con seguridad no sucederá nada de esto, y quien protervamente provoca una explosión se expone a ser la primera víctima. Muchas tribulaciones y desalientos se ahorrarían los estudiantes si comprendieran que todo cuanto decimos sobre ocultismo tiene significado exactamente literal y se aplica a todos los casos sin excepción, porque no hay favoritismos ni privilegios ni exenciones en la acción de las capitales leyes del universo. Todos apetecen realizar cuantos experimentos les sean posibles y todos presumen de suficiente preparación para recibir las más altas enseñanzas y para el más adelantado desenvolvimiento; pero ninguno quiere trabajar pacientemente en la mejora del carácter ni emplear tiempo ni energías en servicio de la Sociedad, mientras aguarda que un Maestro le anuncie que ya está dispuesto a seguir adelante. 

Repito en esta ocasión el antiguo aforismo eternamente verídico: "Buscad primero el reino de Dios y su justicia y lo demás se os dará por añadidura." En algunos casos se actualizan espontáneamente los grados inferiores del fuego serpentino, de suerte que se observa un mortecino resplandor, y aun es posible, aunque muy raro, que empiece a moverse. Cuando esto ocurre, puede ocasionar vivo dolor, pues los conductos no están dispuestos para el paso y la energía se lo ha de abrir quemando gran cantidad de escorias etéreas con grave sufrimiento del individuo. Al despertar espontáneamente el fuego serpentino, o si lo actualiza algún accidente, propende a pasar la energía por el conducto medular, siguiendo el mismo camino ya tomado por su inferior y moderada manifestación. 

A ser posible, se ha de detener el movimiento por un esfuerzo de voluntad; pero si con esto no se logra, como será lo más probable, no hay que alarmarse por ello, porque es muy fácil que salga por la cabeza sin otro daño que una ligera debilidad. Lo peor que cabe temer en este caso es una temporal pérdida de conciencia. El horrible peligro no está en que la energía ascienda sino en que descienda y se interne más abajo de la columna vertebral. La principal función de kundalini respecto del oculto desenvolvimiento del hombre es que al pasar por los chakras etéreos los aviva y convierte en más eficaces puntos de conexión entre los cuerpos físico y astral. Dice La Voz del Silencio que cuando el fuego serpentino llega al chakra frontal lo pone en plena actividad y confiere al hombre la virtud de oír la voz del Maestro, que en este caso significa la voz del Yo superior. Se funda esta afirmación en que cuando el cuerpo pituitario funciona ordenadamente, sirve de perfecto enlace con el vehículo astral, de modo que por su medio se transmiten todas las comunicaciones procedentes del interior. 
No sólo este chakra, sino todos los superiores se habrán de actualizar plenamente y responder a todo linaje de influencias de los subplanos astrales. 

Dicha actualización llegará a su debido tiempo, pero no podrán lograrla en su presente vida terrena quienes por vez primera hayan tomado en serio este asunto. Algunos indos acaso lo consigan desde luego, porque sus cuerpos son más adaptables por herencia; pero la mayoría de cuantos en la vida actual estudien los chakras habrán de esperar en otra vida su pleno despertamiento. 
 En cada encarnación se ha de reiterar el dominio del fuego serpentino, puesto que cada vez son nuevos los vehículos físicos, astral y mental inferior; pero si en una vida precedente se logró subyugar, serán muy fáciles las repetidas subyugaciones. Conviene recordar que la acción del fuego serpentino difiere según el tipo de individuo, y así algunos verán a su Yo superior más bien que oír su voz. Además, la relación entre lo inferior y lo superior tiene muchos grados, pues para la personalidad significa la influencia del ego, mientras que para el ego significa la influencia de la mónada y para la mónada significa la consciente expresión del Logos. 

EXPERIENCIA PERSONAL 

De algo servirá mencionar mi personal experiencia sobre este punto. Durante los primeros años de mi residencia en la India, hace ya más de cuarenta, no me esforcé en despertar el fuego serpentino ni sabía gran cosa de él, pues me figuraba que para manejarlo era necesario haber nacido con un especial cuerpo físico que yo no poseía. Pero un Maestro me insinuó que con cierta clase de meditación despertaría el fuego serpentino. Desde luego puse en práctica el consejo y con el tiempo logré mi propósito. Sin embargo, no me cabe duda de que el Maestro vigilaba el procedimiento y me hubiera detenido en caso de peligro. Me dicen que algunos ascetas indos enseñan a sus discípulos la manera de actualizar el kundalini, vigilándolos cuidadosamente durante todo el procedimiento. Pero no conozco a ninguno de estos ascetas ni aunque los conociera me fiaría de ellos a menos de que me los recomendase quien yo supiera que poseía verdadero conocimiento. 

