La vida
espiritual tiene dos componentes: Liberación y Perfección. Es cierto que la
suma final total de todos los esfuerzos espirituales es ser un individuo
perfecto, pero antes de que uno entre en el Sendero que conduce a la
Perfección, hay que atravesar el proceso de Liberación. A menos que uno se haya
liberado de las propias ilusiones, ¿cómo podría adquirir la perfección?
Obviamente que perfección significa desarrollo de uno mismo, pero este proceso de
desenvolvimiento solamente puede comenzar si ha sido precedido por el proceso
de quitar las pantallas que lo ocultan.
En otras palabras: se debe
descartar al falso "yo" antes que el "Yo" genuino pueda
brillar en su verdadera gloria. El descarte del falso "yo" es el
proceso de liberación así como el desarrollo del verdadero "Yo" es el
proceso de perfección. Aquel es un proceso de creciente negatividad, mientras
que este es un proceso de creciente positividad. Un esfuerzo positivo verdadero
es posible únicamente sobre el trasfondo de una completa negatividad.
Si el trasfondo se proyecta a sí mismo en el esfuerzo que el discípulo hace en
el sendero de perfección, entonces ese esfuerzo está viciado, pierde su
carácter positivo. Por lo tanto, la creación de un trasfondo negativo es
verdaderamente el propósito del proceso liberador. Durante la liberación el
hombre asciende, pero cada proceso de ascenso requiere el abandono de toda
carga; de otra manera, el peregrino será
derribado por el peso de sus propias posesiones.
En el
sendero ascendente, uno tiene que desposeerse de uno mismo. y cuando esto
sucede, el peregrino desciende desde la cumbre a la que había ascendido
trayendo el positivo don del Cielo. Compartir este don, distribuirlo entre la
gente, eso es ciertamente hollar el Sendero de Perfección.
Ahora
bien: donde el Sendero de Liberación termina y donde comienza el Sendero de
Perfección hay una pausa, y es durante esta pausa que surge de pronto el Don
Celeste, llámesele Sonido Insonoro, visión de lo Inmanifestado, o como uno
quiera. Esta pausa
es el Punto de Equilibrio, el Momento de Armonía entre el sendero ascendente de
negatividad y el sendero descendente de positividad.
Es un estado de equilibrio
que es verdaderamente el momento de meditación.
Los procesos de liberación y
perfección deben
continuar en todos los niveles, en la vida de lo grande así como también en la
vida de lo pequeño. La liberación no es una condición estática. Tiene que
continuar de momento a momento, porque "la mente acumula polvo mientras
refleja". y es tan sólo cuando el proceso de liberación prosigue de
momento a momento que puede haber un movimiento constante hacia la perfección.
La perfección también es interminable, porque aún cuando se levante velo tras
velo, habrá velos tras velos detrás; cuando uno asciende
a la cima de una colina descubre picos más elevados en la cordillera montañosa
aún por conquistar; ¡ay! del peregrino espiritual si el proceso negativo de
liberación ha cesado, porque entonces el proceso positivo de perfección también
habrá llegado a su fin.
Este
proceso negativo es la preparación para el Sendero, así como el proceso
positivo es el hollar el Sendero; uno es Dharana, el otro es Samadhi; mas, en
la pausa entre ambos está la Visión, la Visión del Sendero, y ésta es
verdaderamente Dhyana. Es un punto de delicado equilibrio, sin extensión ni en
el Tiempo ni en el Espacio. Es el punto del Eterno Ahora y por lo tanto,
Atemporal. No puede ser retenido ni puede ser extendido. Es un momento de
Inspiración que llega como un don de Dios, de pronto y de ninguna
parte. Es instantáneo, porque el Eterno Ahora es un instante, un momento, pero
un momento que contiene la riqueza de la Eternidad. Es la experiencia de este
momento lo que es la verdadera y real meditación. Es el desarrollo de ese
Momento a través del proceso del Tiempo lo que ciertamente es el hollar el
Sendero. Y, por lo tanto, si allí no está la experiencia del Momento, el
tránsito por el Sendero carece de sentido. De este modo, aunque la Meditación
es una experiencia del Momento, la pausa entre los procesos Negativo y Positivo
está colmada de valiosas posibilidades, porque hace que cada paso en el Sendero
sea importante y muy significativo.
Al
traducir uno de los versículos del Bhagavad Gita, Sir Edwin Arnold en su
"Canto Celestial" dice: "Con la perfecta meditación viene la
acción perfecta".
