Estudiamos π y después Pymándaris.
También
es P (P)mandaris, no P (Pie) mandaris. Todo lo que
decimos “i” en griego es “e” en latín. Todo lo que
decimos con el sonido “a” pasa a un estado posterior.
Pero en inglés viene primero.
En sánscrito “a” va
primero. Es como el padre. Después tenemos el
sonido “e” que es la madre; “a” (ei en inglés) es el hijo.
En inglés el sonido empieza desde el hijo. No es así en
alemán, francés, italiano, español, sánscrito o telugu.
La letra “a” es el gran Señor Pymándaris.
La letra “A”
es el compás. Cuando vemos la letra ”A”, ¿vemos
que es un compás?
¿Cómo hacemos un círculo con
el compás? Fijamos un extremo y movemos el otro.
El centro y la circunferencia se dibujan con la ayuda
del compás. Una pierna es el padre y la otra, el hijo.
¿Cómo se relacionan? El padre es hijo, pero si el hijo
actúa de otra manera, crea destino. Pymándaris nos
recuerda que actuemos según la intención del padre.
Actuar según la intención del padre significa hacer
divyakarma. Divyakarma significa el Plan Divino.
El Plan Divino es vivir por el bienestar de los
demás. Esto es lo que el padre le dijo al hijo: “Todo
este reino es tuyo, puedes gobernarlo, pero para el
bienestar de la gente”.
Cada uno de nosotros puede
experimentar toda esta creación que pertenece
al padre sólo de una manera, trabajando por el
bienestar de los demás. Esto se cita como: “Nanyah
panthah…”, que significa que no hay otra forma.
Si tienes otras maneras, creas destino. Este es el
juego fundamental.
El padre creó un campo y también creó al hijo y le
pidió al hijo que disfrutara del campo.
Sólo ocúpate
de vivir, de experimentar trabajando por el bienestar
de los demás.
Todas las profesiones son solamente
para esto. Los reyes tienen que cuidar del bienestar
de la gente. Los hombres de sabiduría, los profetas
o los sacerdotes, se supone que no han de vivir de
la gente, se supone que han de vivir ayudando a la
gente. Lo mismo con los negocios. El negocio está
pensado para sacar productos que sean útiles y que
beneficien a la gente, y no otro tipo de productos.
Producir narcóticos, productos alcohólicos, tabaco
y todo este tipo de productos es una actividad de ignorancia. Si las generaciones venideras trabajan en
esto, conllevará su caída.
Esto no se sabe, porque
la gente sólo mira el dinero. Incluso si te da más
dinero, cualquier cosa que cause daño a la vida
natural es mejor evitarlo, porque causa tu caída
durante generaciones.
Esto significa que te estás
condenando para las encarnaciones futuras. Es una
auto-condena ignorante. Cualquier cosa que haga,
por pequeña que sea, tiene que ser para el bienestar
de los demás.
El mismo despertar de la mañana
es para ayudar a la gente. Mi vida está dedicada al
bienestar de los demás. Con esta actitud, me doy
cuenta del amor y la belleza de la creación. Cuando
lo haces de esta manera, estás en buena relación
con el padre y no te conviertes en un hijo pródigo.
Entonces disfrutas el esplendor de la creación y das
plenitud a tu experiencia mientras estás aquí. Esto es
lo que nos enseña el compás.
Cuando te apartas de esta manera de actuar
y haces cosas para ti mismo y para tu propio
beneficio a costa de los demás, entonces se afianza
el destino. ¡Todos estamos dirigidos por el destino!
Si el destino ya estuviera decidido, ¿qué podríamos
hacer ahora? Reorientarnos a la doctrina original
de buena voluntad. Adaptándonos a la doctrina de
buena voluntad, lentamente disolvemos nuestro
destino.
El destino sólo se disuelve de una manera,
cambiando la actitud. En lugar de centrarte en ti mismo, trata de ver el centro de los demás, llega hasta
ellos y ayúdalos decididamente. Cuando actúes así,
no pienses que es un sacrificio. Es un proceso de
liberación de tus cadenas y de tus ataduras.
Cuanto más acumulas para ti mismo, más y más
ataduras te creas.
En tanto que llegas a los demás,
creas libertad.
Ayudar a los demás es un proceso
de autoliberación.
No debes hacer publicidad de
esto. Es como si cancelaras una deuda y fueras
publicitándolo. Devuelves mil rupias a alguien
que te las prestó hace mucho tiempo y lo anuncias
diciendo: “Devolví mil rupias”. ¡Es una gran cosa
que haya devuelto el préstamo! Ponemos nuestra
fotografía y decimos que devolvimos el préstamo.
En tanto que lo hagas decididamente, te liberas.
Entonces te sostienes bien como un compás, con las
dos piernas.
Las dos piernas del compás representan al padre
y al hijo, el karma divino y el karma individual.
Cuando el karma individual está en sintonía con el
karma divino, no hay destino.
Hasta que tu karma
individual se disuelva en el karma universal, el
karma trabaja en ti.
Ese es Viswakarma, el karma
universal. Hay un karma universal, la acción divina.
Cuando te adaptas a la acción divina, estás bien.
De lo contrario, tienes destino.
De manera que nos
hemos creado destino sin saber cómo. Y ahora que
sabemos cómo rectificarlo sin hacer concesiones, sed implacables con las rectificaciones.