A menudo vienen a decirme muchos que les aconseje lo que han de hacer para actualizar el fuego serpentino, y les digo que hagan lo mismo que yo hice, o sea entregarse a la obra teosófica y esperar y recibir la concreta orden de algún Maestro que se digne dirigir su desenvolvimiento psíquico y continuar entretanto los ordinarios ejercicios de meditación. No deben preocuparse de si el despertamiento de la serpentina energía sobrevendrá en la vida actual o en la siguiente, sino que han de considerar el asunto desde el punto de vista del ego y no de la personalidad, con la absoluta certeza de que los Maestros están siempre a la mira de aquellos a quienes pueden auxiliar, sin que nadie les pase inadvertido, y que indiscutiblemente dan en tiempo oportuno sus instrucciones. 

Nunca oí decir que el desenvolvimiento psíquico tuviese límite de edad, y por lo tanto, no creo que la edad sea para ello obstáculo con tal que el individuo goce de perfecta salud, pues la salud es condición necesaria, porque sólo un cuerpo robusto puede soportar el esfuerzo que ha de ser mucho más vigoroso de lo que a quienes no han hecho intento alguno les quepa imaginar. Una vez actualizada la energía kundalínica se ha de dominar rigurosamente y dirigir hacia los chakras en un orden que difiere según el tipo del individuo. Para que la energía se mueva eficazmente es indispensable dirigirla en determinado sentido que el Maestro explicará en tiempo oportuno. 

LA TELA ETÉREA 

Ya dije que los chakras astral es y etéreos están en íntima correspondencia; pero entre ellos e interpenetrándolos de manera difícil de describir hay una cubierta o tela de compacta textura constituida por una capa de átomos físicos ultérrimos muy comprimidos y bañados por una especial modalidad de energía vital. La vida divina que normalmente desciende del cuerpo astral al físico, está sintonizada de modo que pasa por la tela con toda facilidad, pero esta tela es infranqueable barrera para las demás modalidades de energía que no pueden utilizar la materia atómica de los planos físico y astral, y así es el instrumento natural para impedir la prematura comunicación entre los planos, que fuera irremediablemente perjudicial. 

Dicha tela impide en condiciones normales el claro recuerdo de lo ocurrido durante el sueño, y es la causante de la temporánea inconsciencia que subsigue siempre a la muerte. Sin la misericordiosa provisión de la tela etérea, el hombre ordinario que nada sabe de estas cosas y está completamente desprevenido contra ellas podría ser en cualquier momento víctima de una entidad astral que lo pusiera bajo la influencia de energías irresistibles; o bien estaría expuesto a la constante obsesión por parte de cualquier entidad astral deseosa de apoderarse de sus vehículos. Desde luego se comprende que un desperfecto o daño en esta tela ocasionaría un terrible desastre. Muchas maneras hay de estropear la tela, y por lo tanto, debemos esforzarnos cumplidamente en evitarlos. Puede estropearse por accidente o por algún hábito. Una violenta sacudida del cuerpo astral ocasionada por un terrible pasmo puede desgarrar de parte a parte la tela y enloquecer al individuo . 
También puede producir el mismo efecto un tremendo arrebato de cólera o cualquier otra violentísima emoción de siniestra índole. 

EFECTOS DEL ALCOHOL Y NARCÓTICOS 

De dos clases son los hábitos viciosos o prácticas nocivas que pueden estropear la tela protectora: el uso del alcohol y los narcóticos o el empeño en abrir puertas que la naturaleza mantiene cerradas, por medios como los descritos en algunas comunicaciones espiritistas. Ciertos alcaloides y bebidas, sobre todo el alcohol y los narcóticos, incluso el tabaco, contienen substancias que al descomponerse se volatilizan y algunas de ellas pasan del plano físico al astral por conducto de los chakras en dirección opuesta a la normal, de modo que la repetición de esta anormalidad deteriora gravemente y al fin destruye la delicada tela protectora. Este deterioro y destrucción puede ocurrir de dos maneras distintas según el tipo del individuo y la proporción de las substancias nocivas en su doble etéreo y en su cuerpo astral. En primer lugar, las substancias volatilizadas queman la tela y con ello abren la puerta a toda clase de bastardas energías y malignas influencias. 

En segundo lugar, dichas substancias volatilizadas, al pasar por el átomo físico ultérrimo, lo endurecen y embarazan sus pulsaciones de modo que ya no puede vitalizarlo la especial energía que los entreteje, resultando de ello algo así como una osificación de la tela que intercepta las comunicaciones entre uno y otro plano. Podemos observar en el beodo habitual los efectos de ambas clases de deterioro. Los que dan libre paso a las nocivas influencias se vuelven locos, quedan obsesos o mueren delirantes, aunque son raros los de este tipo. Más frecuente es el deterioro por interceptación, que debilita las facultades y sume al individuo en el grosero sensualismo y la brutalidad, sin el más leve sentimiento de delicadeza y la imposibilidad del propio dominio. 
Pierde el sentimiento de responsabilidad, y aunque en estado lúcido ame a su mujer e hijos, en cuanto le acometa el ansia de bebida no reparará en gastarse en vino el dinero que debiera emplear en mantener a la familia, porque se desvaneció el afecto y la noción de responsabilidad. 

