miércoles, 19 de junio de 2019

BHAGAVAD GITA - Capitulo 10(Con apuntes de: W.Q. JUDGE y R. Crosbie)



KṚṢṆA: 

“Y oye, otra vez, ¡oh tú de poderosos brazos! mis palabras supremas, que a ti, que permaneces complacido, yo declararé porque deseo tu bienestar.” “Ni la asamblea de los Dioses ni de los Reyes Adeptos conocen mi origen, porque Yo soy el origen de todos los dioses y de todos los adeptos. Quienquiera que me conoce como el poderoso Gobernante del Universo y sin nacimiento o comienzo, él entre todos los hombres, sin ilusiones, será liberado de todos sus pecados. La percepción de sutileza, el conocimiento espiritual, el recto juicio, la paciencia, la verdad, la auto-maestría; el placer y el dolor, la prosperidad y la adversidad; el nacimiento y la muerte, el peligro y la seguridad, el miedo y la ecuanimidad, la satisfacción, la sujeción y control de cuerpo y mente; la dádiva de limosnas, la inofensividad, el celo fervoroso, la gloria y la ignominia; todas esas diversas disposiciones de las criaturas, vienen de mí. Y así, en tiempos pasados, los siete grandes Sabios y los cuatro Manus que son de mi misma naturaleza, nacieron de mi mente, y de ellos surgió este mundo. 
Y aquél que conoce perfectamente esta permanencia y mística facultad mía, se convierte, sin duda alguna, en el poseedor de una fe inquebrantable. Yo soy el origen de todo; todas las cosas proceden de mí, y creyéndome ser así, el sabio dotado con la sabiduría espiritual, me adora; sus mismos corazones y mentes están en mí; iluminándose los unos a los otros y hablando de mí constantemente, ellos están llenos de gozo y de satisfacción. Y a aquéllos que de esta forma son siempre mis devotos, que me adoran con amor, Yo les doy esa devoción mental por la cual vienen a mí. Por ellos, Yo, por mi propia compasión, de pie dentro de sus corazones, destruyo las tinieblas que surgen de la ignorancia por medio de la brillante lámpara del discernimiento espiritual.” 

ARJUNA: 

“¡Tú eres Parabrahman1! ¡La mansión suprema, la gran Purificación; tú eres la Presencia Eterna, el Ser Divino, anterior a todos los otros dioses; santo, primario, omni-penetrante, sin comienzo alguno! Así te han declarado todos los Sabios como Nārada, Asita, Devala, Vyāsa, y ahora tú mismo declaras también lo mismo. Yo creo firmemente todo lo que tú, ¡Oh Keśava!, me dices a mí, porque ni los dioses ni los demonios comprenden tus manifestaciones. ¡Sólo tú te conoces a ti mismo por ti mismo, Espíritu Supremo, Creador y Maestro de todo lo que vive, Dios de Dioses, y Señor de todo el Universo! Tú sólo puedes declararme plenamente tus poderes divinos por medio de los cuales penetras y continúas penetrando estos mundos. ¿Pero cómo podré yo, aun pensando constantemente en ti, ser capaz de conocerte?, ¡oh misterioso Señor! ¿En qué formas particulares podré meditar en ti? Oh Janārdana —buscado por los mortales— dime por lo tanto, y plenamente, tus propios poderes y formas de manifestación, porque no quedo nunca saciado de beber las aguas dadoras de vida de tus palabras.” 

KṚṢṆA: 

“Oh tú, el mejor de los Kurus, bendiciones a ti2. Yo te haré conocedor de la principal de mis manifestaciones divinas, porque la extensión de mi naturaleza es infinita.” “Yo soy el Ego que se asienta en los corazones de todos los seres; Yo soy el comienzo, el medio y el fin de todas las cosas existentes. Entre los Ādityas3, Yo soy Viṣṇu, y entre los cuerpos luminosos, Yo soy el sol. Yo soy Marīci entre los Maruts4 y entre las mansiones celestes, Yo soy la luna. Entre los Vedas Yo soy el Samaveda5, e Indra6 entre los dioses; entre los sentidos y órganos, Yo soy Manas7; y de las criaturas, soy la existencia. Yo soy Śaṅkara entre los Rudras; y Vitteśa, el señor de la riqueza, entre los Yakṣas8 y los Rākṣasas9. Yo soy Pāvaka entre los Vasus10, y Meru11 entre las montañas de alta aspiración. Y sabe, ¡oh hijo de Pṛthā!, que Yo soy Bṛhaspati12, el cabecilla de los maestros; entre los líderes de los ejércitos celestiales, soy Skanda, y entre las inundaciones, soy el océano. 

