viernes, 2 de noviembre de 2018

ALGUNOS DETALLES SOBRE SISTEMAS Y MUNDOS




En la Sección III se han dado los principios básicos de la relación Espíritu y Materia. Puede ser interesante considerar algunos detalles. Es posible ver que el Eter universal en nuestro Sis­tema Solar - y presumiblemente más allá, dado que hay muchos de tales Sistemas - contiene innumerables burbujas, exactamente similares en apariencia a las bur­bujas que surgen del agua, o espacios vacíos, solo ence­rrados por el agua que los rodea. Una pompa de jabón flotando en el aire es una pe­queña porción de aire dentro de una lámina de agua jabonosa; pero las burbujas en el agua son pequeñas por­ciones de aire dentro de una masa de agua, sin pelícu­la que las limite. Se mantienen como burbujas por la presión del agua que las contiene. De la misma manera, estas burbujas se mantienen como tales por la presión del Eter que las rodea, y no pueden escapar; sólo pueden permanecer siendo burbujas. Son "agujeros en el Eter", o, como las llamó H. P. Blavatsky hace tiempo, "agujeros en el Espacio", que dijo estaban hechos por "Fohat", el poder del LOGOS Supremo. Los libros antiguos también hablan de "el gran Aliento" como su causa. La analogía es obvia, puesto que las burbujas pueden producirse por la respiración en el agua. Un científico francés citado por Mr. Leadbeater[1] dice: "No hay materia; sólo hay agujeros en el Eter". Pero todo lo que llamamos ma­teria es lo agregado a esos agujeros.
LA CONSTRUCCION DE LOS A TOMOS
POR LA PRIMERA OLEADA DE VIDA

El LOGOS de un Sistema Solar incluye un enorme fragmento del Eter Universal, lleno de burbujas como se dijo, dentro de Su antes mencionado Círculo No-Se­Pasa. Las burbujas son visibles a la vista de la tercera esfera, o espiritual, y puede verse que él establece un gran remolino de fuerzas que junta las burbujas en una enorme masa. El Tercer aspecto del LOGOS es el crea­tivo, y a través de este El envía la primera Oleada de Vida, como se llama, que construye los átomos a par­tir de las burbujas, luego agrega átomos y construye las moléculas, y finalmente hace con ellas los seis con­juntos familiares de combinaciones, que en el mundo físico se denominan sub-atómico, super-etérico, eté­rico, gaseoso, líquido y sólido. Estas burbujas originales separadas forman la ma­teria de la esfera divina, mientras que aquella de la esfe­ra monádica se hace por agrupamientos de las burbujas en átomos, los que se forman por un impulso de la Oleada de Vida del Pensamiento Creador; causando vórtices diminutos, cada uno de los cuales produce 49 burbujas; de esta manera se forman dos mundos interpenetrantes, el divino y el monádico; el primero de burbujas libres, el segundo de algunas de ellas com­binadas en átomos, cada uno consistente en 49 bur­bujas. 
El segundo impulso de la Oleada de Vida separa una cantidad de esos 49 átomos burbujas, los disocia y los recombina en vórtices, cada uno de los cuales contiene 492 burbujas, los átomos del mundo espiritual. 

Un tercer impulso separa una masa de estos de los restantes, los disocia y los recombina en vórtices, cada uno de los cuales contiene 493 burbujas, los átomos del mundo intuicional. De la misma manera, hay un cuarto impulso que produce los átomos del mundo mental, que contienen 494 burbujas; un quinto, que produce los átomos del mundo astral, que contienen 495 burbujas y un sexto, que produce los átomos del mundo físico, con 496 burbujas. Así se forman las esferas interpenetrantes de siete tipos de materia, siendo cada tipo la base atómica de un mundo compuesto enteramente de combinaciones de sus propios átomos particulares. Cuando esta serie de átomos estuvo completa, fue enviado un séptimo impulso, lo que construyó agrega­ciones de átomos, un vasto número de combinaciones diferentes, los que a su vez entraron en otras combinaciones entre sí en un proceso de muchas edades, un período inconcebiblemente largo; durante el mismo, la ardiente nebulosa se fue enfriando gradualmente, dividiéndose luego en un Sol central, con varios plane­tas girando a su alrededor. Este es el vasto trabajo del Aspecto Creativo del LOGOS Solar, el "Espíritu de Dios", que "movió sobre la superficie de las aguas", el Eter, el eje de las monta­ñas que surgieron de los océanos, de manera tal de que pudieran elevarse las cosas vivientes.
LAS RELACIONES ENTRE A TOMOS Y CONCIENCIA