De este
modo, la acción y la meditación están interrelacionadas. En efecto, es difícil,
es más, casi imposible, describir el estado de meditación. ¿Cómo se puede describir
ese instante de Eternidad?
Es un momento del cual tanto el lenguaje como el pensamiento regresan sin poder decir LO QUE ES. Y es por esto que la única alusión que se puede hacer de ese momento es en términos del punto de partida de la Recta Acción, el cual es el reflejo de la Eternidad en el Tiempo. Es por esto que en el Segundo Fragmento H.P.B. trata el tema de la Meditación con el lenguaje de la Recta Acción.
Es un momento del cual tanto el lenguaje como el pensamiento regresan sin poder decir LO QUE ES. Y es por esto que la única alusión que se puede hacer de ese momento es en términos del punto de partida de la Recta Acción, el cual es el reflejo de la Eternidad en el Tiempo. Es por esto que en el Segundo Fragmento H.P.B. trata el tema de la Meditación con el lenguaje de la Recta Acción.
Hay que
recordar, sin embargo, que ella no se refiere aquí a los correctos patrones de
la acción sino al correcto punto de partida de la acción. Ella vuelve a los
patrones correctos de la acción
en el Tercer Fragmento. En otras palabras: en el Segundo Fragmento, ella se
refiere a la Visión del Sendero y no al Recorrer el Sendero. y en la Visión del
Sendero yace, en verdad, la Elección, la Recta Elección que realiza el
peregrino espiritual.
Ahora
bien: ¿qué es, en verdad, la Recta Elección?, y ¿por qué es tan importante en
el sendero espiritual? El Bhagavad Gita describe a la Recta Elección como
Svadharma, el Dharma propio de uno, porque, de acuerdo con el Gita, el Dharma
de otro está "lleno de peligro" (111,35). Por lo tanto, la Recta
Acción indica el descubrimiento del Dharma propio de uno, el cual, ciertamente,
es la cualidad del propio ser.
Cuando
uno ha descubierto la cualidad del propio ser, entonces ha hecho la correcta
elección.
El recorrer el Sendero, para un individuo así, es el desarrollo de la
cualidad de su propio ser. Ahora bien: descubrir la cualidad del propio ser es
comprender el rayo propio, para usar una frase teosófica técnica. Es conocer el
Tipo Fundamental propio. Es solamente cuando uno actúa en términos de las leyes
del propio ser que se es natural; y el recorrer el Sendero, si no es natural,
carece de calidad espiritual. La calidad espiritual entra
en acción solamente cuando en ésta se refleja la naturaleza propia de uno. Una
acción así lleva la verdadera rúbrica del hombre, porque sobre ella está
grabado su verdadero nombre, no el proyectado por la mente, ni el asumido, sino
el nombre que verdaderamente le pertenece, el nombre que él descubre en la hora
de la iniciación, en la condición de meditación. Es inútil intentar descubrir
el propio rayo, o la cualidad de nuestro propio ser a través de las operaciones
de la mente, a través del proceso del pensamiento,
mediante el proceso de comparación y contraste de diferentes patrones de
comportamiento.
Es en
la hora del silencio, en la imperceptible pausa entre los movimientos de
ascenso y de descenso que nuestro Rayo, o nuestra Cualidad puede ser
descubierta. Una vez que se descubre esta cualidad, ante el hombre se abren
innumerables senderos para el desarrollo
y expresión de esa Cualidad.
El Bhagavad Gita dice:
"De
cualquier modo que los hombres se acerquen a Mí, los bien recibo, porque sea
cual
sea el sendero que escojan, es Mi sendero". (IV-11)
Los
senderos de expresión son muchos y es a lo largo del Sendero de Expresión que
el Maestro encuentra y acompaña al discípulo. El sendero de la experiencia es
el sendero de la soledad.
El hombre debe descubrir su propia Naturaleza, su
propia Cualidad, en total soledad. El sendero de la negatividad está donde el
discípulo se ha despojado de todo, y es en esta condición que se descubre a él
mismo. En el Mahaparinirvana sutra se dice que el Señor Buddha expreso:
"Juventud
ilustre, cuando el mundo, cansado del dolor, se desvíe y se separe de la
causa de todo dolor, entonces, por este rechazo voluntario de ella, permanecerá
lo que yo
llamo el verdadero yo."