Soy Bhṛgu entre los Reyes Adeptos; de las palabras soy el monosílabo OṀ; de las formas de adoración soy la silente repetición de los textos sagrados, y entre las cosas inamovibles, Yo soy el Himalaya. Dentro de los árboles del bosque soy el Aśvattha, el árbol Pippala; y de los sabios celestiales, soy Nārada; entre los Gandharvas13, soy Citraratha, y de los santos y perfeccionados, soy Kapila. Sabes que entre los caballos, Yo soy Uccaiḥśravā, que se alzó con el Amṛta de entre el océano; entre los elefantes, soy Airāvata, y entre los hombres, sus soberanos. Entre las armas, Yo soy el rayo del relámpago; entre las vacas soy Kāmadhuk, la vaca de la abundancia de los procreadores; soy el Dios del amor, y entre las serpientes, soy Vāsuki14, su jefe. Yo soy Ananta entre los Nāgas15, Varuṇa entre las cosas del agua; entre los ancestros, soy Aryamā, y dentro de todos los que juzgan, soy Yama16. 

Entre los Daityas soy Prahlāda, y entre los cálculos y computaciones, soy el Tiempo mismo; soy el león entre las bestias, y Garuḍa17 dentro de la tribu alada. Entre los purificadores, soy Pavana, el aire. Soy Rāma entre los que portan armas, Makara entre los peces, y el Ganges entre los ríos. 
Entre las cosas que evolucionan, ¡oh Arjuna!, Yo soy el comienzo, la mitad, y el fin. De todas las ciencias, Yo soy el conocimiento del Adhyātman18; y de los sonidos articulados, soy el habla humana. Entre las letras soy la vocal A, y de todas las palabras compuestas Yo soy el Dvandva19. 
Yo soy el tiempo interminable, y el preservador cuyo rostro está vuelto hacia todas partes. Yo soy la muerte que todo lo atrapa, y el nacimiento de todos los que están por ser; entre las cosas femeninas, Yo soy la fama, la fortuna, el habla, la memoria, la inteligencia, la paciencia, y también el perdón. Entre los himnos del Samaveda, Yo soy el Brhat Sama, y la Gāyatrī entre las cosas de medir. Entre los meses, Yo soy el mes Mārgaśīrsa20, y de las estaciones soy la primavera, llamada Kusumākara, el tiempo de las flores. De las cosas que engañan, Yo soy los dados, y el esplendor de las cosas espléndidas. Yo soy la victoria, la perseverancia y la bondad del bueno. 

De la raza de los Vṛṣṇi, Yo soy Vāsudeva; y de los Pāṇḍavas, Yo soy Arjuna, el conquistador de las riquezas; de los perfectos santos, Yo soy Vyāsa21, y de los profetas-videntes, Yo soy el profeta Uśanā. Entre los gobernantes, Yo soy la vara del castigo; entre los que desean conquista, Yo soy su política; y entre los sabios del conocimiento secreto, Yo soy su silencio. Yo soy, oh Arjuna, la simiente de todas las cosas existentes, y no hay nada, ya sea animado o inanimado, que sea sin mí. Porque mis divinas manifestaciones, ¡oh atormentador de tus enemigos!, no tienen fin, y las que he mencionado son tan sólo ejemplos. Y toda criatura que es permanente, afortunada o poderosa, sabe también que surge de una porción de mi energía. ¿Pero qué, oh Arjuna, has de hacer tú con tanto conocimiento como este? Yo he establecido todo este Universo con una sola porción de mí mismo y, sin embargo, permanezco separado.”

Y así, en la Upanishad, llamada la sagrada Bhagavad Gita, en la ciencia del Supremo Espíritu, en el libro de la devoción, en el coloquio entre el santo Kṛṣṇa y Arjuna, está el Décimo Capítulo, de nombre— 

