domingo, 10 de marzo de 2019

ASPIRANTE AL DOLOR



La vida espiritual tiene dos componentes: Liberación y Perfección. Es cierto que la suma final total de todos los esfuerzos espirituales es ser un individuo perfecto, pero antes de que uno entre en el Sendero que conduce a la Perfección, hay que atravesar el proceso de Liberación. A menos que uno se haya liberado de las propias ilusiones, ¿cómo podría adquirir la perfección? Obviamente que perfección significa desarrollo de uno mismo, pero este proceso de desenvolvimiento solamente puede comenzar si ha sido precedido por el proceso de quitar las pantallas que lo ocultan. 

En otras palabras: se debe descartar al falso "yo" antes que el "Yo" genuino pueda brillar en su verdadera gloria. El descarte del falso "yo" es el proceso de liberación así como el desarrollo del verdadero "Yo" es el proceso de perfección. Aquel es un proceso de creciente negatividad, mientras que este es un proceso de creciente positividad. Un esfuerzo positivo verdadero es posible únicamente sobre el trasfondo de una completa negatividad. Si el trasfondo se proyecta a sí mismo en el esfuerzo que el discípulo hace en el sendero de perfección, entonces ese esfuerzo está viciado, pierde su carácter positivo. Por lo tanto, la creación de un trasfondo negativo es verdaderamente el propósito del proceso liberador. Durante la liberación el hombre asciende, pero cada proceso de ascenso requiere el abandono de toda carga; de otra manera, el peregrino será derribado por el peso de sus propias posesiones.

En el sendero ascendente, uno tiene que desposeerse de uno mismo. y cuando esto sucede, el peregrino desciende desde la cumbre a la que había ascendido trayendo el positivo don del Cielo. Compartir este don, distribuirlo entre la gente, eso es ciertamente hollar el Sendero de Perfección.

Ahora bien: donde el Sendero de Liberación termina y donde comienza el Sendero de Perfección hay una pausa, y es durante esta pausa que surge de pronto el Don Celeste, llámesele Sonido Insonoro, visión de lo Inmanifestado, o como uno quiera. Esta pausa es el Punto de Equilibrio, el Momento de Armonía entre el sendero ascendente de negatividad y el sendero descendente de positividad. 
Es un estado de equilibrio que es verdaderamente el momento de meditación. 

Los procesos de liberación y perfección deben continuar en todos los niveles, en la vida de lo grande así como también en la vida de lo pequeño. La liberación no es una condición estática. Tiene que continuar de momento a momento, porque "la mente acumula polvo mientras refleja". y es tan sólo cuando el proceso de liberación prosigue de momento a momento que puede haber un movimiento constante hacia la perfección. La perfección también es interminable, porque aún cuando se levante velo tras velo, habrá velos tras velos detrás; cuando uno asciende a la cima de una colina descubre picos más elevados en la cordillera montañosa aún por conquistar; ¡ay! del peregrino espiritual si el proceso negativo de liberación ha cesado, porque entonces el proceso positivo de perfección también habrá llegado a su fin.


Este proceso negativo es la preparación para el Sendero, así como el proceso positivo es el hollar el Sendero; uno es Dharana, el otro es Samadhi; mas, en la pausa entre ambos está la Visión, la Visión del Sendero, y ésta es verdaderamente Dhyana. Es un punto de delicado equilibrio, sin extensión ni en el Tiempo ni en el Espacio. Es el punto del Eterno Ahora y por lo tanto, Atemporal. No puede ser retenido ni puede ser extendido. Es un momento de Inspiración que llega como un don de Dios, de pronto y de ninguna parte. Es instantáneo, porque el Eterno Ahora es un instante, un momento, pero un momento que contiene la riqueza de la Eternidad. Es la experiencia de este momento lo que es la verdadera y real meditación. Es el desarrollo de ese Momento a través del proceso del Tiempo lo que ciertamente es el hollar el Sendero. Y, por lo tanto, si allí no está la experiencia del Momento, el tránsito por el Sendero carece de sentido. De este modo, aunque la Meditación es una experiencia del Momento, la pausa entre los procesos Negativo y Positivo está colmada de valiosas posibilidades, porque hace que cada paso en el Sendero sea importante y muy significativo.