Sed intrépidos
con las rectificaciones. Rápidamente os re-asociaréis
con el karma divino.
El intelecto quiere conocer el plan divino y
llevarlo a cabo. El plan divino es ayudar a tu vecino.
Primero empieza con esto. ¿Quién es tu vecino? La
persona próxima, quizás tu mujer, a la que puede
que no hayas tratado bien. Vecino no significa el
de la casa de al lado. El que está cerca de ti, a tu
lado, es el vecino. Puede ser cualquier desconocido
con el que te encuentres. Si no tratamos de cuidar
a la persona de al lado y hacemos muchas cosas,
eso es glamur.
El glamur del servicio descuida a tu propia
gente en casa. Empecemos por los que están más
próximos, y poco a poco llegaremos a los demás.
Cuando hay un deber en casa, lo evitamos y tratamos
de ir a algún lugar a hacer servicio. Estás en una
ilusión. Las obligaciones próximas no se cumplen
y tratas de hacer servicio. ¿No es una paradoja?
Esto es porque nadie nos dice apropiadamente qué
hacer. Empieza en la vecindad inmediata y crece de
la vecindad al barrio, del barrio al distrito. Cuando
hay una necesidad próxima, ¿por qué piensas en
una necesidad distante? ¡Allí donde se te necesite,
allí tienes que estar! Si no se te necesita en la
proximidad y se te necesita en un lugar distante, ves
al distante. Si se te necesita en la proximidad, hazlo en la proximidad. Alguien me preguntó: ¿Por qué
siempre vas allí a enseñar?
Le dije: Porque quieren
mis enseñanzas. ¿Por qué no enseñas aquí? ¡Porque
no hay nadie que quiera estas enseñanzas!
Tienes que estar allí donde se te necesita.
Donde haya necesidad de ti, allí estás y sirves.
Donde no hay necesidad, ¿qué haces allí? ¡Nada!
¿Cómo surge la necesidad?
Es en base a la deuda
en la que has incurrido. Si has incurrido en deudas
distantes, cumples con ellas en la distancia. Si has
incurrido en deudas próximas, habrá obligaciones
próximas. No te puedes enaltecer diciendo que
estás haciendo un servicio enorme. Es una cuestión
de sintonía.
Esta sintonía es importante. Esto es
Pymándaris, el compás.
Si no lo hacemos, estamos atados por la
cuadratura del mundo. El mundo está en cuadratura
contigo. Cualquier cosa que esté en cuadratura
significa que crea conflicto. De manera que en un
estado de conflicto, ¿cómo lo resuelves? A través
del servicio. Cuando hay una cuadratura asentada
en el compás, es un estado de atadura. El compás
tiene que estar por encima de la cuadratura. Este
es el estado de un Maestro. ¿Cómo lo sitúas por
encima de la cuadratura? Sirviendo a la cuadratura,
a la sociedad y a todas las vidas de tu entorno. Hasta
que no hayas cumplido con tu obligación, no eres
libre. Esa libertad que disfrutas es lo que se llama moksha. La liberación es un estado en el que no estás
condicionado por nada.
Madame Blavatsky habla de Pymándaris y
de la masonería con la que se relaciona.
Hoy en
día la masonería ha degenerado en una cuestión
aristocrática. Es muy aristocrático que todo se
haga en secreto. ¿Quién es seleccionado como
masón? Aquel que ha demostrado servicio en el
mundo externo es seleccionado para una ulterior
iluminación. Pero luego se convirtió en una moda
estar en algo secreto. Y después todas las personas
importantes empezaron a unirse. Todos aquellos
que tienen influencia se unen a la masonería. De
manera que el orden masónico ha decaído.
Madame Blavatsky creó una vez más un nuevo
orden de masonería con la ayuda del Maestro Saint
Germain. Pero incluso esto tiende a ser aristocrático.
El problema del ser humano es que si se le dice
algo en secreto, se siente grande. Cuando te
sientes especial estás perdido, te vas por el desagüe.
Cualquier persona que se sienta especial se va por
el desagüe. La cuestión es no sentir nada sobre uno
mismo y disolverse en Él. Si empiezas a sentirte
especial, eso empeora las cosas.
Te insultas cuando
hablas de ti mismo. No te insultes hablando de ti
mismo.
Y si hablas gloriosamente de ti mismo, ya es
ponerle la guindilla encima. Así es como intenciones
muy buenas se convirtieron en grandes espejismos en la masonería. Es fácil caer en el espejismo en cada
momento. Lo que hemos hablado sobre la doctrina
secreta también puede tener un especial efecto
negativo en nosotros. ¡Puede ocurrir!
Eres un Pymándaris con dos piernas. Las
dos piernas tienen que estar coordinadas. Si no
están coordinadas, no puedes caminar. Así que,
simbólicamente, son el padre y el hijo. Cuando
caminan juntas y coordinadas, es muy bello y
esplendoroso.
Es un obsequio para la vista. De esto
es de lo que habla el compás. Esto es la letra “A”. De
manera que recordad el compás y caminad mano
a mano con el padre. Para caminar mano a mano
con el padre, necesitas seguir la ley de la acción. La
ley de la acción es la primera ley de la que habla
el Bhagavadgeeta. La primera ley de la que habla
Krishna es la ley de la acción. Establece la acción
correcta. Poco a poco, todo se pondrá en orden.
Dr. Sri K. Parvathi Kumar.
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