No hay nada tan fascinante como el estudio de la mente humana, y no obstante, tan difícil, porque la mente humana tiene varios niveles de existencia: consciente, subconsciente, inconsciente y también superconsciente. Comprender el funcionamiento de la mente es observarla en diferentes situaciones. Desde muchos puntos de vista, las actividades de la mente consciente hacen que sea muy difícil probar la existencia de otros estratos mentales. y sin embargo, los aspectos más significativos de la mente no están en el nivel consciente. Por lo tanto, es sumamente provechoso observar las operaciones de la mente cuando el nivel consciente está comparativamente
tranquilo.
Por esto es que los psicólogos modernos han puesto gran énfasis en el estudio de los sueños, porque el estado de sueño indica una condición no activa del cerebro humano. Es cierto que cerebro no es sinónimo de mente, pero la psicología moderna no
ha podido decidir en la controversia mente-cerebro.
Por lo tanto, cuando se habla de lo inconsciente, se está haciendo referencia mayormente al cerebro inconsciente y no a la mente-inconsciente. Aún en el estado de sueño, que los psicólogos consideran tan importante, lo que se desvela no es la mente inconsciente, sino tan sólo ese estrato que está por debajo del nivel del cerebro consciente. Es por esto que los psicólogos hacen uso de ciertas drogas por medio de
las cuales el cerebro puede ser aquietado, pero no ciertamente la mente.
Los modernos "tranquilizantes" pueden producir tranquilidad en el cerebro al calmar o embotar los nervios, pero seguramente ellos no pueden producir tranquilidad en la mente.
La
psicología comprenderá el secreto de la mente tranquila solamente cuando se vuelva en dirección al Yoga. Es el camino que conduce a la mente tranquila el que H. P .B. señala en La Voz del Silencio.
Ahora bien, el camino hacia la mente tranquila debe ser hollado mediante la comprensión de los comportamientos de la mente. y la mejor forma de comprender los modos de obrar de la mente es observarla como sin quererlo. En otras palabras, no es en
las esferas del pensamiento deliberado que la mente puede ser efectivamente observada. Al nivel consciente, la mente sigue un patrón cultivado de pensamiento.
Es muy obvio que la tendencia natural de la mente no pueda ser percibida en este nivel.
Tomar a
la mente por sorpresa es observar la dirección del pensamiento. Es en la dirección del pensamiento que los hábitos e impulsos de la mente pueden ser observados. La mente sigue un plano inclinado particular . Obviamente que este plano inclinado particular difiere de un individuo a otro, pero en cada individuo representa los hábitos de la mente. Por lo tanto, nos será necesario comprender nuestros propios planos de inclinación psicológicos. Tras los hábitos de la mente yace un vasto trasfondo de pensamiento y es este trasfondo el verdadero productor del pensamiento.
En el estudio de la mente
humana no es tanto el patrón del pensamiento lo importante, como el trasfondo del pensamiento.
Nuestro pensamiento corriente se inclina invariablemente hacia ese trasfondo, la fuente de todas las distintas operaciones de la mente.
Ahora bien, si examinamos el movimiento de la mente por un cierto lapso encontraremos que aún cuando le hayamos podido dar un punto deliberadamente elegido, descubrirá su plano inclinado así como el agua encuentra su propio nivel. Seleccione cualquier punto de partida del pensamiento que le guste y entonces permita que la mente se deje ir . Si se interrumpe este fluir del pensamiento luego de cinco
minutos, se encontrará que la mente se ha alejado hasta un punto que no tiene al parecer semejanza alguna con el punto de partida. Es interesante observar la marcha de nuestra mente y descubrir adónde va a dar . Pero esto no es suficiente. Uno debe llevar la investigación más allá y descubrir cómo llega a un punto particular. Se debe comprender que la mente no da un salto desde el punto de partida hasta el punto de su propio interés. Sigue sus propias leyes de pensamiento.
En otras palabras, por un proceso regular de asociación alcanza su punto de interés.
Para comprender este proceso de asociación uno tiene que poner en marcha su mente en sentido contrario, esto es, volver del punto de interés al punto de partida. En este movimiento inverso veremos cómo la mente deriva de una idea a otra a través de la red de asociaciones que ella ha construido; pero la pregunta más interesante en este proceso de ir a la deriva es: ¿por qué la mente vaga a lo largo de una línea particular? Es esta pregunta la que nos da una apertura al submundo de las asociaciones de la mente.
Para esta interrogación, dos cosas parecen ser esenciales: una, el estudio de los propios sueños y la segunda, el escuchar lo que la mente tiene que decir acerca de su propia dirección. Un cuidadoso estudio de los sueños desvelará, en gran medida, la razón
fundamental tras nuestras asociaciones mentales, pero aquí es necesario recordar que, en último análisis, la interpretación de los sueños puede ser hecha, verdadera y efectivamente, sólo por el individuo mismo.
Otra persona, por más experta que pueda ser, tan sólo puede dar una interpretación estructural de los sueños. El contenido de un sueño solamente es conocido por el individuo, y es el contenido lo que importa con respecto a la interpretación de los sueños. En el contenido del sueño se deben encontrar los impulsos y los deseos de la mente, pero, ¿cómo va uno a comprender estos deseos
e impulsos?
Si la mente consciente comienza a interpretar sueños es seguro que ocultará las ansias instintivas de la mente. Es aquí que uno necesita escuchar la historia de la mente con respecto a su propio rumbo, sin juicio alguno. Si pudiéramos permitir que la mente dijera lo que quiere decir con respecto a su orientación, sin que interfiera, en
absoluto, la mente consciente, entonces sabríamos mucho acerca del trasfondo de las asociaciones, motivos e intenciones que surgen de este trasfondo; pero, ¿cómo escuchar a la mente sin ningún juicio o evaluación?