Hay un punto de gran interés en la formación de los átomos, que no debería omitirse. La Vida del LOGOS es la fuerza arremolinante dentro del átomo, que mantiene juntas todas sus partes. Esta Vida es la que le da a los átomos su cualidad distintiva, su natu­raleza esencial, que es un modo particular de la divina Conciencia. Los Hindúes la llaman "tatva", o traduci­do literalmente "Thatness" (La Presencia de Eso); "Tat" o "That" es una expresión reverente del Ser Di­vino, y Thatness indica Godness o Naturaleza de Dios. Así cada átomo tiene su Godness, o su Naturaleza Divina. La medida de la vibración del átomo, impuesta sobre él por la Voluntad del LOGOS, es el "tanma­tra", o la medida de Eso; éste es el eje de los átomos[2], líneas de pensamiento-fuerza del LOGOS, la divergen­cia angular de los cuales, dentro de los límites fijos de vibración, determina su forma superficial. Cada tipo de átomo tiene su tarea particular, por­que los estados de conciencia manifestados por el LOGOS dentro de Su universo - lo que es afuera es algo que, salvo sus pares, nadie puede decir - son idén­ticos en cualidad, no en cantidad, con los estados de conciencia del Hombre, la pálida imagen de Su gloria. Es, por lo tanto, Su conciencia dentro del átomo la que responde a nuestras conciencias, etapa tras eta­pa, reflejando fielmente el material del átomo cada etapa, en la longitud de onda de sus vibraciones. Así, el átomo del mundo espiritual vibra en respuesta a los modos del Espíritu - siendo el Espíritu su vida; la del mundo intuicional, a los modos de la Intuición­ - por razones de similitud. 

Los del mundo mental a los modos del Intelecto. Los del mundo emocional a los modos de la Emoción y la Pasión. Los del mundo físico a los modos de la Vitalidad. Cada cambio de conciencia en cualquiera de esos estados, es respondido enseguida por un cambio de vi­bración en la materia correspondiente; cualquier vi­bración que se establezca en la materia, es inmediatamente respondido por un cambio en el estado de con­ciencia. Por ejemplo, toda la materia de la esfera emocio­nal o astral está compuesta por átomos, cuya Vida es Emoción, y cuya medida de vibración es correlativa a la emoción, para expresar y responder a ella. Toda la enorme gama de emociones, pasiones y deseos son desplegados por la conciencia en esta materia, y la pura pasión y deseo, sobre esta materia solamente. Como la emoción es una mezcla de pasión y pensamiento, hay alguna mezcla de pensamiento-materia en la expresión de la emoción. 
La materia de la esfera mental está hecha con áto­mos conectados igualmente con el pensamiento; la Vida es Mentalidad y la medida de la vibración es correlativa al pensamiento, para expresarla y respon­der a ella. En forma tan definida como en el mundo físico la gama de sonidos está dentro de ciertos números vibratorios, y la gama de colores dentro de otros; de manera que los pensamientos y las pasiones pueden solo expresarse por la materia que vibra dentro de ciertos límites.