Lo que
permanece luego del proceso del "rechazo voluntario" es el verdadero
yo. Esto es lo que se quiere significar por el descubrimiento del propio yo en
la hora de la completa negatividad, cuando uno se ha despojado de todo. El
Maestro no puede estar con el
discípulo en este sendero de negatividad, porque el discípulo debe estar
completamente solo; pero, cuando el discípulo se ha descubierto a sí mismo,
entonces es recibido por el Maestro en cualquier sendero que elija seguir para
el desenvolvimiento y la expresión de lo que él ha descubierto. El Maestro
recibe con agrado al discípulo cualquiera sea el sendero por el que se
aproxime. El sendero del descubrimiento es uno: el rechazo total de lo que el
hombre ha acumulado, pero el sendero de expresión es múltiple. Y es a causa de
esta multiplicidad que el discípulo tiene que hacer la elección correcta. La
rectitud de la elección consiste en estar en armonía con la cualidad del propio
ser de uno.
Aquí la
elección implica la adopción del recto medio de expresión. El Maestro encuentra
al discípulo en cualquier medio de expresión que sea elegido. Es como el
artista que ha percibido la Belleza y está ahora esforzándose por expresarla.
En este esfuerzo, él debe seleccionar su medio de expresión, sea escultura o
pintura, poesía o drama, música o arquitectura. ¿ Cómo seleccionará? Obviamente
por medio de la experimentación, pero detrás de toda esta experimentación
existirá la visión de la Belleza. Si esa Visión se pierde, el desarrollo de una
técnica de expresión carecerá de sentido. y mientras la Visión esté allí, el
proceso de experimentación está absorbiendo todo.
Como resultado de esta
experimentación, él llegará a su propia técnica, a su propio medio de
expresión. Creará su propio lenguaje, con el que compartirá el Gozo del
Descubrimiento con los demás.
Él debe
limitarse a las letras del alfabeto, porque inventar nuevas letras significaría
hacer ininteligible el lenguaje, pero con las mismas letras del alfabeto él
puede crear nuevas combinaciones de palabras. Y esto lo hace con el impulso creador
de su inspiración, haciendo rico y vivo al lenguaje, un instrumento flexible
para traducir el significado de su Gran Descubrimiento.
De la
misma manera como el artista debe restringirse a las letras del alfabeto en su
tarea de comunicación, así el hombre espiritual debe circunscribirse también a
los medios de expresión que le sean útiles, pero puede crear innumerables
combinaciones con este medio de expresión, de modo de hacerlas vivas y
vibrantes. Para hacer una combinación así, es de valor fundamental la
imaginación humana, pero la imaginación que no esté enraizada en la Realidad
será mera fantasía.
Cuando la imaginación trabaja en el terreno de la
inspiración, entonces es creadora.
Es esta imaginación creadora lo que se
necesita para hacer espiritual y vivificante a la comunicación.
Prácticamente
en todas las religiones del mundo se reconocen tres formas de comunicación para
transmitir la experiencia espiritual, las que constituyen, por así decirlo, los
alfabetos del lenguaje espiritual. Ellas son llamadas de maneras diferentes en las
distintas religiones, pero pueden ser comúnmente consideradas como los Senderos
de Bhakti o Devoción, Gnana o Conocimíento y Karma o Acción.
Estos
son, en verdad, senderos de expresión. Cuando un hombre se ha descubierto a sí
mismo, luego de un proceso de "renunciamiento voluntario", entonces
selecciona uno de estos senderos para compartir los gozos del descubrimiento,
creando diversas combinaciones por medio de su propia imaginación. Son estos
tres senderos los indicados por las tres vestiduras en el Buddhismo.
En La Voz del Silencio dice H.P.B.:
En La Voz del Silencio dice H.P.B.:
"...Del
horno de la vida humana y de su negro humo elévanse llamas aladas, llamas
purificadas
que, remontándose y progresando bajo el ojo kármico, tejen al fin la gloriosa
tela de las tres vestiduras del Sendero."
(140)
Estas
vestiduras son conocidas como Nirmanakaya, Sambhogakaya y Dharmakaya, las que
han sido explicadas de diferentes maneras en distintos libros buddhistas y en
otros libros, pero una interpretación que se puede dar de estas vestiduras es
que ellas representan
los tres Senderos de Karma, Gnana y Bhakti. Nirmanakaya es el Sendero de
Acción, como lo veremos dentro de poco.