DEVOCIÓN POR MEDIO DE LAS DIVINAS PERFECCIONES UNIVERSALES. ________________________________ 

 1- Más allá del Brahman. 
2- En la obra original, la primera palabra es una que lleva una bendición con ella;; es una bendición que significa “ahora bien”, sólo que esto, en nuestro idioma, no comunica bendición alguna. 
3- Ādityas, los doce Dioses-Solares, los que a la llegada del tiempo de disolución por fuego, traen la conflagración universal. 
4- Los Dioses del aire. 
5- En el lenguaje occidental podría decirse que este es el Veda o canción en su sentido más alto de canción. Muchos pueblos han sostenido que la canción tiene el poder de hacer, aún a la misma materia, moverse obediente al sonido. 
6- En el original dice “Vāsava” que es un nombre de Indra. 
7- El corazón y la mente. 
8- Espíritus de una naturaleza sensual. 
9- Una clase de espíritus malignos. 
10- Son de los primeros Seres creados en un orden superior. 
11- Que entre algunos, se dice ser el Polo Norte. 
12- Júpiter, el maestro de los Devas. 
13- Hueste celestial de cantores; se trata de una clase de seres elementales. 
 14- Serpientes venenosas. 
15- Las serpientes no venenosas de tipo fabuloso, y de las que se dice que tienen el don del habla. 
16- El Juez de los muertos. 
17- Garuḍa, el ave de Viṣṇu. 
También significa todo el ciclo manvantárico. 
18- El supremo conocimiento espiritual. 
19- Una forma de palabra compuesta en sánscrito que preserva el significado de las palabras que forman el conjunto. 
20- El mes en que las lluvias regulares han cesado y el calor aminora. 
21- Vyāsa, el autor del Mahabarata


COMENTARIOS AL CAPITULO 10 


 El título dado es: “Devoción Por Medio de las Divinas Perfecciones Universales”. 
Las palabras: “Divinas Perfecciones Universales” tienen una significación que no es usualmente captada por el lector. Los hombres hablan de perfección desde el punto de vista de la imperfección y siempre en relación a las formas, las condiciones y las apariencias que están constantemente cambiando; al punto de que para la humanidad en general, el modelo de lo perfecto es una idea que está siempre alejándose y es elusiva, como igualmente ilusoria. Y aquí, otra vez, tal como nuestra ciencia moderna, nosotros razonamos partiendo desde lo particular a lo universal, en vez de desde lo universal a lo particular, sin percibir nunca que nada menos que la causa misma podrá conocerse a sí misma. Las disertaciones de Kṛṣṇa no hacen más que repetir aquello que había sido conocido antes, a los hombres perfeccionados de todos los tiempos y aquello que todas las divinas encarnaciones ya han declarado: el Hombre es idéntico con el Absoluto inmanifiesto y también con la Deidad, como lo vemos manifiesto en la Naturaleza. 

Nuestras doctrinas y nuestra educación nos llevan a pensar que somos inherentemente imperfectos; y si así lo fuéramos, nunca podríamos, por ningún medio, llegar a ser perfectos; pero si fuéramos inherentemente perfectos, podríamos ver, comprender y corregir algún conocimiento imperfecto y hacer uso de todas las fuerzas, porque es de fuerzas que estamos aquí tratando, no con formas; es con ideas, no con personas. Entonces, comenzaremos a comprender que hay sólo una fuerza o poder: lo Espiritual; y que todos los variados efectos de ese poder o fuerza que vemos y experimentamos son debidos a la dirección dada a ese poder por entidades conscientes que son de muchas clases en sus diferentes grados. Para comprender las “perfecciones divinas”, hay que aplicarlas universalmente, desde el punto de vista del Yo Uno, el Yo de cada uno, el Yo de Todo. 

Mientras la Gītā es planteada en la forma de un diálogo entre Kṛṣṇa y Arjuna, así como entre un divino maestro y su discípulo y puede ser así entendido, el poema puede ser aplicado en otra forma; Kṛṣṇa es el Yo Superior en cada uno y Arjuna, la mente, el espejo de las impresiones externas; de tal manera, el diálogo puede tomarse provechosamente como el medio hacia la realización del Yo, y a Su ajuste y control de los componentes inferiores y fuerzas. La nota-clave de la antigua enseñanza es que el poder creativo y sostenedor de todas las cosas y seres no es para ser buscado externamente; y tan sólo puede ser encontrado en la raíz misma de la naturaleza de cada y todo ser. Como aparece en las Upaniṣads, “El Yo-Ser perforó las aberturas hacia fuera, por tanto uno mira hacia fuera, no dentro de sí mismo”. Los sabios, que buscan lo Eterno, miran hacia dentro, porque “eso que vive y piensa en el Hombre es el Eterno Peregrino” (la D.S.). Entonces, para el estudiante es necesario reflexionar sobre las ideas de que él actúa por y como el Yo de Todo; que el poder de verlo todo y de conocerlo todo está potencialmente presente en él, es de hecho su Yo verdadero. 