Al traducir uno de los versículos del Bhagavad Gita, Sir Edwin Arnold en su "Canto Celestial" dice: "Con la perfecta meditación viene la acción perfecta".

De este modo, la acción y la meditación están interrelacionadas. En efecto, es difícil, es más, casi imposible, describir el estado de meditación. ¿Cómo se puede describir ese instante de Eternidad? 
Es un momento del cual tanto el lenguaje como el pensamiento regresan sin poder decir LO QUE ES. Y es por esto que la única alusión que se puede hacer de ese momento es en términos del punto de partida de la Recta Acción, el cual es el reflejo de la Eternidad en el Tiempo. Es por esto que en el Segundo Fragmento H.P.B. trata el tema de la Meditación con el lenguaje de la Recta Acción. 
Hay que recordar, sin embargo, que ella no se refiere aquí a los correctos patrones de la acción sino al correcto punto de partida de la acción. Ella vuelve a los patrones correctos de la acción en el Tercer Fragmento. En otras palabras: en el Segundo Fragmento, ella se refiere a la Visión del Sendero y no al Recorrer el Sendero. y en la Visión del Sendero yace, en verdad, la Elección, la Recta Elección que realiza el peregrino espiritual.

Ahora bien: ¿qué es, en verdad, la Recta Elección?, y ¿por qué es tan importante en el sendero espiritual? El Bhagavad Gita describe a la Recta Elección como Svadharma, el Dharma propio de uno, porque, de acuerdo con el Gita, el Dharma de otro está "lleno de peligro" (111,35). Por lo tanto, la Recta Acción indica el descubrimiento del Dharma propio de uno, el cual, ciertamente, es la cualidad del propio ser.

Cuando uno ha descubierto la cualidad del propio ser, entonces ha hecho la correcta elección. 
El recorrer el Sendero, para un individuo así, es el desarrollo de la cualidad de su propio ser. Ahora bien: descubrir la cualidad del propio ser es comprender el rayo propio, para usar una frase teosófica técnica. Es conocer el Tipo Fundamental propio. Es solamente cuando uno actúa en términos de las leyes del propio ser que se es natural; y el recorrer el Sendero, si no es natural, carece de calidad espiritual. La calidad espiritual entra en acción solamente cuando en ésta se refleja la naturaleza propia de uno. Una acción así lleva la verdadera rúbrica del hombre, porque sobre ella está grabado su verdadero nombre, no el proyectado por la mente, ni el asumido, sino el nombre que verdaderamente le pertenece, el nombre que él descubre en la hora de la iniciación, en la condición de meditación. Es inútil intentar descubrir el propio rayo, o la cualidad de nuestro propio ser a través de las operaciones de la mente, a través del proceso del pensamiento, mediante el proceso de comparación y contraste de diferentes patrones de comportamiento.

Es en la hora del silencio, en la imperceptible pausa entre los movimientos de ascenso y de descenso que nuestro Rayo, o nuestra Cualidad puede ser descubierta. Una vez que se descubre esta cualidad, ante el hombre se abren innumerables senderos para el desarrollo y expresión de esa Cualidad. 
El Bhagavad Gita dice:

"De cualquier modo que los hombres se acerquen a Mí, los bien recibo, porque sea
cual sea el sendero que escojan, es Mi sendero". (IV-11)

Los senderos de expresión son muchos y es a lo largo del Sendero de Expresión que el Maestro encuentra y acompaña al discípulo. El sendero de la experiencia es el sendero de la soledad. 
El hombre debe descubrir su propia Naturaleza, su propia Cualidad, en total soledad. El sendero de la negatividad está donde el discípulo se ha despojado de todo, y es en esta condición que se descubre a él mismo. En el Mahaparinirvana sutra se dice que el Señor Buddha expreso:

"Juventud ilustre, cuando el mundo, cansado del dolor, se desvíe y se separe de la causa de todo dolor, entonces, por este rechazo voluntario de ella, permanecerá lo que yo llamo el verdadero yo."