En forma similar , Sambhogakaya y
Dharmakaya representan los senderos del Conocimiento y de la Devoción
respectivamente.
Sambhogakaya
está asociado con "el completo y total conocimiento", así como
Dharmatakaya está asociado con la completa inmersión "de la conciencia en
la Conciencia
Universal". El primero indica el Sendero del Conocimiento o Gnana Marga y
el segundo el Sendero de la Devoción o Bhakti Marga. Todos estos Senderos son,
en verdad, senderos de expresión y en cada época se pone especial énfasis en un
sendero en particular.
En La Voz del Silencio H.P.B. da especial importancia al Sendero de la Acción,
en "tomar la vestidura del Nirmanakaya". Se puede apreciar este
énfasis en la Escuela Mahayana del Buddhismo, y La Voz del Silencio es
esencialmente una exposición del Mahayana. No es mucho lo que H. P .B. ha
comentado en este libro acerca del Sambhogakaya, así como de los otros dos
kayas, el Nirmanakaya y el Dharmatakaya.
H. P
.B. dio importancia al Nirmanakaya y estuvo en contra del Dharmatakaya, y
describió al primero como el camino de la bendición "suspendida",
mientras que al último
como el camino de la bendición "inmediata".
Este
camino de la Bienaventuranza inmediata es conocido algunas veces como el camino
"egoísta" y quien lo huella es conocido como el Pratyeka Buddha, el
Buddha Personal, o más aún, el Buddha Egoísta, en la literatura Mahayana. La
Dra. Annie Besant dice, en una Nota al pie de La Doctrina Secreta:
"El
Pratyeka Buddha está en el mismo nivel del Buddha perfecto, pero no enseña al mundo y
nada absolutamente se sabe acerca de Su misión. En los libros exotéricos se expone
el descabellado concepto de que es egoísta a pesar de su imponderable altura de poder ,
sabiduría y amor. Difícil es averiguar de dónde surgió tan craso error que
H.PB. me dio
el encargo de desvanecer, puesto que en un momento de descuido copió en uno de
sus manuscritos dicha afirmación."
(A. B.)
("La Doctrina Secreta", Vol. VI, pág. 63, Nota 6, Ed. Kier 1974)
El
Pratyeka Buddha es en verdad el Buddha Silencioso, el Buddha que no predica. El
Buddha que predica es el Buddha de Compasión, y Él proviene del Bodhisattva que
rehúsa tomar la vestidura del Dharmakaya, pero en su lugar se pone la vestidura
del Nirmanakaya.
H. P .B. describe el Sendero del Dharmakaya como el Sendero de Liberación y al
Sendero del Nirmanakaya como el Sendero de la Renunciación. Uno es
el "Camino Abierto" y el otro es el "Camino Secreto".
Dice
H.P.B.: "La
vestidura Shangna, es cierto, proporciona luz eterna. La vestidura Shangna sólo
da el
Nirvana de destrucción; pone fin al renacimiento pero, oh Lanú, también mata la
compasión.
El Buddha perfecto, revestido de la gloria de la Dharmakaya, ya no
puede ayudar
en la salvación del hombre..." (142)
H. P
.B. llama a éste el SENDERO Abierto, el camino a la felicidad egoísta, evitado
por los Bodhisattvas del "Corazón Secreto", los Buddhas de Compasión.
Ella dice, exponiendo el Sendero del Nirmanakaya:
"Vestir
la humilde vestidura Nirmanakaya es renunciar a la bienaventuranza eterna del yo para
auxiliar en la salvación del hombre.
Alcanzar
la bienaventuranza del Nirvana y renunciar a ella, es el paso final, el más
elevado, el supremo, en el Sendero de Renunciación."
"Sabe,
oh discípulo, que éste es el SENDERO Secreto, el elegido por los Buddhas de
Perfección, que sacrifican el YO por los Yoes más débiles." (145-146)
Si no
hemos de caer en el error de considerar a los Buddhas que siguen los otros
senderos como Buddhas "imperfectos" o "egoístas", entonces
debemos concluir que Ellos siguen líneas de expresión y comunicación que no
entendemos. Todo lo que podemos
decir es: la vestidura Nirmanakaya representa el Sendero de la Acción y es este
Sendero por el que aboga H. P .B. en La Voz del Silencio. Ella indica que el neófito
debería hacer su elección y recorrer el Sendero de la Recta Acción que debe
usar la acción como su medio de expresión, como su técnica de comunicación.