EFECTOS DEL TABACO 

La segunda clase de deterioro de la tela etérea es muy frecuente en los esclavos del tabaco, y vemos que persisten en su vicio aunque conozcan perfectamente que molestan a los no fumadores. Prueba del estropeamiento de la tela tenemos en que es el único vicio en que un caballero persiste a pesar de darse cuenta del disgusto que causa a los demás. Claramente se ve que en este caso se han embotado los sentimientos delicados. De tal modo esclaviza este nocivo hábito a los que lo contraen, que no son capaces de vencerlo, y todo instinto de caballerosidad se olvida en tan insensato y horrible egoísmo. Sus perniciosos efectos son evidentes en los cuerpos físico, astral y mental. Empapa al hombre de partículas sumamente impuras cuyas emanaciones son tan groseramente materiales que hieren el olfato. Astralmente no sólo introduce impurezas el tabaco, sino que amortigua muchas vibraciones y por esta razón suele decirse que «calma los nervios». 

Mas el adelanto en ocultismo no requiere que se amortigüen las vibraciones ni que se cargue el cuerpo astral de nauseabundas y ponzoñosas partículas. Por el contrario, necesitamos responder instantáneamente a toda posible longitud de ondas y al propio tiempo dominarnos tan completamente que nuestros deseos sean como caballos regidos por la razón, que nos lleven a donde queramos y no nos arrastren en su desenfreno como hace el pernicioso hábito del tabaco, colocándonos en situaciones donde la naturaleza superior comprende que jamás debiéramos hallarnos. 
Sus resultados después de la muerte son también de lo más desastroso, porque determinan una especie de osificación o parálisis del cuerpo astral, de suerte que durante largo tiempo, por semanas y aun meses, permanece el hombre desamparado, estólido, apenas consciente y como preso en una mazmorra sin poder comunicarse con nadie e incapaz de recibir entretanto las influencias superiores. ¿Vale la pena de sufrir todas estas aflicciones por una pitada de tabaco? 

Es el tabaco muy pernicioso y debe cuidadosamente evitarlo quien verdaderamente anhele disciplinar sus vehículos y adelantar en el Sendero de Santidad. Según dijimos, las vibraciones sólo pueden pasar de un plano a otro por los subplanos atómicos; pero cuando por el uso del tabaco se aminora su potencia responsiva, afecta también esta aminoración o amortiguamiento a los subplanos segundo y tercero, de suerte que la comunicación entre el astral y el físico por intermedio del doble etéreo sólo puede efectuarse por los subplanos inferiores de cada plano, donde hormigueen las siniestras y malignas influencias cuyas groseras y violentas vibraciones excitan la respuesta. 

APERTURA DE LAS PUERTAS

Aunque la naturaleza toma exquisitas precauciones para resguardar los chakras, no es su propósito que permanezcan siempre rígidamente cerrados. Hay un normal procedimiento de abrirlos. 
A caso fuera más propio decir que la naturaleza no se propone abrir los chakras más de lo que está, sino que el hombre debe perfeccionarse de modo que acreciente hasta la plenitud su actividad. 
La conciencia del hombre ordinario no es capaz todavía de utilizar la materia atómica del cuerpo físico ni la del astral; y por lo tanto, en circunstancias normales no puede establecer voluntaria comunicación entre los dos planos. El único medio de lograrlo es purificar ambos vehículos hasta que se vitalice la materia atómica de ellos, de modo que todas las comunicaciones entre uno y otro pasen por su obligado camino. 

En tal caso, la tela etérea se mantiene en el mayor grado de posición y actividad, y en consecuencia ya no es un obstáculo para la intercomunicación, pero prosigue impidiendo el contacto entre los subplanos inferiores que darían paso a toda ralea de siniestras influencias. Por este motivo amonestamos siempre a los estudiantes de ocultismo ya todos en general, que esperen a que las facultades psíquicas se actualicen a su debido tiempo como una consecuencia del perfeccionamiento del carácter, pues según inferimos del estudio de los chakras así ciertamente ha de suceder. Tal es la evolución natural, el único medio seguro, que allega al estudiante todos los beneficios y le evita todos los peligros. Tal es el Sendero que nuestros Maestros hollaron en el pasado y es por lo tanto nuestro actual Sendero.

LEADBEATER


2 comentarios:

  1. ¿Cómo es que HPB fumaba, porque supongo que tenía conocimiento de los efectos del tabaco?

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