Lo que permanece luego del proceso del "rechazo voluntario" es el verdadero yo. Esto es lo que se quiere significar por el descubrimiento del propio yo en la hora de la completa negatividad, cuando uno se ha despojado de todo. El Maestro no puede estar con el discípulo en este sendero de negatividad, porque el discípulo debe estar completamente solo; pero, cuando el discípulo se ha descubierto a sí mismo, entonces es recibido por el Maestro en cualquier sendero que elija seguir para el desenvolvimiento y la expresión de lo que él ha descubierto. El Maestro recibe con agrado al discípulo cualquiera sea el sendero por el que se aproxime. El sendero del descubrimiento es uno: el rechazo total de lo que el hombre ha acumulado, pero el sendero de expresión es múltiple. Y es a causa de esta multiplicidad que el discípulo tiene que hacer la elección correcta. La rectitud de la elección consiste en estar en armonía con la cualidad del propio ser de uno.

Aquí la elección implica la adopción del recto medio de expresión. El Maestro encuentra al discípulo en cualquier medio de expresión que sea elegido. Es como el artista que ha percibido la Belleza y está ahora esforzándose por expresarla. En este esfuerzo, él debe seleccionar su medio de expresión, sea escultura o pintura, poesía o drama, música o arquitectura. ¿ Cómo seleccionará? Obviamente por medio de la experimentación, pero detrás de toda esta experimentación existirá la visión de la Belleza. Si esa Visión se pierde, el desarrollo de una técnica de expresión carecerá de sentido. y mientras la Visión esté allí, el proceso de experimentación está absorbiendo todo. 

Como resultado de esta experimentación, él llegará a su propia técnica, a su propio medio de expresión. Creará su propio lenguaje, con el que compartirá el Gozo del Descubrimiento con los demás.

Él debe limitarse a las letras del alfabeto, porque inventar nuevas letras significaría hacer ininteligible el lenguaje, pero con las mismas letras del alfabeto él puede crear nuevas combinaciones de palabras. Y esto lo hace con el impulso creador de su inspiración, haciendo rico y vivo al lenguaje, un instrumento flexible para traducir el significado de su Gran Descubrimiento.

De la misma manera como el artista debe restringirse a las letras del alfabeto en su tarea de comunicación, así el hombre espiritual debe circunscribirse también a los medios de expresión que le sean útiles, pero puede crear innumerables combinaciones con este medio de expresión, de modo de hacerlas vivas y vibrantes. Para hacer una combinación así, es de valor fundamental la imaginación humana, pero la imaginación que no esté enraizada en la Realidad será mera fantasía. 
Cuando la imaginación trabaja en el terreno de la inspiración, entonces es creadora. 
Es esta imaginación creadora lo que se necesita para hacer espiritual y vivificante a la comunicación.

Prácticamente en todas las religiones del mundo se reconocen tres formas de comunicación para transmitir la experiencia espiritual, las que constituyen, por así decirlo, los alfabetos del lenguaje espiritual. Ellas son llamadas de maneras diferentes en las distintas religiones, pero pueden ser comúnmente consideradas como los Senderos de Bhakti o Devoción, Gnana o Conocimíento y Karma o Acción.

Estos son, en verdad, senderos de expresión. Cuando un hombre se ha descubierto a sí mismo, luego de un proceso de "renunciamiento voluntario", entonces selecciona uno de estos senderos para compartir los gozos del descubrimiento, creando diversas combinaciones por medio de su propia imaginación. Son estos tres senderos los indicados por las tres vestiduras en el Buddhismo. 
En La Voz del Silencio dice H.P.B.:

"...Del horno de la vida humana y de su negro humo elévanse llamas aladas, llamas
purificadas que, remontándose y progresando bajo el ojo kármico, tejen al fin la gloriosa tela de las tres vestiduras del Sendero."  (140)

Estas vestiduras son conocidas como Nirmanakaya, Sambhogakaya y Dharmakaya, las que han sido explicadas de diferentes maneras en distintos libros buddhistas y en otros libros, pero una interpretación que se puede dar de estas vestiduras es que ellas representan los tres Senderos de Karma, Gnana y Bhakti. Nirmanakaya es el Sendero de Acción, como lo veremos dentro de poco. 
En forma similar , Sambhogakaya y Dharmakaya representan los senderos del Conocimiento y de la Devoción respectivamente.