Entonces, por lo menos comprenderá que, cuando Kṛṣṇa dice: “Ni la asamblea de los Dioses ni la de los Reyes Adeptos” conocen mi origen porque Yo soy el origen de todos los Dioses y de mí proceden los Adeptos;; “soy el origen de todo;; todas las cosas proceden de mí”;; él está hablando aquí del Yo de Todo y de cada uno; y que el origen de eso que es Eterno e incambiable no puede ser descubierto, porque es ambos Ser y No-Ser. Como lo señala Patañjali, “El Alma es el Percibidor;; es la visión misma, pura y simple y esta mira directamente las ideas”. Esto quiere decir que cada ser humano tiene el poder de ver y de conocer todas las cosas, no importa cuán restringido pueda ser ese poder en cualquier ocasión; y que la restricción yace en las ideas más o menos estrechas a las que él se adhiere, las cuales forman la base para sus acciones. 

Este auto-limitado ámbito de percepción, no sólo previene el ejercicio completo de sus poderes como Yo, sino que actúa como una barrera al correcto entendimiento de su observación y experiencia; en consecuencia que, aún el hombre de hoy puede decir: “Yo soy el origen de todas las cosas;; todas las cosas proceden de mí”, porque en lo que a él concierne, las ideas que él ha adoptado y la naturaleza que él ha adquirido, forman la base para todas las causas que él ponga en movimiento, mientras que, al mismo tiempo, constituyen su campo de observación y de experimentación de los efectos. Por el mismo poder que reside en el Yo, el Hombre crea el bien y el mal, la ilusión de la separatividad y todas las imperfecciones. Las perfecciones Divinas son universales; y ellas pueden solamente ser alcanzadas actuando por y como el Yo en todas las cosas. 

Este estado puede ser obtenido por una eliminación gradual de todas las bases de acción que crean la separatividad. Arjuna comienza diciéndose a sí mismo (a Kṛṣṇa), las características que, de acuerdo a él, pertenecen al máximo poder y sitial. “Tú eres Parabrahman” (más allá de Brahman), “Tú eres la Presencia Eterna, el Divino Ser; todo penetrante; sin comien-zo”. “Sólo tú puedes conocerte a ti mismo por medio de tu Yo”. “Solamente tú puedes declarar plenamente tus poderes divinos”. “¿Cómo puedo yo, que pienso constantemente en ti, ser capaz de conocerte?” “¿En qué particulares formas habré de meditar sobre ti?” La respuesta comienza con: “Te voy a familiarizar con mis principales manifestaciones divinas, porque la extensión de mi naturaleza es infinita. Yo soy el Ego que se asienta en los corazones de todos los seres; Yo soy el comienzo, la mitad y el final de todas las cosas existentes”. Él prosigue, entonces, a declarar que, entre los dioses, el Yo es lo supremo; entre las esferas planetarias, el Sol es su expresión; entre los espíritus del aire, el jefe de estos es una expresión de Eso; entre las escrituras sagradas, Eso es la esencia de aquellas, la canción o el sonido que todo lo impulsa; y así sucesivamente a través de una larga enumeración de formas, poderes y cualidades que ya son conocidas por Arjuna. Él termina diciendo: “Yo soy, Oh Arjuna, la simiente de todas las cosas existentes y no hay nada, ya sea animado e inanimado, que esté sin mí”. 

“Mis divinas manifestaciones no tienen fin, las muchas que Yo he mencionado han sido dadas sólo como ejemplo. También sabe que cualquier criatura que sea permanente, de buena fortuna o poderosa, nace de una porción de mi energía. ¿Pero qué, Oh Arjuna, haz de hacer tú con tanto conocimiento como este? Yo he establecido este universo con una sóla porción de mí mismo y sin embargo, permanezco separado”. Arjuna le ha preguntado a Kṛṣṇa bajo qué forma particular debería el Yo ser adorado. La respuesta de Kṛṣṇa fue: “bajo todas las formas”, porque no hay nada en el universo, animado o inanimado, que esté desprovisto de YO. El buscador de la Verdad y del conocimiento debe ver al Yo Uno en todas las cosas y todas las cosas en el Yo, y entonces actuar por y como el Yo de Todo. Todas las escrituras sagradas están dirigidas al individuo porque es desde dentro del individuo, y sólo del individuo, que la reforma puede comenzar y ha de ser llevada a cabo. El estudio y la aplicación de la Gītā tiende a derribar todas las ideas que están basadas en la separatividad, e inculca en el estudiante la idea de que el camino hacia el conocimiento de las divinas perfecciones yace en el servicio universal, sin distinción de castas, credo, sexo, color o raza. 
“El Auto- Conocimiento es la criatura de la acción benévola”.


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