La mente del hombre es, ciertamente, un instrumento muy hábil; con el fin de su propia
seguridad se divide a sí misma en dos, de modo que una parte de la mente forme un juicio sobre la otra.
Aquella parte de la mente que juzga y evalúa asume un aire de superioridad. Es esta parte a la que generalmente designamos como el "Yo", el Yo Superior o el Alma. y por lo tanto, lo que generalmente llamamos el Yo o el Alma no está aparte de la mente;
no tiene existencia independiente de la mente.
Postular una existencia independiente y separada es, en verdad, La Gran Herejía. Patanjali la llama Asmita o falsa identificación. En la literatura buddhista se la
conoce también como Sakkayaditthi o la ilusión de la personalidad. Dándole a este yo, que es el producto de la mente, una existencia separada e independiente, estaremos siempre preocupados por su seguridad y continuidad.
Consideramos su desaparición como la completa aniquilación o la nada. Juzgamos la permanencia de este yo como el esfuerzo espiritual supremo. En verdad, ¡cuán hábil es la mente! Al darle un nuevo nombre a esa parte que juzga y evalúa, ella se ha asegurado una permanencia. Ahora puede buscar su continuidad en nombre del esfuerzo espiritual. Sin lugar a duda, la ignorancia o Avidya que surge de la falsa identificación es el más grande obstáculo en el sendero de la comprensión del hombre.
A menos que el hombre se disocie de lo que
es producto de la mente, no podrá comprender su verdadera naturaleza. Es esta disociación, en verdad, lo que constituye el tema tratado en las Tres Cámaras.
Sin embargo, antes de que vayamos a la enseñanza profundamente mística perteneciente a las Tres Cámaras ya la disociación de la falsa identificación, tenemos que recordar que la mente, con todas sus limitaciones, tiene que desempeñar una parte importante en este drama del desarrollo espiritual del hombre. No presumamos que la mente no tiene
importancia, que tiene que ser condenada a causa de sus mañas. H.P.B. dice:
"A fin de negar a ser el CONOCEDOR del YO TOTAL tienes primero que del Yo ser el conocedor". ( 19)
Aquí ella hace una distinción entre el Atma-jñana y el Tattvajñana, entre la Sabiduría y el Conocimiento.
El CONOCEDOR del YO TOTAL es, ciertamente, uno que ha alcanzado la Sabiduría; pero, ¿cómo alcanza uno la Sabiduría? Para obtener la
Sabiduría es necesaria una percepción directa de la Realidad.
Por lo tanto, uno debe recordar que no es la mente perezosa e indolente la que nos puede llevar hasta el peldaño de entrada en la Realidad. La mente vacía no es una mente en blanco; la mente negativa no es una mente pasiva. El recipiente en el cual se vertirán las aguas de la Realidad no debe tener averías; debe tener la capacidad de retener lo que recibe. En otras palabras, no es la mente indolente, inerte y embotada la que tiene que ser llevada a la puerta de la Realidad, sino una mente que esté alerta, viva y extraordinariamente sensible. Y, por lo tanto, uno tiene que ser un Tattvajñani antes de llegar a ser un Atmajñani. Es Tattvajñana lo que hace alerta a la mente. De la vacuidad de una mente embotada resulta la pasividad, mientras que de la vacuidad de una mente alerta resulta la negatividad. Tal mente es sensible aún al más tenue susurro proveniente de lo Alto y del Más Allá.
Es cierto que la realización espiritual requiere trascender la mente pero, en verdad, la mente sólo puede ser trascendida con la ayuda de la mente.
¿Cómo llega uno a esa mente sensitiva y alerta? ¿Cómo va uno a hollar el sendero del Conocimiento antes que haya alcanzado el sendero de la Sabiduría? H. P .B. dice:
"Para lograr el conocimiento de ese Yo, tienes que dejar al Yo por el no-yo, al ser
por el no-ser..."(19)
En la terminología buddhista, el No-Yo y el No-Ser son usados en el mismo sentido que el Yo y el Ser del pensamiento filosófico hindú. La terminología teosófica moderna también usa estas palabras tal como están descriptas en la filosofía hindú. Cualquiera sea la terminología que usemos, el pasaje anterior deja bien en claro que es por medio del proceso de disociación, por el proceso de negación, que uno puede alcanzar el conocimiento del Yo. A menos que haya una disociación del Yo del No-Yo no es posible hollar el sendero del Conocimiento. Mas, ¿cómo puede haber disociación del Yo del No-Yo cuando uno no sabe qué es el Yo?
Por lo tanto, el sendero indicado no
es tanto la disociación del Yo del No-Yo cuanto la conciencia del No- Yo. Es el proceso de apartar aquello que uno ha encontrado por experiencia propia como transitorio y efímero. Él puede no saber lo que lo Eterno y lo Permanente es; de hecho, él no lo puede saber en términos de actividades de su mente. Pero seguramente él puede saber y debe saber qué es lo efímero y qué es lo transitorio. Ciertamente, esta es la primera Noble Verdad del Señor Buddha, y sin el conocimiento de la Primera Verdad, el resto son meras palabras, tan sólo una verbalización de la mente. Este proceso de negación, el Neti Neti de la Vedanta, o la Primera Noble Verdad del Señor Buddha, es el punto
de partida del peregrinaje espiritual del hombre.
Este es el sendero, estrecho como filo de navaja, y que requiere extraordinaria conciencia de parte del peregrino espiritual.
Este es el secreto del Sendero del Medio que consiste en la negación, a la vez, de la
indulgencia como de la abstención. H. P .B. se refiere sin duda a esto cuando dice:
"...y entonces podrás reposar entre las dos alas del GRAN PÁJARO. ¡Ay!, dulce es descansar entre las alas de lo que no nace ni muere..." ( 19)
La Gran Ave es el Garuda de la mitología hindú, el vehículo de Vishnu, el Señor de Sabiduría. También significa el Ave del Tiempo, el Kala-hamsa.