Sambhogakaya está asociado con "el completo y total conocimiento", así como Dharmatakaya está asociado con la completa inmersión "de la conciencia en la Conciencia Universal". El primero indica el Sendero del Conocimiento o Gnana Marga y el segundo el Sendero de la Devoción o Bhakti Marga. Todos estos Senderos son, en verdad, senderos de expresión y en cada época se pone especial énfasis en un sendero en particular. En La Voz del Silencio H.P.B. da especial importancia al Sendero de la Acción, en "tomar la vestidura del Nirmanakaya". Se puede apreciar este énfasis en la Escuela Mahayana del Buddhismo, y La Voz del Silencio es esencialmente una exposición del Mahayana. No es mucho lo que H. P .B. ha comentado en este libro acerca del Sambhogakaya, así como de los otros dos kayas, el Nirmanakaya y el Dharmatakaya.

H. P .B. dio importancia al Nirmanakaya y estuvo en contra del Dharmatakaya, y describió al primero como el camino de la bendición "suspendida", mientras que al último como el camino de la bendición "inmediata".
Este camino de la Bienaventuranza inmediata es conocido algunas veces como el camino "egoísta" y quien lo huella es conocido como el Pratyeka Buddha, el Buddha Personal, o más aún, el Buddha Egoísta, en la literatura Mahayana. La Dra. Annie Besant dice, en una Nota al pie de La Doctrina Secreta:

"El Pratyeka Buddha está en el mismo nivel del Buddha perfecto, pero no enseña al mundo y nada absolutamente se sabe acerca de Su misión. En los libros exotéricos se expone el descabellado concepto de que es egoísta a pesar de su imponderable altura de poder , sabiduría y amor. Difícil es averiguar de dónde surgió tan craso error que H.PB. me dio el encargo de desvanecer, puesto que en un momento de descuido copió en uno de sus manuscritos dicha afirmación."
(A. B.) ("La Doctrina Secreta", Vol. VI, pág. 63, Nota 6, Ed. Kier 1974)

El Pratyeka Buddha es en verdad el Buddha Silencioso, el Buddha que no predica. El Buddha que predica es el Buddha de Compasión, y Él proviene del Bodhisattva que rehúsa tomar la vestidura del Dharmakaya, pero en su lugar se pone la vestidura del Nirmanakaya. H. P .B. describe el Sendero del Dharmakaya como el Sendero de Liberación y al Sendero del Nirmanakaya como el Sendero de la Renunciación. Uno es el "Camino Abierto" y el otro es el "Camino Secreto". 

Dice H.P.B.: "La vestidura Shangna, es cierto, proporciona luz eterna. La vestidura Shangna sólo
da el Nirvana de destrucción; pone fin al renacimiento pero, oh Lanú, también mata la compasión. 
El Buddha perfecto, revestido de la gloria de la Dharmakaya, ya no puede ayudar en la salvación del hombre..." (142)

H. P .B. llama a éste el SENDERO Abierto, el camino a la felicidad egoísta, evitado por los Bodhisattvas del "Corazón Secreto", los Buddhas de Compasión. Ella dice, exponiendo el Sendero del Nirmanakaya:

"Vestir la humilde vestidura Nirmanakaya es renunciar a la bienaventuranza eterna del yo para auxiliar en la salvación del hombre.
Alcanzar la bienaventuranza del Nirvana y renunciar a ella, es el paso final, el más elevado, el supremo, en el Sendero de Renunciación."

"Sabe, oh discípulo, que éste es el SENDERO Secreto, el elegido por los Buddhas de Perfección, que sacrifican el YO por los Yoes más débiles." (145-146)

Si no hemos de caer en el error de considerar a los Buddhas que siguen los otros senderos como Buddhas "imperfectos" o "egoístas", entonces debemos concluir que Ellos siguen líneas de expresión y comunicación que no entendemos. Todo lo que podemos decir es: la vestidura Nirmanakaya representa el Sendero de la Acción y es este Sendero por el que aboga H. P .B. en La Voz del Silencio. Ella indica que el neófito debería hacer su elección y recorrer el Sendero de la Recta Acción que debe usar la acción como su medio de expresión, como su técnica de comunicación.