CADENAS

Una vez que este trabajo ha sido realizado en una extensión suficiente como para que sean posibles los planetas en el Sistema Solar, se forma una serie de seis globos compuestos de materia de densidades varias para cada planeta. A esta serie se le llama Cadena, y durante su período de evolución pasa por siete eta­pas o vidas; hay, en consecuencia, una sucesión de siete Cadenas, y a esta serie completa se le llama un Esquema Evolutivo, a cargo de una sublime Inteligen­cia espiritual, llamada por los Teósofos "Regidor de siete Cadenas"[3]. Hay diez de ellas en nuestro Sistema Solar, pero solamente siete están en manifestación, regidas por los "siete Espíritus ante el trono de Dios", mencionados en la "Revelación de San Juan". Están en diferentes etapas de evolución, marcadas por la esfera de materia en la cual existe su globo inferior. Por ello las Cadenas Neptunianas y Terrestres tienen cada una tres globos en la esfera física, porque ambos están en el punto más bajo de su descenso a la materia, en el medio, o cuarta vida. Los siete globos de la Cadena Terrestre incluyen a Marte, la Tierra y Mercurio; los de la Neptuniana, a Neptuno y sus dos satélites. Aquellos que estén interesados en esta parte del estudio Teosófico, deben recurrir a libros de mayor amplitud, porque es, naturalmente, muy complicado.

LA CONSTRUCClÓN DE FORMAS

POR LA SEGUNDA OLEADA DE VIDA

Consideremos nuestra propia Cadena. La evolución circula alrededor de una Cadena siete veces, y en cada uno de esos círculos se cumple lo que se llama una Ronda. La fuerza evolutiva es llamada la Segunda Olea­da de Vida, y es la Vida enviada por el LOGOS a través de Su segundo aspecto de Sabiduría, el aspecto dual Amor-Sabiduría. Hablando en forma general, la Oleada de Vida des­ciende a través de las esferas de materia, ocasionando una diferenciación siempre creciente, y luego retorna, causando la reintegración en una unidad. Su primer trabajo es proporcionarle a la mate­ria ciertas cualidades, dotándola como material para hacer cuerpos. Se vierte a sí misma en las tres clases más refinadas de materia, que constituyen la alta esfera mental. La materia, así infundida con la segunda Oleada de Vida es llamada, cuando es atómica, "Esencia Monádica", porque se ha tornado apta para ser usada para abastecer a las Mónadas de átomos permanentes[4

Cuando es noatómica, como por ejemplo, molecu­lar, se llama "Esencia Elemental", nombre tomado de los Ocultistas medievales, el cual le fue aplicado a la materia de la cual está compuesto el cuerpo de los espíritus de la naturaleza, que llamaban "elemen­tales", dividiéndolos en clases que pertenecían a los "Elementos" Aire, Fuego, Agua y Tierra. Los tres niveles superiores de la esfera mental son, vistos como Esencia Elemental mental, el "Primer Reino elemental". Todos los pensamiento-formas abstractos hechos con ella, y la grande y espléndida hueste de Angeles -Bodiless Devas- tienen cuerpos compuestos de esta materia. 
Los cuatro niveles inferiores de la esfera mental, infundidos por la segunda Oleada de Vida, forman el "Segundo Reino Elemental", con la cual están hechos los cuerpos de los Angeles inferiores, Devas ­Forma. Cuando la Oleada de Vida entra en el mundo as­tral, la materia atómica resulta Esencia Monádica astral, y la materia astral molecular Esencia Elemen­tal, el "tercer Reino Elemental". Los cuerpos de los Angeles menores -Devas de Pasión- y de muchos espíritus de la naturaleza, están compuestos de ella. La Oleada de Vida pasa al mundo físico y realiza su tarea acostumbrada; los cuerpos de los espíritus de la naturaleza menores, como las hadas, gnomos y otros, están hechos de materia etérica infundida de esta ma­nera. El Reino Mineral es el punto de inflexión en cuanto a densidad; allí se realiza la segunda mitad de la Oleada de Vida, construyendo los cuerpos de las plantas, animales y hombres, ahora en el arco ascen­dente. Los cuerpos astrales y mentales también se construyen de Esencia Elemental en este arco ascendente. De aquí el conflicto que frecuentemente surge entre la vida del hombre y la vida en la materia de sus cuer­pos. Esta última empuja hacia abajo, buscando una corporificación más y más gruesa, y una diferencia­ción más y más pronunciada; la otra aspira a lo supe­rior, y busca la unificación. San Pablo exclama sobre este conflicto: "Encuentro otra ley en mis miembros que actúa en contra de la ley de mi mente, empuján­dome hacia el cautiverio de la ley del pecado, que está en mis miembros". El hombre debe sujetar "la carne", porque la vida de esta es evolutiva hacia abajo, en el arco descenden­te, y él está en la escala evolutiva ascendente, en el camino de la realización del Espíritu.
LA LLEGADA DE LA MONADA
POR LA TERCERA OLEADA DE VIDA