Las dos alas del Ave del Tiempo son el Pasado y el Futuro. Ellas son los dos polos opuestos entre los cuales se mueve la mente, y por lo tanto, reposar entre las alas implica vivir en el presente o evitar los dos extremos, los dos opuestos de la mente. En esta condición, la mente estará muy alerta, está tensa, extraordinariamente sensible. Uno no puede caminar por el Sendero del Medio, estrecho como el filo de una navaja como es, a menos que uno esté alerta y sensible. H.P.B. dice: "dulce es descansar entre las
alas de lo que no nace ni muere." Es en el Sendero del Medio, donde la mente está libre de las distracciones del pasado y del futuro, las distracciones de los opuestos; es allí que surge la percepción directa de la Realidad, Realidad que no ha nacido aún y que está
inmanifestada. Lo que nace muere, pero seguramente lo que muere no es lo real. Mas, ¿cómo puede uno percibir lo no-nacido o inmanifestado? Es verdad que la mente, empeñada en el juego de los opuestos, no puede percibirLA, así como no puede comprender el Sonido Insonoro.
Existe una percepción más elevada que la de la mente, pero el hombre debe llegar adecuadamente preparado a este portal de percepción
superior. Y la preparación apropiada consiste en su paso por las Tres Cámaras.
"Tres Cámaras, oh fatigado peregrino, conducen al fin de los afanes. Tres Cámaras,
oh conquistador de Mara, te nevarán a través de tres estados basta el cuarto, y de allí
a los siete mundos, los mundos de Reposo Eterno."(22)
Es innecesario decir que estas Tres Cámaras representan estados de conciencia psicológicos.
Indican diferentes estados de conciencia del hombre, porque H.P.B. dice que estas Cámaras llevan al neófito de los tres estados al cuarto. Obviamente, los tres estados son: la condición de Vigilia (Jagrat), la condición de Sueño (Svapna) y la condición de Sueño Profundo (Sushupti) descriptas en los libros de Yoga hindúes.
El cuarto es, evidentemente, Turiya o el estado trascendental. De este modo el paso por las
Tres Cámaras lleva al peregrino espiritual al estado trascendental.
Ahora bien, la primera de estas Cámaras es la de la Ignorancia, en la cual el hombre está en un estado de completa identificación con el yo. En otras palabras, existe Inconsciencia del No-Yo. En este estado hay una completa ausencia de lucha psicológica, porque lucha implica dualidad y donde la dualidad del Yo y del No- Yo no existe hay calma, pero es la calma de la mente somnolienta.
En la Cámara de la Ignorancia existe una identificación del Yo con el No-Yo. Esta es, ciertamente, la Cámara de la Identificación. H. P .B. advierte al neófito contra los peligros de
la identidad equivocada o falsa identificación, la cual es el rasgo característico en ésta la primera de las Tres Cámaras. Ella dice:
"Si quieres cruzar felizmente la primera Cámara, no permitas que tu mente confunda los fuegos de la concupiscencia que allí arden con la Luz del Sol de vida." (28)
El pasaje anterior significa claramente que mientras permanezca intacta la identidad equivocada, el aspirante espiritual no puede tener la esperanza de atravesar la Cámara de la Ignorancia. En otras palabras: la condición precedente para poder cruzar esta
Cámara es tener una constante y creciente conciencia del No-Yo. Este estado de conciencia es el de Vigilia o Jagrat y es solamente en tal estado que el neófito puede salir de la Primera Cámara. Debe comenzar una disociación si es que quiere avanzar
hacia la Segunda Cámara. Se debe recordar que la conciencia del No-Yo no es una condición estática. El hombre se torna consciente en medida creciente como resultado de sus experiencias, de lo que son las cosas impermanentes de la vida, cosas que han fenecido.
De este modo, la esfera del No- Yo crece gradualmente, aportando más y más conocimiento de las cosas efímeras y perecederas de la vida. La mayoría de nosotros, en ciertos momentos de nuestra vida, aún estamos en la Cámara de la Ignorancia, por cuanto no nos hemos dado cuenta de la naturaleza transitoria de las cosas a las que estamos apegados. Sabemos, intelectualmente, que lo que nace muere, lo que
significa que todas las cosas manifestadas están sujetas a decadencia y muerte; y sin embargo, nos apegamos demasiado a un objeto manifestado como si fuera permanente. Esto muestra que la transitoriedad de las cosas no es parte de nuestra experiencia.
Tomamos "los fuegos de concupiscencia" por "la Luz del Sol de Vida" . Son estas identificaciones equivocadas las que nos impiden salir de la Primera Cámara. Así, mientras una parte de nosotros mismos permanece aún en la Cámara de la Ignorancia, otra parte ya ha pasado a la Segunda Cámara, a la que se describe como la Cámara de la Instrucción.
Hemos visto que el paso desde la Cámara de la Ignorancia a la de la Instrucción requiere un estado de conciencia conocido como Jagrat. No sabiendo lo que el Yo es, pero siendo cada vez más consciente del No-Yo es la condición con que el neófito entra en la
Segunda Cámara. Al describir esta Cámara, H.P.B. dice:
"En ella tu alma encontrará las flores de vida, pero debajo de cada flor se oculta una
serpiente enrollada." (26)
En verdad, ésta es una extraña descripción de la Cámara de la Instrucción en la cual la mayoría de nosotros reside casi todo su tiempo. ¿Por qué habría de haber una serpiente enroscada debajo de cada flor en esta Cámara? Tenemos que recordar que esta
Segunda Cámara es la de la Ideación, así como la Primera es la de la Identificación. Es por un proceso de negación, de disociación del No- Yo, que el aspirante espiritual entra en esta Cámara de la Ideación. Ahora, la mente humana encuentra que el interminable proceso de negación es demasiado difícil de soportar . Esta negación incesante no permite que la mente encuentre un lugar de reposo. Tarde o temprano querrá asentarse en lo que ella llama conocimiento positivo. No se satisface con una descripción de lo que es el No- Yo.