Muchas veces la gente coloca a la Liberación y a la Acción en mutua oposición, diciendo que no tiene tiempo para la Liberación, que debe involucrarse en la Acción; pero, ¿Puede haber Recta Acción sin liberarse uno mismo de las propias limitaciones? ¿Sería la acción un medio para el autodesarrollo del actor si éste no se hubiera separado de la acción misma? ¿y puede tal acción ser llamada servicio ? Una acción realizada con un motivo no tiene calidad espiritual en sí, y el motivo es ciertamente el yo. Debe haber un terreno sin motivación para que la planta de la Acción pueda crecer. y la creación de un suelo semejante es la liberación.

Hay , sin embargo, otro problema que surge inevitablemente cuando consideramos el tema de la Liberación y de la Acción: ¿Dónde se liberará el hombre? ¿Tiene que retirarse a una jungla lejana para buscar la Liberación? No existe un lugar así, ya que si la Liberación se ha de buscar a partir de las confusiones psicológicas de la vida, entonces ¿cómo podría ser encontrada huyendo de la vida? 

Es en medio de nuestras relaciones, en la rutina diaria de fatiga y lucha que la Liberación ha de encontrarse. En otras palabras: la Acción y la Liberación son las dos caras de la moneda espiritual, una no existe sin la otra. La Acción es el campo donde se ha de buscar la Liberación; y la Liberación es el trasfondo sobre el que se debe ejecutar la Acción. Al tratar este tema de la Acción y la Inacción, una y otra vez H.P.B. hace referencia al motivo. La pureza de motivos es el sine qua non de la Recta Acción. Si un hombre se refrena de actuar por temor a que se ensucien sus vestimentas, entonces no es puro en espíritu aunque permanezca limpio de cuerpo. H.P.B. dice:

"Condenado a perecer está el que, por temor a rara, se abstiene de ayudar al hombre, como no sea en provecho propio. El peregrino que quisiera refrescar sus cansados miembros en aguas corrientes y que no se sumerge en ellas por temor a la corriente, corre el riesgo de sucumbir de calor. La inacción basada en el temor egoísta no puede producir sino malos frutos".

"El devoto egoísta vive sin propósito alguno..." (152-153)

Tanto la acción para la propia satisfacción, como la inacción por miedo a ser contaminado, son ambas incorrectas. Qué debe hacer el hombre, entonces, ¿actuar o no? Esta pregunta tiene lugar solamente en los dominios de su moralidad, pero no en lo que se refiere a la esfera de la espiritualidad. 
La pregunta no es en cuanto a la acción o la no acción, sino al motivo, al trasfondo, al terreno. Como ya fue citado, el terreno necesario es provisto por la meditación, porque cualquier cosa que crezca en ese terreno es hermosa y saludable. El crecimiento de la planta espiritual es natural en ese terreno. y solamente lo que es natural puede ser verdaderamente espiritual.

Cuando una persona es natural no está preocupada por la pequeñez o la grandiosidad de cualquier acción particular . Toda acción es significativa a causa de la Visión del Todo que se refleja en ella. No se irrita con el K arma por el pequeño campo de trabajo que se le da, porque sabe que es la Visión y no el tamaño lo que hace a una cosa grande o pequeña. H. P .B. dice:

"Si no puedes ser Sol, sé entonces planeta humilde. Si te ves privado de arder como el Sol de mediodía sobre el monte nevado de eterna pureza, entonces, oh Neófito, elige un curso más humilde."