Muchas
veces la gente coloca a la Liberación y a la Acción en mutua oposición,
diciendo que no tiene tiempo para la Liberación, que debe involucrarse en la
Acción; pero, ¿Puede haber Recta Acción sin liberarse uno mismo de las propias
limitaciones? ¿Sería la acción un medio para el autodesarrollo del actor si
éste no se hubiera separado de la acción misma? ¿y puede tal acción ser llamada servicio ? Una acción
realizada con un motivo no tiene calidad espiritual en sí, y el motivo es
ciertamente el yo. Debe haber un terreno sin motivación para que la planta de
la Acción pueda crecer. y la creación de un suelo semejante es la liberación.
Hay ,
sin embargo, otro problema que surge inevitablemente cuando consideramos el
tema de la Liberación y de la Acción: ¿Dónde se liberará el hombre? ¿Tiene que
retirarse a una jungla lejana para buscar la Liberación? No existe un lugar
así, ya que si la
Liberación se ha de buscar a partir de las confusiones psicológicas de la vida,
entonces ¿cómo podría ser encontrada huyendo de la vida?
Es en medio de
nuestras relaciones, en la rutina diaria de fatiga y lucha que la Liberación ha
de encontrarse. En otras palabras: la Acción y la Liberación son las dos caras
de la moneda espiritual, una no existe sin la otra. La Acción es el campo donde
se ha de buscar la Liberación; y la Liberación es el trasfondo sobre el que se
debe ejecutar la Acción. Al tratar este tema de la Acción y la Inacción, una y
otra vez H.P.B. hace referencia al motivo. La pureza de motivos es el sine qua
non de la Recta Acción. Si un hombre se refrena de actuar por temor a que se
ensucien sus vestimentas, entonces no es puro en espíritu aunque permanezca
limpio de cuerpo. H.P.B. dice:
"Condenado
a perecer está el que, por temor a rara, se abstiene de ayudar al hombre, como
no sea en provecho propio. El peregrino que quisiera refrescar sus cansados
miembros en aguas corrientes y que no se sumerge en ellas por temor a la
corriente, corre el riesgo de sucumbir de calor. La inacción basada en el temor
egoísta no puede producir sino malos frutos".
"El
devoto egoísta vive sin propósito alguno..." (152-153)
Tanto
la acción para la propia satisfacción, como la inacción por miedo a ser
contaminado, son ambas incorrectas. Qué debe hacer el hombre, entonces, ¿actuar
o no? Esta pregunta tiene lugar solamente en los dominios de su moralidad, pero
no en lo que se refiere a la esfera de la espiritualidad.
La pregunta no es en cuanto a la acción o la no acción, sino al motivo, al trasfondo, al terreno. Como ya fue citado, el terreno necesario es provisto por la meditación, porque cualquier cosa que crezca en ese terreno es hermosa y saludable. El crecimiento de la planta espiritual es natural en ese terreno. y solamente lo que es natural puede ser verdaderamente espiritual.
La pregunta no es en cuanto a la acción o la no acción, sino al motivo, al trasfondo, al terreno. Como ya fue citado, el terreno necesario es provisto por la meditación, porque cualquier cosa que crezca en ese terreno es hermosa y saludable. El crecimiento de la planta espiritual es natural en ese terreno. y solamente lo que es natural puede ser verdaderamente espiritual.
Cuando
una persona es natural no está preocupada por la pequeñez o la grandiosidad de
cualquier acción particular . Toda acción es significativa a causa de la Visión
del Todo que se refleja en ella. No se irrita con el K arma por el pequeño
campo de trabajo que se le da, porque sabe que es la Visión y no el tamaño lo
que hace a una cosa grande o pequeña. H. P .B. dice:
"Si
no puedes ser Sol, sé entonces planeta humilde. Si te ves privado de arder como
el Sol de
mediodía sobre el monte nevado de eterna pureza, entonces, oh Neófito, elige un
curso más humilde."
"Muestra
el 'Camino', por más oscuramente que lo hagas, y hazlo perdido en la multitud,
como lo hace la estrella vespertina con aquellos que huellan su camino en la
oscuridad." (155-156)
En la
Literatura Oculta se ha descrito a la Iniciación como "entrar en la
corriente"; la expresión buddhista correspondiente es Srotapati. Esta
expresión es muy apta, ya que se puede entrar en la corriente solamente cuando
una persona no está adherida a ninguna de las orillas. El momento de la
meditación es, verdaderamente, un estado semejante, de modo
que cada vez que el neófito llega al estado de meditación, entra en la
corriente y se inicia en una Visión de la vida más grande.