El punto en el cual el hombre verdaderamente se "individualiza" es cuando la Mónada y su Rayo - Espíritu, Intuición e Intelecto - que se ha estado in­cubando en el seno de las formas evolucionantes de la Segunda Oleada de Vida, destella hacia abajo para llegar a la evolucionante vida corporificada, y se for­ma el cuerpo causal con materia del primer Reino Elemental, en los altos niveles de la esfera mental. La Mónada humana también está sostenida en una corriente divina, la "tercera Oleada de Vida", que proviene del LOGOS, a través de Su primer as­pecto. Vemos, entonces, que el LOGOS envía tres ondas divinas de Su Vida, a través de Sus tres Aspec­tos en forma sucesiva: la primera conforma y da contenido a la materia; la segunda le imparte cualidades y construye formas; la tercera hace descender a la Mónada para unirla con las formas preparadas por la segunda.

RAZAS RAICES Y SUB-RAZAS

Debemos ahora estrechar nuestra atención a nues­tro propio mundo. La evolución ha circulado alrede­dor de las series de globos, de los cuales nuestra tierra es el más denso; han quedado tres Rondas atrás. La cuarta pasada ha llegado a una distancia de la tierra, que ella está ahora evolucionando bajo su influencia. Los minerales, las plantas, los animales, los hombres todos evolucionan juntos, pero vamos a auto limitarnos al hombre. Siete razas tipos de hombres evolucionan sobre nuestra tierra durante esta etapa de su vida. Los Teósofos llaman a estos tipos Razas Raíces, y cada una de ellas tiene su "continente" o configuración espe­cial propia. Las primeras dos Razas Raíces han desa­parecido. De la tercera, la Lemur, que ha florecido en el continente de la Lemuria, actualmente debajo del Océano Pacífico en su mayor parte, quedan raros ejem­plares. Los negros son sus descendientes por mezcla. La cuarta, la Atlante, se desparramó sobre la tierra en el continente de la Atlántida, que unía la Europa occidental y Africa con la parte oriental de América. Ella construyó algunas de las sorprendentes civilizaciones que el mundo ha conocido, y la mayor parte de los habitantes del mundo pertenecen todavía a ella. La quinta, Aria, es la que está hoy al frente de la humanidad. La sexta está todavía en el vientre del futuro pero su continente está empezando a formarse, y va a ocupar, aproximadamente, el lugar de la Lemuria. Las islas que están ahora surgiendo en el Pacífico norte, son un indicio del comienzo del trabajo que demandará cientos de miles de años. 

La séptima está muy, muy lejos todavía. Cada Raza Raíz se divide en siete sub-razas; la cuarta está dividida en Rmoahal, Tlavatli, Tolteca, Turania, Semítica, Akadia y Mongolia. La quinta Raza Raíz ha producido, hasta ahora, cinco sub-razas: la Hindú, Arabe, Iraní, Céltica y Teu­tónica; la sexta sub-raza está recién empezando a surgir en los Estados Unidos. Cada raza raíz tiene, como prototipo y guardián de su evolución, a un Gran Ser llamado el "Manu", nombre que deriva de Man (Hombre). El Manu es el Hombre, el Hombre Tipo de la Raza Raíz. Los grandes tipos raciales pueden verse poniendo juntos a un Negro, un Mongol y un Ario. Las diferen­cias en las sub-razas se ven entre un Alemán y un Italiano. Puede verse que se abre aquí un inmenso campo para el estudio, profundamente interesante, aunque sin resultados inmediatos en lo que hace a la felicidad y a la conducta humanas.

ANNIE BESANT




[1] Un libro de texto de Teosofía, pág. 27.
[2] Como los ejes de los cristales. Son líneas "imaginarias"; pero la imaginación es el poder creativo, y estas líneas gobier­nan la forma del cristal
[3] También se les llama Logos Planetario, pero este nombre causa confusión.
[4] Ver la Sección 1.

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