Quiere crear el punto opuesto al No-Yo para que su movimiento entre
los dos puntos pueda seguir sin obstáculos. Esto es lo que la mente hace por medio de la Ideación. Crea al Yo como opuesto al No-Yo. Como el proceso continuo de apartar al No-Yo le resulta demasiado fatigoso, la mente crea al Yo en oposición al No-Yo y luego se adhiere a él. Debe recordarse que la mente se siente segura solamente cuando se han establecido los dos polos opuestos. Donde existen el Yo y el No- Yo, la mente se asegura su continuidad, pero, aquí, el Yo es una entidad creada por la mente por amor a su seguridad. No tiene existencia per se. Si fuera una flor, seria una flor artificial. Ha surgido del anhelo de continuidad de la mente.
La mente crea al Yo a semejanza de su propio anhelo. Podrá encasillar esta imagen entre hermosas formas y decorarla con todo el conocimiento práctico que tiene. No obstante, en el corazón de esa imagen yace el anhelo de seguridad y de continuidad de la mente. Este es el caso de lo que la mente produce en oposición a algo, ya sea Dios, un ideal o una virtud. Como ya se dijo, la mente se siente insegura sin los pares de opuestos, porque sin ellos, su movimiento se deteriora. Debe tener, para su existencia, un polo positivo y otro negativo. Si niega
algo, también debe afirmar algo. Su conocimiento total está basado en este proceso de comparación y contraste entre los polos positivo y negativo y, por lo tanto, mientras el No-Yo permanezca como un polo negativo, ella crea al Yo como un polo positivo, de
modo que los dos puedan compensarse y el movimiento de la mente pueda seguir inalterado.
El Yo de la mente semeja una flor por la belleza de la forma que le ha impartido; dentro del Yo la mente ha proyectado todo lo que es el No-Yo, y el Yo de la mente, en contraste con el No- Yo, se manifiesta noble, bello e idealista, pero bajo esta hermosa forma subyace el anhelo de continuidad de la mente. Es por esto que H. P .B. describe a las flores, en esta Cámara de la Instrucción como teniendo bajo ellas a una "serpiente enroscada".
La serpiente es, en verdad, el anhelo de la mente; permanece enroscada y por lo tanto, no es fácilmente visible por la belleza de la forma con la que la mente ha encubierto su anhelo.
H. P .B. dice:
"Si quieres cruzar a salvo la Segunda (cámara), no te detengas a aspirar la fragancia de
sus aletargadoras flores." (29)
Ella se refiere a las flores de la mente como 'aletargadoras'; son hermosas en su forma, pero perversas en su contenido. Con respecto a esta Cámara de la Instrucción, H. P .B. dice más adelante:
"Esta Cámara es peligrosa en su pérfida belleza,... Ten cuidado, Lanú, para que tu
alma no se encandile con la ilusoria radiación y no se demore y caiga presa de su engañosa luz." (33)
Ella describe la Cámara de la Instrucción como teniendo pérfida belleza; y en verdad, ese es el caso, porque las ideaciones de la mente contienen un elemento de pretensión en sí mismas. Ellas no son lo que parecen. Hay una "luz engañosa" y' una "ilusoria
radiación" en ellas. Pobre de aquel que se demore en esta Cámara y sea engañado por la belleza de la forma externa, por el hechizo de las verbalizaciones de la mente. H. P .B. hace una advertencia estricta al neófito con respecto a la luz que brilla en la Cámara de la Instrucción:
"Esta luz brilla desde la joya del Gran Engañador (Mara); que hechiza a los sentidos, ciega la mente y deja al irreflexivo como un despojo abandonado.
"La pequeña mariposa nocturna, atraída hacia la deslumbrante llama de tu lámpara
de noche, está condenada a perecer en el viscoso aceite. El alma irreflexiva que no
pudo vencer al espíritu burlón de la ilusión, volverá a la tierra, esclava de Mara. "
"Contempla las huestes de almas, observa cómo revolotean sobre el tormentoso mar
de la vida humana y cómo, exhaustas, sangrantes, rotas las alas, caen una tras otra sobre las encrespadas olas. Sacudidas por furiosos vientos, perseguidas por los vendavales, son arrastradas hacia los remolinos y desaparecen dentro del primero de los grandes vórtices. " (34-35-36)
El gran peligro que enfrenta el neófito en esta Cámara de la Instrucción es el de ser atraído como un pequeño insecto "hacia la deslumbrante llama de tu lámpara de noche". Es probable que él observe la imagen de la mente como la Realidad y comience a
adorarla; ignorando que ella es tan sólo un ídolo forjado por las manos hábiles de la mente; él puede asentarse en la Cámara de la Instrucción y mirarla como si fuera el fin de su viaje. H. P .B. denomina a esta Cámara -región Mayávica- y le dice al peregrino
espiritual:
"Si quieres librarte de tus cadenas Kármicas, no busques a tu Gurú en aquéllas Mayávicas regiones". (29)
El Gurú, el Maestro, no será encontrado en la Cámara de la Instrucción. Uno puede pasar miles de años en esta Cámara y sin embargo no encontrar al Maestro, porque esta Cámara sólo contiene imágenes, ídolos e ideaciones. Estas imágenes e ídolos pueden
parecer bellos pero tienen pies de arcilla, son el producto del anhelo de la mente.