La Iniciación tiene dos significados, uno Oculto y el otro Espiritual. El sentido Oculto significa alcanzar una etapa o posición particular . Un hombre puede experimentar expansiones de conciencia sin alcanzar la etapa de Iniciación.
La Iniciación tiene dos significados, uno Oculto y el otro Espiritual. El sentido Oculto significa alcanzar una etapa o posición particular . Un hombre puede experimentar expansiones de conciencia sin alcanzar la etapa de Iniciación.
Es en
este último sentido en el que consideramos la cuestión de la Iniciación, como
un estado de conciencia y no como una etapa del Sendero Oculto.
Desde
este punto de vista, un hombre puede experimentar constantemente expansiones de
conciencia; en otras palabras, puede estar en estado de iniciación, por así
decirlo, de momento a momento.
Y cada
vez que ascienda a ese estado, experimenta un gozo y una emoción viva en las
refrescantes aguas de la corriente.
La
meditación es una experiencia así, y se la alcanza cuando ambas orillas de la
mente han sido desechadas. Este abandono de las orillas es el proceso de
Dharana, el proceso de rechazo voluntario, o más bien, el proceso donde los
opuestos desaparecen y no queda
nada permanente. Es la mente desnuda de todo, la que alcanza la experiencia de
entrar en la corriente. y es entrar en la corriente el correcto punto de
partida de la Acción, el punto de partida correcto para hollar el Sendero.
Aquel que no haya entrado en la corriente no puede comenzar a hollar el Sendero.
El estado de meditación es, entonces, un estado critico, y todos los cambios
fundamentales surgen de tales estados
críticos.
En
ambos lados de este Punto de Equilibrio hay actividad; en un lado, negativa, en
el otro, positiva; pero entre ambos hay serenidad, existe un profundo Silencio
al que nada puede conmover . H.P.B. describe esta condición como sigue:
"Sé
como el océano, que recibe todas las corrientes y ríos: La poderosa calma del océano permanece inconmovible, no los siente." (163)
Es
también así exactamente como el Bhagavad Gita describe al hombre de "mente
estable", el hombre de "Inteligencia Equilibrada".
H.P.B. dice: "Sí,
grande es aquel que ha matado al deseo." "Más
grande es, todavía, aquel en quien el Yo Divino ha aniquilado aún la noción
misma de deseo." (166-167)
Cuando
la noción misma de deseo es destruida, entonces no queda en la mente centro
alguno de reconocimiento psicológico. Una simple destrucción del deseo tiene
que ver con los patrones y comportamiento del deseo. Es cuando se destruye la
noción de deseo
que la mente está libre hasta de la memoria de ese deseo. La mente que no tiene
centros de reconocimiento psicológico en ella es la que está verdaderamente
pronta para la Iniciación. Está en una condición de Gotrabhu, tan dócil que es
como una "lapicera
en la mano de Dios", es como un instrumento armado listo para vibrar al
más leve toque del Músico Divino. Es un estado en el cual el neófito está
capacitado para "escuchar el más leve susurro por arriba del sonido más
estrepitoso de la tierra". Es tan sólo
una mente así la que puede oír la Voz de Nada, el Sonido Insonoro.
H.P.B.
describe esta condición como "la Visión Ilimitada" . La hora de la
meditación es, ciertamente, la hora del florecimiento de la flor espiritual.
Ella dice:
"...la
flor sagrada que se abre y florece en la oscuridad surgiendo del rocío puro y
sobre el
lecho helado de las nevadas cumbres, alturas no holladas por pie pecador
alguno. "
(172)
Es tan
sólo cuando el rocío puro del cielo desciende que la flor espiritual se abre, y
este rocío puro es el don del cielo, pero esto sucede sólo cuando la mente ha
ascendido a "las cumbres nevadas" por el proceso de creciente
negatividad, por el rechazo de la carga de la memoria, hasta que se haya
destruido aún la "noción misma de deseo".
Ahora
sí el Sendero del Arhatado se abre ante el neófito; el Sendero mismo yace ante
él y ya puede comenzar a hollarlo ya avanzar de etapa en etapa.