"Muestra el 'Camino', por más oscuramente que lo hagas, y hazlo perdido en la multitud, como lo hace la estrella vespertina con aquellos que huellan su camino en la oscuridad." (155-156)

En la Literatura Oculta se ha descrito a la Iniciación como "entrar en la corriente"; la expresión buddhista correspondiente es Srotapati. Esta expresión es muy apta, ya que se puede entrar en la corriente solamente cuando una persona no está adherida a ninguna de las orillas. El momento de la meditación es, verdaderamente, un estado semejante, de modo que cada vez que el neófito llega al estado de meditación, entra en la corriente y se inicia en una Visión de la vida más grande.
La Iniciación tiene dos significados, uno Oculto y el otro Espiritual. El sentido Oculto significa alcanzar una etapa o posición particular . Un hombre puede experimentar expansiones de conciencia sin alcanzar la etapa de Iniciación.

Es en este último sentido en el que consideramos la cuestión de la Iniciación, como un estado de conciencia y no como una etapa del Sendero Oculto.
Desde este punto de vista, un hombre puede experimentar constantemente expansiones de conciencia; en otras palabras, puede estar en estado de iniciación, por así decirlo, de momento a momento.
Y cada vez que ascienda a ese estado, experimenta un gozo y una emoción viva en las refrescantes aguas de la corriente.

La meditación es una experiencia así, y se la alcanza cuando ambas orillas de la mente han sido desechadas. Este abandono de las orillas es el proceso de Dharana, el proceso de rechazo voluntario, o más bien, el proceso donde los opuestos desaparecen y no queda nada permanente. Es la mente desnuda de todo, la que alcanza la experiencia de entrar en la corriente. y es entrar en la corriente el correcto punto de partida de la Acción, el punto de partida correcto para hollar el Sendero. Aquel que no haya entrado en la corriente no puede comenzar a hollar el Sendero. El estado de meditación es, entonces, un estado critico, y todos los cambios fundamentales surgen de tales estados críticos.

En ambos lados de este Punto de Equilibrio hay actividad; en un lado, negativa, en el otro, positiva; pero entre ambos hay serenidad, existe un profundo Silencio al que nada puede conmover . H.P.B. describe esta condición como sigue:

"Sé como el océano, que recibe todas las corrientes y ríos: La poderosa calma del océano permanece inconmovible, no los siente." (163)

Es también así exactamente como el Bhagavad Gita describe al hombre de "mente estable", el hombre de "Inteligencia Equilibrada". 

H.P.B. dice: "Sí, grande es aquel que ha matado al deseo." "Más grande es, todavía, aquel en quien el Yo Divino ha aniquilado aún la noción misma de deseo." (166-167)

Cuando la noción misma de deseo es destruida, entonces no queda en la mente centro alguno de reconocimiento psicológico. Una simple destrucción del deseo tiene que ver con los patrones y comportamiento del deseo. Es cuando se destruye la noción de deseo que la mente está libre hasta de la memoria de ese deseo. La mente que no tiene centros de reconocimiento psicológico en ella es la que está verdaderamente pronta para la Iniciación. Está en una condición de Gotrabhu, tan dócil que es como una "lapicera en la mano de Dios", es como un instrumento armado listo para vibrar al más leve toque del Músico Divino. Es un estado en el cual el neófito está capacitado para "escuchar el más leve susurro por arriba del sonido más estrepitoso de la tierra". Es tan sólo una mente así la que puede oír la Voz de Nada, el Sonido Insonoro.

H.P.B. describe esta condición como "la Visión Ilimitada" . La hora de la meditación es, ciertamente, la hora del florecimiento de la flor espiritual. Ella dice:

"...la flor sagrada que se abre y florece en la oscuridad surgiendo del rocío puro y sobre el lecho helado de las nevadas cumbres, alturas no holladas por pie pecador alguno. "
(172)

Es tan sólo cuando el rocío puro del cielo desciende que la flor espiritual se abre, y este rocío puro es el don del cielo, pero esto sucede sólo cuando la mente ha ascendido a "las cumbres nevadas" por el proceso de creciente negatividad, por el rechazo de la carga de la memoria, hasta que se haya destruido aún la "noción misma de deseo".