Puede parecer extraño que aún cuando H.P.B. haya descrito a la Cámara de la Instrucción con términos tan duros, usando epítetos tales como “pérfida belleza” y. “aletargador perfume” diga que es necesaria para la
probación del neófito:
"Esta Cámara es peligrosa en su pérfida belleza, y sólo es necesaria para tu noviciado." (33)
¿Debe el neófito atravesar esta Cámara, a pesar de todos sus peligros? ¿De qué sirve esta Cámara si él debe refrenarse de inhalar el aroma de las flores que allí encuentre? Es verdaderamente necesario que el peregrino espiritual pase a través de esta Cámara si quiere librarse de las distracciones de la mente y alcanzar la comprensión de la naturaleza de Dharana. Es obvio que el movimiento de la mente debe cesar antes de que el neófito alcance el estado de Dharana. y el movimiento de la mente no puede cesar
hasta tanto los dos opuestos no hayan sido desechados.
El neófito sale de la Cámara de la Ignorancia por una disociación del No-Yo. Este es dejado atrás y no causa distracción porque se ha dado cuenta de su naturaleza transitoria. Es en este proceso de negación que entra en la Cámara de la Instrucción donde se amolda al polo opuesto, al punto de afirmación, de modo que el movimiento de la mente pueda continuar entre lo que es negado y lo que es afirmado. En la Cámara de la Ignorancia la mente estaba embotada,
con la formulación de los dos puntos opuestos, se torna alerta y activa. La mente que formula los dos opuestos nunca puede estar embotada y, por lo tanto, en la Cámara de la Instrucción la mente despliega su abundante actividad. La inercia de la mente (ramas)
ha sido descartada, y su actividad (Rajas) ha venido a la existencia.
En verdad, este es el lugar que ocupa la Cámara de la Instrucción en la vida de un peregrino espiritual. La formulación de los opuestos agudiza la mente; su placidez se va, se ha vuelto más flexible.
Mas la Cámara de la Instrucción no es el final del viaje. Debe salir de esta Cámara y encaminarse hacia la Tercera Cámara: la Cámara de la Sabiduría.
La pregunta es: ¿cómo? Obviamente por el mismo proceso de disociación que le ayudó a atravesar la Cámara de la Ignorancia. Podría preguntarse: ¿De qué tiene el neófito que disociarse en esta Cámara de la Instrucción? Es muy evidente que tiene que disociarse del Yo, de la misma forma como se disoció del No-Yo cuando emergió de la Cámara de la Ignorancia. Disociarse del Yo es algo inimaginable para la mente humana. ¿Qué queda si uno se disocia del Yo? Y, ¿por qué debería uno disociarse del Yo que es tan bello y noble? Hemos visto que la belleza del Yo es pérfida porque esconde el feo anhelo de la mente. Mas, ¿ha alcanzado el neófito este conocimiento?
¿Ha visto él a través de las imágenes engañosas de la mente? Si no es así, no podrá salir de esta Cámara. Si las ideaciones de la mente lo retienen firmemente, se demorará en esta Cámara e inhalará la fragancia ponzoñosa de sus aletargadoras flores
¿Cómo empieza este proceso de disociación del Yo? Vimos que la disociación del No-Yo comienza con la conciencia de la naturaleza efímera de las cosas, las que se ven como mutables, fugaces y transitorias, y son consideradas por el hombre como el No-Yo. En este estado de conciencia el No-Yo cesa de distraerlo; al menos, su hechizo está roto y no puede más esclavizarlo; pero, ¿va uno a utilizar este método en lo que respecta a la disociación del Yo? Obviamente no, porque en medio de las cosas transitorias y fugaces de la vida, la mente a creado al Yo como algo permanente. Quiere que se mantenga permanente.
¿Cómo puede uno disociarse del Yo? Mediante el examen del contenido de las imágenes e ídolos de la mente.
Obviamente, esto puede hacerse solamente cuando uno se ubica detrás de los patrones de pensamiento.
Estamos tan encantados con las imágenes, ídolos e ideales de los patrones de la mente y con todo lo que ella produce que apenas nos importa examinar el contenido de esos patrones. La palabra y la cosa son diferentes, y si queremos percibir la naturaleza verdadera de las cosas, debemos abrirnos camino a través de la corteza de las palabras. Lo importante no es lo que creemos sino por qué lo creemos.
Lo primero nos desvela el patrón solamente, mientras que es lo último lo que nos descubre el contenido.
La conclusión mental no importa tanto como el proceso del pensar .
La conclusión mental es el ídolo, la imagen, el Yo, el Alma que la mente pone ante nosotros con propósito de adoración.
Luce hermosa y noble como una conclusión mental, pero no bien se investiga el proceso por el que se ha llegado a esa conclusión uno se da cuenta de cuán pérfida es su belleza. Por lo tanto, es por este inquirir en el proceso del propio pensar que uno se da cuenta de cuán vacíos son los ideales e ideaciones, cuán terriblemente engañosos son, cuán ciertamente los ídolos de la mente tienen los pies de arcilla.
Esta creciente conciencia de las pretensiones subyacentes de los artificios de la mente es lo que permite que comience el proceso de disociación del Yo. Se apartan los ídolos y las imágenes de la mente, que no tienen que ser descartados, y mientras este proceso cobra ímpetu, el neófito sale de la Segunda Cámara y está listo para entrar en la Cámara de la Sabiduría.
Vimos en la primera parte de este examen que el paso de la Primera Cámara a la Segunda representa a Jagrat o el estado de conciencia de Vigilia. Similarmente, el paso de la Cámara de la Instrucción a la Cámara de la Sabiduría representa a Svapna o el
estado de conciencia de Sueño.
¿No significa la condición de sueño una disociación del propio yo?
Muy a menudo, en los sueños, uno se encuentra diferente del yo que habitualmente es. En los sueños se nos exige representar varios papeles y muchas
veces nos es difícil reconocernos a nosotros mismos.
En un sentido más profundo, ésta es la condición del hombre cuando abandona la Cámara de la Instrucción, porque deja atrás lo que hasta entonces tenía como representación de su yo. Con el contenido de las imágenes de la mente expuesto, hasta los patrones de esa imagen se hacen pedazos. Esa imagen ya no puede llamar más la atención del neófito. Él se encuentra libre de la distracción del No- Yo tanto como
del Yo. Está una vez más en un estado de negación; su mente no encuentra una banqueta donde descansar sus fatigados pies.