Otra
vez H.P.B. hace una advertencia al neófito, no sea que pierda la Visión sin límites
en el entusiasmo por hollar este Sendero. Ella dice:
"...no
sea tu motivo el fruto de la acción y de la inacción, oh tú de corazón
intrépido. "
(177)
Este
es, en verdad, el secreto de Hollar el Sendero: no debe haber ningún motivo,
cualquiera que sea, para la acción o para la inacción. El neófito debe ser
completamente indiferente al fruto de la acción o de la inacción. Debe estar
dispuesto a recibir la vida como viene, impartiéndole su propia cualidad de
ser. Recibir la vida como viene es, ciertamente, el código de comportamiento
que uno debe aprender si quiere hollar el Sendero con éxito. H. P .B. se
refiere a esto cuando dice:
"Porque
está escrito: "Enseña a evitar todas las causas ya dejar que sigan su
curso los efectos,
ya sean estos pequeñas ondas o impetuosa marejada." (185)
El
mundo de la manifestación es, en verdad, el mundo de los efectos, pero ¿cuándo
podemos dejar que la onda del efecto siga su curso? Solamente cuando uno está
enraizado en la Visión de lo Inmanifestado. ¡Qué verdad es que "con la
meditación perfecta
viene la acción perfecta"!
¿Es el
Sendero de Perfección un sendero de Aflicción? Si es un Sendero en el que el
neófito comparte los gozos de su descubrimiento con los demás ¿cómo puede ser
descrito como un sendero de Aflicción? y es más: ¿por qué es que lo llaman el "aspirante
al dolor"? ¿De dónde surge esta aflicción? Este problema del sufrimiento
en el Sendero de Perfección tiene un doble aspecto.
Al describir uno de ellos,
H. P .B. habla de "sufrimiento por los muertos vivientes". ¿Quiénes
son los "muertos vivientes"? Es la gente que "ignora las
verdades esotéricas y de la Sabiduría" . Como el Sendero Espiritual no
está separado de los hombres y de las cosas, tiene que ser hollado en las circunstancias
diarias de la vida; pero el neófito que viene con la Visión infinita de lo
Inmanifestado trae consigo una extraordinaria
sensibilidad de mente y de corazón; no lo puede evitar , y es esta sensibilidad
la que lo hace condolerse de la creación entera, y se lamenta a causa de la
ignorancia que ve por todas partes. Este es un aspecto de la aflicción, que
podríamos llamar el lado objetivo del dolor; pero, hay otro aspecto, el
subjetivo, que consiste en la incapacidad del neófito de forjar los
instrumentos adecuados y efectivos para comunicar en su totalidad el júbilo
espiritual con que se ha llenado
en ese indescriptible momento de la Meditación.
Él
moldea instrumento tras instrumento, pero los encuentra inefectivos,
completamente inadecuados. ¿ Con qué construirá un altar apropiado para la gran
Deidad que ha descubierto? ¿y cómo puede instalar a la gran Deidad en un Altar
indigno? Este es el
tormento, el "indecible dolor mental" del neófito que empieza su
jornada en el Sendero de Perfección. Son estos dos aspectos, el subjetivo y el
objetivo, los que pueden
ser considerados como dolor con respecto a este Sendero de Perfección.
La indignidad de la Forma para comunicar de lleno la Belleza de lo Informe, esta es la base subyacente de dolor para el peregrino espiritual, el Lanú, como lo llama La Voz del Silencio.
La indignidad de la Forma para comunicar de lleno la Belleza de lo Informe, esta es la base subyacente de dolor para el peregrino espiritual, el Lanú, como lo llama La Voz del Silencio.
Tanto
la vasta ignorancia de la gente como lo inadecuado de lo que él puede dar en
comparación con lo que ha recibido, eso es lo que lo hace un "aspirante al
dolor"; pero, una vez más, la conciencia de la indignidad de la Forma es
también la base real para la acción en el Sendero de Perfección, porque, aquí,
en este Sendero, es la perfección y el refinamiento de la forma lo que se
fomenta hasta que la forma traduzca, en gran medida, la Belleza exquisita de lo
Informe. Cuando esto sucede, se alcanza la Perfección. Es al Sendero de las
Siete Perfecciones al que H.P.B. lleva nuestra atención en el Tercero y último
Fragmento de esta inapreciable obra que es La Voz del Silencio.
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