Ahora sí el Sendero del Arhatado se abre ante el neófito; el Sendero mismo yace ante él y ya puede comenzar a hollarlo ya avanzar de etapa en etapa.
Otra vez H.P.B. hace una advertencia al neófito, no sea que pierda la Visión sin límites en el entusiasmo por hollar este Sendero. Ella dice:

"...no sea tu motivo el fruto de la acción y de la inacción, oh tú de corazón intrépido. "
(177)

Este es, en verdad, el secreto de Hollar el Sendero: no debe haber ningún motivo, cualquiera que sea, para la acción o para la inacción. El neófito debe ser completamente indiferente al fruto de la acción o de la inacción. Debe estar dispuesto a recibir la vida como viene, impartiéndole su propia cualidad de ser. Recibir la vida como viene es, ciertamente, el código de comportamiento que uno debe aprender si quiere hollar el Sendero con éxito. H. P .B. se refiere a esto cuando dice:

"Porque está escrito: "Enseña a evitar todas las causas ya dejar que sigan su curso los efectos, ya sean estos pequeñas ondas o impetuosa marejada." (185)

El mundo de la manifestación es, en verdad, el mundo de los efectos, pero ¿cuándo podemos dejar que la onda del efecto siga su curso? Solamente cuando uno está enraizado en la Visión de lo Inmanifestado. ¡Qué verdad es que "con la meditación perfecta viene la acción perfecta"!

¿Es el Sendero de Perfección un sendero de Aflicción? Si es un Sendero en el que el neófito comparte los gozos de su descubrimiento con los demás ¿cómo puede ser descrito como un sendero de Aflicción? y es más: ¿por qué es que lo llaman el "aspirante al dolor"? ¿De dónde surge esta aflicción? Este problema del sufrimiento en el Sendero de Perfección tiene un doble aspecto. 

Al describir uno de ellos, H. P .B. habla de "sufrimiento por los muertos vivientes". ¿Quiénes son los "muertos vivientes"? Es la gente que "ignora las verdades esotéricas y de la Sabiduría" . Como el Sendero Espiritual no está separado de los hombres y de las cosas, tiene que ser hollado en las circunstancias diarias de la vida; pero el neófito que viene con la Visión infinita de lo
 Inmanifestado trae consigo una extraordinaria sensibilidad de mente y de corazón; no lo puede evitar , y es esta sensibilidad la que lo hace condolerse de la creación entera, y se lamenta a causa de la ignorancia que ve por todas partes. Este es un aspecto de la aflicción, que podríamos llamar el lado objetivo del dolor; pero, hay otro aspecto, el subjetivo, que consiste en la incapacidad del neófito de forjar los instrumentos adecuados y efectivos para comunicar en su totalidad el júbilo espiritual con que se ha llenado en ese indescriptible momento de la Meditación.


Él moldea instrumento tras instrumento, pero los encuentra inefectivos, completamente inadecuados. ¿ Con qué construirá un altar apropiado para la gran Deidad que ha descubierto? ¿y cómo puede instalar a la gran Deidad en un Altar indigno? Este es el tormento, el "indecible dolor mental" del neófito que empieza su jornada en el Sendero de Perfección. Son estos dos aspectos, el subjetivo y el objetivo, los que pueden ser considerados como dolor con respecto a este Sendero de Perfección.
La indignidad de la Forma para comunicar de lleno la Belleza de lo Informe, esta es la base subyacente de dolor para el peregrino espiritual, el Lanú, como lo llama La Voz del Silencio.


Tanto la vasta ignorancia de la gente como lo inadecuado de lo que él puede dar en comparación con lo que ha recibido, eso es lo que lo hace un "aspirante al dolor"; pero, una vez más, la conciencia de la indignidad de la Forma es también la base real para la acción en el Sendero de Perfección, porque, aquí, en este Sendero, es la perfección y el refinamiento de la forma lo que se fomenta hasta que la forma traduzca, en gran medida, la Belleza exquisita de lo Informe. Cuando esto sucede, se alcanza la Perfección. Es al Sendero de las Siete Perfecciones al que H.P.B. lleva nuestra atención en el Tercero y último Fragmento de esta inapreciable obra que es La Voz del Silencio.

Rohit Mehta

No hay comentarios.:

Publicar un comentario