Para usar la descripción del Bhagavad Gita, la mente del neófito "no tiene hogar", no tiene residencia alguna, porque ambos puntos, de negación y de afirmación, se han vuelto inservibles como morada. Entró en la Cámara de la Instrucción libre de inercia o ramas, y ahora deja esta Cámara
libre de actividad o Rajas, porque con la desaparición de los dos opuestos, el Yo y el No-Yo, no tiene lugar adonde ir . Habiendo despojado a la mente de toda su actividad, el neófito entra en la Cámara de la Sabiduría. Hablando acerca de esta Cámara dice
H.P.B.:
"El nombre de la Tercera Cámara es Sabiduría, más allá de la cual se extienden
las aguas Sin orillas de AKSHARA, la indestructible fuente de omnisciencia."(27)
Hemos descrito las dos primeras Cámaras como las de la Identificación y de la Ideación respectivamente.
La Cámara de la Sabiduría es verdaderamente la de la Iluminación. El neófito ha dejado atrás el mundo de las imágenes y de las ideaciones. Su mente no está más atada a ningún punto fijo, ya sea de afirmación o de negación. Instruyendo al neófito con relación a esta Tercera Cámara, H.P.B. dice: "Busca en la Cámara de la Sabiduría a aquel que te ha de dar nacimiento en la Cámara de más allá, en la que todas las sombras son desconocidas y donde la luz de la verdad brilla con gloria inmarcesible." (32) En esta Cámara "las sombras son desconocidas", queriendo significar con esto que aquí ya no tenemos que tratar más con ídolos e imágenes.
La Cámara de la Sabiduría es verdaderamente la de la Iluminación. El neófito ha dejado atrás el mundo de las imágenes y de las ideaciones. Su mente no está más atada a ningún punto fijo, ya sea de afirmación o de negación. Instruyendo al neófito con relación a esta Tercera Cámara, H.P.B. dice: "Busca en la Cámara de la Sabiduría a aquel que te ha de dar nacimiento en la Cámara de más allá, en la que todas las sombras son desconocidas y donde la luz de la verdad brilla con gloria inmarcesible." (32) En esta Cámara "las sombras son desconocidas", queriendo significar con esto que aquí ya no tenemos que tratar más con ídolos e imágenes.
El dominio de la percepción indirecta ha sido dejado atrás; los procesos de comparación y contraste de la mente ya no existen, porque aquí "la luz de la verdad brilla con gloria inmarcesible". Es en esta Cámara donde el peregrino espiritual puede saber lo que es el reposar entre las alas de la Gran Ave. Las alas del ave son los opuestos de la mente. Cuando los opuestos desaparecen, entonces hay una posibilidad única de descansar entre las alas; pero H.P.B. dice, con referencia a este reposo: "Dulce es descansar entre las alas de lo que no nace, ni muere". ¿Hemos llegado, entonces, a la percepción de lo No-nato y de lo Inmanifestado en esta Cámara de la Sabiduría?
¿Ha sido suficiente nuestra preparación en las dos primeras Cámaras como para llevarnos a esta percepción superior, que es directa e inmediata?
En el siguiente pasaje H. P .B. describe claramente esta preparación y el milagro que se realiza en esta Cámara de la Sabiduría:
" Aquello que es increado mora en ti, discípulo, así como en aquella Cámara. Si quieres negar a ella y fundir los dos, deberás despojarte de tus obscuras vestimentas de ilusión". (33)
Ella dice que es "increado" lo que mora en la Cámara de la Sabiduría, lo cual no nace ni muere. Aquí, en esta Cámara, se realiza el gran milagro de la fusión de lo creado y lo increado; pero antes de que esta fusión pueda tener lugar , el neófito tiene que dejar atrás "las obscuras vestimentas de la ilusión", de modo que no haya imagen alguna que se interponga entre lo creado y lo increado.
Ahora bien; lo creado y lo increado son lo Inmanente y lo Trascendente de la Filosofía, tanto oriental como occidental. ¿ Qué significa la unión de los dos?
Obviamente significa que lo creado se convierte en el reflejo de lo increado; lo creado se vuelve el espejo limpio y sin mácula en el cual lo increado se refleja sin ninguna distorsión. Esto
implica que en la Cámara de la Sabiduría han cesado todas las modificaciones de la conciencia y se ha llegado a una condición de perfecta calma. En la unión de lo creado y de lo increado tiene lugar el milagro del Ascenso y del Descenso. Lo creado, o lo
manifestado, se vuelve un cáliz en el que se vierten las aguas frescas de lo increado, pero esto solamente puede suceder si el cáliz está completamente vacío, porque es tan sólo la copa vacía la que puede ser llenada. Llegar a estar adecuadamente preparado es,
ciertamente, tener esta copa vacía. Este es, sin lugar a dudas, el significado de estar despojados de los "oscuros ropajes de la ilusión". El paso a través de las Cámaras de la Ignorancia y de la Instrucción permite al neófito llevar consigo esta copa vacía a la
Cámara de la Sabiduría.
El proceso de disociación, aparentemente negativo, es intensamente positivo, porque, ¿qué puede ser más positivo que el que las frescas aguas de la vida sean vertidas por la Realidad Trascendente en la mente vaciada de contenidos?
H. P .B. dice al neófito: "Busca en la Cámara de la Sabiduría a aquel que te ha de dar nacimiento".
Aquel que da nacimiento en el sentido espiritual es el Guro o el Maestro. Ella ha indicado que el Maestro no puede ser encontrado en la Cámara de la Instrucción.
El discípulo sólo puede encontrar al Maestro en la Cámara de la Sabiduría. ¿Por qué?
Porque el Maestro trasciende la conciencia normal del discípulo. La mente, que es el instrumento normal de cognición, no puede comprender la naturaleza del Maestro a causa de sus actividades. Entre el Maestro y el discípulo existe, obviamente, una brecha de conciencia, y por lo tanto, a menos que haya un salto en la conciencia, el discípulo no puede conocer al Maestro. Es este salto el que tiene lugar entre la Cámara de la Instrucción y la de la Sabiduría. Hay una diferencia cualitativa entre ambas Cámaras.
La de la Instrucción representa a la mente en su estado de actividad, oscilando entre pares de opuestos; pero antes de que el discípulo pueda entrar a la Cámara de la Sabiduría, esa
actividad tiene que cesar , porque a menos que haya una disociación entre ambos, el Yo y el No-Yo, el neófito no podrá entrar en la Cámara de la Sabiduría, pero aunque él encuentre aquí a su Gurú, al Maestro, su renacimiento espiritual no ocurre aquí. Es en la
región que está más allá de la Cámara de la Sabiduría donde el neófito renace espiritualmente. ¿Cuál es esta región que está más allá de la Cámara de la Sabiduría? ¿Hay algo más allá de la Sabiduría? ¿Tiene el neófito que abandonar también esta Cámara, de la misma manera que dejó las otras dos? Dice H.P.B.:
"Si a través de la Cámara de Sabiduría quieres alcanzar el Valle de la bienaventuranza, discípulo, cierra firmemente tus sentidos frente a la horrenda y gran herejía de la separatividad que te aparta de los demás." (37)
Ella describe lo que se encuentra más allá de la Cámara de la Sabiduría como el Valle de la Bienaventuranza. Para proseguir con el símil de las Cámaras, podemos llamar a ésta, la Cámara de la Iniciación.
Es aquí donde tiene lugar el renacimiento espiritual del
neófito, porque se inicia en una nueva forma de vida.
Es aquí donde el discípulo descubre el Sendero, porque el Sendero propiamente dicho comienza en el estado de Iniciación. El Valle de la Bienaventuranza representa el estado de Iniciación en términos de conciencia espiritual; pero este tema de la Iniciación forma parte del Segundo Fragmento de La Voz del Silencio y por lo tanto, emprenderemos su estudio posteriormente, cuando lleguemos a dicho Fragmento.
Sin embargo, nos interesa aquí el paso del neófito desde el Cámara de la Sabiduría al Valle de la Bienaventuranza, H. P .B. dice que el discípulo debe "cerrar firmemente sus sentidos a la grande y espantosa herejía de la separatividad", si quiere entrar en el Valle de la Bienaventuranza. En otras palabras, la conciencia de separatividad debe desaparecer antes de que el neófito pueda entrar en la Cámara de la Iniciación.
Esto significa que el discípulo debe "salirse de sí mismo", que debe estar en una condición de éxtasis. A menos que una persona se salga de sí misma, ¿cómo podrá estar libre de la "horrenda y gran herejía de la separatividad"? y , por lo tanto, es en esta condición que el neófito debe salir de la Cámara de la Sabiduría. Esto es exactamente lo que significa Sushupti o conciencia de Sueño Profundo. El neófito salió de la Cámara de la Ignorancia en el estado de Vigilia; emergió de la Cámara de la Instrucción en el estado de Sueño; ahora debe salir de la Cámara de la Sabiduría en el Estado de Sueño Profundo, estado en el cual hay perfecta calma, ni siquiera un dejo de pensamiento que disturbe, no, no hay la más mínima conciencia de parte del individuo de que está en profundo sueño.
Esto significa que el discípulo debe "salirse de sí mismo", que debe estar en una condición de éxtasis. A menos que una persona se salga de sí misma, ¿cómo podrá estar libre de la "horrenda y gran herejía de la separatividad"? y , por lo tanto, es en esta condición que el neófito debe salir de la Cámara de la Sabiduría. Esto es exactamente lo que significa Sushupti o conciencia de Sueño Profundo. El neófito salió de la Cámara de la Ignorancia en el estado de Vigilia; emergió de la Cámara de la Instrucción en el estado de Sueño; ahora debe salir de la Cámara de la Sabiduría en el Estado de Sueño Profundo, estado en el cual hay perfecta calma, ni siquiera un dejo de pensamiento que disturbe, no, no hay la más mínima conciencia de parte del individuo de que está en profundo sueño.
El Estado de Sueño Profundo es una condición de despertamiento profundo en la cual la persona no está consciente de que está profundamente despierta. Es la no conciencia en la conciencia; en otras palabras, un estado de Despertamiento
Puro.
Ahora bien, si se le exige al neófito abandonar la Cámara de la Sabiduría en esta condición de Sueño Profundo, la pregunta es: ¿Cómo ha de llegar a ese estado? Una vez más por un proceso de disociación. Se puede preguntar: ¿qué es ahora lo que se va a
disociar si el Yo y el No-Yo han desaparecido ya?
En verdad que la mente humana es muy hábil. Aún cuando los opuestos hayan desaparecido, ella hace el último esfuerzo para adherirse a ellos al nombrar la acción de desaparecer. Al mencionarla a una experiencia, la mente se esfuerza una vez más para establecer un punto fijo, y si lo puede hacer, entonces podrá fácilmente crear su opuesto, comenzando así, nuevamente, su juego de vaivén entre dos opuestos. Esta acción de nombrar a una experiencia contiene la conciencia del "Yo", la espantosa herejía de la separatividad, porque aún cuando los opuestos hayan desaparecido, el hombre conserva la conciencia de que "él" está libre de esos opuestos. En la renunciación, en tanto haya en ella un sentimiento de "yo he renunciado", no habrá renunciación.
La conciencia de ser virtuoso es, ciertamente, la negación de toda virtud. Luz en el Sendero dice: "el hombre que alardea de recto se prepara un lecho de lodo".
En verdad que la mente humana es muy hábil. Aún cuando los opuestos hayan desaparecido, ella hace el último esfuerzo para adherirse a ellos al nombrar la acción de desaparecer. Al mencionarla a una experiencia, la mente se esfuerza una vez más para establecer un punto fijo, y si lo puede hacer, entonces podrá fácilmente crear su opuesto, comenzando así, nuevamente, su juego de vaivén entre dos opuestos. Esta acción de nombrar a una experiencia contiene la conciencia del "Yo", la espantosa herejía de la separatividad, porque aún cuando los opuestos hayan desaparecido, el hombre conserva la conciencia de que "él" está libre de esos opuestos. En la renunciación, en tanto haya en ella un sentimiento de "yo he renunciado", no habrá renunciación.
La conciencia de ser virtuoso es, ciertamente, la negación de toda virtud. Luz en el Sendero dice: "el hombre que alardea de recto se prepara un lecho de lodo".
La disociación del No-Yo así como del Yo no conduce al neófito a ningún lado si se prolonga en su conciencia el sentimiento de "yo me he disociado de los dos opuestos" Este sentimiento lo arrastrará hacia abajo una vez más y le hará prisionero dentro de los confines de la mente. Si él quiere entrar en el Valle de la Bienaventuranza aún ese sentimiento de "yo me he disociado" debe desaparecer, y solamente cuando esto ocurre es que llega al estado de Sueño Profundo.
Por lo tanto, en la Cámara de la Sabiduría debe surgir una tercera categoría de disociación: la disociación de la idea misma de disociación. Esta tercera categoría de disociación ha sido muy hermosamente ilustrada en una historia que aparece en uno de los libros buddhistas, y es la siguiente:
"Cierta vez el Buddha estaba sentado en un atrio cuando vio a un Brahmin aproximársele con un regalo en cada mano. Viendo esto, el Buddha se dirigió al Brahmin diciéndole: 'Suéltalo'. El Brabmin dejó caer el regalo de su mano derecha y siguió avanzando.
El Buddha dijo otra vez: 'Suéltalo'. El Brahmin soltó el regalo de su mano izquierda y siguió avanzando. Otra vez el Buddha dijo: 'Suéltalo'. El Brahmin soltó y fue iluminado."
¿Qué fue lo que el Brahrnin soltó la tercera vez?
Él tenia sólo dos regalos, los que soltó uno tras otro cuando el Buddha le pidió que lo hiciera. ¿Qué tenía él todavía que el Buddha le pidió que lo soltara aún después que los dos regalos habían sido soltados? El Brahmin tenía aún la idea de soltar, la conciencia de que había soltado los dos regalos. El Brahmin soltó la idea de soltar en la tercera instrucción del Buddha, y fue entonces que se iluminó verdaderamente. Por cierto, esta es la tercera categoría de disociación, sin la cual el neófito no puede ingresar en el Valle de la Bienaventuranza.
Así, la disociación del No-Yo, la disociación del Yo y la disociación de la idea misma de disociación, constituyen las tres los tres estados de
conciencia por medio de los cuales el discípulo entra en el cuarto estado, el de Turiya, que es, ciertamente, el Estado Trascendental, el Estado de Iniciación, la hora del renacimiento espiritual del neófito.
Es en la hora de la Iniciación que el discípulo se convierte en el "Paseante del Cielo", Khechara, "quien huella los vientos sobre las olas sin que a su paso los pies toquen las aguas". Él, el renacido espiritualmente, se mueve sin resistencia alguna a cualquier cosa porque sus "pasos no tocan las aguas".
Seguramente que uno puede hollar el Sendero solamente en esta condición de no resistencia; pero, a menos que un hombre se halla salido de sí mismo, no puede estar libre de resistencias.
El estado de Turiya o Trascendental, donde el discípulo "huella los vientos sobre las olas", llega solamente cuando se ha realizado la tercera categoría de disociación, en que el discípulo no está siquiera consciente de que se ha disociado del No-Yo así como del Yo. Es a través de un constante proceso de disociación que el neófito está apto para atravesar las Tres Cámaras y prepararse para la magna hora de la Iniciación.
Es en esta tercera categoría de disociación que la mente del hombre está libre de los atributos de Sattva o Equilibrio. La mente tiene tres estratos o atributos, factores que la condicionan y que son: la Inercia, la Actividad y el Equilibrio, Tamas, Rajas y Sattva.
En el Bhagavad Gita, Shri Krishna le pide a Arjuna estar "por sobre estos tres atributos".
Hasta el atributo de Sattva tiene que ser dejado atrás si la mente humana quiere estar libre de todo factor condicionante. El atributo de Sattva es descrito
como armonía o equilibrio; es una condición donde los dos opuestos han desaparecido, pero aún permanece en la mente la conciencia de la libertad del conflicto de los opuestos, la conciencia de que se ha alcanzado la armonía o
el equilibrio.
El neófito
tiene que estar disociado aún de esta conciencia de armonía que se ha alcanzado.
Es en esta condición de profundo Sueño que él está libre de este tercer factor condicionante de la mente.
El paso a través de las Tres Cámaras es, ciertamente, el proceso del descondicionamiento de la mente humana.
¿Cómo puede una mente condicionada saber lo que es ser un "Paseante del Cielo"?
Una mente condicionada está llena de resistencias y, por lo tanto, su paso no puede evitar tocar las aguas. Una mente condicionada no puede comprender la naturaleza de
Dharana, y mucho menos puede comprender a Dhyana o Samadhi. Buscar al rajah de los sentidos es, en verdad, descondicionar la mente, liberarla de los tres atributos. ¿Cuál es el estado de la mente cuando está libre de estos atributos? Es a esta pregunta que H.P.B. apunta en la última parte del primer Fragmento.
Rohit Mehta
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